Nepal/ lo que mata es la pobreza [Gabriel Díaz]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Vie Mayo 1 12:56:19 UYT 2015
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Correspondencia de Prensa
boletín informativo – 1° de mayo 2015
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A l’encontre – La Breche
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Nepal
Lo que mata es la pobreza
Geólogos y físicos de todo el mundo advirtieron hace apenas tres semanas que
en Nepal ocurriría un movimiento sísmico de gran magnitud. El pronóstico se
cumplió y los muertos pueden llegar a 10 mil. “Es la calidad de las casas lo
que mata a la población, no el terremoto en sí”, dice un científico en
Katmandú.
Gabriel Díaz
Brecha, Montevideo, 30-4-2015
http://brecha.com.uy/
“Serían alrededor de las 11 de la mañana, no sé exactamente, estaba en el
hotel y de repente sentí una extraña sensación. Sentí que algo se movía en
la habitación, unos segundos. Pero después parecía como si estuviera en un
barco y de repente tienes la sensación de que pierdes el suelo, era un
movimiento leve de la habitación, cuando saltó la alarma del hotel. Me asomé
a la ventana y vi a un montón de gente parada, sin saber qué hacer, rezando
en el suelo, y bajé tal como estaba, en pantalón corto, camiseta y con las
chancletas puestas, sin nada más. Toda la gente bajaba por las escaleras a
trompicones y empujones saliendo a la calle. Han sido unos instantes.” Desde
Calcuta (India), el relato que el fotógrafo español Juan Díaz hace a Brecha
ilustra la dimensión de lo ocurrido el sábado 25 por la mañana en Nepal, a
casi mil quilómetros de distancia. Al cierre de esta edición, el terremoto
que tuvo una magnitud de 7,8 en la escala de Richter había provocado la
muerte de por lo menos 5 mil personas en Nepal, unas 70 en el norte de India
y 18 en Tíbet. El primer ministro nepalí, Sushil Koirala, reconoció que los
fallecidos en su país podrían llegar a ser 10 mil.
La población de Nepal, unos 29 millones de personas, vive en una estrecha
franja montañosa cuya extensión es menor a la de Uruguay, casi imperceptible
en el mapa por estar situada entre las gigantes India y China. Pequeño país,
pero imposible de ignorar por albergar la montaña más alta del mundo, el
Everest. La cordillera del Himalaya, de la que forma parte el Everest, se ha
formado a lo largo del tiempo sobre la colisión de placas tectónicas
indo-euroasiáticas que hace de esta una de las zonas con mayores riesgos
sísmicos del planeta. Nepal despierta, en ese sentido, gran inquietud entre
geólogos y físicos. De hecho, hace casi tres semanas un grupo de 50
investigadores liderado por Laurent Bollinger, de la Comisión de Energías
Alternativas y Energía Atómica de Francia, estuvo en la zona, observó y
vaticinó lo ocurrido. “Este terremoto definitivamente no fue una sorpresa.
El último evento similar en esta parte del Himalaya fue hace unos 500 años,
aproximadamente el promedio de tiempo en que se producen estos eventos”,
dijo Marin Clark, geofísico de la Universidad de Michigan, a la agencia Efe.
Se trató, según palabras del grupo de científicos, de una “pesadilla”
previsible, por lo que podrían haberse tomado recaudos para mitigar sus
consecuencias. El experto en movimientos sísmicos David Wald aseguró a otra
agencia, Reuters, que un terremoto de la misma magnitud hubiera causado la
muerte de 20 o 30 personas por cada millón de habitantes en California, pero
1.000 o más por cada millón en Nepal. “Físicamente y geológicamente lo
ocurrido es exactamente lo que pensábamos que iba a suceder”, apuntó James
Jackson, otro de los científicos presentes.
Las consecuencias eran previsibles no sólo por los factores naturales sino
también por los humanos. Por ejemplo, existe en Nepal la tradición de que
cada hijo construya su vivienda sobre la de sus padres. Esto lo hacen con
delgados ladrillos u hormigón de mala calidad, como la mayoría de las casas
que fueron destruidas en la capital, Katmandú, y en el distrito de Gorkha,
donde tuvo lugar el epicentro del terremoto. “Es la calidad de las casas lo
que mata a la población, no el terremoto en sí”, manifestó Jackson. La
inoperancia del gobierno nepalí para afrontar un golpe de esta naturaleza se
vio en el propio aeropuerto, incapaz de organizar la llegada de aviones con
ayuda internacional. El martes 28 los helicópteros sobrevolaron la zona más
afectada y pudieron comprobar que varias aldeas habían quedado totalmente
enterradas bajo los deslaves provocados por la lluvia que no ha cesado de
caer durante estos días.
Tras el terremoto cerca de un millón de menores se han quedado sin hogar, en
un país donde según la Unicef el 40 por ciento de los niños padece
desnutrición. Las Naciones Unidas estiman que 8 millones de personas se han
visto afectadas por el desastre, y 1,4 millones necesitan alimentos. La Onu
señala que entregará 15 millones de dólares para las víctimas del terremoto,
que permitirán ampliar las operaciones y proporcionar refugio, agua,
suministros médicos y servicios logísticos. Estados Unidos y la Unión
Europea anunciaron la donación de millones de euros o dólares para la
reconstrucción, “que bien podrían haberse utilizado en tareas de prevención
y construcciones decentes”, tal como comenta uno de los tantos foristas
indignados en las redes sociales.
Naturaleza humana
“Por muy ‘natural’ que parezca, ninguna catástrofe es natural. Un seísmo de
intensidad idéntica causa más víctimas en un país empobrecido que en otro
rico e industrializado. Ejemplo: el terremoto de Haití, de magnitud 7,0 en
la escala de Richter, ocasionó más de 100 mil muertos, mientras que el de
Honshu (Japón), de idéntica fuerza (7,1), acaecido hace seis meses, apenas
provocó un muerto y un herido”, escribió el periodista Ignacio Ramonet en Le
Monde después del terremoto de Haití en 2010. El periodista español Iván M
García, que estuvo en Haití hace cinco años, dijo a Brecha que allí “todo
salió mal de entrada”. “En Haití había un gobierno ausente, promesas
incumplidas en cuanto a fondos internacionales y una ayuda humanitaria
enfocada en el corto plazo. Al cabo de un año, de dos años, los desplazados
seguían en los asentamientos, normalmente en plazas de la capital, Puerto
Príncipe. Se habituaron a recibir plata, comida y agua. En el país más pobre
de Latinoamérica si te aseguran eso, te quedas. Obvio. Nadie pensó o casi
nadie pensó en la reconstrucción.”
En las últimas décadas Nepal vivió bajo una monarquía absoluta que desembocó
en un parricidio y la disolución del régimen, además de una guerra interna
que culminó en 2006, dejando como saldo 13 mil muertos. Hoy el país tiene un
gobierno democrático al que en su último informe la organización Social
Watch califica como “frágil” e inestable, entre otras cosas por su extrema
pobreza. Si ésta no se supera, los terremotos y otros desastres naturales
seguirán matando de a miles. “Si usted vive en el valle de Katmandú tiene
otras prioridades, urgencias cotidianas propias de la pobreza. Pero eso no
aleja a los terremotos”, expresa el científico Jackson.
El panorama actual hace prever una lenta y peliaguda recuperación,
dependiente además “de un pequeño grupo de burócratas”, asegura el periódico
británico The Guardian. El país tiene por delante la atención de 7 mil
heridos, el suministro de alimentación, agua, medicamentos y carpas. El
peligro, alerta el español García, es que lo provisorio se convierta en
permanente. “Hay asentamientos, campos de refugiados, que terminan por ser
barrios. Pasó en Beirut con los refugiados palestinos, pasa en Palestina con
los desplazados por los militares israelíes. Campos no ya de carpas sino de
edificios. En Haití no se han tomado medidas para evitar otra catástrofe.”
En Nepal es probable que tampoco se tomen.
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