Argentina/ el "modelo" en el fin de ciclo: estancamiento con exclusión [Esteban Mercatante]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Feb 24 22:06:32 UYST 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 24 de febrero 2015

germain5 en chasque.net

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Argentina

El “modelo” en el fin de ciclo: estancamiento con exclusión

Diversos indicadores confirman que el año pasado concluyó con caída de
salarios reales que están ya por debajo de los niveles de diciembre de 2001,
así como un deterioro del empleo. Anticipos de una situación que promete
seguir deteriorándose.

Esteban Mercatante

La Izquierda Diario, Buenos Aires, 24-2-2015

http://www.laizquierdadiario.com/

Desde comienzos de este año, los datos que se vienen conociendo confirman
que 2014 marcó un salto en el deterioro del empleo y los salarios. Según un
informe del Observatorio Social de la CTA difundido ayer, los salarios
tuvieron en 2014 la peor caída desde 2002. Este resultado fue consecuencia
de la aceleración de la inflación que siguió a la devaluación del peso, que
se aceleró durante enero de 2014, y de las presiones ejercidas desde el
gobierno para poner techo a los aumentos que resultaron de las negociaciones
paritarias. Gracias a esta doble acción, los salarios sufrieron en promedio
un fuerte desgaste.

La mayor caída la mostraron los salarios del sector privado registrado, que
sufrieron una disminución de 5,5%. En el caso de los trabajadores del sector
público, la caída habría sido según el mismo informe de 3,1%. En cambio,
según los datos que arroja el Indec, medidos según la inflación que arrojan
índices alternativos al oficial, el único sector que habría tenido en sus
ingresos reales un desempeño positivo, es el de los trabajadores del sector
privado que no se encuentran registrados. Los salarios de los trabajadores
no registrados habrían tenido una suba de alrededor de 2%, un resultado que
genera muchas suspicacias cuando, a juzgar por las cifras de empleo, fue en
este sector donde se produjo un deterioro del empleo durante 2014.

En promedio, peor que en 2002

Un punto que salta a la vista del informe es el efecto devastador que viene
teniendo la suba de precios sobre el poder adquisitivo de los salarios. Si
unos años atrás el poder adquisitivo, tomando el promedio de todos los
salarios, había llegado a estar por encima del de comienzos de 2002, es
decir el de antes que la megadevaluación que siguió al colapso de la
convertibilidad terminara de hacer estragos (para beneficios de los
empresarios que hicieron grandes ganancias extraordinarias con los salarios
baratos), hoy ya no puede decirse lo mismo. Salvo que le creamos al Indec,
hoy el poder adquisitivo que arroja el promedio de los salarios está, según
el informe del Observatorio Social, 1,2% por debajo del de diciembre de
2001. Aclaremos que estamos haciendo la comparación con un punto ya bajo,
porque ese era el cuarto año de una de las depresiones más prolongadas y
severas de la historia argentina, que produjo una híper desocupación y ya
había mellado los salarios antes de que el ajuste cambiario hiciera lo suyo.
La “década ganada”, mantuvo un techo bajo para la recomposición de los
salarios.

Disparidades

Por supuesto, el resultado no es para todos igual. Aunque el sector privado
registrado tuvo en 2014 la peor caída del salario real en comparación con
los demás sectores, es sin embargo el que más logró recomponerlo. Después
del deterioro de 2014, los salarios reales de este sector están un 19,1% por
encima de los de comienzos de 2002. En cambio, para los asalariados del
sector público los salarios están hoy un 40,7% por debajo de los niveles de
2002. El sector público, que viene gastando miles de millones de pesos en
subsidiar la ganancia capitalista y en pagarle a los buitres “buenos” con
los que regularizó la deuda, y que –ya sea nacional, provincial o municipal-
otorga amplios beneficios fiscales a los empresarios y estratos más ricos,
se cuidó muy bien de dar aumentos de salarios considerables para el grueso
de los empleados públicos.

Aunque los trabajadores registrados mostrarían una cierta mejoría respecto
de 2002, el punto de partida era paupérrimamente bajo, y lo sigue siendo. No
sorprende entonces otro dato que arroja el Indec: según datos del tercer
trimestre de 2014, el 70% de la población mostraba un ingreso según
ocupación principal por debajo de los $ 7.000.

El desempleo “oculto”, cada vez más acentuado

A este panorama de los ingresos, se suma el del empleo. Al dato de un
desemplo que se ubicó en 6,9%, la información difundida agrega que la tasa
de actividad o participación laboral, que surge del cociente entre la
población económicamente activa (PEA) y la población total, resultó en un
45,2% para el cuarto trimestre de 2014, sufriendo una caída interanual del
indicador de 1,7 puntos porcentuales con relación a la participación laboral
observada hacia idéntico trimestre de 2013. Es decir que se alcanzó un nivel
mínimo de participación laboral respecto a los últimos once años de
comparación interanual. Este hecho ya había sido observado hacia el tercer
trimestre de 2014. La falta de oportunidades laborales sobre este conjunto
acabó por desalentar su búsqueda de trabajo, lo cual llevó a muchos
desocupados a engrosar el segmento de inactivos. Según IERAL el peso de este
“desempleo oculto” es inquietante: es posible estimar que el actual nivel de
desempleo (situado en un 6,9% de la PEA al cuarto trimestre de 2014 según la
información de INDEC) podría alcanzar al 12% si se incluye a esta masa de
individuos desalentados. Es decir que se trataría de más de dos millones de
personas.

Tanto en el caso del deterioro salarial como en el del empleo, se trata de
consecuencias de medidas aplicadas por el gobierno. Freno a la economía para
cuidar los dólares, devaluación que aceleró la inflación, techos a las
paritarias. Por mucho que intente culpar enteramente a los empresarios, se
trata de responsabilidades compartidas. El pretendido “modelo de crecimiento
con inclusión” que pretendió el kirchnerismo llega al fin de ciclo
transformado en su contrario. Se clausura así otro ciclo que pretendió que
sería posible en el capitalismo dependiente argentino aprovechar unas buenas
cosechas para conciliar las contradicciones entre patrones y trabajadores.
Aunque el gobierno y la mayor parte de los grandes empresarios llegan al
final del ciclo kirchnerista en un enfrentamiento cada vez más marcado, los
resultados del empleo y los salarios son consecuencia de un presupuesto
tácito común a ambas partes de esta contienda: la mayor parte de los costos
del fin de fiesta deben caer sobre los trabajadores y el pueblo pobre. En
ese sentido, 2014 fue un anticipo de lo que volverá a repetirse este año, y
aún más en 2016, gane quien gane la contienda para suceder a Cristina
Fernández. Es que ordenar la economía golpeando a los salarios para frenar
los precios está en la agenda de todos los candidatos de los partidos
patronales, como si acá estuviera la causa de la inflación y no en la
voracidad de los empresarios para mantener sus márgenes de ganancias. Sólo
el Frente de Izquierda propone una alternativa para que la crisis la paguen
los capitalistas, con medidas de emergencia para recomponer el salario,
asegurar trabajo para todos y enfrentar la inflación frenando las maniobras
de los capitalistas.

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