México/ la cruda verdad del obradorismo [Manuel Aguilar Mora]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Ago 27 11:26:09 UYT 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 27 de agosto 2014

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A l’encontre – La Breche

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México

Sobre la carta abierta de Fernández Noroña a López Obrador

La cruda verdad del obradorismo

Manuel Aguilar Mora

México, 26 de agosto de 2014

La victoria revolucionaria no es de ningún modo el fruto maduro de la
“madurez” del proletariado. La victoria es una tarea estratégica. (León
Trotsky, Clase, partido y dirección en España (1940)

La Carta abierta que el ex diputado Gerardo Fernández Noroña dirigió a
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) el pasado 12 de agosto representa una
ruptura significativa en el movimiento populista burgués, de orígenes
neocardenistas, surgido en 1988. Noroña sobresalió durante años como uno de
los principales impulsores del obradorismo en el PRD y tuvo una destacada
actuación en la legislatura de 2009-12 como diputado del Partido del Trabajo
(PT) en una bancada parlamentaria en donde impugnó consistentemente el curso
de los legisladores del PRI y el PAN sin olvidarse de recordarles
infatigablemente su responsabilidad en el fraude electoral de las elecciones
presidenciales del 2006 cometido contra AMLO.

Crisis y bancarrota del PRD

Dicho movimiento, fundamento del surgimiento del Partido de la Revolución
Democrática (PRD) en 1989, dominó durante 25 años la política de los grandes
sectores de las masas populares que se oponían al curso gubernamental,
constituyéndose desde entonces en el movimiento que avasalló y ocupó el
espacio de la izquierda existente, quedando sólo girones testimoniales de la
izquierda socialista y clasista. De hecho desde ese año, el surgimiento del
movimiento esencialmente electoral encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas,
Porfirio Muñoz Ledo y la Corriente Democrática expulsada del PRI, se llevó
tras de sí a los grupos nacionalistas como el de Heberto Castillo, a los
lombardistas y a la mayoría de la entonces existente izquierda socialista y
clasista integrada por el viejo partido comunista con sus variadas
transformaciones, prácticamente a todos los grupos maoístas y castristas y/o
guevaristas e incluso a no pocos trotskistas. A partir de entonces la
“izquierda en México” con el PRD a la cabeza fue sinónimo de electoralismo,
parlamentarismo y colaboracionismo. En síntesis del más crudo cariz
conciliador.

Pero después de más de 25 años de dominación de los métodos conciliadores y
moderados de la “izquierda perredista” la situación del país ha descendido a
profundidades insospechadas de desigualdad, miseria y violencia
reaccionaria. Ante la avalancha que significaron las movilizaciones y
protestas contra los fraudes y la imposición priistas, la cúpula gobernante
concibió en los años 80’s, con la complicidad del Partido de Acción Nacional
(PAN), un plan de “transición democrática” desde arriba que en el 2000, con
la victoria de Vicente Fox, el primer presidente no priista, inauguró una
caricatura de democracia parlamentaria burguesa. Durante los dos sexenios
panistas de Fox y Calderón la degradación y corrupción completas del equipo
de recambio fue la tónica con una cereza en el pastel de un colosal fraude
en las elecciones presidenciales en 2006. Se recrudeció la violencia con la
militarización del combate al narcotráfico en el gobierno de Calderón y así
se preparó para 2012, la restauración triunfal del PRI que representa el
actual gobierno de Peña Nieto, avalado desde el inicio institucionalmente
con el Pacto por México integrado con el trío de los partidos mayoritarios
PRI, PAN y PRD. Fueron más de 20 años en que abusando de la confianza de las
masas la dirección del PRD acumuló derrota tras derrota para el pueblo
mexicano, al mismo tiempo que las jerarquías perredistas se integraban a los
puestos gubernamentales, a las curules legislativas y se repartían enormes
cantidades de recursos financieros que por ley el Estado concede a los
“partidos registrados”, a través del Instituto Federal Electoral (IFE) hoy
transformado en Instituto Nacional Electoral (INE), sin que el cambio de
letras refleje un cambio sustancial. 

