Uruguay/ Antel Arena: el derrumbe de la obra que dio esperanza a un barrio [Redacción - Cecilia Delisa]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Jul 4 00:04:23 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 4 de julio 2015

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A l’encontre – La Breche

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Uruguay

Para “redirigir las inversiones”…

Suspensión del ANTEL-Arena dejará a 120 obreros sin trabajo

Las obras serán retomadas "cuando estén dadas las condiciones", dijo el
Ministro de Economía, Danilo Astori. El Poder Ejecutivo resolvió el jueves 2
de julio detener las obras del Complejo Multifuncional ANTEL Arena. El
presupuesto de entre US$ 80 y US$ 90 millones que estaba destinado para la
construcción del edificio “será derivado a obras de OSE” (Obras Sanitarias
del Estado). Esto no quiere decir que el dinero de ANTEL, “la empresa de
comunicación de los uruguayos”, vaya para OSE. Sino que, “en el marco de el
ordenamiento de las inversiones de las empresas públicas” y para “evitar un
deterioro mayor del déficit fiscal” (actualmente 3,6% del PIB) se decidió
“priorizar otras obras”. La administración de Tabaré Vázquez ordenó la
suspensión de los trabajos de construcción. La decisión responde a la
intención de "redirigir" las inversiones a otros temas, como infraestructura
y vialidad. Además de detenerse las obras, también se enlenteció el
despliegue de fibra óptica para que la inversión se complete en todo el
período y no en dos años como se preveía. Las primeras consecuencias
sociales de la suspensión -que deriva del plan de ajuste iniciado por el
gobierno del Frente Amplio-, ya se pueden constatar. (Redacción de
Correspondencia de Prensa)

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El derrumbe de la obra que dio luz de esperanza a un barrio

Si bien los obreros continúan en el predio, la noticia angustió a los
vecinos, que esperaban que la futura construcción trajera prosperidad a la
zona

Carolina Delisa

El Observador, Montevideo, 3-7-2015 

http://www.elobservador.com.uy/

Sebastián Ferreira fue de los primeros vecinos que, en la mañana del
viernes, se acercó hasta la obra del Antel Arena para saber qué era lo que
estaba pasando. De medias y chancletas, y agarrado del alambrado, hablaba
con un guardia de seguridad que del otro lado le contaba la poca información
que tenía con respecto a la suspensión de la obra.

El informativo central del jueves fue el que le dio la "mala" noticia de que
el Antel Arena no llegará, al menos por algún tiempo. Sus hijos de 8 y 10
años le preguntaban qué iba a pasar mientras se enteraban de las novedades
en la televisión. "Estábamos tan ilusionados", admitió Ferreira en diálogo
El Observador.

La obra trajo luz al barrio. Antes de que siquiera se empezara a tocar el
terreno, las cuadras que rodean el predio de 10 hectáreas se llenaron de
luminarias. Se limpió la cañada de la calle San Gabriel y se realojaron a
unas 160 familias que vivían en un asentamiento. Se abrieron calles. La
llegada del Antel Arena ya estaba trayendo prosperidad antes de existir, y
ahora que se detiene la construcción se instaló la preocupación de los
vecinos por la vuelta de la oscuridad y de los basurales. "Las de la calle
no las van a sacar, pero no sé qué pasará con las luces de adentro", se
preguntó Ferreira.

Lo cierto es que sobre las nueve de la mañana, el movimiento en la obra era
tal que parecía como si los trabajadores no se hubiesen enterado de la
suspensión. Desde fuera del predio se podía ver cómo un camión tiraba tierra
sobre una montaña de varios metros de alto. La pala de la retroexcavadora se
movía de un lado a otro, subía y bajaba. Cinco trabajadores intentaban
maniobrar con cuerdas una especie de jaula recién llegada.

Lejos de estar desolado, el ruido de las máquinas y los 150 trabajadores
llevando fierros de un lado a otro hacía notar que el trabajo todavía
continuaba. Incluso el capataz de la obra, con su casco blanco, miraba con
atención las columnas recién erguidas mientras caminaba entre los
materiales. Sin embargo, todo ese movimiento ya no tenía como objetivo
"construir el futuro", como describen los carteles incrustados en el
alambrado perimetral.

Según explicó a El Observador el delegado de los trabajadores en la obra,
Gabriel Acosta, las tareas en el lugar continuarán al menos durante 15 días,
que es lo que llevará acomodar los materiales y ordenar todo para dejarlo
detenido. En la mañana del viernes era lo único que manejaban con certeza,
puesto que tendrían que esperar hasta las cuatro de la tarde para recibir la
información oficial: cuánto tiempo estará suspendida, qué pasará con los
trabajadores que hicieron contratos de alquiler en Montevideo, qué harán
mientras tanto.

Acosta señaló que del total de obreros, el 80% fueron contratados para este
trabajo puntual, por lo que se quedarán desocupados. El resto son empleados
de la empresa Teyma, que se encontraba a cargo del proyecto.

"Tenemos dolor porque nos quedamos sin changa. Nos sentimos totalmente
defraudados por el gobierno, porque fuimos nosotros los que los pusimos
allí", dijo a El Observador Sergio Vallejo, otro trabajador de la obra.

Cuando los obreros se vayan, el anaranjado de los mamelucos va a desaparecer
y solo quedarán como una foto los pilares ya construidos y las toneladas de
materiales que se dispersan en el predio. Resta saber quién se va a encargar
de cuidar el lugar hasta que se retome la construcción. Esa es una de las
dudas que tiene Miguel Ángel Herrera, otro vecino que se acercó al alambrado
para filmar el movimiento de las máquinas y enviarle el video a su hijo, que
está en España, para mantenerlo al tanto de la situación. "¿Qué va a pasar
con toda esta gente? ¿Qué van a hacer con las columnas para que no se
oxiden?", se preguntó. A Herrera no le preocupa que el lugar se convierta de
nuevo en una boca de lobos, porque considera que de un modo u otro sigue
habiendo inseguridad en el barrio.

Cuando Herrera tenía tres años, sus padres lo llevaron hasta allí a ver la
inauguración del Cilindro. Fue él quien llamó a los Bomberos para decir que
el edificio se estaba derrumbado, que había habido "cuatro, y no tres"
explosiones. Vio la implosión tiempo después, la inauguración del futuro
Antel Arena, y ahora también fue testigo de su detención. "A mí esta obra me
traía prosperidad", dijo a El Observador, aunque reconoció que si algún día
se concreta, no podrá pagar las entradas de los espectáculos que se
presenten.

Se esperaba que el Antel Arena estuviese pronto el 15 de marzo de 2017.
"Tengo la esperanza de que sea solo un susto de unas horas", dijo Ferreira.
Herrera, sin escuchar lo que su vecino había comentado, contestó sin dudar:
"Se va a terminar haciendo, aunque cueste el doble".

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