Grecia/ austeridad, destrucción del sistema de salud y urgencia de una moratoria de la deuda [Charles-André Udry - Louise Irvine]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Abr 12 13:15:37 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 12 de abril 2015

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A l’encontre – La Breche

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Grecia

La austeridad, la destrucción del sistema de salud y la urgencia de una
moratoria de la deuda

Charles-André Udry - Louise Irvine

A l´encontre-La Breche

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Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

El 4 de abril de 2015 se celebraba en Atenas una reunión de Red Network. Uno
de los tres talleres reunía a unas 100 personas, activas a diferentes
niveles, del sector de la salud: médicos, enfermeras y enfermeros, personal
de ambulancias, responsables de farmacias de hospital, limpiadoras, miembros
de los comités locales que impidieron el cierre de una estructura de
cuidados primarios, uno de los médicos responsables del dispensario social
de Hellnikon. La discusión combinaba testimonios, análisis e iniciativas a
tomar. Un hilo rojo marcaba todas las intervenciones: no hay que seguir
esperando los resultados de las negociaciones permanentes y mediatizadas del
gobierno, que hunden a la población en una actitud pasiva; hay que construir
iniciativas que aseguren la unión entre los trabajadores de la salud, la
población, la estructura sindical influenciada por Syriza (META) y los
miembros y simpatizantes de Syriza. Dado el descalabro masivo y continuo del
sistema de salud, hay que desarrollar una consigna: rechazo inmediato a
pagar los intereses de la deuda y los reembolsos que son presentados como
algo ineludible, y consagrar esos fondos inmediatamente a la salud.

La decisión del gobierno Tsipras de suprimir el ticket moderador de 5 euros
es en gran parte ilusoria, porque la suma que representa el cargo de 1 euro
a cargo de las y los enfermos por la compra de medicamento es muchísimo más
importantes. En las intervenciones de los intervinientes en el seminario
quedó evidente que la gran mayoría de los responsables del sistema de salud
y de los hospitales no han sido cambiados. El aparato burocrático y
clientelar implantado por Nueva Democracia y del PASOK sigue en pie. Los
ministros pueden seguir haciendo declaraciones -las hacen todos los días y
en todos los sentidos- pero el cambio de la estructura depende de un
verdadero plan y de una movilización social. En los hospitales no se ha
establecido ningún sistema de control efectivo nuevo.

Evidentemente, el gobierno no impulsa ninguna movilización. La aceptación de
las llamadas "exigencias" europeas constituye el corsé que mantiene unidas a
las diferentes personalidades del actual gobierno, en el que cada una juega
su carta, a veces conforme a sus convicciones. Todo ello contribuye a crear
ilusiones sobre los posibles efectos de estas contradicciones internas. Las
mismas que se conocieron con ocasión del primer gobierno llamado "en
disputa" de Lula en 2003, aunque la estructura gubernamental del PT fuera
más sólida.

La mayoría formal de la dirección de Syriza puede hacer declaraciones, pero
no toma ninguna iniciativa que vincule las cuestiones cruciales del sistema
de salud y el pago de la deuda. Sin embargo la urgencia social comienza a
ser utilizada, aunque de momento sea de forma propagandista, por una derecha
que señala que el gobierno no solo no mantiene sus promesas, sino que deja
que la situación empeore.

En el lado contrario, todas las experiencias de asambleas abiertas de las
estructuras locales de Syriza muestran el interés y la disponibilidad de la
población por reabrir una estructura de asistencia primaria, a favor de
impedir el cierre de un hospital así como de aumentar el número de médicos y
a favor de crear las condiciones para la vuelta de los médicos emigrados que
viven su expatriación como una deportación. Hubo testimonios continuos
indicando que en determinados servicios el número de médicos pasó de 12 a 4,
el de las enfermeras de 10 a 2 se daban uno tras otro. Por otra parte, se va
a publicar un informe sobre la situación de los principales hospitales de la
región de Atenas y de las estructuras de atención primaria. Un neurocirujano
que ha trabajado en los dos principales hospitales ha descrito la explosión
de enfermedades nosocomiales (infección contraída en un establecimiento
sanitario) y ha indicado los efectos a largo plazo (dos, tres generaciones)
de la situación presente. Ha sido apoyado por la intervención de una
pediatra.

Es verdad que los debates sobre la deuda ilegítima y sus orígenes son
importantes. Pero esta cuestión se plantea con una temporalidad humana
diferente: hoy, decenas de miles de hombres y de mujeres en Grecia (en
particular la gente emigrante), se mueren de hambre, están enfermos, y no
son atendidos. La respuesta no puede ser la del gobierno que consagra 300
millones de euros a medidas llamadas humanitarias (restablecer la
electricidad, distribuir bonos de alimentación), como lo hacen las redes de
seguridad del Banco Mundial, en el preciso momento en que acaba de aprobar
un gasto de 500 millones de euros para renovar la flota aérea
antisubmarinos, bajo el impulso de su ministro de defensa.

