Memoria/1914/ Lenin: la "nueva época de guerras y revoluciones" [Lars T. Lih]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Jul 29 23:28:46 UYT 2014


  _____  

Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 29 de julio 2014

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

 <http://www.alencontre.org/> www.alencontre.org

  _____  

Memoria/1914

Centenario de la Primera Guerra Mundial

Lenin en 1914: La “nueva época de guerras y revoluciones” (*)

Lars T. Lih 

A l’encontre – La Breche

http://alencontre.org/

Traducción de Viento Sur

La Primera Guerra Mundial, resultado de conflictos interimperialistas, es
objeto de numerosas publicaciones en este año de “conmemoraciones”. Sin
embargo, un profundo silencio reina en “la izquierda de la izquierda” sobre
los debates estratégicos, relacionados con el análisis del contexto mundial,
en la socialdemocracia internacional revolucionaria de antes de 1914.
Debates que apuntan a la dialéctica entre imperialismo, guerra y revolución.
¿El estallido de la Primera Guerra Mundial llevó a Lenin a romper con el
marxismo de la II Internacional? En este fragmento de un libro que será
publicado a finales de 2014, traducido por la redacción de A l’encontre,
Lars T. Lih explica que lo cierto es justamente lo contrario. Este
historiador rompe así con quienes no han examinado con cuidado el
encadenamiento de las elaboraciones que, a principios del siglo XX,
realizaron estos dos intelectuales militantes, Kautsky y Lenin, a quienes la
guerra y la revolución separaron más tarde. Lars T. Lih es autor, entre
otras, de una obra de referencia, y por tanto tema de debate, titulada Lenin
Rediscovered. What is to Be Done? In Context. Ed. Haymarket, Historical
Materialism Book Series, 2008. (Redacción de A l’Encontre)

En octubre de1914, poco después del estallar la Primera Guerra Mundial,
Lenin escribe a su camarada Alexandre Chliapnikov (1885-1937): “En adelante
odio y desprecio a Kautsky más que a nadie, por su vil, sucia y
autosatisfecha hipocresía”. Este mordaz resumen de la actitud de Lenin
respecto de Kautsky, que se mantendría sin cambios el resto de su vida, se
cita a menudo.

Pero, en última instancia, para comprender la visión de Lenin, hay otro
comentario más útil. Cuatro días más tarde, Lenin escribía al mismo
Chliapnikov:

“Busque sin falta y vuelva a leer (o pida que se lo traduzcan), “El camino
del poder” de Kautsky y ¡mire qué escribió a propósito de la revolución en
nuestra época!¡ Y cómo hoy juega al conformismo y reniega de todo eso!” [1]

Lenin siguió su propio consejo. En diciembre del 1914, se tomó el tiempo de
hojear el libro y reunió página y media de citas que incluyó en un artículo
titulado Chovinismo muerto y socialismo vivo. Allí escribió: “He aquí lo que
Kautsky escribía hace mucho, mucho tiempo, era hace cinco años. Esto era la
socialdemocracia alemana o, más exactamente, lo que pretendía ser. Era el
tipo de socialdemocracia que podía y debía ser respetada”. [2]

Se pueden extraer de estos comentarios tres afirmaciones cruciales sobre el
impacto de la Primera Guerra Mundial en Lenin. En primer lugar, Lenin,
reafirmó apasionadamente la perspectiva que tenía el ala de la II
Internacional que él y otros llamaban “la socialdemocracia revolucionaria”.
No la rechazó ni la replanteó. En segundo lugar, a pesar de su enfado por
las acciones de Karl Kautsky (Praga 1854-Amsterdam 1938) después del
estallido de la guerra (Kautsky en 1914 se alinea con la mayoría de la
socialdemocracia alemana y vota a favor de los créditos de guerra), Lenin
continuó considerando al Kautsky anterior a la guerra como el portavoz más
perspicaz de la socialdemocracia revolucionaria. En tercer lugar, lo más
importante para Lenin en ese crucial momento, era el análisis que Kautsky
había elaborado de la “revolución de nuestra época” o ,en la fórmula más
expresiva del propio Kautsky, “la nueva época de guerras y revoluciones”.

Según el relato habitual, el sentimiento de traición causado por el apoyo a
la guerra de los partidos socialistas chocó tanto a Lenin, que emprendió una
revisión radical que le llevó a rechazar el “marxismo de la II
Internacional”, a renunciar a su antigua admiración por Kautsky y a retornar
a las fuentes originales del marxismo. El trabajo de repensar el marxismo se
asocia a menudo con su intenso estudio de la Ciencia de la lógica de Hegel
en otoño de 1914. Una serie de nuevas ideas innovadoras, encontradas en los
escritos de Lenin durante la guerra, revelarían el impacto de la nueva
comprensión del marxismo por Lenin.[3]

