Cuba/EEUU/ el inicio de una nueva relación [Fernando Cibeira]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Abr 12 13:18:48 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 12 de abril 2015

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A l’encontre – La Breche

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Cuba/Estados Unidos

Raúl Castro: “Tenemos muchas diferencias pero vamos a avanzar”

La frase de Raúl Castro resumió la actitud de amistad de su reunión con
Barack Obama en la Cumbre de las Américas, la primera a la que asiste Cuba.
Los dos mantuvieron que “hay diferencias”, pero que los países pueden
hablar. El embargo y la inclusión de Cuba en la lista del terrorismo.

Fernando Cibeira, desde Panamá

Página/12, Buenos Aires, 12-4-2015

http://www.pagina12.com.ar/

La palabra “histórico” fue de las más escuchadas durante estos días de
Cumbre de las Américas, en Panamá. Pero es difícil encontrar una mejor
manera de considerar el encuentro que Barack Obama y Raúl Castro mantuvieron
ayer aquí, el primero en más de medio siglo entre un presidente de Estados
Unidos y otro de Cuba, que sirvió para ratificar la normalización encarada
en el vínculo bilateral. Con todo, ambos se encargaron de subrayar que eso
no quiere decir que no sigan manteniendo diferencias en varios campos.
“Hemos concluido que podemos concertar en un espíritu de respeto y
civilidad. Y, a lo largo del tiempo, juntos podremos dar vuelta la página e
iniciar una nueva relación”, sostuvo Obama, con Castro sentado a su lado.
“Es lo mismo que pensamos nosotros. Creo que todo se puede discutir y se
hace con mutuo respeto a las ideas del otro”, avaló el presidente cubano.

El escenario del encuentro no tuvo nada de especial. Se hizo en uno de los
austeros docks previstos por la organización de la cumbre para los
encuentros bilaterales. Una silla de cada lado y una mesita redonda en el
medio, con un florero con flores blancas como mudo testigo. El último
encuentro por el estilo databa de 1958. Al otro año ganaba la revolución en
Cuba, que en 1961 anunciaba su adhesión al socialismo y en 1962 era
expulsada de la OEA.

“Obviamente hay profundas diferencias entre ambos gobiernos. Hablaremos
sobre nuestras preocupaciones sobre democracia y derechos humanos, y ellos
también hablarán de sus preocupaciones con respecto a la política
estadounidense”, indicó ayer Obama. Con los traductores a un costado y sus
colaboradores sentados a unos metros, los presidentes hablaron brevemente
con la prensa. “No hay que hacerse ilusiones, tenemos muchas diferencias. La
historia de nuestros países es complicada, pero estamos dispuestos a avanzar
en la amistad de nuestros pueblos, en las reuniones que estamos llevando a
cabo, abrir nuestras embajadas, visitarnos mutuamente”, consideró Raúl
Castro.

El encuentro fue el corolario de un proceso que se inició en diciembre
pasado cuando se anunció la reanudación del vínculo bilateral. Pocos días
después, Panamá invitaba a Cuba a participar de la Cumbre de las Américas
por primera vez en su historia. En la edición anterior, realizada tres años
atrás en Cartagena de Indias, varios países habían advertido que no
volverían a participar si no asistía Cuba. Desde diciembre, hubo tres
reuniones de negociadores para avanzar en la normalización de la relación.
Todavía falta mucho. Obama consideró ayer que espera que en algún momento
puedan anunciar la apertura de la embajada estadounidense en La Habana y la
cubana en Washington.

En los últimos días se trabajó en el bordado diplomático para llegar con
éxito a la cumbre. Obama y Castro mantuvieron un diálogo telefónico el
miércoles y sus encargados de Relaciones Exteriores, John Kerry y Bruno
Rodríguez, se encontraron a la medianoche del jueves en Panamá, en un
encuentro que ya de por sí era un hito. El cuidado continuó durante la
sesión de ayer, donde ambos se refirieron muy respetuosamente al otro.

Sesión

Obama estuvo entre los primeros en hablar en la sesión de presidentes de la
cumbre, realizada en el centro de convenciones Atlapa. Raúl Castro lo hizo
inmediatamente después. El presidente norteamericano incluyó la
normalización del vínculo con la isla como parte del “nuevo período” que
prometió iniciar en su primera participación en estas cumbres a sólo tres
meses de asumido, en 2009. “La idea es que Estados Unidos no será prisionero
del pasado. Más que nada, miramos al futuro”, explicó. Esa intención de
pasar por alto la pesada historia de intervenciones norteamericanas en la
región fue criticada por varios presidentes, incluyendo Cristina Kirchner.
Con todo, no podía ser de otra manera, la reanudación del vínculo de los dos
países fue celebrada de manera unánime.

“Las nuevas relaciones entre Estados Unidos y Cuba crearán nuevas
oportunidades en la región para la seguridad, prosperidad, salud y dignidad
de nuestros pueblos”, evaluó Obama en su mensaje, en el que también mencionó
las diferencias “significativas” (un término que el presidente
norteamericano usa todo el tiempo) entre los dos países. “Nosotros
seguiremos hablando de valores universales que para nosotros son
importantes”, subrayó.

“Ya era hora”, dijo Raúl Castro cuando le dieron la palabra. Contó que le
habían dicho que los presidentes tenían ocho minutos para hablar. “Pero me
deben seis cumbres, así que seis por ocho cuarenta y ocho”, dijo. Lo dijo en
broma pero lo cierto fue que habló 48 minutos. Hizo un repaso por la
historia de Cuba, inseparable del hostigamiento norteamericano, que contó
con varios detalles. Por ejemplo, reveló que a John Kennedy lo mataron el
mismo día que había llamado a Fidel Castro para iniciar conversaciones.
Colocó como un hito la Cumbre de las Américas de 2005 que rechazó el ALCA y
consideró “una nueva etapa” en el continente la aparición de la Celac, en
2011, un organismo continental que, a diferencia de la OEA, no integran ni
Estados Unidos ni Canadá. En el raconto de la dura historia de agresiones
norteamericanas, el presidente cubano se preocupó siempre de dejar a salvo a
Obama. “Le pido disculpas porque el presidente Obama no tiene ninguna
injerencia en todo esto. Hubo diez presidentes antes que él, todos tienen
deudas con nosotros menos el presidente Obama”, lo rescató. Por momentos, el
tono de Castro recordó al del uruguayo José “Pepe” Mujica. Contó que había
leído dos libros biográficos sobre el jefe de la Casa Blanca. “No completos,
eso lo haré con más calma”, comentó, generando la risas de sus pares. Dijo
que consideraba a Obama “un hombre honesto” y que creía que eso se debía a
su origen humilde, que era algo que siempre comentaba con los presidentes
con quienes se reunía en La Habana. “Estas palabras las medité mucho para
decirlas. Incluso las tuve escritas, las quité, las volví a poner y las
volví a quitar. Y al final las dije, y estoy satisfecho”, concluyó. Obama
miraba hacia abajo en ese momento.

Castro planteó los dos principales reclamos que mantienen contra Washington.
Uno, que se elimine a Cuba de la lista de países que patrocinan al
terrorismo. Se sabe que el Departamento de Estado ya emitió un informe al
respecto y la decisión está en manos de Obama, aunque todavía espera el
resultado de una ronda de consultas. El otro, “el bloqueo económico,
comercial y financiero que se aplica con toda intensidad contra la isla”,
definió. Pero no sólo le quitó responsabilidad a Obama por esto, sino que
instó a “seguir luchando y apoyando” al presidente norteamericano en su
intención, cuya decisión final está en manos de su Parlamento.

En un saloncito apartado de un centro de convenciones en Panamá, Barack
Obama y Raúl Castro dieron ayer un primer paso. En ese rumbo, puede marcar
un antes y un después en la historia del continente. Sí, repetirlo una vez
más, “histórico”.

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