Resultado, hoy cual una enorme pirámide los trabajadores y el pueblo pobre y
oprimido  confrontan la terrible realidad de la contrarrevolución que
constituye el cúmulo de las reformas promovidas por Peña Nieto en los campos
político, educativo, laboral, de las telecomunicaciones y fiscal.

Las contrarreformas votadas durante 2013 y el presente año, culminando con
las “leyes secundarias” aprobadas la primera quincena de agosto por el
Congreso de la Unión, significan la venta de las riquezas energéticas
(hidrocarburos, electricidad) a las grandes trasnacionales imperialistas.
Son la anulación completa del legado de la Revolución mexicana, en especial
de los grandes acervos del gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) y el
regreso a la situación semicolonial de completa dependencia y subordinación
del país a los intereses imperialistas.

La razón misma de ser de la existencia y legitimidad popular del PRD tanto
bajo la dirección de Cuauhtémoc Cárdenas como de la de López Obrador se
fundaban ante todo en la defensa de ese legado cardenista original. El PRD
se autoerigía como el partido que reivindicaba los mejores logros de la
Revolución mexicana, traicionados por el PRI en complicidad con el viejo
partido contrarrevolucionario, el PAN surgido en 1939 precisamente con el
expreso propósito de echar abajo los logros revolucionarios de la
nacionalización del petróleo y la electricidad. Ante el fracaso total de la
estrategia del PRD, tanto del sector vinculado a Cárdenas como del vinculado
a AMLO, quien ahora encabeza un nuevo partido, el Movimiento Regeneración
Nacional (Morena) era muy difícil que no surgieran rupturas y críticas
profundas en sus filas.

La carta abierta de Fernández Noroña a AMLO es la primera demostración,
todavía con muchas limitaciones pero de una orientación hacia la izquierda,
de esta crisis de la estrategia conciliadora y colaboracionista del PRD y de
la incapacidad de AMLO de proyectar un nuevo curso revolucionario.

Crisis del liderazgo conciliador

Noroña de entrada define a la contrarreforma energética “como el mayor
despojo a nuestra nación en toda su historia”, de un calado, según él,
incluso mayor al “robo de más de la mitad del territorio que sufrimos”
después de la derrota nacional en la guerra con Estados Unidos de 1847-48.
Se pregunta sobre cuál es la razón de que “el pueblo no se haya levantado
ante semejante agravio”. Y entonces considera que existen muchas razones
para tal situación pero que hay una que tiene especial importancia, se trata
de la cuestión fundamental del liderazgo. Dice él: “ese liderazgo marca su
conducta, define su actuar y materializa las acciones que la gente realiza
para hacer frente a estas ofensivas”. E inmediatamente añade una crítica
directa, sin atenuantes a la estrategia conciliadora de AMLO, señalando su
enorme responsabilidad: “Ese liderazgo hasta el día de hoy está en tus
manos. Y lejos de impulsar una línea de lucha y resistencia, has decidido
una línea de no confrontación”

“Una crisis de liderazgo”, precisamente esa es la causa fundamental de la
situación deprimente y desastrosa a la que han sometido los grupos
dominantes al pueblo mexicano, cuyos arrestos combativos e impulsos de
resistencia y sacrificio no los ha escatimado en estos más de dos decenios
marcados por movilizaciones y luchas importantísimas pero siempre orientadas
a un callejón sin salida por su dirección conciliadora y colaboracionista
del PRD y ahora de AMLO.

Noroña repasa la lista de inconsecuentes actitudes y medidas de AMLO en la
lucha contra el curso contrarrevolucionario del presidente panista Calderón
y ahora contra el gobierno de Peña Nieto: ocultando derrotas, perdiendo
tiempo precioso convocando numerosas concentraciones sin proponer planes de
acción concretos y negándose a la convocatoria de movilizaciones combativas,
tardíamente anunciando un cerco al Senado durante las sesiones de las
votaciones energéticas decisivas que un infarto le impidió encabezar a AMLO
y quien, sin respetar las instancias de Morena, nombró a su primogénito como
el dirigente de las manifestaciones como, apunta Noroña, “si nuestro
movimiento fuera una monarquía”.