El relato alternativo

El relato habitual que acabamos de resumir, se convierte en más plausible,
si obviamos dos cosas cruciales. Para empezar, la retórica de agresiva
carencia de originalidad de Lenin en 1914-1916. Lenin insistió de nuevo, sin
cesar, con una vehemencia especial, que él solo respetaba el consenso
existente en la socialdemocracia revolucionaria anterior a la guerra. Lo que
también se olvida es el contenido concreto del consenso marxista de antes de
la guerra, especialmente la parte fundamental para Lenin, es decir, el
análisis que Kautsky había hecho de la “revolución de nuestra época”.
Recientes estudios han hecho más difícil ignorar estas cuestiones [4]. El
objetivo del presente ensayo es proporcionar una visión alternativa que no
olvide estos hechos básicos. Mi interpretación de los hechos se puede
resumir como sigue:

Durante los años 1902 a 1909, Karl Kautsky elaboró un escenario del estado
del mundo que más tarde ejerció una gran influencia en Lenin. El tema
central de este escenario es que el mundo estaba entrando en una “nueva
época de guerras y revoluciones”, caracterizada sobre todo por un sistema
global de interacción revolucionaria. Para Lenin esta visión se plasmó en el
Manifiesto de Basilea de 1912, que veía como un resumen de la posición de la
socialdemocracia revolucionaria. El escenario de Kautsky y los contenidos
del Manifiesto de Basilea se volvieron parte integrante de la perspectiva de
los bolcheviques en el periodo inmediatamente anterior a la guerra, como
aparece no solo en los artículos de Lenin, sino también en los de sus
lugartenientes, Zinoviev et Kamenev.

El estallido de la guerra llevó a Lenin a insistir en la continuidad entre
lo que él consideraba como el consenso del marxismo revolucionario anterior
a la guerra y el programa bolchevique de 1914-1916. Esta continuidad explica
por qué llegó rápidamente a este programa básico –un programa que permaneció
sin cambios hasta el inicio de 1917. A lo largo de los años de la guerra
1914-1916, Lenin adoptó una actitud de llamativa carencia de originalidad y
unió su propia posición lo más estrechamente posible al escenario del
Kautsky anterior a la guerra y al Manifiesto de Basilea.[ver en la web
alencontre.org, el artículode Georges Haupt: "Guerre ou révolution?
L’Internationale et l’Union sacrée en août 1914”] En sus polémicas con los
camaradas de la izquierda, eran ellos los innovadores y él quien defendía
ardorosamente la continuidad ideológica. Cualquiera que fueran la
originalidad y las profundas ideas de sus argumentos y análisis, las
posiciones que defendió no eran originales y estaba orgulloso de ello.

La reacción de Lenin al estallido de la guerra no se puede entender si no se
capta profundamente el escenario de la interacción revolucionaria mundial
expuesto en los escritos de Karl Kautsky. La primera parte de mi ensayo,
incluida en el presente artículo, trata de resumir la visión que tenía
Kautsky de la nueva época de guerras y revoluciones. La parte siguiente
analiza el Manifiesto de Basilea de 1912 que Lenin consideraba como una
expresión fundamental del consenso anterior a la guerra. La tercera parte
está consagrada a los artículos escritos entre 1910-1912, por el portavoz
bolchevique, Lev Kamenev. Kamenev volvió a publicar esos artículos en 1922
con el fin de ilustrar la continuidad de las posiciones bolcheviques antes y
durante la guerra y lo hace admirablemente.[5]

Estas tres partes establecen las bases de mi interpretación de la reacción
de Lenin al estallido de la guerra y las actuaciones de los partidos
socialdemócratas europeos. Pero antes de centrarme en la reacción de Lenin,
voy a esbozar una interpretación alternativa. Una de las versiones más
sorprendentes e influyentes en la versión habitual del nuevo radical
planteamiento de Lenin, atañe a su lectura de La ciencia de la lógica de
Hegel y al dominio más profundo de la dialéctica que le dio esta lectura. No
contesto las afirmaciones filosóficas de los autores que proponen esta
interpretación, porque creo que sus argumentos históricos de la influencia
de Hegel en la posición de Lenin durante la guerra no resisten un somero
examen.

La interpretación hegeliana (como voy a llamarla) dibuja un retrato
sorprendente de Lenin durante los primeros meses de la guerra, en un
aislamiento político total. Lenin se retira de bullicio de la actividad
política, se encierra en la biblioteca universitaria de Berna con Hegel y
sale de allí solamente después de haber repensado las bases dialécticas del
marxismo. Su nueva visión encuentra dónde expresarse, entre otros, en los
escritos sobre la autodeterminación nacional de finales de 1916.

Las últimas dos partes de mi ensayo están consagradas a evaluar las dos
interpretaciones alternativas a la luz de los hechos. Para empezar, examino
los siete meses posteriores al inicio de la guerra en agosto de 1914, hasta
la Conferencia de los bolcheviques emigrados que se celebra en febrero de
1915 en Berna; después dedico la parte final a los escritos de Lenin sobre
la autodeterminación nacional a finales de 1916. Concluyo que Lenin tenía
razón al destacar la continuidad entre su plataforma política durante la
guerra y el consenso anterior a ella de los “socialdemócratas
revolucionarios” a propósito de la “nueva época de guerras y revoluciones”
que asomaba a la vuelta de la esquina.

