Grecia/ empezó la pulseada [Michel Husson]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Feb 13 12:36:12 UYST 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 13 de febrero 2015

germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

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Grecia

Ha empezado el pulso

Michel Husson

A l´encontre-La Breche

http://alencontre.org/

Traducción de Faustino Eguberri - Viento Sur

El Banco Central Europeo (BCE) acaba de tomar una decisión de una brutalidad
inaudita: a partir del 11 de febrero no aceptará los títulos públicos
griegos en contrapartida a la liquidez concedida a los bancos griegos/1. Es
una declaración de guerra abierta contra el gobierno Tsipras: o bien
renuncia a su política o bien los bancos griegos quiebran. El BCE opta así
por una estrategia de caos, cuyas consecuencias son absolutamente
imprevisibles.

Super-Mario: el fin de las ilusiones

El nombramiento de Mario Draghi a frente del BCE fue en sí mismo una
provocación. Hay que recordar que la entrada de Grecia en la zona euro en
2001 fue posible gracias al maquillaje de sus cuentas, realizado bajo la
supervisión del banco Goldman Sachs. Éste había aconsejado al gobierno
griego que utilizara productos derivados a fin de reducir la amplitud de su
déficit presupuestario. Más tarde se reconocieron la superchería y las
cuentas corregidas. Ahora bien, Mario Draghi ejerció de vicepresidente para
Europa en Goldman Sachs de 2002 a 2005 y, por ello, es difícil creer que no
estuviera al corriente de esas manipulaciones, ni de los 300 millones de
dólares que habían reportado a su banco. Después de que sucediera a
Jean-Paul Trichet a la cabeza del BCE, este último, a una pregunta de un
periodista sobre el pasado de Draghi en Goldman Sachs, respondió con un
silencio sonoro y revelador/2.

“Todo lo que sea necesario para salvar el euro”: con esta fórmula proferida
en un discurso del 26 de julio pasado, Draghi hizo creer que bajo su égida,
el Banco Central Europeo iba a llevar a cabo una política más acomodaticia.
El anuncio posterior de una Quantitative Easing [expansión monetaria
cuantitativa ndt] a la europea, o sea, la compra masiva de títulos públicos
en el mercado secundario, tuvo dos efectos : indicando a los mercados
financieros que sus ataques especulativos serían sistemáticamente
contrarrestados, permitió desinflar un poco las tasas de interés concedidas
a los países en dificultades; y marcando distancias con el dogma merkeliano,
daba la impresión de que la zona euro daba un pequeño paso hacia una gestión
más solidaria de la crisis de las deudas soberanas. El anuncio del plan de
inversión por Juncker, parecía confirmar esta impresión de que la política
europea estaba comenzando a reorientarse. Ilusiones que ya fueron disipadas,
por ejemplo, por Pierre Khalfa /3 quien señaló los límites de “Super Mario”
y las engañosas apariencias del plan Juncker.

Pero la decisión del BCE fue el silbato del fin del recreo y se redescubre
que los principios de la austeridad europea no han variado lo más mínimo. El
primer principio es que las deudas deben ser pagadas. En el caso griego, su
consecuencia es particularmente clara. En 2012, la deuda griega gozó de un
recorte (haircut); es decir, fue reestructurada. Pero dicha reestructuración
era más bien modesta, puesto que, según las propias estadísticas de la
Comisión Europea, la deuda pública griega pasó de 356 mil millones de euros
a finales de 2011 a 305 mil millones a finales de 2012, es decir una
reducción efectiva de 51 mil millones (14% del total). En realidad, se
trató, sobre todo, de una reestructuración de los créditos de los bancos
privados que mediante una reducción modesta, se vieron libres de esos
créditos que se habían vuelto dudosos y que fueron asumidos en su gran
mayoría por las instituciones europeas. Instituciones para las que se
trataba del último esfuerzo para aliviar la carga de la deuda. Pero, siempre
según datos oficiales, a finales de 2104 la deuda griega representa el
175,4% del PIB. Y el objetivo que se impone a Grecia es reducirla al 120%,
es decir una reducción desmesurada e imposible de llevar a cabo sin diezmar
al pueblo griego.

El segundo principio es el de la condicionalidad, que está omnipresente
tanto en el Quantitative Easing de Draghi como en el plan Juncker: todas las
ayudas monetarias o financieras están supeditadas a la aplicación de las
famosas “reformas estructurales”, en línea con los mandatos de la Troika.
Para comprender lo detallados y brutales que podían ser los enviados
especiales de la Troika en sus prescripciones basta con consultar sus
documentos oficiales (por ejemplo el balance del programa de ajuste griego/4
redactado por la Comisión Europea en abril de 2014).

¿Qué renegociación de la deuda griega?

Los acontecimientos se aceleran y la decisión unilateral del BCE es una
respuesta a la táctica del nuevo gobierno griego. El ministro de finanzas
griego, Yanis Varoufakis, es un economista heterodoxo brillante y un crítico
original de la financiarización en la que hace jugar un papel central a la
aspiración de los excedentes (y de las ganancias) por los Estados Unidos, lo
que llama El Minotauro planetario. Pero es también el autor, con Stuart
Holland y luego James Galbraith, de una “modesta proposición para superar la
crisis del euro”/5, una variante -hábil- de la idea de euro-obligaciones que
permitan mutualizar las deudas soberanas (a la altura del umbral fatídico
del 60% del PIB de cada país) y reciclar los fondos así obtenidos para
financiar un programa europeo de inversión, vía el Banco Europeo de
Inversiones. Se trataba efectivamente de una propuesta modesta, teniendo en
cuenta la amplitud de los desequilibrios estructurales de la zona euro, y se
apoya en la voluntad de hacer compatibles estos nuevos dispositivos con las
reglas del juego europeas.

Algunos días antes de su nombramiento como ministro, se fijaba el objetivo
de “destruir los fundamentos del sistema oligárquico”/6 y este punto es
esencial; por dos razones: el aumento de la deuda griega antes de la crisis
es indisociable de las punciones realizadas por esta oligarquía y,
efectivamente, el desarrollo de Grecia no es posible sin destruir ese
sistema. Ahí se plantean “reformas estructurales” necesarias, pero no son,
de ninguna de las maneras, las mismas que en las que piensa la Comisión
Europea.

Ahora bien, la cuestión inmediata es la de la deuda. La posición del nuevo
gobierno se ha dibujado bastante rápidamente: afirmación de la voluntad de
negociar pero recordando el principio ampliamente compartido en Syriza de
“ningún sacrificio para el euro”, y el rechazo de negociar con la Troika.
Luego vinieron las propuestas, cuyas grandes líneas fueron expuestas por
Varoufakis/7. Son moderadas o razonables y consisten en intercambio de la
deuda (swap) por la creación de dos nuevos tipos de títulos. Los primeros
reemplazarían a las ayudas europeas otorgadas en 2012 en el marco del
mecanismo europeo de estabilidad (MEE) y serían indexadas con el
crecimiento. Los segundos serían obligaciones perpetuas que reemplazarían a
los títulos griegos actualmente en manos del Banco Central Europeo.

Varoufakis anunció a continuación que había elegido el banco Lazard para
aconsejarle en la negociación. Es el mismo banco que intervino en la
reestructuración de 2012. Su vicepresidente para Europa es Mathieu Pigasse,
banquero “de izquierdas” que, por otra parte, dirige Inrockuptibles -una
revista enrollada, progre- y controla, con Pierre Bergé y Xavier Niel, Le
Monde y L´Obs.

Aligerar la deuda más que anularla

Pigasse ha detallado sus propuestas en una entrevista en France Inter/8.
Consisten en dividir por dos la deuda en manos de los acreedores públicos,
es decir una reducción de alrededor de 100 mil millones de euros de un total
de 320 mil millones. Esto permitiría a Grecia alcanzar el objetivo de un
ratio deuda/PIB del 120% del PIB a menor coste. Es decir, no se trata de una
anulación de la deuda, sino de una “aligeramiento” o de una “dilución”, por
retomar los términos de Pigasse. Explica así la idea de indexar los títulos
con el crecimiento: “voy a pagaros en cuanto mi crecimiento supere un
determinado índice”. Este primer dispositivo actuaría sobre 75 mil millones
de euros. En cuanto a los títulos perpetuos, implican interés pero pueden no
ser devueltos, o serlo en un plazo muy largo: 100 o 150 años según Pigasse.
Afectaría a los 25 mil millones de euros restantes.

Estas propuestas son una primera base de discusión que se ha visto
inmediatamente frente a una demostración de hostilidad y ha conducido al BCE
a tomar su decisión, que se puede asimilar a un golpe de Estado financiero.
Sin embargo, el anuncio de estas propuestas más bien había tranquilizado a
los banqueros griegos, cuyas acciones habían recuperado un poco del terreno
perdido. Con un comportamiento ambiguo, el BCE ha hecho un segundo anuncio,
el de una ayuda a los bancos griegos por 60 mil millones de euros, concedida
en el marco de un procedimiento de urgencia bautizado ELA (Emergency
Liquidity Assurance). El mensaje es por tanto muy claro: “los bancos antes
que el pueblo”. Esta operación de rodeo ilustra la voluntad, muy política,
de desestabilizar al gobierno griego privándole de todo respiro que le
permita avanzar en la puesta en marcha de su programa. Varoufakis ha dicho
tener necesidad de seis meses: el BCE se los niega.

Las coordenadas de una situación compleja

Ahora hay que valorar las propuestas del gobierno griego, comenzando por
descartar las cifras extravagantes que han circulado. En Francia nos han
explicado que eliminar la deuda griega costaría como media entre 650 y 731
euros a cada contribuyente. En realidad, lo que se dejaría de ganar no
serían más que 10,5 euros por adulto residente en Francia, como establece
con la mayor claridad un artículo de La Tribune /9.

En todo caso, lo que se puede conocer hoy del plan de aligeramiento es
limitado en su amplitud y está sometido a grandes incertidumbres. En efecto,
no afecta más que a un tercio de la deuda total y ésta continuaría
representando el 120% del PIB, lo que sigue siendo considerable. Al mismo
tiempo, hay que ver que la carga de los reembolsos sería reducida: este
punto es importante pues Grecia, a diferencia por ejemplo de Francia, no
puede ya “hacer girar” su deuda, dicho de otra forma endeudarse para cubrir
sus reembolsos, puesto que ya no tiene acceso (o lo tendría a tipos
disparatados) a los mercados financieros.

Por tanto, la cuestión es saber lo que ocurriría con el pago de los
intereses. El impacto depende de lo que se negociara en concreto, en caso de
que haya negociación. Por ejemplo, la indexación sobre el crecimiento,
¿puede querer decir que Grecia no pagaría ya intereses, o que pagaría menos,
mientras no haya recuperado una cierta tasa de crecimiento? Pero, ¿cuál
sería el umbral de crecimiento a partir del cual se desencadenarían los
pagos de intereses? En cuanto a los títulos perpetuos, tienen la ventaja de
dispensar de los reembolsos pero, además de que solo tratan sobre 25 mil
millones de euros, hay también que preguntarse cuál sería el nivel del tipo
de interés aplicado. La experiencia histórica muestra que las “deudas
perpetuas” han sido en general acompañadas de tipos de interés más elevados.

Entonces, ¿se puede reprochar al gobierno griego de no haber hecho subir
suficientemente las pujas declarando de forma unilateral una moratoria total
de la deuda (reembolso e intereses) para establecer una mejor correlación de
fuerzas? Evidentemente, en abstracto se le puede hacer ese reproche, pero
aquí nos guardaremos de adoptar una posición de sobrepuja que, sin duda,
resulta demasiado fácil cuando no se es más que un observador a distancia.

El balance de lo que no es más que un primer round no es tan malo. El
posicionamiento del gobierno griego se ha basado en una mezcla, en principio
bien dosificada, de firmeza sobre las orientaciones y de apertura a una
negociación “razonable”. Esto ha bastado para hacer salir al BCE del bosque
y revelar -por si fuera necesario- su verdadera naturaleza, al servicio de
los intereses de las finanzas. Y sobre todo, el gobierno ha ganado en
legitimidad: en Grecia mismo, mostrando que hace frente a las presiones de
las finanzas, pero también en el conjunto de Europa donde el apoyo a la
experiencia llevada a cabo por Syriza tiene ahora un objetivo preciso, el de
soltar la tuerca del BCE sobre Grecia.

También hay que comprender que el gobierno griego lucha en dos frentes:
contra el peso de la deuda y por tanto contra el rigor de las instituciones
europeas, y contra la oligarquía. Sin duda es este segundo combate el más
decisivo para, más allá de las medidas de urgencia, poner a Grecia en el
camino de un modelo de desarrollo más estable y por tanto más igualitario.
Ahora bien, los ritmos no son los mismos: en el frente de la deuda hay
urgencia, pero el combate antioligárquico implica poner en pie las (buenas)
reformas estructurales y esto tomará más tiempo. La estrategia consistente
en arreglar temporalmente, e incluso si es a minima, la cuestión de la
deuda, puede permitir reorientar más rápidamente la acción política sobre la
situación interna.

Algunos, como Frédéric Lordon/10 piensan que Syriza no tiene más que dos
opciones posibles: o bien “pasar bajo la mesa”, dicho de otra forma,
rendirse, o bien “tirarla patas arriba” saliendo del euro. Evidentemente,
teniendo en cuenta la furiosa voluntad de las instituciones europeas de
hacer fracasar la experiencia griega, no se puede excluir una salida del
euro. Pero una devaluación no sería en si misma una bocanada de oxígeno
suficiente para reabsorber los desequilibrios estructurales de la economía
griega y no permitiría tampoco protegerse de las medidas de represalia.

Grecia vive uno de esos períodos en los que la historia se acelera, en los
que las correlaciones de fuerzas se modifican rápidamente. Su gobierno y su
pueblo están confrontados a intereses poderosos que no aceptan la victoria
electoral de Syriza, la victoria de un “voto insurreccional” según el
Financial Times. El apoyo a la experiencia llevada a cabo en Grecia no puede
y no debe ser incondicional: sería el peor de los servicios que se le pueden
hacer. Este apoyo debe basarse en un análisis lo más detallado posible de la
evolución de la situación, con sugerencias y críticas. Pero la tarea más
urgente y la más determinante es construir, en toda Europa, la resistencia a
las presiones que sufre Grecia y romper su aislamiento. Un reciente
llamamiento lanzado a iniciativa de los principales dirigentes sindicales
alemanes/11 afirma que Grecia no es una amenaza sino una oportunidad para
Europa; otro llamamiento internacional de economistas y de universitarios
dirige un mensaje similar a los gobiernos y a las instituciones europeas/12:
es este tipo de apoyo el que necesita de forma inmediata Grecia. El porvenir
de los pueblos europeos se juega hoy en Grecia.

Notas

1/ Eligibility of Greek bonds used as collateral, Press Release, 4/02/2015
http://www.ecb.europa.eu/press/pr/date/2015/html/pr150204.en.html

2/ Trichet reste muet sur les liens entre Draghi et Goldman Sachs, Arte,
septiembre 2012. http://pinguet.free.fr/triche.htm

3/ Pierre Khalfa, “Super Mario au secours de l’économie européenne ?”,
Mediapart, 11/09/2014
http://blogs.mediapart.fr/blog/pierre-khalfa/110914/super-mario-au-secours-d
e-l-economie-europeenne; “Les faux semblants du plan Juncker”, Mediapart,
3/12/2014.
http://blogs.mediapart.fr/blog/pierre-khalfa/031214/les-faux-semblants-du-pl
an-juncker

4/ Commission européenne, The Second Economic Adjustment Programme for
Greece. Fourth Review, Abril 2014.
http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/occasional_paper/2014/op192
_en.htm

5/ Yanis Varoufakis et Stuart Holland, Une modeste proposition pour
surmonter la crise de l’euro, Octubre 2011. http://gesd.free.fr/varoufah.pdf

6/ Yanis Varoufakis, “We are going to destroy the Greek oligarchy system”,
Channel 4, 23/01/2015. http://hussonet.free.fr/varoufa.htm

7/ “Greece finance minister reveals plan to end debt stand-off” , Financial
Times, 2/02/2015. http://gesd.free.fr/ftvarou.pdf

8/ Mathieu Pigasse sur la dette grecque, France Inter, 3/02/2015.
http://gesd.free.fr/pigasse115.htm

9/ “Ce que coûterait vraiment aux contribuables l’annulation de la dette
grecque”, Ivan Best, La Tribune, 5/02/2015. http://gesd.free.fr/coutrib.pdf

10/ Michel Husson, “Lordon ou le syllogisme de la défaite”, A l’encontre,
21/01/2015. http://alencontre.org/europe/grece/...

11/ Griechenland nach der Wahl ? Keine Gefahr, sondern eine Chance für
Europa, febrero 2015. http://wp.europa-neu-begruenden.de/

12/ Nous sommes avec la Grèce et l’Europe, Février 2015.
http://blogs.mediapart.fr/edition/q...

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