EEUU/Ferguson/ no es un momento, es un movimiento [Juan Andrés Gallardo]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Nov 28 10:52:38 UYST 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 28 de noviembre 2014

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Estados Unidos/Ferguson

No es un momento, es un movimiento

Juan Andrés Gallardo

La Izquierda Diario, Buenos Aires, 26-11-2014 

http://www.laizquierdadiario.com/

La rapidez con la que Obama salió a dar respuesta a la resolución del gran
jurado y la multiplicación de las movilizaciones, que el martes se
extendieron a un centenar de ciudades norteamericanas, muestran tanto el
alcance nacional como la profundidad política de la lucha contra la vigencia
del racismo existente en la sociedad estadounidense. 

La decisión de no presentar cargos contra el policía Darren Wilson, que
asesinó al joven afroamericano Michael Brown en agosto pasado, encendió la
ira de los manifestantes en Ferguson pero también se extendió como una ola
de repudio por todo el país.

El caso de Brown es emblemático porque ya se convirtió en un ícono que
supera ampliamente lo que se podría haber contabilizado como un asesinato
más de un joven afroamericano por parte de un policía blanco. Ferguson actuó
como catalizador: La brutalidad del asesinato de un joven desarmado, el
encubrimiento inicial por parte de la policía, la represión brutal de las
primeras manifestaciones, la militarización sin precedentes de la ciudad, y
el racismo abierto de un Ku Klux Klan que se manifiesta libremente por las
calles. Estos son solo algunos de los elementos que convirtieron este caso
en el emblema de una nueva etapa, o más bien un nuevo movimiento, de la
lucha contra el racismo.

Son los propios manifestantes de Ferguson los que expresan que no se trata
de “un momento, sino de un movimiento”, es decir que no es solo la lucha
puntual por justicia para Michael Brown, sino que es el disparador de un
cuestionamiento profundo de un racismo social. Más aún, es el
cuestionamiento a la idea de una sociedad posracial que llegó de la mano de
la entrada de Obama a la Casa Blanca.

Como decíamos en este artículo, la construcción política de esa “ilusión”
posracial fue “reforzada con la elección del primer presidente negro, que
confunde la ampliación de derechos y un discurso políticamente correcto con
la eliminación del racismo”. Ferguson no solo pega en el eje de flotación de
esa ilusión, sino que abre la posibilidad y “plantea el interrogante de si
la juventud negra será el nuevo emergente de la ‘generación de los
movimientos’”.

Aunque es una pregunta de respuesta aún incierta, lo que ya se puede afirmar
es que desde agosto se viene expresando un descontento entre sectores de la
juventud afroamericana, que ya no responden a la autoridad de algunos de los
“emblemas” de la lucha por los derechos civiles, como el Reverendo Al
Sharpton, que venían actuando políticamente como figuras de desvío hacia una
pasividad en los marcos del bipartidismo. Es decir evitar “rebeliones” al
estilo de la de Los Angeles en 1992, al mismo tiempo que actuar como nexo
entre la comunidad negra y el partido demócrata.

La desconfianza en Al Sharpton, al que algunos manifestantes echaron de las
protestas en Ferguson, es muestra de este “choque generacional” y expresa la
erosión de la legitimidad de líderes históricos del movimiento como así
también una contratendencia a la carga simbólica e ideológica que ha
producido sobre la “concepción posracial” la llegada de un afroamericano a
la Casa Blanca.

Es por estos motivos que Obama se apresuró a hacer declaraciones a tan solo
unos minutos de conocido el fallo del gran jurado. Su alocución estuvo
destinada a fortalecer la idea de que la comunidad negra tiene que pelear en
forma pacífica por sus derechos, repudiar a los revoltosos y subordinarse a
lo que dictamine la justicia.

Tratando de hacer malabarismo, Obama afirmó que “en las últimas décadas
hemos hecho grandes progresos en las relaciones raciales, he sido testigo de
ello en mi propia vida, pero sigue habiendo problemas” y llamando a los
manifestantes a realizar las protestas en paz, y condenando los disturbios
de “una minoría” afirmó que “hay maneras de canalizar sus preocupaciones
constructivamente".

Sin embargo el relato de Obama se mostró absolutamente efímero. Mientras aún
daba su discurso la policía de Ferguson ya estaba disparando gases
lacrimógenos sobre los manifestantes.

Como contraposición a este discurso de Obama, un sector de los manifestantes
de Ferguson daba a conocer una carta abierta frente a la decisión del gran
jurado, donde expresan lo siguiente:

“Durante 108 días, nos han aconsejado que dejemos que “el sistema funcione”,
esperar y ver cuáles serían los resultados. Ya están los resultados. Y
todavía no tenemos justicia. Esta pelea por la dignidad de nuestra gente,
por la importancia de nuestras vidas, por la protección de nuestros niños y
niñas, no comenzó con el asesinato de Brown y no terminará con este anuncio.
El “sistema” en el que nos han dicho que nos apoyemos nos ha mantenido en
los márgenes de la sociedad. Este sistema nos ha alojado en sus peores
casas, ha educado a nuestros hijos e hijas en las peores escuelas, ha
encerrado a nuestros hombres a niveles desproporcionados y ha avergonzado a
nuestras mujeres por recibir el apoyo que necesitan para ser nuestras
madres. Este sistema en el que nos han aconsejado creer nos ha decepcionado
consistente, inequívoca y descaradamente, nos ha expulsado una y otra vez.
Este mismo sistema en el que ustedes nos dicen que confiemos, el mismo
sistema destinado a servir y proteger a la ciudadanía, una vez más ha
asesinado a dos de nuestros hermanos desarmados [Akai Gurley en Brooklyn y
un niño de doce años, Tamir Rice, en Cleveland] (…) Seguiremos luchando
porque sin lucha no hay progreso. Seguiremos “interfiriendo en la vida”,
porque si no “interferimos” tememos por nuestras vidas (…) Y hasta que este
sistema sea desmantelado, hasta que el status quo que nos considera de menor
valor que otros ya no sea aceptable o rentable, seguiremos luchando.
Lucharemos. Protestaremos (…) Marchamos con un propósito. El trabajo
continúa. Este no es un momento sino un movimiento. El movimiento vive.”

Esta carta abierta si bien refleja conclusiones de un sector que viene
haciendo una experiencia de más de tres meses en Ferguson, es en líneas
generales expresión de un descontento generalizado que ya superó ampliamente
los límites de la ciudad y se comenzó a expandir a lo largo y ancho del
país.

Son 108 días que parecen haber excedido el “momento” y estar dando lugar,
efectivamente, a un nuevo “movimiento”.

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