El escenario de Kautsky

«Una época de desarrollo revolucionario ha comenzado. La época de los
avances lentos, casi imperceptibles, va a ceder el paso a una época de
revoluciones, de bruscos saltos hacia delante, quizás de grandes derrotas
ocasionales, pero también –tenemos que tener confianza en el proletariado–
de grandes victorias a fin de cuentas” (Karl Kautsky, 1905)

Kautsky publicó la Revolución social en 1902, Socialismo y política
colonial, en 1907 y El camino del poder en 1909.[6] En las tres obras, al
igual que en varios artículos importantes e influyentes, Kautsky dibujaba
una visión global del mundo contemporáneo. Los elementos clave del escenario
de Kautsky eran los siguientes:

1. Después de una generación de estabilidad y de progreso gradual, Europa y
el mundo entran en una nueva etapa de guerras y revoluciones que estará
marcada por profundos conflictos y rápidos cambios en la correlación de
fuerzas.

2. La nueva época de guerras y revoluciones difiere principalmente de la
precedente, que duró de 1789 a 1871, en su amplitud mundial y en la nueva
intensidad de las interacciones, hechas posibles por las crecientes
relaciones entre los países y en especial de los nuevos medios de
comunicación que permiten un acceso acelerado a las ideas y a las técnicas
modernas.[7]

3. La transición de una situación no revolucionaria a una situación
revolucionaria requerirá tácticas radicalmente nuevas.

4. Las revoluciones que marcan esta nueva época se reparten en dos grandes
categorías: la revolución socialista que está a la orden del día en Europa
occidental y en América del Norte, y las revoluciones democráticas que lo
están en otras partes del mundo. Las revoluciones democráticas se pueden
subdividir principalmente en tres tipos: las revoluciones democráticas para
conseguir ciertas libertades y derribar la opresión absolutista; las
revoluciones de autodeterminación contra la opresión nacional; las
revoluciones anticoloniales contra la opresión extranjera.

5. Ni qué decir tiene que una revolución socialista todavía no está “madura”
en Europa occidental. Una agudización de los antagonismos de clase es uno de
los indicadores de que estamos en vísperas de una revolución socialista.
Toda política que no rechazara firmemente el oportunismo y la colaboración
de clases sería un suicidio político.[8]

6. Los cuatro tipos de revolución se entremezclan e interactúan de manera
imprevisible, pero esto sin duda va a aumentar la intensidad de la crisis
revolucionaria mundial. En consecuencia, el escenario de futuro debe quedar
enormemente abierto.

7. La interacción mundial supone el rechazo de modelos simplistas en los que
los países “avanzados” muestran a los países “atrasados” la imagen de su
futuro. Por ejemplo, en dos aspectos cruciales, Alemania ve la imagen de su
futuro en la Rusia “atrasada”. [9]

8.Los principales tipos de interacción mundial son: la intervención directa,
como la conquista, las inversiones y la dominación colonial; la observación
de la experiencia de otros países que permite a los rezagados alcanzar
rápidamente y sobrepasar a los más avanzados; la repercusión directa de
acontecimientos revolucionarios, debida al entusiasmo de unos y al pánico de
otros, la ruptura de ciertos vínculos y el establecimiento de otros.[10]

9.El mundo capitalista va intentar protegerse de los cambios revolucionarios
mediante diversos medios, en particular, el imperialismo, el último refugio
del capitalismo” [11]. Las ideologías imperialistas y militaristas pueden
retrasar el hundimiento, al permitir a la aristocracia obrera obtener una
parte de los beneficios coloniales y presentándolo como una salida plausible
a la inminente crisis. Sin embargo, estos intentos fracasarán ya que el
mundo se lo han repartido ya las potencias imperialistas. 12]

 

10.El imperialismo y el militarismo han aumentado en gran medida las
probabilidades de guerra, pero el proletariado no tiene un objetivo propio
en las guerras entre potencias imperialistas y por tanto, no va a unirse a
las clases dominantes para hacer la guerra. El papel de la guerra como
incubadora de la revolución probablemente sea muy grande y existirá una
fuerte correlación entre derrota y revolución.[13]

11.Únicamente una plataforma radicalmente antirracista permitirá a la
socialdemocracia orientarse en las turbulencias que vendrán con el cambio
revolucionario. La condescendencia racista impide incluso a algunos
socialdemócratas apreciar un hecho básico de la política mundial: las
colonias van a exigir, luchar y ganar su independencia.

12.Rusia ocupa una posición crucial en el proceso de las situaciones
revolucionarias globales. Los triunfos y los retrocesos de la revolución
rusa van a tener un amplio eco en otros países.[13]

Estos eran los rasgos fundamentales del escenario de interacción
revolucionaria mundial de Kautsky. Lo que queda por mostrar, es la manera
cómo estas propuestas se articulan entre ellas para formar un sistema,
puesto que como sistema fueron retomadas por Lenin.[15]

Colonialismo y democracia

Kautsky había adelantado su visión de la situación en Europa occidental ya
en 1902, en su polémica contra la concepción oportunista de que los
antagonismos de clase estaban disolviéndose (la figura principal de esta
corriente era Eduard Bernstein). Para Kautsky era justo lo contrario: el
antagonismo de clase se agudizaba justamente porque el dominio de los
cartelesde empresas en la metrópoli y las políticas coloniales en el
exterior mostraban que el capitalismo atravesaba su fase final y que la
revolución socialista estaba al orden del día.

Según él, conforme los cárteles crecen y se expanden, más clara es la prueba
de que el modo de producción capitalista ha sobrepasado el estado en el que
podía ser el agente más potente del desarrollo de las fuerzas productivas y
la prueba de que frena cada vez más ese desarrollo y crea condiciones cada
vez más insoportables... El socialismo se ha convertido en una necesidad
económica ya hoy; solo el poder determinará cuando llegará.[16]

En su esfuerzo por “ponerse colorete en sus ajadas mejillas para parecer
sana y juvenil “, la sociedad burguesa recurre al militarismo y al
imperialismo, como un imperativo económico, como un conjunto de ideologías
que prometen una salida al callejón amenazador del desarrollo capitalista y
como un medio de sobornar a las capas superiores de la clase obrera. Como
Kautsky había remarcado en 1906, en Inglaterra (al contrario que en Rusia o
la India) la explotación capitalista era “una forma de enriquecer el país,
de acumular un botín siempre creciente obtenido saqueando el planeta entero.
Incluso las clases desposeídas se aprovechan de muchas maneras de este
pillaje”. Esta especie de explicación de la ausencia de militancia obrera en
el Reino Unido y en otros lugares era habitual en la socialdemocracia
anterior a la Primera Guerra Mundial.[17]

La expansión colonial no era más que un remedio a corto plazo a los males
del capitalismo, porque inexorablemente llevaría al aumento de conflictos
tanto en la metrópoli como en el exterior. Puesto que el mundo estaba
prácticamente repartido, la expansión colonial solo podía llevar a
conflictos armados entre las potencias imperialistas. La opresión
imperialista llevaría también a luchas coloniales por la independencia
nacional que destruirían el sistema imperialista cuando fueran coronadas por
el éxito. “El capitalismo inglés va a sufrir un horrible desmoronamiento
cuando los países oprimidos se subleven y rechacen pagar tributos”. [18]

Llegamos ahora al segundo nivel del sistema de interacción revolucionaria
mundial, a saber, las revoluciones democráticas contra la opresión
absolutista, nacional y colonial. Kautsky habló mucho sobre cada uno de
estos tipos de revolución democrática. La principal lucha revolucionaria
para la destrucción del absolutismo y el establecimiento de las libertades
políticas, estaba sucediendo en Rusia. Lo que hay que destacar es que
Kautsky daba su aprobación, con toda su autoridad , a la estrategia
bolchevique para dirigir la revolución anti zarista: una apuesta por el
campesinado ruso como combatiente por la transformación democrática del país
[19]. Casi se podíatachar a Kautsky de bolchevique honorario y así era
considerado por las partes interesadas en la socialdemocracias rusa y
alemana.

A propósito de las revoluciones nacionales por la autodeterminación, Kautsky
y Lenin compartían una posición que rechazaba tanto la sobrevaloración del
papel de la nacionalidad por la socialdemocracia austriaca, como su
subestimación por Rosa Luxemburgo en Polonia. El convencimiento fundamental
compartido por los dos hombres era la idea de que “las masas no pueden
entusiasmarse de forma duradera por el socialismo más que allí donde y en la
medida en que la cuestión nacional se resuelva” [20]. A partir de ahí, tanto
Kautsky como Lenin argumentaban que el derecho a la autodeterminación debía
ser respetado, aunque la socialdemocracia no abogaba necesariamente para que
este derecho fuera ejercido en casos concretos. Se debía combatir el
separatismo de las organizaciones socialistas y de otras organizaciones
obreras. El chovinismo de gran potencia (alemanes contra polacos en el caso
de Kautsky, rusos contra distintas nacionalidades en el caso de Lenin) debía
ser combatido para evitar ofender los sentimientos de la nacionalidad
oprimida. La solución última a los nacionalismos es garantizar a las
minorías nacionales que sus derechos democráticos serán respetados.[21]

La actitud de Kautsky en relación a los movimientos de liberación nacional
en las colonias, se puede ver mejor en la respuesta que dio en 1907 a un
grupo de socialdemócratas iraníes, que no estaban seguros de que fuera
conveniente la participación de los socialdemócratas en la lucha contra el
capital extranjero [22]. Kautsky respondió: “los luchadores socialistas no
pueden adoptar una actitud pasiva en relación a la revolución y quedarse de
brazos cruzados. Y si el país no está suficientemente desarrollado para
tener un proletariado moderno, solo un movimiento democrático
(pre-socialista) contra la dominación extranjera ofrece a los socialistas la
posibilidad de participar en la lucha revolucionaria”.

