Debates/ Piketty sustituye la explicación social y política por la explicación tecnológica [Charles-André Udry]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Mayo 30 23:10:00 UYT 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 30 de mayo 2014

germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

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Debates

Piketty sustituye la explicación social y política por la explicación
tecnológica

Charles-André Udry *

Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

La obra de Thomas Piketty, “El Capital en el siglo XXI” (Editions du Seuil,
París, 2013), tiene una masa de datos útiles. Es a este nivel que está en la
tradición de Angus Maddison (1926-2010), con su famoso libro “La Economía
Mundial: Una Perspectiva del Milenio” (en inglés, 2 volúmenes, OECD, 2007).
Un proyecto que siguió su equipo.  Además,  Piketty vuelve sobre el tema de
la desigualdad con una cantidad de datos, por ejemplo, sobre la cuestión de
la relación entre la salud y la desigualdad. Se menciona en este sentido,
entre otros, a Richard Wilkinson con su libro “El impacto de la desigualdad.
Cómo hacer saludables sociedades enfermas” (publicado en 2006 en inglés, Ed.
New Press).

El trabajo de Piketty fue recibido con más elogios en los Estados Unidos que
en Francia. Paul Krugman lo ha elogiado en el New York Times. También fue
muy bien comentado por la BBC y el Financial Times.

Sin embargo, se le han hecho críticas muy pertinentes, por ejemplo, la de
Doug Henwood, autor de “Wall Street: Cómo funciona y para quién” (Ed. Verso,
1998) y “Después de la Nueva Economía” (Ed. New Press, 2003). Henwood, que
trabaja para la clase dominante de los Estados Unidos, afirma: «A pesar de
toda la sofisticación de la obra de Piketty, su pensamiento político
difícilmente puede ser descrito como complejo. En esencia se trata de ayudar
a un debate racional y democrático de cómo organizar de mejor manera la
sociedad». La base de su teoría de la distribución de la riqueza también lo
llevó a centrarse sólo en la "lucha contra la desigualdad" en materia de
fiscalidad (en el sentido de impuestos, tanto directos como indirectos). Lo
que surge de la quinta edición de su libro “La Economía de la Desigualdad”
(Editions La Découverte, París, 2004). La lucha por los salarios más altos,
reducir la tasa de apropiación de la plusvalía es un elemento inexistente en
su razonamiento.

Por otra parte, vale recordar que Thomas Piketty fue un asesor relevante
para la inclusión de medidas de “ajustes fiscales” en el programa de la
socialdemócrata Ségolène Royal, en 2007, durante la campaña presidencial que
ella perdió con Nicolas Sarkozy. Ahora, Royal entró como ministra en el
nuevo gobierno abiertamente pro-austeridad de Manuel Valls, designado por el
gobierno “socialista” de François Hollande, en marzo de 2014.

Desde un punto de vista teórico, la primera crítica que se puede hacer
frente a la obra de Piketty es la siguiente. Piketty estudia  la relación
social que permite a una minoría captar una parte creciente de la renta
nacional. Pero en los factores que son responsables de esta distribución
desigual domina la variable técnica (el progreso tecnológico), y no la
cambiante y fluctuante lucha entre el capital y el trabajo, aunque menciona
los cambios en "el poder de negociación del capital". Es decir, el capital
como una relación social entre explotados y explotadores, no se toma en
cuenta en la historia del capitalismo. Esto explica el apoyo que tiene de un
economista como Paul Krugman, que si bien denuncia las desigualdades, nunca
incluye en su análisis la lucha y la explotación de clase.

A esto podemos añadir otros elementos. En su explicación de la evolución de
la división entre beneficios y salarios, Piketty favorece una explicación
técnica: la sustitución de trabajo por capital. Esto es consistente con el
hecho de que considera el capital y el trabajo como "factores de
producción", de acuerdo con las normas de la teoría económica neoclásica.
Sin embargo, la cuestión central registrada en los Estados Unidos y Europa
desde la década de 1980, es que el desempleo pesa sobre el equilibrio de
poder entre capital y trabajo, lo que lleva a reducir los salarios. Un
factor causal clave como política y socialmente cegadora.

Pero Piketty sustituye la explicación social y política por la explicación
tecnológica. El economista y matemático Bernard Guerrien, autor de un
notable “Diccionario de análisis económico” (2012), había escrito un
artículo muy riguroso, ya en 2010, titulado " La extraña fascinación de
Thomas Piketty por la teoría neoclásica de la distribución".

La campaña favorable de la prensa “especializada” hacia el trabajo de
Piketty -que contiene, repito, una gran cantidad de datos útiles- no es
ajena a la magnitud de la crisis capitalista internacional, la pobreza
masiva, y la creciente desigualdad entre el "1 % y el 99 %". Por lo tanto,
expresa la voluntad de algunas fracciones burguesas dominantes, con la ayuda
inestimable de las "fuerzas progresistas" gobernantes (que tan bien se
conocen por América del Sur), de contener las protestas populares. Piensan
que los “planes asistenciales” y una “mejor distribución” pueden evitar
posibles explosiones sociales.

En Europa, mientras tanto, la troika (Banco Central Europeo, Unión Europea,
Fondo Monetario Internacional) impone -cada vez con mayor brutalidad-,
medidas económicas sociales destructivas. Al tiempo que se presentan ciertas
“similitudes” con la década de 1930 -ascenso de una extrema derecha (que, no
obstante, se diferencia con el fascismo de aquellos años), y aplicación de
un “Estado excepción”-, la tendencia parece clara: gobiernos más represivos.
Cualquiera sea su signo político.

* Economista, militante del Movimiento Por el Socialismo (MPS, Suiza).
Redactor de A l’encontre/La Breche.

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