Ciertamente, ese ministro de Griegos Independientes, Panos Kammenos, no se
ha limitado sólo a esa tarea, prioritaria para él. El 4 de abril estuvo
presente en la presentación de la puesta en marcha de un comité de auditoría
sobre la deuda. Una iniciativa que merece todo el interés. También el
presidente de la República, Prokopis Pavlopulos, ha subrayado su
importancia. Espera sus resultados al cabo de unos meses. Prokopis
Pavlopulos, dados sus servicios a Nueva Democracia y diversos gobiernos, en
particular de 2004 a 2009, está al corriente de la explosión de la deuda en
los años 2000, como ha demostrado el artículo de Michel Husson publicado en
estas páginas el 11 de febrero de 2015
[http://vientosur.info/spip.php?article9807 y
http://vientosur.info/spip.php?article9938 ]. Lo que, por puro oportunismo,
se han permitido recordar representantes de la Izquierda Democrática
(DIMAR), insistiendo en la carrera del presidente durante el período de
endeudamiento bajo Karamanlis (I Efimerida Ton Sintakton- Diario de los
redactores 6/04/2015).

Como ha subrayado en su último artículo Antonis Ntavanelos publicado en esta
página el 4 de abril [http://vientosur.info/spip.php?article9959 ], para la
izquierda radical de verdad, frente al desastroso balance del gobierno, las
iniciativas para modificar al máximo la correlación de fuerzas en Syriza
-así como en el movimiento sindical y en el seno de los sectores
militantes-, de cara a vencimientos que se presentan a corto plazo (junio de
2015) son primordiales. Esta batalla para modificar de una forma clara la
correlación de fuerzas, prioritaria en el seno de Syriza, debe conjugarse
con el impulso de reivindicaciones concretas, de forma masiva, cuya
aplicación no es posible más que en la medida en que sea decidida de forma
inmediata una moratoria sobre el pago de los intereses de la deuda. Las
fuerzas de izquierda (de Syriza a Antarsya, incluyendo miembros del KKE
sensibles a la agudeza de la crisis social) que quieren que se aplique de
forma inmediata el programa de Tesalónica, presentado en nombre de Syriza
por Tsipras el 14/9/2014, lo expresaban bajo múltiples formas en esta
reunión del 4 de abril en la que se hizo la radiografía del sistema de salud
de la sociedad griega.

El artículo de la doctora Louise Irvine que publicamos a continuación, cuyos
datos son de finales de 2014, lanzaba ya la señal de alarma en enero de
2015. No era la primera. The Lancet había efectuado ya una verdadera
auditoría del sistema de salud en febrero de 2014. Traducía las necesidades
de la población y por tanto los derechos universales que se derivan de ellas

Charles-André Udry

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En el mes de octubre de 2014 [bajo el gobierno de coalición entre Nueva
Democracia y PASOK], visité Grecia para observar el impacto de la austeridad
sobre el pueblo griego y en particular sobre la salud y el sistema de
atención sanitaria. Me sumé a otros trabajadores del sector de la salud y de
la Campaña de Solidaridad con Grecia para visitar hospitales, clínicas y
mercados de productos alimenticios. Hablé con sanitarios, con voluntarios,
con políticos y con miembros de los gobiernos locales.

Lo observado me ha consternado y entristecido.

En el hospital más importante de Grecia, el Evangelismos de Atenas, las
condiciones eran peores que las que había encontrado en países en vías de
desarrollo.

En cuanto las puertas del hospital se abren los días de "urgencia", la gente
acude en masa. El hundimiento de los servicios primarios y colectivos de
salud pública hace que todas las personas que tienen necesidad de atención
médica acudan a los servicio de urgencias y accidentes de los grandes
hospitales, ya sea por un accidente grave, para conseguir medicinas, por
enfermedades crónicas o para vacunar a los niños. Miembros del personal me
han dicho que víctimas de traumatismos importantes frecuentemente debían
esperar durante horas para una radiografía y un tratamiento a causa de la
falta de personal [a causa de los numerosos despidos]. Cuando llegan muchos
casos al mismo tiempo, ocurre que la gente muere antes de haber sido
atendida.

Las condiciones de "austeridad" impuestas en Grecia por la Troika (la
Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI) para asegurar el pago
de la deuda a los acreedores, prioritariamente a los bancos, han provocado
el cierre de muchos hospitales (incluyendo tres hospitales psiquiátricos) y
clínicas de atención primaria/1. Los que han permanecido abiertos deben
efectuar recortes drásticos en personal. Miles de trabajadores y
trabajadoras de la salud han sido despedidos.

El treinta por ciento de la población griega vive en la pobreza, sin acceso
a atención sanitaria [en febrero de 2014, The Lancet estimaba que el 47% los
griegos no tenían acceso a una atención adecuada]. La atención sanitaria
está financiada por el seguro pagado por las empresas, con lo que cuando la
gente pierde su empleo también pierde su seguro médico. El gobierno pretende
haber restablecido la atención sanitaria para los más pobres, pero médicos y
enfermeras me han asegurado que eso no era cierto. Las comisiones de
investigación prometidas para valorar y financiar las demandas de quienes no
tienen los medios para tener acceso a la atención sanitaria no han sido
creadas aún.

En Evangelismos he visto a 50 pacientes psiquiátricos amontonados en una
sala de 25 camas, compartiendo dos cuartos de baño y una sola enfermera en
psiquiatría. Pacientes psiquiátricos de edades y de sexos diferentes estaban
echados, amorfos, sobre camillas a los dos lados de un largo pasillo. Al
final de este pasillo, he visto otro igual. Estas camillas estrechas y poco
confortables, apretadas unas contra otras, eran el único espacio personal de
los enfermos. Las enfermeras y los médicos me han dicho que era imposible
hacer un trabajo terapéutico en tales condiciones.

A pesar de estar abarrotada, la sala estaba siniestramente silenciosa. He
tenido la impresión de que la mayoría de los pacientes estaban sedados o que
habían bajado los brazos, sucumbiendo a la desesperación.

La "austeridad" y los recortes presupuestarios han provocado un fuerte
aumento de los casos de depresión. Los suicidios han aumentado un 45%. Los
pacientes de Evangelismos todavía tienen suerte: muchos otros enfermos que
tendrían necesidad de camas han sido abandonados en la calle, sin apoyo por
parte de la colectividad. Estaba a punto de abandonar el hospital cuando un
médico me pidió que dijera a la gente del Reino Unido lo que había visto y
oído. Ha añadido que "no querían caridad sino solidaridad".

La gente se está organizando para resistir y para defender sus barrios
contra los impactos más desastrosos de la austeridad. La multiplicación de
las estructuras de solidaridad en los barrios para acudir en ayuda de la
gente que carece de alimentos o de atención sanitaria es una expresión de
esta organización social. En toda Grecia han sido puestas en marcha clínicas
de salud solidarias, con personal voluntario que intenta proporcionar
atención básica a quienes no tienen acceso a las estructuras de atención
sanitaria. Médicos, enfermeras, y farmacéuticos trabajan como voluntarios en
esas clínicas, pero esto no basta ni mucho menos para satisfacer todas las
necesidades.

He visitado la Clínica de Solidaridad Social en Peristeri, un distrito de
Atenas con una población de alrededor de 400 000 personas. El personal
voluntario, compuesto de médicos y de enfermeras, que trabajaba en esta
estructura me ha explicado que la mayor parte de las clínicas locales
gestionadas por el Estado habían sido cerradas. El gobierno también había
cerrado todas las policlínicas, antes de reabrir recientemente algunas de
ellas, pero con solo el 30% de los médicos necesarios. Allí donde antes
había 150 médicos para dar atención sanitaria en el distrito, actualmente no
hay más que 50. Una policlínica para una población de 400 000 personas no
tenía ginecólogo ni dermatólogo, y solo disponía de dos cardiólogos.

"¡Queremos que nos devuelvan nuestros médicos!" decía una de las voluntarias
con las que he hablado. Miles de médicos han abandonado el país [a finales
de 2014, más de 3500 médicos griegos trabajaban en Alemania]. Los que
permanecen -incluyendo médicos de alto nivel de los hospitales- ganan
alrededor de 12 000 euros al año.

La Clínica de Solidaridad Social de Peristeri funciona desde hace un año y
medio gracias a 60 voluntarios, de ellos 25 médicos, que han ofrecido sus
servicios gratuitamente. La clínica está provista de una sencilla sala de
consultas y de una pequeña farmacia de medicamentos donados. Los voluntarios
de la clínica decían que la gente que sufría enfermedades crónicas como la
diabetes o cáncer tenía enormes problemas para obtener los tratamientos
necesarios. Los pacientes de cáncer sin seguro no pueden pagar una
quimioterapia. Las organizaciones de solidaridad demandan a las personas que
siguen una quimioterapia que den el equivalente de un día de medicamentos
para los pacientes que no tienen los medios de conseguir esos productos.

En enero de 2015 el gobierno griego aprobó una ley que permite confiscar
bienes inmobiliarios de personas endeudadas con las instituciones estatales.
Hay quienes renuncian a proseguir su tratamiento para evitar deudas que
podrían conllevar la pérdida de la vivienda de su familia.