Y Kautsky aconsejó a sus compañeros iraníes que los socialdemócratas pueden
tener que participar “como simples demócratas en las filas de los demócratas
burgueses y pequeñoburgueses”. No obstante, siempre tendrán una perspectiva
más amplia, porque para ellos “la victoria de la democracia no es el fin de
la lucha política, sino solo el inicio de una nueva lucha desconocida, que
era prácticamente imposible en el régimen absolutista”. Esta nueva lucha no
solo requiere la libertad política sino la independencia nacional. La lucha
socialdemócrata contra el capitalismo en países como Irán puede no ser capaz
de colocar la revolución socialista entre las prioridades inmediatas, sin
embargo, esta lucha va a “debilitar el capitalismo europeo y conferir una
fuerza mayor al proletariado europeo... Persia y Turquía, luchando por su
propia liberación, luchan también por la liberación del proletariado
mundial”. 

En 1909, Kautsky subrayó de nuevo que los rebeldes anti coloniales eran a
menudo partidarios del capitalismo. “Esto no cambia en nada el hecho de que
debilitan el capitalismo europeo y sus gobiernos y que introducen en el
mundo un elemento de perturbación política”.[23]

Los sentimientos de Kautsky hacia la liberación colonial eran profundos.
Según su biógrafo, Gary Steenson, Kautsky ya había predicho en artículos
escritos en los años 1880 que “la modernización, aunque demasiado gradual,
de los países colonizados, produciría en última instancia, sublevaciones
indígenas contra la dominación de los europeos”. En consecuencia, subrayaba
“los intereses comunes y una posible coalición del proletariado industrial
de las naciones europeas y de los nativos de las colonias” [24]. La actitud
de Kautsky hacia los los movimientos de independencia colonial no era debida
solamente a la observación empírica y a la estrategia política sino también
a su visceral antirracismo.

“La política colonial del imperialismo está basada en en el postulado de que
los pueblos que gozan de la civilización europea son los únicos capaces de
un desarrollo independiente. Los hombres de otras razas son considerados
como niños, como idiotas o como bestias de carga, según el grado de
animadversión con el que se les trate; en cualquier caso, como seres que
tienen un nivel de desarrollo inferior y que pueden ser gobernados como se
quiera. Incluso los socialistas actúan según este supuesto cuando intentan
llevar a cabo una política de expansión colonial-moral. Pero la realidad les
ha enseñado rápidamente que el principio de nuestro partido de que todos los
hombres son iguales, no es una figura retórica sino una fuerza muy real”.
[25]

El escenario de una nueva época descrito por Kautsky era un sistema mundial
de interrelación revolucionaria, en primer lugar, por el papel que jugaban
en él los movimientos de liberación nacional. Como escribía en El camino del
poder: “Hoy, las batallas en la lucha por la liberación de la humanidad
trabajadora y explotada no se libran solo en el Spree y el Sena, sino
también en el Hudson y el Misssissipi, en el Neva y en los Dardanelos, en el
Ganges y el Hoang Ho.” [26]

Interacción

En el escenario de Kautsky, los diversos tipos de revolución no se
desarrollan solamente en sus propias vías de forma aislada ,sino que están
afectados profundamente en todos los aspectos por la interacción mundial.
Kautsky definió claramente la lógica de lo que más tarde sería denominado el
“desarrollo desigual y combinado” o, en palabras de Kautsky, la “combinación
de formas de sociedades y estados más avanzadas con formas más atrasadas.”

“Las naciones atrasadas aprendieron de las más avanzadas desde tiempos
inmemoriales, por eso a veces han sido capaces de superar por medio de un
gran salto varias etapas de desarrollo que sus predecesores habían escalado
trabajosamente.

De esta forma, aparecen variaciones ilimitadas en la senda histórica del
desarrollo de las naciones... Y conforme más se incrementan estas
variaciones, el aislamiento de las naciones individuales disminuye, más se
desarrolla el comercio mundial y más nos acercamos a la era moderna. Esta
variación se ha vuelto tan grande que varios historiadores niegan que
existan leyes de la historia. Marx y Engels lograron descubrir las leyes que
gobiernan estas variaciones, pero solo nos suministraron el hilo de Ariadna
para encontrar el propio rumbo en el laberinto de la historia, no han
conseguido convertir el laberinto en una zona urbana moderna con calles
uniformes, rígidamente paralelas.” [27]

He bosquejado el escenario de la interacción revolucionaria mundial. Antes
de continuar, hay que destacar algunas consecuencias que Kautsky extrajo del
mismo sobre la época de guerras y revoluciones que se acercaba. Una de esas
consecuencias es la posición privilegiada de Rusia en el sistema.

