Grecia/ ¿por qué Tsipras ha aceptado las salvajes condiciones de la troika? [Eduardo Garzón]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Jul 15 14:34:07 UYT 2015


  _____

Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 15 de julio 2015

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

 <http://www.alencontre.org/> www.alencontre.org

  _____

Grecia

¿Por qué Tsipras ha aceptado las salvajes condiciones de la troika?

Eduardo Garzón

lamarea.com, 14-7-2015

http://www.lamarea.com/

Tras más de cinco meses de duras negociaciones se ha firmado finalmente un
acuerdo entre el gobierno griego y la antigua troika (Comisión Europea,
Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). A decir verdad, el
término “acuerdo” no es el más indicado para referirse a lo que en toda
regla es un conjunto de imposiciones de política económica que el propio
gobierno griego reconoce que son contraproducentes para su economía. Y es
que la postura del equipo de Syriza siempre ha sido clara: aunque son
conscientes de que las medidas de austeridad propugnadas por la Troika son
perjudiciales para el crecimiento económico y para las clases populares, la
única posibilidad de recibir asistencia financiera en el marco del euro es
haciendo determinadas concesiones. Sin embargo, lo que sorprende
profundamente del acuerdo recién firmado es que presenta condiciones mucho
más negativas para el pueblo griego que las que presentaban borradores de
acuerdos anteriores que no fueron firmados. Entonces, ¿qué ha pasado aquí?

Para poder entenderlo es imprescindible atender a las declaraciones de los
gobernantes griegos tras la firma del acuerdo. Según el primer ministro,
Alexis Tsipras, “durante la reunión del Eurogrupo el gobierno heleno ha
recibido serias amenazas y chantajes que de materializarse tendrían graves
consecuencias para el pueblo griego, ya que existe un plan perfectamente
detallado (que ya estaba siendo aplicado) para lograr un aislamiento
completo del país a partir del miércoles a todos los niveles, incluyendo el
colapso de los bancos y la falta de provisiones de todo tipo. Por lo tanto,
con el fin de sobrevivir y no sucumbir al Grexit, el gobierno se ha visto
obligado a aceptar compromisos muy duros, aunque también algunas victorias”.

Las victorias a las que se refiere Tsipras son, ciertamente, muy pocas y
poco relevantes: 1) alivio de la deuda pública (sin detallar y condicionado
a la aplicación de otras medidas), 2) fijación en Atenas y bajo control
griego (y no en Luxemburgo bajo control de la Unión Europea) de un fondo
independiente destinado a privatizar los activos públicos de Grecia, y 3) no
alteración de algunas leyes como las que afectan a los nuevos empleados del
sector público.

Victorias que resultan claramente irrisorias si se comparan con las
concesiones que han tenido que firmar, entre las cuales destacan: 1)
Transferencia de activos públicos griegos a un fondo para que se vendan al
mejor postor (una cuarta parte de lo recaudado irá a los bolsillos de la
troika), 2) aumento del IVA, 3) recortes en las pensiones, 4) mayor
liberalización del mercado de bienes y productos, 5) privatización del
sector eléctrico, y 6) mayor limitación en la negociación colectiva.

Syriza no ha resistido el pulso

Además, el gobierno griego se ha comprometido a retirar algunas medidas que
aprobó en febrero (salvo las de carácter humanitario), así como a presentar
un borrador a la troika de cualquier medida que quiera aprobar en un futuro.

Otro argumento de Tsipras es que, puestos a aplicar este tipo de medidas, es
mejor que lo haga un gobierno como Syriza a que lo hagan gobiernos como los
del PASOK o de Nueva Democracia ya que estos concentraron las costes sobre
las clases populares mientras protegían a los más acaudalados. Por otro
lado, el primer ministro asegura que el impacto recesivo de las medidas de
austeridad podrá ser compensado por otros factores positivos como la entrada
al país de nuevas inversiones gracias a que no sufrirán el aislamiento
financiero. Por último, Tsipras recuerda que su gobierno ha luchado mucho
para obtener las mejores condiciones posibles, y que su lucha democrática
servirá de ejemplo al resto del pueblo europeo.

Es decir, lo que ha ocurrido, simple y llanamente, es que el gobierno de
Syriza no ha resistido más el pulso que le estaba echando a la Unión
Europea. Ha preferido claudicar y aceptar las imposiciones de la troika
(incluso aunque fuesen más duras que las de borradores anteriores) antes que
arriesgarse a una salida del euro. La amenaza de la expulsión de la Eurozona
ha convertido en polvo el referéndum que supuestamente iba a dar mayor poder
de negociación al gobierno heleno. Sin conocer la existencia de este plan
“perfectamente detallado” de aislamiento a Grecia no se puede entender que
el acuerdo firmado sea peor que el que precisamente rechazó por mayoría el
pueblo griego. La viceministra de Trabajo y Seguridad Social, Rania
Antonopoulos, también ha sido muy tajante: “La única opción para nuestro
gobierno es evitar un colapso económico y el aislamiento geopolítico. Un
Estado fallido no es una opción”.

