Francia/ la "civilización occidental" y la pesada herencia del colonialismo [Pierre Beaudet]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Ene 11 16:14:48 UYST 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 11 de enero 2015

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A l’encontre – La Breche

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Francia

La matanza de Charlie Hebdo

La “civilización occidental” y la pesada herencia del colonialismo

Pierre Beaudet

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Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

La matanza del 7 de enero en París quedará en la memoria como un acto
criminal contra la libertad de expresión. Charb, Cabu y los demás animadores
de Charlie-Hebdo nos habían hecho reflexionar durante muchos años con su
humor corrosivo. Hoy, cuando la derecha y la extrema derecha les santifican
como víctimas de los enemigos de la “civilización”, deben estar contemplando
con una sonrisa forzada cómo, habiendo denunciado el colonialismo, resultan
estar tan defendidos por los nostálgicos del colonialismo.

Esas mismas víctimas se revolverían también en su tumba leyendo a Christian
Rioux (Le Devoir, 9 de enero) que lanza un llamamiento, en nombre de
Moliere, en defensa de la “civilización” francesa, por no decir
“occidental”, amenazada en su opinión por el islam radical. La Francia
“moderna” es la hija de varios centenares de años de depredación colonial,
que comenzaron con el “triángulo de la muerte” impuesto a África y a las
Américas a partir del siglo XVII. Los regímenes franceses, incluyendo los
que aparecieron después de la revolución de 1789 esclavizaron a millones de
africanos. Perpetraron genocidios olvidados en las Américas. El capitalismo
“moderno” tomó forma en aquellas horribles plantaciones que hicieron la
fortuna de los mercaderes franceses. Luego, en el siglo XIX, Francia se
lanzó a otras espantosas aventuras coloniales, en África del Norte y en
Vietnam en particular, en las que centenares de miles de personas fueron
muertas, despojadas, transformadas en semiesclavas. En esos países, se
recuerda aún al ejército francés que tomaba como rehenes a las poblaciones
en las zonas llamadas rebeldes para asfixiarlas con humo hasta la muerte.
Recordemos también que el estado francés practicaba estas depredaciones en
nombre de la “civilización” y del “progreso”, para salvar a los colonizados
de la “barbarie”. Hasta en los años 1960, la Francia colonial hizo y deshizo
a su antojo, a pesar de la oposición en la propia Francia, por parte de
resistentes uno de cuyos herederos es Charli-Hebdo.

Hay que decir finalmente que las prácticas coloniales se han reproducido en
la propia Francia. Los habitantes de las colonias hambrientas y desposeídas
han afluido a Francia para ocupar los empleos con bajos salarios y
condiciones miserables. Han contribuido con el sudor de su frente a esta
Francia “moderna” y capitalista, sufriendo la represión cotidiana e incluso
las matanzas, como el asesinato por la policía de decenas de manifestantes
pacíficos en la calle para reclamar la independencia de Argelia, el 17 de
octubre de 1961. Aún hoy, la discriminación es sistémica en esta Francia
“civilizada”. El establecimiento de perfiles raciales contra los jóvenes de
ascendencia árabe o africana está bien documentado, aunque no guste a
algunos contadores de historias, lo que no quiere decir que de los 4-6
millones de inmigrantes en Francia todos conozcan malos tratos. Pero,
plantearos la pregunta: ¿quién vive en las viviendas protegidas de los
alrededores de París, Marsella y de los grandes centros urbanos? Id a ver.
En muchas ocasiones, movimientos populares franceses, no solo los de la
inmigración, han pedido cambios radicales, más allá de las bellas promesas.

Desde hace algún tiempo, Francia, desde Sarkozy a Hollande, ha decidido
alinearse totalmente con la guerra sin fin orquestada por los Estados Unidos
en nombre de la lucha contra el “terrorismo”. La Francia “civilizada” parece
preferir defender “sus” inversiones en su coto cerrado postcolonial,
particularmente en África, a la vez que participa en el apoyo de las
dictaduras de Irak, Afganistán o Arabia Saudita. Para los “socialistas”
franceses, se añade que todo esto se hace una vez más en nombre de la
“civilización”, para “salvar a los indígenas”. En realidad, las exacciones
del Estado Islámico o de Al Qaeda son aún “pálidas” si se comparan a lo que
hacen los aviones americanos y sus ayudantes locales sobre el terreno,
matando, violando y torturando a miles de iraquíes, de sirios, de
palestinos, yemenitas o afganos…

¿Excusa esto a los partidarios del Estado Islámico? Ciertamente no. Además
de violar los derechos con prácticas sectarias y criminales, estos
movimientos, a fin de cuentas, hacen el juego a las potencias, puesto que
les permiten pretender actuar para “salvar a los afganos”, por retomar un
ejemplo bien conocido. Ahora bien, organizaciones populares en esa región
del mundo luchan y resisten. Luchan en condiciones de una increíble
adversidad a la vez contra regímenes podridos apoyados por los Estados
Unidos y sus aliados-subalternos como Francia y Canadá, y contra
organizaciones terroristas que se reclaman del islam político. No se las
oye, no se las apoya. ¿Por qué?

Hoy, para ser leal a la tradición de Charlie-Hebdo, hay que impedir una
deriva autoritaria y antiimigrante en nombre de la “civilización”. Hay que
aislar elementos terroristas a la vez que se hacen fracasar las políticas
sin fin puestas en pie por las potencias, y que están en la base de nuestro
mundo a la deriva. Hay que llevar a cabo la batalla de las ideas contra la
islamofobia reproducida a lo largo de la jornada por medios complacientes
para acentuar el giro a la derecha. No será sencillo…

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