En 1902, Kautsky escribió un artículo para el periódico clandestino de Lenin
Iskra, titulado Los eslavos y la revolución donde afirmaba que “el centro
revolucionario se desplazaba del oeste al este”. La “puesta en marcha del
espíritu revolucionario” en el pueblo ruso va a conducir a “grandes acciones
que no pueden dejar de influir en el oeste de Europa “ y la sangre de los
mártires revolucionarios rusos va a “abonar los brotes de la revolución
social en todo el mundo civilizado.”[28] A Lenin le gustaba tanto este
artículo que leyó largos extractos en 1920 en la celebración pública de su
50 cumpleaños. Poco tiempo después, incluyó fragmentos en su folleto El
izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo, destacando “¡qué bien
escribía Kautsky hace 18 años!”[29]

En los años posteriores a 1905, Kautsky describe a menudo este año como un
cambio de rumbo en los asuntos del mundo que inauguró un “periodo de
disturbios continuos en todo Oriente” (refiriéndose tanto a Asia oriental
como al mundo islámico).[30] 

Para él, el acontecimiento que desencadenó la nueva época no era solo la
Revolución rusa en sí misma, sino la victoria de Japón sobre la Rusia
zarista, una victoria que puso fin al “complejo de inferioridad” de los no
europeos y les dio confianza en sí mismos.[31]

Sin embargo, la imagen de Rusia que emerge de los abundantes escritos de
Kautsky sobre el tema, es la de un país cuyas proezas revolucionarias tenían
una gran influencia sobre la revolución socialista en Europa occidental, la
revolución nacional en Europa oriental y sobre los movimientos de liberación
nacional “en Oriente”.

Kautsky argumentaba que la situación revolucionaria que se anunciaba en un
futuro muy cercano iba a requerir un cambio radical de táctica. Era el punto
–ampliamente incomprendido hoy– que intentaba establecer en 1910 con su
famosa distinción entre una “estrategia de desgaste” y una “estrategia de
derrocamiento”. Kautsky explicaba que “el desgaste” (la actividad habitual
del Partido Socialdemócrata alemán, de educación socialista y de fuerte
organización), era conveniente para una situación normal, no revolucionaria,
mientras que el “derrocamiento” (huelgas generales de masas y otros medios
de presión no parlamentarios) convenía a una situación verdaderamente
revolucionaria. Kautsky añadía que, si bien en ese momento Alemania estaba
todavía en una situación no revolucionaria, se podía esperar sin embargo que
pronto alcanzaría una crisis revolucionaria.[32]

Lenin tomó la palabra a Kautsky. Escribiendo en 1910, indicaba que “Kautsky
dijo claramente y directamente que la transición (a una estrategia de
derrocamiento) es inevitable en una fase avanzada del desarrollo de la
crisis política.” [33]. Por esto Lenin minimizaba la importancia del
conflicto entre los dos bolcheviques honorarios del Partido alemán pues
Kautsky y Rosa Luxemburgo creían que era eminente un giro comparable al del
Domingo Sangriento de enero de 1905. La única diferencia estribaba en saber
si el giro se produciría “ahora o todavía no, en este momento o en el
siguiente.”[34]

Un socialdemócrata polaco próximo a los bolcheviques, Julian Marchlewsky,
equiparó a Lenin y Kautsky en esta cuestión: “Lenin recomienda (en 1909), si
se quiere, lo mismo que Kautsky (un año después): la aplicación de la
estrategia de derrocamiento y de la estrategia de desgaste cada una en el
momento oportuno.”[35]

Ya en 1902, Kautsky había llegado a la conclusión de que “debemos de asumir
la posibilidad de una guerra en un futuro cercano y por tanto, también la
posibilidad de convulsiones políticas que desemboquen directamente en
levantamientos proletarios o al menos en la apertura de un camino hacia
tales levantamientos.”[36] En cualquier guerra de este tipo entre potencias
imperialistas –en contraposición a los movimientos de liberación nacional o
colonial– el proletariado no tendría ninguna razón para luchar codo con codo
con los burgueses. Como Kautsky escribía en 1907:

“La burguesía y el proletariado de una nación están igualmente interesados
en su independencia nacional y su autodeterminación, en la eliminación de
cualquier forma de opresión y explotación por una nación extranjera. (Pero
en la etapa actual del imperialismo) no se puede esperar en ningún lugar una
guerra en defensa de la libertad nacional en la que burgueses y proletarios
puedan unirse... En el momento presente, los conflictos entre estados no
pueden provocar una guerra en la que los intereses del proletariado no se
opongan a ella firmemente, como un deber” [37]

Mirando hacia atrás, Lenin insistió con vehemencia en el consenso marxista
anterior a la guerra de que el estallido de la misma llevaría casi por
definición a una situación revolucionaria. Las citas siguientes –una de
inicios de 1916 y la otra de de finales de 1918– ilustran la retórica de
Lenin de “agresiva falta de originalidad”:

- “El que hoy niega la acción revolucionaria(Kautsky) es la misma autoridad
de la II Internacional que en 1909 escribió un libro entero, ’El camino del
poder’, traducido a las principales lenguas europeas, para demostrar el
vínculo entre la futura guerra y la revolución”. [38]

- “Mucho antes de la guerra, todos los marxistas, todos los socialistas,
estaban de acuerdo en considerar que una guerra europea provocaría una
situación revolucionaria...Por tanto, la espera de una situación
revolucionaria en Europa no era una obsesión de los bolcheviques, sino una
opinión generalizada entre todos los marxistas.”[39]

Lenin declaró en una ocasión que había leído prácticamente todo Kautsky y
verdaderamente es difícil de creer que alguien de su generación conociera la
obra de Kautsky tan bien como él.[40] Todo lo que Lenin dice sobre Kautsky
hay que tomarlo muy seriamente. Los estudios recientes están comprendiendo
la tesis de Lenin según la cual “la nueva época de guerras y revoluciones”
era un tema central en los escritos de Kautsky en el cambio de siglo. En
esta primera parte, he mostrado cómo este tema dota de unidad dinámica a
amplio abanico de posiciones y argumentos de Kautsky.[41] 

(*) El texto es la primera parte de un artículo de Lars T.Lih en una obra
colectiva de próxima aparición: A. Anievas (éd.), Cataclysm 1914: the First
World War and the making of modern World Politics (Historical Materialism
book series), Brill, Leyde, 2014.

Notas

1] W.I.Lenin, Chosen Works, Nueva York 1960-68, Vol. 35, p.167; W.I. Lenin,
Polnoe sobranie sochinenii, Moscou, 1958-64, Vol 49, p.24 (cartas del 27 de
octubre, y 31 octubre de 1914).

[2] W.I. Lenin, Polnoe sobranie sochinenii, Moscou, 1960-68, Vol. 21,
pp.94-101, «Chauvinisme mort et socialisme vivant» (diciembre de 1914). Para
mayor discusión, ver L.T. Lih, «Lenin’s aggressive unoriginality 1914-16»,
Socialist Studies, 5, 2, 2009: pp.90-112.

[3] Una discusión más detallada del relato habitual va a aparecer en
Cataclysm 1914.

[4] Ver R. Day et D. Gaido (eds.), Witnesses to permanent revolution: the
documentary record, Leyde, 2009; igualmente R. Day et D. Gaido (eds.),
Discovering imperialism: social democracy to World War I, Chicago, 2011; y
los documentos traducidos por Ben Lewis et Maciej Zurowski: K Kautsky,
Nationalité et internationalité (1907- 08) Critique, 37, 3, 2009, pp.371-389
y Critique 38, 1, 2010, pp.143-63; M. Macnair (éd.), Kautsky sur le
colonialisme, Londres, 2013. Las relaciones de Lenin con Kautsky es un tema
que aflora en todos mis escritos sobre Lenin. Para los años de la guerra,
ver en particular «Lenin and Kautsky, the final chapter», International
Socialist Review, No.59, 2008; «Lenin’s aggressive unoriginality, 1914-16»,
Socialist Studies 5, 2, 2009, pp.90-112; «Kautsky when he was a Marxist
(Database of post-1914 comments by Lenin)», Historical Materialism 2011:
http://www.historicalmaterialism.or... 2011a.

[5] La discusión completa contenida en la segunda y tercer parte aparecerá
en Cataclysm 1914.

[6] Para las traduciones inglesas de estas tres obras, ver K. Kautsky, The
social revolution, Chicago, 1902; K. Kautsky, Socialism and colonial policy
(1907): www.marxists.org/archive/kau... colonial/index.htm; K. Kautsky, The
road to power: political reflections on growing into the revolution (1909),
New Jersey, 1996. Las tres obras están disponibles en inglés en Marxists
Internet Archive.

[7] Por falta de espacio, no puedo documentar de forma completa las ideas de
Kautsky. En relación a cuestiones que no se discuten específicamente aquí,
he proporcionado referencias a las observaciones pertinentes que se pueden
encontrar en R. Day et D. Gaido (éds.), Witnesses to permanent revolution:
the documentary record, Leyde, 2009, pp.183, 395-396 (sobre Japón), p. 640.

[8] Ibid, p.536.

[9] Ibid, p.219.

[10] Ver en particular K Kautsky, «Questions révolutionnaires» (1904) dans
R. Day et D. Gaido (éds.),Witnesses to permanent revolution: the documentary
record, Leyde, 2009; et K. Kautsky, «Les conséquences de la victoire
japonaise et la social-démocratie» (1905), en el mismo libro.

[11] K. Kautsky, Der Weg zur Macht 1909. Karl Kautsky, El camino del poder,
traducido por A.P. V.Giard et E.Brière, 1910; Editions Anthropos, 1969. The
Road to Power, New Jersey 1996, chapitre 9.

[12] R. Day et D Gaido (éds), Witnesses to permanent revolution: the
documentary record, Leyden, 2009, p.400.

[13] Ibid, p.386.

[14] Ibid, p.184.

[15] Georg Lukács ofrece un excelente análisis de la naturaleza sistemática
de la concepción que tenía Lenin de la situación mundial, aunque no muestre
que las raíces están en Kautsky y en otros: G. Lukács, Lénine, une étude de
l’unité de sa pensée (1924), EDI, Paris, 1965.

[16] Karl Kautsky, Sozialismus und Kolonialpolitik (Le socialisme et la
politique coloniale), 1907. En alemán y en
inglés:www.marxists.org/archive/kau... colonial/index.htm.

