Venezuela/ claves de una derrota anunciada: ¿canto del cisne del chavismo? [Juan Agulló y Rafel Rico Ríos]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Dic 7 14:37:54 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

7 de diciembre 2015

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Venezuela

Claves de una derrota anunciada

¿Canto del cisne del chavismo?

Juan Agulló y Rafel Rico Ríos *

Rebelión

http://www.rebelion.org/

Hace 17 años, el 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez, ganó las elecciones
presidenciales en Venezuela por abrumadora mayoría (56.20%). El país
sudamericano enterró el bipartidismo y clausuró un ciclo de pesadilla en el
que la sucesión de crisis y ajustes estructurales pareció no tener fin.

Ayer, justo 17 años después, Nicolás Maduro, sucesor de Chávez en la
Presidencia, perdió el control del poder legislativo que pasará a manos de
la oposición. Tras 18 victorias en diversas contiendas, ésta ha sido la
primera derrota de cargos electos. A partir de ahora, pase lo que pase, es
posible que estemos ante otro cierre de ciclo. Pero, ¿estará el chavismo
ante su canto del cisne?

En primer lugar, recordemos que se trata de unas elecciones legislativas, no
presidenciales y, por tanto, el ejecutivo continúa gobernando hasta 2019.

Sin embargo, la abultada victoria de la oposición, con más de 100 diputados,
le da lo que se llama “mayoría calificada” que le permitirá, entre otras
cosas, aprobar o rechazar cualquier ley, dar voto de censura al
vice-presidente y ministros, hacer reformas constitucionales, entre otras
atribuciones legislativas.

Por otra parte, con la fuerza que ha exhibido la oposición se plantea la
posibilidad de convocar un referéndum revocatorio al Presidente de la
República, pero estarían obligados a recoger las firmas del veinte por
ciento de los electores inscritos y superar en el referéndum los resultados
que alcanzó Nicolás Maduro en 2013.

La oposición aún no tiene el gobierno pero esta victoria deja al actual
gobierno debilitado ante un escenario de fuerte crisis económica, política y
social.

La gran pregunta es por qué después de tantas victorias, esta vez sí ha
perdido el chavismo. Para responder a esta cuestión es necesario plantearse
qué ha sido y qué es el chavismo.

En sus orígenes, el chavismo  pivotó sobre dos grandes columnas:

1. Una reacción al recetario neoliberal y a la crisis de legitimidad
bipartidista que no solucionaba los problemas de las grandes desigualdades
dentro de una sociedad venezolana profundamente fracturada.

2. Un proyecto político que, desde que Chávez entró en la escena política en
1992, estuvo orientado a superar la dependencia petrolera y el pésimo
reparto de su renta.

¿Y qué ha ocurrido en estos 17 años? veamos algunas claves de un primer
análisis del día después de una derrota.

Primera clave, enfrentamiento con EEUU

El plantear el reparto y control de la renta petrolera fue para Venezuela
firmar una declaración de guerra contra EEUU que considera casi cualquier
reserva energética del mundo (y más aún, las del Hemisferio Occidental) como
una cuestión de Seguridad Nacional. Este enfrentamiento se tradujo en un
rosario de intervenciones, mediáticas, económicas, políticas, directas e
indirectas, del gigante del Norte contra Venezuela, incluyendo el Golpe de
Estado de abril de 2002. 17 años después, aunque Venezuela ha diversificado
compradores, ha seguido dependiendo de Washington.

Segunda clave, dependencia petrolera

El chavismo  ha sido incapaz de reducir su dependencia rentista del petróleo
durante estos 17 años. No ha logrado generar tejido industrial, ni recuperar
la producción agrícola, ni establecer una economía de servicios medianamente
competitiva. Aunque logró retener un porcentaje mucho mayor de la renta
petrolera en el país, suficiente para enfurecer a diversos lobbies
multinacionales, no consiguió superar la dependencia petrolera y mantuvo las
consecuencias de una economía rentista.

Mientras los precios del petróleo fueron altos, el chavismo mantuvo el
reparto de la renta con una fuerte apuesta social basada en programas
sociales que mejoraron ostensiblemente las condiciones de los sectores más
desfavorecidos, redujeron espectacularmente niveles alarmantes de pobreza y
proporcionó salud y educación gratuitas a todos los sectores sociales. 

Sin embargo, en los últimos años, Estados Unidos, que sigue siendo adicto a
las energías fósiles, apostó por el fracking  y los países productores de
crudo no quisieron disminuir su producción, lo que provocó la fuerte caída
de los precios petroleros que impactaron dramáticamente en la economía
venezolana y en la sostenibilidad de su modelo social. Fue ahí cuando la
escasez de productos de primera necesidad, la ineficiencia, el clientelismo,
la corrupción y una política social desestructurada y desorganizada,
comenzaron a desgastar los logros del chavismo.

Tercera clave, fracaso con los problemas endémicos

Si preguntan en la calle por qué ha perdido el chavismo estas elecciones, la
respuesta es muy clara: escasez de productos, subida de precios,
desabastecimiento e inseguridad. Sin embargo, estos problemas, que han
generado un creciente malestar en la población, se vienen incubando desde
hace años, son producto de unas inercias estructurales que el chavismo
creyó poder conjurar con solo evocarlas pero que ha sido incapaz de superar.
El gobierno se ha defendido argumentando que son inducidos por factores con
intereses contrarios al proceso pero este argumento, en esta ocasión, no ha
sido suficiente para convencer a las mayorías.

Cuarta clave, falta de institucionalidad

El chavismo fue incapaz de generar una institucionalización que asentara
conquistas sociales y el diseño de un nuevo modelo de Estado que mantuviera
de forma sostenible y eficiente un sistema político y económico orientado a
la igualdad y a la justicia social.

Quinta clave, radicalización de la oposición

La oposición no solo es heterogénea sino que está profundamente dividida. La
violencia callejera promovida a principios de 2014 por Leopoldo López y
María Corina Machado, minó el liderazgo de Henrique Capriles Radonski que
pretendía un acercamiento al chavismo y trataba de alcanzar unos acuerdos de
mínimos en temas claves como la inseguridad. Esta división de la oposición
ha permitido que durante estos 17 años los sectores radicales de extrema
derecha tomaran la iniciativa política impidiendo cualquier acuerdo de
Estado entre gobierno y oposición y generando un clima de ingobernabilidad
constante que ha obstaculizado el desarrollo de las políticas del gobierno.

Sexta clave, heterogeneidad del chavismo

El chavismo tampoco es homogéneo. El malestar social endémico que dio origen
al chavismo aglutinó en un mismo proceso distintas sensibilidades políticas,
distintos sectores sociales, visiones de país, civiles y militares. Esta
heterogeneidad ideológica, que ha sido fortaleza en la unidad y como bloque
contra las embestidas de la derecha, sin embargo, ha impedido el diseño de
políticas claras y coherentes. El chavismo se ha convertido más en un
sentimiento político de unidad de sectores políticos y sociales heterogéneos
frente a una clase dominante que en una doctrina política claramente
definida.

Esta derrota es un toque de atención no solo al chavismo sino a la izquierda
en general cuando tiene que pasar de las intenciones, del discurso por la
igualdad y la denuncia de las injusticias sociales, a gobernar con políticas
viables que den solución a las necesidades concretas de los ciudadanos.

Conclusión

Los resultados de la elección de ayer pueden ser engañosos. En 1972, en un
librito titulado “Venezuela contemporánea, ¿un país colonial?”, el
historiador Federico Brito Figueroa sostenía que su país, en buena medida
como consecuencia de la producción/dependencia petrolera, era un excelente
ejemplo del colonialismo posterior a la descolonización.  Es verdad que
hasta cierto punto Chávez acabó con la tutela extranjera pero no con la
dependencia petrolera y sus nefastas consecuencias sociopolíticas. ¿Lo hará
la oposición?

Aunque suene a tópico, lo cierto es que ante la fuerte polarización que vive
y padece la sociedad venezolana, la oposición debe asumir su victoria con
responsabilidad ante el reto que le han concedido los ciudadanos, algo de lo
que hasta ahora no ha hecho gala. Su victoria se debe más al fracaso del
gobierno en afrontar los problemas que azotan el país que a méritos propios
como opción política que ilusione a las mayorías.

El voto a la oposición, como su nombre indica, es un voto de oposición más
que un voto de construcción y no se debe olvidar que las políticas de la
llamada Cuarta República, con su viejos dirigentes que siguen activos,
tampoco pudieron solucionar los problemas endémicos irresueltos, dependencia
petrolera, el reparto de la riqueza, las desigualdades, la marginalidad o la
inseguridad.

Mientras tanto, el chavismo, que no es solo este gobierno, ha dejado una
profunda conciencia política en el pueblo venezolano que ha marcado un antes
y un después en la historia de este país y con capacidad y fuerza suficiente
como para renovarse y generar nuevos actores y movimientos políticos que
entren en la escena política venezolana y latinoamericana. Que nadie lo dé
por vencido.

* Juan Agulló es sociólogo (geotlati en gmail.com); Rafel Rico Ríos es
Ingeniero de Telecomunicación (@rafaelricorios)

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