Actualmente las madres griegas tienen que pagar 600 euros para dar a luz y
1200 si hay una cesárea o complicaciones. Para las extranjeras [emigrantes
por lo esencial] que viven en Grecia, el precio es dos veces más elevado. La
madre debe pagar la factura al abandonar el hospital. Al comienzo, cuando
esos precios fueron introducidos, si la madre no podía pagar, el hospital se
quedaba con el bebé hasta el pago de la factura. Condenada a escala
internacional, esta práctica fue interrumpida y ahora el dinero se recupera
mediante un impuesto suplementaria. Sin embargo, si la familia no tiene los
medios para pagar, su vivienda o su propiedad puede ser confiscada. Y si
sigue sin poder pagar, puede ser encarcelada [esta ley debe ser suprimida].

Un número creciente de recién nacidos son abandonados en el hospital. Un
ginecólogo con el que he hablado lo ha llamado "la criminalización de dar a
luz". La contracepción es inaccesible para mucha gente: el seguro de
enfermedad no cubre siquiera la compra de anticonceptivos. Los abortos se
han vuelto mucho más numerosos -30 0000 al año- y, por primera vez, el
número de fallecimientos en Grecia está a punto de superar el de
nacimientos. La gente ya no puede permitirse, por razones económicas, tener
más hijos. Suficientemente duro es alimentar y cuidar a los hijos que ya se
tienen.

Según un reciente informe de la UNICEF y la Universidad de Atenas, el 35,4%
[cifras de finales de 2012] de los niños griegos [1-17 años] o bien conocen
la pobreza, o bien corren el riesgo de caer en ella. Un artículo en The
Lancet del 22/04/2014 titulado "La crisis del sistema de salud griego: de la
austeridad a la desaparición" valoró que la tasa de muerte de los recién
nacidos había aumentado un 21% y la de la mortalidad infantil el 40% entre
2008 y 2011. Numerosas familias viven únicamente gracias a las menguadas
pensiones de un abuelo -en general de alrededor de 500 euros al mes. El
hundimiento del sistema de salud primaria significa que miles de niños no
son vacunados. Un ciclo de vacunación infantil cuesta alrededor de 80 euros,
y este precio es demasiado elevado para muchas familias.

El hundimiento del sistema de salud pública ha provocado que se doblaran los
casos de tuberculosis, la reaparición de la malaria, que desapareció hace 40
años y una multiplicación por 700 de las infecciones por VIH. La pobreza
alimentaria provoca también un empeoramiento de la salud de la población.
Según la OCDE, 1,7 millones de personas, es decir casi la quinta parte, no
tiene recursos suficientes como para comer [esta cifra macabra ha
aumentado]. En Atenas hemos visitado un mercado de alimentos organizado por
el movimiento de solidaridad social, que organiza la distribución de
alimentos directamente de los campesinos a la población. Eliminando así los
intermediarios, los mercados de solidaridad social obtienen que los
alimentos sean menos caros que en los supermercados, a la vez que permiten a
los campesinos ser pagados correctamente.

En contrapartida, los campesinos dan un porcentaje de su producción para que
se distribuya gratuitamente a las familias que lo necesitan. Una pancarta
encima del mercado proclama "Poner en práctica la esperanza". Para mí era un
perfecto ejemplo del espíritu que he encontrado en todos los sitios en los
que he estado: la esperanza de un cambio combinada con un planteamiento muy
pragmático para crear estructuras de apoyo. Para las personas con las que he
hablado era evidente que estas estructuras no estaban destinadas a
reemplazar a las estructuras del Estado, lo que no sería posible, sino que
constituían un medio para sostener la vida y la resistencia a fin de impedir
que la gente se hunda en la miseria y la desesperación. Decían que lo
necesario era una acción a nivel gubernamental.

El éxito del partido Syriza no es sorprendente. Nos hemos reunido con Alexis
Tsipras, el dirigente de Syriza, que ha dicho que si fuera elegido la
reconstrucción del sistema de salud sería una prioridad para su gobierno.
(Artículo publicado el 26/01/2015 por Open Democracy -las elecciones
legislativas anticipadas tuvieron lugar el 25 de enero, traducción de A
l’encontre)

Nota

1/ En 1978, en su declaración de Alma Ata, la OMS daba esta definición de
"atención primaria": "La atención primaria está constituida por cuidados de
salud esenciales fundados en métodos y una tecnología prácticos,
científicamente viables y socialmente aceptables, hechos universalmente
accesibles a los individuos y las familias de la comunidad por su plena
participación y a un coste que la comunidad y el país puedan asumir en cada
estadio de su desarrollo en un espíritu de auto-responsabilidad y de
auto-determinación". Esta definición suscita numerosos debates, pero permite
a los no especialistas comprender el sentido general del término (Red A
l´Encontre).

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