Noroña sigue sin bajar la mira crítica y le hace notar a AMLO su
contradictoria conducta con respecto a “la consulta” popular en 2015 para
lograr echar abajo las contrarreformas de Peña que en un principio rechazó
como improcedente y que ahora ha propuesto a Morena a que participe en ella,
sin por otra parte convocar a unirse con el PRD, que también ha decidido
recurrir a tal consulta para derogar las contrarreformas. Y a continuación
le lanza las preguntas siguientes:

“En verdad crees que respetarán las firmas y realizarán una consulta una vez
que han entregado el petróleo y la energía eléctrica a las trasnacionales?
En el remotísimo caso de que hiciesen la consulta, ¿en verdad crees que
respetarían el resultado de la misma, que sin duda sería de rechazo a las
contrarreformas legales, y que sacarían a las trasnacionales petroleras del
país respetando la voluntad popular?”

Noroña reconoce que AMLO no puede ser tan ingenuo como para creerse todo eso
pero entonces lo conmina a que sea consecuente y que no puede permitirse
seguir sin que nada hubiera pasado, “jugando con las expectativas de la
gente”. Y ya encarrerado en su curso afila su bisturí  crítico y francamente
le señala el error que comete orientando a Morena a un curso destinado al
fracaso irremediable:

“Peor aún, me parece que lo que está implícito en tus declaraciones, es que
pretendes generar la impresión que de ganar la presidencia en 2018, darás
marcha atrás a estas contrarreformas neoliberales. Te han robado a ti y al
pueblo de México la presidencia de la República en 2006 y 2012. ¿En verdad
crees que en 2018, con las trasnacionales petroleras saqueando al país
respetarán un triunfo tuyo a la presidencia de la República? Si no lo
respetaron en 2006, cuando las petroleras estaban parcialmente dentro y de
manera ilegal explotando nuestro petróleo, o en 2012 que ya se habían metido
en serio las trasnacionales, ¿por qué lo harían en 2018, teniendo el control
absoluto de nuestras riquezas y contando con “aval” constitucional?”

Contundente Noroña  apunta  que “la vía electoral está cerrada para acceder
a la presidencia” e insta a AMLO a que todavía está tiempo de corregir su
error de creer que en 2015 se podrá avanzar mucho y que el 2018 está muy
lejano, por lo que no hay que esperar hasta las elecciones de ese año para
derrotar al bloque contrarrevolucionario del PRIAN y obligar a renunciar a
Peña Nieto por medio de “una rebelión no violenta para iniciar el proceso de
recuperación de la libertad de nuestro pueblo”. Finalmente termina haciendo
la siguiente convocatoria para las tareas inmediatas:

“Por todas estas razones te emplazo a modificar tu posición, a participar en
un amplio movimiento de unidad de todas las fuerzas progresistas,
nacionalistas, democráticas, de izquierda en el país, para detener primero,
y revertir después, estas contrarreformas neoliberales”.

Consecuencias de las derrotas

La situación de hoy está condenando a las grandes masas a ir de crisis en
crisis, de mal en peor. Noroña con su carta expresa que en el obradorismo
comienzan también a aparecer por fin signos evidentes de crisis. No es para
menos. El propio Noroña  tiene una trayectoria que incluye fuertes
cuestionamientos, después de todo él fue parte fundamental de la bancada de
diputados obradoristas en la legislatura de 2009-12. Su posición no se
diferenció en nada de la adoptada por AMLO y sus allegados en
acontecimientos clave que afectaron terriblemente a los trabajadores. Nos
referimos en especial a la liquidación por Calderón de la compañía de Luz y
Fuerza del Centro, con el aplastamiento consecuente que significó en 2009 el
golpe tremendo al más viejo sindicato, fundado durante los años
revolucionarios, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Esta derrota
de los trabajadores que sólo puede compararse con la que sucedió exactamente
50 años antes con motivo de la gran represión con el ejército de la huelga
ferrocarrilera por parte del gobierno priista de López Mateos en 1959,
provocó el hundimiento de proyectos de resistencia que tenían en el SME su
principal motor y guía. Aparte de declaraciones y actitudes rituales sin
efecto decisivo alguno, la dirección sindical de Martín Esparza no reaccionó
ni de lejos con la contundencia que el terrible golpe ameritaba. Y en ello
coincidió por completo con la dirección obradorista con la que tal liderazgo
sindical estaba ligada por múltiples lazos.

Igualmente es necesario recordar que desde 2006 ya era evidente la enorme
responsabilidad de AMLO en la dirección de un movimiento de masas de
proporciones colosales que en lugar de ser el bastión para los cambios
políticos drásticos necesarios, por ejemplo un paro nacional, fue dilapidado
y dejado como un mero factor de presión sin grandes consecuencias. Fue el
propio AMLO quien se jactaba que “no se rompió un vidrio” en la más grande
manifestación de descontento en la historia reciente de más de un millón de
personas que protestaban en la ciudad de México contra el fraude electoral
de julio de 2006. Y también en esos momentos de gran tensión en 2006, el
cretinismo electorero obradorista se expresó cuando en los días en que se
cernía la amenaza de represión sobre la Asamblea Popular de los Pueblos de
Oaxaca (APPO), AMLO decidió, en lugar de apersonarse en Oaxaca irse a
Tabasco a apoyar la campaña de un candidato ex priista del PRD. El tal
candidato resultó derrotado y la represión conjunta de la policía federal y
oaxaqueña aplastó a la APPO. 

Y ya en 2012 ¿cómo no señalar el escandaloso acuerdo electorero entre AMLO y
la dirección conciliadora de los Chuchos del PRD que le permitió a éstos
auparse en los más de 16 millones de votos conseguido por AMLO en las
elecciones presidenciales para sus acuerdos con Peña Nieto en el Pacto por
México?

Noroña avanza no precisamente un gran trecho en su crítica del curso
obradorista que ha resultado por completo  incapaz de organizar una
verdadera estrategia y un bloque popular resistente contra la feroz
contraofensiva de un poder depredador implacable en la consecución de sus
objetivos contrarrevolucionarios, pero ha producido una ruptura. Seguirán
otras.

El poder y el dinero

Una de las cuestiones principales que la situación actual pone en el centro
de la discusión del movimiento contra Peña Nieto y el bloque que lo apoya  y
se beneficia de las medidas de su gobierno, es la cuestión de la estrategia.

El meollo del discurso político de AMLO es el de la ideología liberal de
Benito Juárez, un discurso que se enfrentaba a los resabios de la colonia
española, a los poderes dominantes en la Nueva España que seguían siendo muy
poderosos en el México independiente: los grandes terratenientes y la
iglesia católica también propietaria de grandes extensiones de tierra. Pero
150 años después la sociedad mexicana es por completo diferente a la
prevaleciente en los tiempos de la Reforma  juarista.

El discurso liberal decimonónico se desplegaba fundamentalmente al nivel de
las instancias jurídicas, ideológicas y (anti)religiosas. Era un discurso
político en el sentido más limitado del término. Por ello para AMLO los
grandes problemas nacionales están hoy vinculados principalmente con el
funcionamiento del Estado, es un discurso estatista que fustiga la
antidemocracia y muy en especial la corrupción estatal. Sus enemigos son
ante todo, los altos dignatarios gubernamentales y por supuesto sus
partidos, en particular el PRI y el PAN, aunque hoy tendrá que confrontar
también a la alta jerarquía perredista.

Para él el panorama social y económico del país se concentra en el Estado y
en sus derivaciones políticas centrales. Cuando desciende de las alturas
políticas a los niveles sociales, ciertamente constata las grandes llagas
que hieren a la población: la miseria, los bajos salarios, el desempleo, la
violencia creciente. Pero jamás profundiza en la estructura económica que es
la causa primordial de la situación deplorable actual del pueblo mexicano.
No hay en él la menor elaboración sobre la situación del régimen capitalista
subordinado y dependiente a la economía mundial imperialista.

En el discurso de AMLO no se encuentra una sistematización de la crítica a
la voracidad y a la enorme corrupción de los capitalistas mexicanos y
extranjeros. En sus iracundas piezas oratorias no hay una denuncia a los
horrores del capitalismo. Sus objetivos no son anticapitalistas los únicos
cuya resolución podrán lograr el éxito de la lucha por mejores salarios, por
el pleno empleo, por el mejoramiento sustancial de las condiciones de
salubridad y educación públicas, por la desaparición del secreto bancario,
por la expropiación de los grandes negocios energéticos, industriales,
comerciales y financieros para ponerlos bajo el control de sus trabajadores.
Sin este programa anticapitalista la lucha por la verdadera transformación
revolucionaria no se puede plantear realistamente pues la fuente de la
catástrofe socioeconómica nacional es el sistema capitalista dominante.

El discurso obradorista se concibe como “republicano”. Es el de la ideología
liberal que aspira a crear un país como el que Juárez, según AMLO, quiso
para México e instauró en la República restaurada en el siglo XIX. Ni
siquiera enfatiza en su discurso político las gestas revolucionarias de los
caudillos plebeyos Zapata y Villa como los representantes más radicales de
los intereses populares en los acontecimiento de 1910-19.

La lucha revolucionaria hoy en día ciertamente se confronta al Estado,
entidad fundamental que avala, mantiene y preserva las condiciones de la
reproducción del capitalismo. El Estado es el centro nervioso del sistema,
pero el poder estatal capitalista no es el factor del dominio fundamental en
la sociedad burguesa. El poder absoluto socioeconómico, y en última
instancia decisivo al nivel político, pertenece a la clase dominante (con
sus diferentes fracciones, en especial los capitalistas trasnacionales y los
grandes burgueses “nacionales”). Pertenece a la clase propietaria de la
riqueza nacional, es decir, en la sociedad burguesa el poder absoluto es el
del dinero, es de la riqueza, es del Capital, es el origen de todas las
políticas y de todas las corrupciones. Poder en la sociedad burguesa
significa dinero. Por eso, por ejemplo, la cuestión de la corrupción
gubernamental, de los funcionarios, de los partidos, de los diputados y
senadores, en suma la corrupción y decadencia del sistema político
imperante, que constituye el objetivo central en el discurso obradorista no
se puede atacar meramente planteando la reducción de los honorarios y
enormes privilegios de los funcionarios públicos. Siendo evidente que es una
demanda completamente correcta, lo que fundamentalmente hay que añadir, y
ello no lo hace AMLO, es que el poder corruptor de los recursos en manos de
los capitalistas es cien veces mayor y circula sin freno alguno en todos los
niveles gubernamentales en la forma de sobornos, “moches”, coimas y los
numerosos métodos para comprar influencias y privilegios que tienen las
grupos capitalistas para penetrar e influir y determinar las decisiones del
gobierno.

El nuevo periodo

Estamos ante un nuevo periodo de la lucha de los trabajadores de México y es
evidente que las presiones, los reacomodos y las revisiones de las fuerzas
políticas estarán a la orden del día. Lo significativo de la carta abierta
de Noroña es que ha surgido una ruptura política indudable en el seno del
movimiento populista más poderoso del país y además claramente hacia la
izquierda del mismo, algo que no había sucedido desde 1988.

Las repercusiones están por verse pero de entrada se puede decir que los
argumentos y las propuestas responden a una situación real, a las
condiciones de cientos y de miles de trabajadores, estudiantes, maestros y
pueblo en general que se están haciendo muchas de las mismas preguntas de la
carta de Noroña.

El llamado final de la carta es sentido ampliamente por las diversas fuerzas
que consideran por completo agotada y contraproducente la estrategia
electoralista y conciliadora del PRD y ahora también de AMLO. Para nosotros
esta convocatoria no puede significar sino la lucha por un frente lo más
amplio y unido posible de las fuerzas de los trabajadores, de los pobres del
campo y las ciudades verdaderamente democráticas, revolucionarias e
independientes de la burguesía, el Estado y sus partidos. 

Del lado del gobierno de Peña la acción se desarrolla viento en popa. Uno de
los directores generales de Pemex declaró que las autoridades de la compañía
petrolera nacional se han reunido ya con los representantes de las
trasnacionales Chevron, Shell, Exxon, BP, Petrobras, Ecopetrol, PetroChina,
la empresa nacional iraní, Cubapetroleo, Petróleos de Venezuela entre otras.
Igualmente la Comisión Federal de Electricidad realiza negociaciones para la
construcción de infraestructura de energía eléctrica y gasoductos. (La
Jornada, 18.08.14).

Con las limitaciones inherentes a la posición política de Noroña, lo que
destaca de la polémica abierta por él es el sentimiento que ha estado
latente en innumerables manifestaciones, gritado en consignas de los
participantes pero jamás retomado por las direcciones conciliadoras. En
México las condiciones de un gran paro nacional están madurando en la medida
que los acontecimientos se aceleran, Noroña se está haciendo eco de un
sentimiento cada vez más compartido por grandes sectores de masas. Hasta hoy
ninguna dirección sindical, con excepción de la corriente magisterial
disidente la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación),
ha convocado a la preparación de un paro nacional. Ciertamente en los
sindicatos de petroleros, electricistas, telefonistas, de trabajadores de la
educación y de la salud serán necesarios poderosos movimientos de la base
para derrotar y echar abajo las direcciones burocratizadas conservadoras e
inmovilistas que tienen postrado al movimiento organizado de los
trabajadores. Pero la gravedad de la crisis plantea con toda su urgencia
este objetivo.

Las condiciones de un paro nacional han estado madurando aceleradamente. En
2006 una lucha radical contra el fraude gubernamental era muy posible que se
transformara en un gran paro nacional. Faltó la voluntad política
revolucionaria. 

Regionalmente existen experiencias de la maduración de las condiciones de
rupturas revolucionaria impulsada por las masas trabajadoras del campo y la
ciudad. Destacan los ejemplos del EZLN en Chiapas todavía vigente y el de la
APPO en Oaxaca reprimido. La descomposición social y sus repercusiones de
corrupción y represión crudas en todos  los niveles gubernamentales ha
producido el surgimiento de los grupos de autodefensa en especial en los dos
estados en que esas condiciones de descomposición están muy avanzadas
Guerrero y ante todo Michoacán, pero los brotes de las autodefensas están en
Jalisco, en Sinaloa, en Tamaulipas y se propagarán en la medida en que el
gobierno federal continúe con su política de intervenir militar y
policiacamente en los estados sin realmente ir al fondo a la solución de los
problemas del desempleo, la existencia de poderosos carteles de narcotráfico
y la corrupción consiguiente que conllevan.

Hacia una estrategia revolucionaria

Para triunfar es necesario una estrategia revolucionaria correcta. No es
posible lograr victorias de otra forma.  La estrategia del triunfo es la
anticapitalista. Una lucha que aspire al surgimiento de un México nuevo en
el que su destino recaiga en manos de las masas trabajadoras y sus aliados
pobres y oprimidos del campo y las ciudades. La organización revolucionaria
es clave para lograr este objetivo: una organización que incluya a las
fuerzas verdaderamente independientes, democráticas e internacionalistas.

La voluntad política para lograr estos objetivos también está madurando. Los
proyectos de alianza y coaliciones prosperan cada vez más. Todavía no cuajan
en la constitución de un real frente nacional de lucha contra el gobierno de
Peña Nieto y su política pero la tendencia apunta a que ello sucederá con la
participación consciente y decidida de los sectores en movimiento.
Destaquemos dos de ellos.

En San Salvador Atenco 112 organizaciones se reunieron el 16 y17 de agosto
convocados por el Frente en Defensa de la Tierra del lugar cuya lucha
heroica data de más de una década defendiendo sus tierras contra el
megaproyecto de un nuevo aeropuerto para la megalópolis del valle de México.
Entre los participantes se encontraban representantes de poblaciones que
defendían sus territorios de los proyectos depredadores de minería a cielo
abierto, gasoductos, terminales eléctricas, aeropuertos, despojos de
empresas petroleras y gaseras.

Convocado por las normales rurales se reunirán cientos de organizaciones
campesinas, sindicales, estudiantiles y de pobladores en general en el
Congreso Social de Ayotzinapa, Guerrero los días 30 y 31 de agosto para
discutir variados temas entre los cuales la cuestión de la convocatoria de
una Asamblea Constituyente.

Son jalones de organizaciones, promesas de combates, expresiones de un
movimiento social que va madurando a un ritmo cada vez más acelerado para
ponerse a tono con la velocidad de la crisis que está precipitando a México
a una cita fundamental de su historia en este inicio del siglo XXI,
exactamente en las fechas en que se celebra el centenario de los triunfos
más significativos de los ejércitos plebeyos de Villa y Zapata en la
Revolución mexicana.

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