[17] R. Day et D. Gaido (éds.), Witnesses to permanent revolution: the
documentary record, Leyde, 2009, p.631. En 1915, Lenin citaba a Kautsky,
unido a Marx y Engels, como una autoridad sobre el oportunismo británico
(W.I. Lenin, ChosenWorks, New York 1960-68, Vol. 21, p.154). En 1916, Karl
Radek citaba a un socialdemócrata alemán favorable a la guerra, Paul Lensch,
a propósito de la corrupción imperialista de los trabajadores ingleses et
comentaba: «La opinión de Lensch no es nueva. Es una de las numerosas ideas
que ha tomado prestadas de los socialdemócratas de izquierda. Pero correcta
sin duda.” (J. Riddell, Lenin’s struggle for a revolutionary international,
New York, 1984, pp.461-62).

[18] R. Day et D. Gaido (éds.), Witnesses to permanent revolution: the
documentary record, Leyde, 2009, p.633. Para una declaración semejante en el
momento de la guerra de los Boers, ver R. Day et D. Gaido (éds.),
Discovering imperialism: social democracy to World War I, Chicago, 2012,
pp.155-164.

[19] La clásica declaración de Kautsky de apoyo a la posición bolchevique
«Las fuerzas motrices de la revolución rusa y sus perspectivas”,1906,
reproducida en R. Day et D. Gaido (éds.), Witnesses to permanent revolution:
the documentary record, Leyde, 2009, que incluye también comentarios de
Lenin y Trotsky. El joven Stalin también escribió un comentario:«Préface à
l’édition géorgienne de la brochure de K. Kautsky “Las fuerzas motrices de
la revolución rusa y sus perspectiva” en J.V. Staline, Œuvres, Vol 2.

[20] J. Jacobs, «Karl Kautsky: between Baden and Luxemburg» in On socialists
and “The Jewish question” after Marx, New York, 1992, p.510. Cita un
artículo de Kautsky de 1897. El estudio de Jack Jacobs compara útilmente la
actitud de Kautsky hacia los judíos y los checos.

[21] Para la crítica de Kautsky de los escritos sobre la cuestión nacional
de los socialdemócratas austriacos, ver K. Kautsky, «Nationality and
internationality» (1907- 08), Critique 37, 3, 2009, pp.371-389 et Critique
38, 1, 2010, pp.143-163; ver también R. Day et D. Gaido (éds.) Witnesses to
permanent revolution: the documentary record, Leyde, 2009, pp.213-214.

[22] C. Chaqueri, The left in Iran, 1905-1940, London, 2010, pp.123-28.

[23] K. Kautsky, El camino del poder, 1909, op.cit., p.83.

[24] Gary Steenson, Karl Kautsky 1854-1938: Marxism in the classical years,
Pittsburgh,1978, p.75.

[25] K. Kautsky, El camino del poder, 1909, op.cit., p.8o-81. 

[26] Ibid pp.88-91.

[27] K. Kautsky, Socialisme et politique coloniale,1907:
www.marxists.org/archive/kautsky/1907/colonial/ index.htm1907. Ver también
R. Day et D. Gaido (éds.) Witnesses to permanent revolution: the documentary
record, Leyde, 2009, pp.395-397. Como Richard Day et Daniel Gaido subrayan
acertadamente, «al rechazar la noción de un único modelo de desarrollo
capitalista, Kautsky rechazaba al mismo tiempo cualquier idea de un
determinismo económico unilateral. (p.617)

[28] R. Day et D. Gaido (éds.), Witnesses to …., op.cit., pp.61-65.

[29] W.I. Lenin, Chosen Works, New York 1960-68, Vol 40, pp.325-327; Vol 41,
pp.4-5.

[30] K. Kautsky, El camino del poder, 1909, op.cit., p.83.

[31] K. Kautsky, Socialismo y política colonial, 1907, op.cit

[32] A. Grunenberg (éd.), Die Massenstreikdebatte, Francfort, 1970

[33] W.I. Lenin, Polnoe sobranie sochinenii, Moscou, 1958-64, Vol 19,
pp.367.

[34] Ibid, Vol. 20, p.18.

[35] J. Marchlewsky (J. Karski), «Ein Missverständnis»(un malentendu), Die
Neue Zeit, julio de 1909, p.102. Ver W.I. Lenin, Polnoe sobranie sochinenii,
Moscou, 1958-64, Vol. 15, p.458 et vol.19, p.50.

[36] K. Kautsky, Die soziale Revolution, 1902/The social revolution, Chicago
1902, pp.96-97.

[37] Como Rosa Luxemburg la citó con aprobación en su panfleto de Junius: La
crisis de la socialdemocracia (1916), editiones la taupe, Bruxelles, 1970.

[38] W.I. Lenin, Polnoe sobranie sochinenii, Moscou, 1958-64, Vol. 27,
pp.109-10.

[39] Ibid, Vol. 28, pp.289 et 292.

[40] W.I. Lenin, Chosen Works, New York, 1960-68, Vol. 41, p.468, (1920).

[41] Lo más parecido a una declaración de síntesis de Kautsky, es el
capítulo final de “El camino del poder”.

  _____  

 



---
Este mensaje no contiene virus ni malware porque la protección de avast! Antivirus está activa.
http://www.avast.com
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20140729/cc09b860/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa