Capitalismo/ sobre el destino de China y la economía mundial [Paula Bach]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Oct 21 14:24:21 UYST 2014


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 21 de octubre 2014

germain5 en chasque.net

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Capitalismo

Sobre el destino de China y la economía mundial

Paula Bach 

La Izquierda Diario, Buenos Aires, 18-10-2014

http://www.laizquierdadiario.com/

Las miradas sobre las tendencias fundamentales de la economía mundial se
posan sobre tres focos. Estados Unidos, Europa -con Alemania como actor
principal- y China. Pongamos las cosas de la siguiente manera. El
agravamiento de tendencias deflacionarias en Europa y datos sobre la
debilidad de la economía alemana se combinaron con recientes malos
resultados de la economía norteamericana. A este paquete se sumaron las
especulaciones alrededor de si la Fed va a elevar o no la tasa de interés,
cuestión que en última instancia habla sobre la verdadera solidez de la
economía norteamericana. El concierto de estos movimientos sacudió las
bolsas los últimos días abriendo un escenario en el que se incrementa la
probabilidad de apertura de una nueva fase de la crisis. ¿Y China?

Recapitulando

En 2008 estalló la crisis más profunda de la economía mundial de que se
tenga memoria desde los años ‘30. La respuesta fue un endeudamiento estatal
sin precedentes históricos que se combinó con la potencia del crecimiento
económico chino. Esta combinación logró sacar de escena las tendencias hacia
una nueva Gran Depresión, aunque sin resolver los problemas estructurales
que se habían puesto de manifiesto. El primero de ellos es la debilidad
estructural de la economía norteamericana que a pesar de los estímulos, las
caídas salariales, la destrucción operada por la crisis y la recuperación de
las ganancias, no logra reestablecer la “demanda agregada” en términos
keynesianos. Esto es la demanda de inversión y de consumo. El segundo de
ellos es que la crisis colocó un límite a la división del trabajo favorable
a Alemania, establecida en la zona euro durante el período previo. La
resultante es una traba para la expansión alemana y sus aspiraciones
“imperiales”. El tercero es que el crecimiento débil de la economía
norteamericana se transformó en una limitante para el “círculo virtuoso”
chino-norteamericano que se desarrolló entre 2001 -con la entrada de China a
la OMC- y el inicio de la crisis. El último es que las políticas monetarias
y de rescate estatal de deudas no sólo consiguieron un muy débil
desapalancamiento privado, sino que derivaron en un incremento acelerado de
la deuda total, pública y privada. Si retornamos al principio y recordamos
que el endeudamiento estatal y la fortaleza económica de China fueron los
factores claves para frenar la caída inicial, resulta evidente el necesario
abordaje de ambos aspectos para pensar posibles escenarios futuros. Al
asunto de la deuda se hizo referencia hace dos sábados en Desigualdad,
tormento de poderosos, se trata ahora de abordar primeros elementos sobre la
cuestión china.

A dónde va China

Luego de 2009 se produjo en China una recuperación económica fuerte con una
tasa de crecimiento de dos dígitos en 2010. Luego su economía continuó
creciendo pero en forma descendente hasta alcanzar el nivel actual que ronda
el 7,7% del PBI. Las exportaciones hacia Estados Unidos se recuperaron pero
nunca volvieron a alcanzar el ritmo previo a la crisis. La debilidad de las
economías alemana y japonesa, representan otros tantos factores que impiden
pensar un retorno a la situación anterior. De modo tal que si hasta cierto
punto la recuperación norteamericana le permitió a China mantener un
relativo statu quo, la imposibilidad de que las cosas vuelvan a ser como
antes la obliga a replantearse en términos estratégicos el modelo de
acumulación de capital vigente. Desde el estallido de la crisis el “modelo
exportador” está en cuestión. Una reconversión hacia el mercado interno es
materia de discusión al interior del aparato estatal chino cuyas alas actúan
según intereses asociados a su mayor o menor ligazón al capital extranjero.
Esta reconversión como “modelo alternativo” (sin negar los incrementos del
consumo interno que efectivamente están produciéndose) resulta un viraje de
compleja ejecución. Fundamentalmente porque pone en escena dos aspectos
centrales y complementarios. El primero de ellos, involucra un necesario
incremento sustancial de los salarios que, aún habiendo aumentado durante
los últimos años, continúan siendo una ventaja comparativa para China. El
segundo, en estrecha relación con el primero, se asocia a la evolución de
las exportaciones de capitales. Esto es a la posibilidad de China de
contrapesar las actuales tendencias a la sobreacumulación interna de
capitales mediante su acumulación externa y la explotación de proletariados
distintos al chino. Como se comprenderá, de la realización o no de ambos
aspectos –que no son los únicos pero sí factores muy importantes-, dependerá
en parte la evolución de China hacia el estatus de una economía con mayores
rasgos imperialistas.

La exportación de capitales

La inversión extranjera directa (IED) china retomó impulso precisamente a
partir del año 2010. Según la UNCTAD, la IED total china efectuada en el año
2013, alcanzó un monto de 101.000 millones de dólares. Si bien según la OCDE
el monto es bastante menor, alcanzando los 73.000 millones de dólares, ambos
organismos coinciden en que China se convirtió en el tercer emisor mundial
de IED. Tomando como referencia los datos de UNCTAD, el monto de IED china
representa un valor cercano al tercio de las IED norteamericanas que fueron
en 2013 de 338.000 millones de dólares y más del 70% de las IED japonesas de
136.000 millones. Tomando los datos de la OCDE, el diario El País concluye
que China aumentó un 17% las IED desde 2012 y que multiplicó su volumen
total en 36 veces durante los últimos 10 años. De este modo, habría pasado
al puesto número 3 con respecto del puesto número 16 que ocupaba en 2005. El
grueso de estas inversiones está asociado a la energía en primer lugar y a
la minería e infraestructura y transporte, en segundo y tercer lugar. África
es el principal destino de sus inversiones en cuanto a posesión de tierras y
minería, Venezuela, Irán y Canadá son los principales destinos en sus
exportaciones de capitales dirigidas al sector energético. Distintas fuentes
señalan que durante los últimos años China estaría disminuyendo las
inversiones en recursos naturales y aumentando aquellas destinadas a
sectores industriales. Como parte de este proceso y según el periódico
inglés Financial Times, la IED china en Europa se multiplicó por cuatro
entre 2010 y 2012 alcanzando un monto cercano a los 27.000 millones de
euros. Este giro está estrechamente vinculado a la necesidad de otorgar
mayor peso al mercado interno. No cabe duda del incremento acelerado de la
inversión externa china durante los últimos años. Es necesario considerar no
obstante, para evaluar con más precisión el proceso, al menos tres factores.

Limitantes

Tres elementos fundamentales relativizan tanto la magnitud, como la
posibilidad de expansión de las inversiones externas chinas y sus
características. El primero de ellos es que el país, según Financial Times,
acumula un monto de reservas internacionales cercano a los 4 billones de
dólares. La mitad de ese monto se encuentra invertido en deudas públicas de
gobiernos extranjeros y la mayor parte en bonos del Tesoro Norteamericano.
De este modo, China posee 2 billones de dólares inactivos para seguir
invirtiendo. Con respecto a suma, los 100 mil millones en inversiones
externas que informa UNCTAD para 2013, representan un porcentaje pequeño. El
segundo es que para efectuar inversiones en los países centrales, China
enfrenta poderosas trabas y restricciones. Como también señala Financial
Times, Europa no está dispuesta a vender a China sus empresas de alta
tecnología. En un sentido similar, la oferta de la empresa china CNOOC para
comprar la empresa petrolera estadounidense Unocal en 2005, suscitó un
escálalo que terminó en el voto contrario del parlamento norteamericano. El
tercero es que como balance general la inversión extranjera directa en China
alcanzó en 2013, según Financial Times, un monto de 117.000 millones de
dólares que supera la inversión que China realiza en el extranjero, sea cual
sea la fuente que se considere.

Breve reflexión final

La evolución de la crisis económica mundial -que podría estar frente a una
nueva fase como se advirtió en la columna del sábado y se señaló en la
edición de ayer-, impondrá en gran parte el ritmo a la evolución de este
proceso. Un nuevo salto de la crisis, replantearía todos los escenarios.
Desde las huelgas ascendentes en China hasta fenómenos democráticos como el
de Hong Kong y las restricciones al crecimiento señaladas, actuarán
seguramente como límite al rol contratendencial durante los últimos años.

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