Es evidente que la congelación del flujo de liquidez que estableció el Banco
Central Europeo justo después de la convocatoria de referéndum y que obligó
a imponer el control de capitales fue el punto de inflexión en las
negociaciones. En ese momento el gobierno heleno comprobó que las amenazas
de la troika no eran simples movimientos estratégicos con los cuales ganar
poder de negociación, sino que la troika estaba plenamente dispuesta a
ejecutarlas si era necesario. Llegados a ese punto, el hecho de que ya se
hubiese convocado un referéndum para conocer si la población quería o no
políticas de austeridad poco le iba a importar al equipo de Syriza, porque
el miedo ya los había invadido.

Salir del euro no es el fin del mundo

Lo cierto es que Syriza siempre estuvo en contra de salir del euro, y de ahí
que algunos encuentren motivos para defender su actuación: frente a la
alternativa de ser expulsado del euro o aplicar austeridad dentro de él,
Syriza ha elegido la segunda opción. Ahora bien, lo que es tremendamente
difícil de defender (por no decir imposible) es que el gobierno haya firmado
un acuerdo que es bastante más nocivo para la ciudadanía griega que el
acuerdo que esa misma ciudadanía rechazó mayoritariamente en referéndum.
Ello supone un completo desprecio de la voluntad del pueblo, y eso es lo que
es absolutamente deplorable. El gobierno griego ha antepuesto sus miedos a
la opinión de la gente, y ha convertido la consulta popular en papel mojado.

Si nunca hubiese habido una consulta popular y el gobierno griego hubiese
aceptado alguno de los acuerdos anteriores, sería más difícil criticar su
actuación. Pero el hecho de que el pueblo griego se haya posicionado en
contra de las políticas de austeridad debería haber obligado al gobierno a
mantener su posición frente a la troika, independientemente de que el país
hubiese sido expulsado del euro por ello. Al fin y al cabo la población ha
sido valiente y ha mostrado estar dispuesta a rebelarse frente a los
recortes a pesar del probable escenario de salida del euro. Los argumentos
de Tsipras de que se quiere evitar un aislamiento financiero y geopolítico
pierden toda validez cuando uno mira alrededor y comprueba que ese
aislamiento ya existe: los inversores financieros internacionales llevan
años sin comprar deuda pública y sin invertir en el país, la fuga de
capitales lleva produciéndose más de un año y ha secado los bancos griegos,
las empresas y familias griegas no pueden comprar productos del extranjero y
tienen limitadas las retiradas de sus depósitos, etc. ¡Y todo ello ha
ocurrido dentro del euro! Defender la permanencia en el euro para evitar el
aislamiento financiero suena a broma.

Además, recordemos que la salida del euro no es el fin del mundo. Es cierto
que cambiar súbitamente y de forma caótica a una moneda de menor valor tiene
un coste económico y social elevadísimo a corto plazo para la economía
afectada, pero también son ciertas dos apreciaciones: 1) el coste económico
y social ya existe dentro del euro desde hace años y se intensificará debido
al nuevo acuerdo, y 2) a medio y largo plazo salir del euro puede ser muy
beneficioso para la población (si las cosas se hacen bien). Además, una
salida de Grecia de la Eurozona tiene importantes costes también para el
resto de economías de la zona monetaria, e incluso para otras economías
vecinas y que no poseen el euro. Ello es un elemento que todavía podría
haberle dado mayor poder de negociación al gobierno griego, además de que si
vas a ser derrotado al menos intenta que tu contrincante no se vaya sin
despeinarse, como ha ocurrido con el acuerdo firmado ya que no supone ningún
coste para la élite europea.

Sí, salir del euro supone entrar en un terreno pantanoso, repleto de
incertidumbres y de miedos, en el que nadie querría adentrarse si tuviese
otra alternativa mejor. Pero cuando la única alternativa supone plegarte a
las exigencias de una élite avasalladora, traicionar el voto de tu pueblo y
seguir provocándole más dolor, lo cierto es que la salida del euro debe
considerarse como un mal menor.

Ahora bien, que nadie piense que el drama griego ha acabado. Ya han sido
convocadas importantes manifestaciones y huelgas en contra del acuerdo
firmado con la troika, y en el interior de Syriza la oposición es tan grande
que ya ha dimitido uno de sus diputados, siendo previsible que no sea el
único en los próximos días. Los posibles escenarios que se manejan hablan de
un nuevo gobierno de “unidad nacional” conformado por el ala más moderada de
Syriza y diputados del PASOK y Nueva Democracia, o incluso de nuevas
elecciones generales. Permanezcan atentos porque esto no ha acabado.

  _____





---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
http://www.avast.com


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20150715/6baf9af9/attachment.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa