Turquía/ Erdogan reanuda la guerra contra los kurdos [Sarah Parker - entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Oct 5 16:32:20 UYST 2015


  _____  

Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 5 de octubre 2015

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

A l’encontre – La Breche

 <http://www.alencontre.org/> www.alencontre.org

  _____  

Turquía

Entrevista a Sarah Parker

Turquía reanuda la guerra contra los kurdos 

Después de dos años de alto el fuego de hecho, Turquía ha reanudado los
ataques aéreos contra los combatientes del PKK (Partido de los Trabajadores
de Kurdistán) en el área fronteriza y ha desencadenado una oleada represiva
contra la población kurda en el sudeste del país. Phil Hearse ha
entrevistado a Sarah Parker, histórica activista del movimiento de
solidaridad con Kurdistán.

Phil Hearse 

Euorope Solidaire Sans Frontiéres

http://www.europe-solidaire.org/

Traducción de Viento Sur

http://www.vientosur.info/

-Phil Hearse: En julio, el presidente turco, Recep Erdogan, ordenó a su
fuerza aérea lanzar un vasto ataque contra los combatientes kurdos en Irak,
causando, según algunas informaciones, hasta 200 muertes. Asimismo se ha
intensificado la represión contra la población kurda del interior de
Turquía. ¿Cómo se explica este cambio de política?

Sarah Parker: Desde 2013 había un alto el fuego de hecho (de todos modos la
guerra no era más que intermitente desde finales de la década de 1990), pero
Erdogan y su partido islamista AKP (Justicia y Desarrollo) rompieron la
tregua a raíz del resultado de las elecciones generales de junio. Erdogan
esperaba obtener una mayoría suficiente para reformar la constitución y
establecer una forma de gobernar más “presidencialista”, lo que le daría más
poder. Sin embargo, este plan chocó con el ascenso del HDP (Partido
Democrático Popular), que consiguió el 14 % de los votos y 80 escaños. El
HDP es una alianza basada en defensores de los derechos de los kurdos,
grupos de izquierda, organizaciones de mujeres y otros grupos oprimidos de
Turquía como los alevíes y los armenios, más otros que luchan por los
derechos de los y las altersexuales.

Ese 14 % del HDP fue un resultado increíble, ya que por primera vez un
partido prokurdo superaba la barrera del 10 % para tener representación
parlamentaria. Esa barrera, que es muy alta, se estableció expresamente para
mantener fuera del parlamento a los partidos prokurdos e izquierdistas.
Erdogan no solo esperaba que el AKP conservara el poder, sino también que
obtuviera una amplia mayoría para asegurarse un mayor poder presidencial, de
manera que pudiera prescindir todavía más de la oposición política y de la
sociedad civil en general.

En un intento de revertir a derrota sufrida por el AKP en junio se han
convocado nuevas elecciones para noviembre, y el AKP pretende relanzar un
nacionalismo turco estridente e insinuar que el HDP está vinculado con el
“terrorismo”, aislándolo políticamente. No se trata de una mera ofensiva
propagandística, ya que incluye ataques de tipo pogromo en muchos lugares y
más de 100 atentados contra locales del HDP, supuestamente para hacer que
cunda el miedo e impedir movilizaciones de cara a las elecciones. También es
posible que se utilice directamente la legislación antiterrorista contra el
HDP con el fin de acosar a sus dirigentes y tal vez ilegalizar el partido.
Es una estrategia muy arriesgada para Erdogan, pues la gran mayoría de la
población turca desea la paz. El HDP también continúa haciendo campaña por
la paz, pidiendo al AKP que vuelva a la mesa de negociación y tratando de
reforzar el movimiento por la paz.

La excusa inmediata para la reanudación de la guerra aérea contra los
“terroristas” fue el atentado con bomba realizado en julio contra una
delegación de jóvenes de izquierda durante una conferencia de prensa en la
ciudad de Suruç, junto a la frontera con Siria, en el que murieron 33
personas y más de 100 resultaron heridas. La gente culpó mayoritariamente al
Estado Islámico (EI), puesto que el grupo de jóvenes socialistas tenía
previsto cruzar la frontera y acudir a Kobane para pasar allí unos días y
colaborar en las tareas de reconstrucción. No obstante, muchos observadores
creen que estuvieron implicados en el atentado los servicios secretos turcos
con la idea de que la indignación popular permitiera al AKP lanzar ataques
aéreos contra el “terrorismo”.

A comienzos de septiembre hubo diez días de enfrentamientos en la ciudad de
Cizre, donde murieron más de 30 personas. El gobierno utilizó tanques y
francotiradores para atacar a la población. También hubo choques en
Diyarbakir y otras ciudades del Kurdistán turco. ¿Qué revela esto? Cizre es
una ciudad con una historia muy combativa. Se halla en el rincón sudoriental
de la parte turca de Kurdistán, junto a la frontera siria, donde el
movimiento kurdo ha sido muy potente en el pasado, y justo al otro lado de
Derik, uno de los centros de la resistencia de Rojava (“Occidente”, es
decir, la parte occidental o siria de Kurdistán). Lo que parece que ocurrió
fue una revuelta urbana –encabezada especialmente por jóvenes, aunque no
solo ellos, pues también desempeñaron un papel importante las mujeres–
contra el retorno de la guerra y la continuación de la represión.

A pesar del prolongado proceso de paz y del alto el fuego, la represión
contra la población kurda no cesó, en particular con la detención de miles
de activistas políticos, estudiantes, defensores de los derechos
lingüísticos de los kurdos, representantes de gobiernos municipales, etc.
Hay miles de presos políticos que permanecen encerrados en condiciones muy
duras. Lógicamente, la población local decidió hacer frente al asalto en
ciernes y por las fotografías y películas que hay de los acontecimientos, se
ve que fue una movilización masiva. La respuesta del ejército turco fue
terrible: la destrucción recuerda los casos de Gaza y Siria. Un aspecto
especialmente horrible fue el hecho de que francotiradores del ejército
asesinaran a hombres, mujeres y niños que salieron durante el toque de queda
en busca de alimentos o agua.

Algo parecido acaeció en en la principal ciudad kurda, Diyarbakir, que se
encuentra en el sudeste de Turquía. Es un poco pronto para decir qué
significa en el ámbito de la táctica de la resistencia kurda, pero la
revista Business Insider (propiedad de Google) afirma que ahora opta por
desafiar al Estado turco mediante una lucha basada en la población urbana y
dirigida en particular por el Movimiento Patriótico Revolucionario de la
Juventud (YDG-H), una especie de milicia juvenil vinculada al PKK. Business
Insider también señala que el gobierno turco está muy asustado por este giro
de los acontecimientos y no sabe cómo responder. Una campaña de
destrucciones masivas en las ciudades dañaría mucho su imagen internacional.
Esta información es probablemente correcta en general, pues como indica la
revista, los combates anteriores se desarrollaron principalmente en el medio
rural, de modo que es de suponer que el ejército está preparado para luchar
en ese terreno, no en las ciudades. Al parecer, el ejército turco y la
policía están sufriendo graves pérdidas a raíz de las acciones de represalia
del PKK (en respuesta a la masacre de Suruç y al asesinato de civiles o
guerrilleros kurdos), y sin duda cabe preguntarse hasta qué punto los
generales están dispuestos a embarcarse en una nueva guerra o los soldados
están motivados y dispuestos a luchar.

La dirección del PKK ha dicho que de momento sus fuerzas se limitan a
acciones de autodefensa y represalia ante determinadas atrocidades, y que de
ningún modo han desenterrado todavía el hacha de guerra, pues desean la paz,
no la guerra; la guerra la ha reiniciado el AKP. A finales del año pasado,
los kurdos recibieron grandes aplausos a escala internacional porque habían
parado los pies al EI y resistido con éxito sus embates en el norte de Irak.
Hasta el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, alabó su actuación. Es
probable que hubiera cierta coordinación entre las YPG (Unidades de
Protección Popular) kurdas en Siria, vinculadas al PKK, y la fuerza aérea de
EE UU que bombardeaba posiciones del EI en la batalla por la defensa de
Kobane. Sin embargo, a finales de julio, Turquía albergó una conferencia
especial de la OTAN que dio luz verde a Erdogan para lanzar su ofensiva de
bombardeos contra los kurdos. ¿Qué había cambiado?

Es difícil adivinar desde fuera qué piensa el gobierno de EE UU, pero
supongo que está practicando el cinismo y ha actuado por presiones de
Turquía. Por un lado, es probable que EE UU no desee que el EI se le vaya
demasiado de las manos y espere conservar al máximo las simpatías de los
kurdos con el fin de contar con Kurdistán como una base sólida dentro de un
Oriente Medio que por lo demás le es hostil; pero por otro lado, Turquía es
miembro de la OTAN y EE UU se muestra reacio a oponerse a sus designios. En
un nivel existe un acuerdo práctico: la conferencia de la OTAN dio luz verde
a Turquía para atacar a los “terroristas” en Siria e Irak, entendiendo bien
que esto supone principalmente al EI. En realidad, claro está, supone
principalmente al PKK y sus aliados de las YPG, y EE UU sin duda lo sabía. A
cambio, el ejército estadounidense ha obtenido el derecho a utilizar la base
turca de Incirlik para lanzar sus propios ataques al EI, cosa que hasta
entonces Turquía no le había autorizado.

De hecho, John Kerry no habló de las YPG, sino que felicitó a los
“peshmergas”. El PKK y las YPG no se llaman a sí mismos “peshmergas”, nombre
que se da más a menudo a los combatientes del Partido Democrático Kurdo
(KDP) de Masud Barzani. Esto refleja la preferencia por Barzani como
interlocutor frente a cualquier clase de autogobierno real de la entidad
kurda emergente. Barzani comparte el control del enclave kurdo en Irak con
los dirigentes de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), Gorran (una
escisión de la PUK que propugna una serie de reformas) y un par de partidos
islamistas. Es el líder kurdo favorito del Reino Unido y de EE UU, y sus
combatientes han resultado completamente inútiles, por cierto, en la lucha
contra el EI. “Peshmerga” es un término que también se aplica a los
compatientes de la PUK. Las YPG fueron las principales defensoras de Kobane,
y muchas de las combatientes eran mujeres, que se hallan cada vez más en la
vanguardia del proceso revolucionario kurdo.

Hacia el final, un pequeño número de combatientes de la PUK y del KDP
–equipados con armas pesadas, necesarias para combatir contra tanques–
obtuvo permiso a regañadientes para cruzar Turquía y acudir como refuerzo a
Kobane tras una intensa campaña pública. Kobane protagonizó una batalla que
duró meses y causó numerosas bajas en las filas kurdas, mientras que las
tropas turcas permanecieron de brazos cruzados a pocas millas de allí y no
hicieron nada para detener la afluencia de tropas del EI y suministros a la
zona, y de hecho hay bastantes pruebas de que facilitaron los movimientos
del EI. En estos momentos todavía existe un bloqueo por parte de Turquía que
impide la llegada de maquinaria de construcción y suministros médicos a
Kobane, de manera que las cosas todavía han se transportarse
clandestinamente desde Irak, recorriendo 120 millas de carreteras en mal
estado. Una de las principales reivindicaciones de Rojava es la apertura de
un pasillo humanitario a través de Turquía hasta Kobane.

Una reciente nota de prensa de las autoridades que trabajan en la
reconstrucción de Rojava dice que de momento no se han cumplido las promesas
hechas en la conferencia de reconstrucción celebrada bajo los auspicios de
la UE hace unas semanas, de modo que hace falta redoblar la presión. La
gente en Europa ha de ser consciente de que Kobane todavía depende en gran
medida de los esfuerzos de la población local y del movimiento de
solidaridad y de que seguirá sometida a las amenazas de uno u otro lado
durante un futuro previsible. Las YPG y el PKK también rescataron a varios
miles de yazidíes de las garras del EI cuando atacaron Shengal en el verano
de 2014, de modo que la aceptación por la OTAN de los golpes contra la
resistencia kurda en Turquía y en sus campamentos en las montañas del
Kurdistán iraquí, al sudoeste de Turquía, en nombre de la lucha contra el
“terrorismo”, es de un cinismo que no tiene parangón.

Entre los miembros de la OTAN, únicamente el ministro de Asuntos Exteriores
alemán, Frank-Walter Steinmeier, protestó contra el ataque a los kurdos. El
gobierno británico, por supuesto, sigue calificando al PKK de organización
terrorista; en este terreno no ha cambiado nada, y de hecho una joven kurda,
de nombre Shilan, ha estado encarcelada en el Reino Unido durante varios
meses y está a la espera de juicio, acusada de colaborar con el PKK, porque
supuestamente viajó a Alemania con el propósito de ir a Siria a unirse al
PKK y ¡combatir contra el EI!

La fuerza aérea estadounidense también ha lanzado algunos ataques en apoyo a
la defensa de Kobane y a la ofensiva de las YPG y del PKK para unir los
“cantones” kurdos de Kobane y Jazireh (contiguos a la frontera entre Siria e
Irak en Kurdistán). Ambas zonas están dentro de Siria, pero también lindan
con la frontera turca, al sur de la región kurda de Turquía, donde el
movimiento kurdo es fuerte, como en Cizre. Esta zona es estratégimente
importante para el Estado turco. Es difícil saber por qué lo hizo EE UU;
puede que comenzara en parte como respuesta al movimiento mundial de
solidaridad con Kobane, ya que habrían quedado como estúpidos si hubieran
dejado caer Kobane cuando todo el mundo sabe que tenían aviones en la zona y
se hallaban en estado de guerra total contra el EI.

Su apoyo ulterior a la ofensiva kurda para unir los cantones y defenderlos
frente al EI es necesario, o bien para debilitar al EI en la zona, o bien
para incrementar el potencial de construcción de la entidad kurda, o bien en
relación con sus planes para la gestión de Siria como tal: es difícil saber
qué factores son los más importantes. También es posible que esté en marcha
un proceso más profundo en la región. El EI aporta una excusa para la
intervención constante de EE UU en Irak y la zona circundante. Me parece que
a veces ven en el EI a un enemigo “útil” y tal vez deseen que se instale un
caos controlado. Probablemente, EE UU no quiere que el EI se descontrole
demasiado y está dispuesto a establecer ocasionalmente alianzas tácticas
incluso con las YPG.

Es importante señalar que la unión de los cantones de Rojava y la
declaración del autogobierno autónomo de algo así como 15 zonas kurdas en
Turquía son aspectos relacionados, ya que ambas medidas constituyen un
intento por parte del movimiento kurdo de dar nuevos pasos adelante en el
camino de su emancipación. Es en este contexto en el que debemos interpretar
la demanda turca de crear una “zona tampón” en el norte de Siria: se
trataría de crear una zona bajo control turco y occidental e impedir la
consolidación de una franja kurda autogobernada junto a su frontera.

-Phil Hearse: ¿Así que ahora, a cambio del apoyo occidental a sus ataques
aéreos contra la dirección del PKK en Kandil, la dirección del AKP se ve
obligada a aceptar los ataques de EE UU contra el EI desde territorio turco?

Sarah Parker: Sí. Recordarás que Turquía se negó a ceder a EE UU el uso de
su base de Incirlik durante la guerra del Golfo y no permitió que abriera
una ruta terrestre para atacar Irak por el norte. EE UU ha estado negociando
con el gobierno turco el uso de bases turcas para atacar al EI durante cerca
de un año. Es del todo improbable que los servicios secretos de EE UU
desconozcan los lazos existentes entre el gobierno de Erdogan y el EI. El
caso es que durante un par de años el gobierno turco ha permitido el paso de
combatientes y equipos del EI a través de su frontera terrestre. También
existen pruebas (documentos hallados en cadáveres de combatientes del EI)
que demuestran los lazos existentes entre los servicios secretos turcos y el
EI. Por tanto, es un cambio importante que ahora se permita el uso por EE UU
de las bases turcas para atacar al EI. Claro que esperan que esto se
compense con los daños infligidos a la dirección del PKK.

Sin embargo, no cabe duda de que existen tensiones entre Turquía y EE UU con
respecto al control del norte de Siria. Tampoco deberíamos pasar por alto
intereses como el acceso al petróleo, el gas y el mar. Sin hablar ya del
chovinismo y del califato, está claro que hay tensión entre las potencias
regionales en torno al control de esa parte de Siria; una zona autónoma en
su mayor parte kurda desde el Kurdistán iraquí hasta Afrin significaría casi
tanto como cortar a Turquía del accesio al mar Mediterráneo, e implicaría
también que el petróleo y el gas podrían exportarse desde Irak o incluso
desde más allá sin tener que pasar por Turquía. Esto sería un desastre
estratégico para el Estado turco. Lo mismo podría suceder si las potencias
occidentales lograran neutralizar la autoorganización de Rojava y al PKK en
Turquía, organizando un Estado títere kurdo al mando de sus clientes
predilectos, el clan de Barzani.

Por consiguiente, salta a la vista por qué hay tanta tensión en torno al
control del norte de Siria y por saber si Asad será capaz o no de retener la
zona occidental alrededor de Latakia durante algún tiempo. Diré de paso que
algunos comentaristas piensan que el Reino Unido es más próximo a Turquía y
Barzani que EE UU, debido al papel que ha desempeñado históricamente en la
región y su implicación en oscursos negocios petroleros. El reciente
artículo de investigación de Nafeez Ahmed es una buena introducción a este
tema.

-Phil Hearse: De modo que Erdogan ha estado dispuesto a acabar con el
proceso de paz con el PKK con el fin de crear un clima de crisis y potenciar
el nacionalismo turco, presumiblemente con la esperanza de que esta vez sí
gane, en las elecciones de noviembre, la mayoría que desea y logre marginar
al HDP. ¿Qué fue lo que indujo el retroceso electoral del AKP? ¿Qué
importancia tuvo el movimiento del parque de Gezi en 2013-2014?

Sarah Parker: Hay que ver las dos caras interrelacionadas del gobierno del
AKP. Se trata de un gobierno corrupto, burgués, neoliberal, pero también
radicalmente islamista, relacionado con los Hermanos Musulmanes de Egipto y
grupos similares de toda la región. Las manifestaciones contra Erdogan
proliferaron debido a los dos aspectos del gobierno.

El movimiento del parque de Gezi fue una batalla en contra del
aburguesamiento de una parte de Estambul, si bien las manifestaciones y
huelgas de apoyo que tuvieron lugar en toda Turquía planteaban toda una gama
de cuestiones, básicamente temas relacionados con la libertad de prensa y la
libertad de expresión y de reunión y la defensa de la laicidad del Estado.
Junto con la izquierda y organizaciones populares, el movimiento ecologista
también participó en las manifestaciones de Gezi. Y por supuesto, muchos y
muchas jóvenes están hartas de las amenazas islamistas a sus libertades y
desean vestir como les venga en gana, escuchar la música que más les guste,
beber en los bares, etc.

El aburguesamiento urbano, destinado a privatizar espacios públicos y
destruir los barrios pobres para construir residencias de lujo, refleja la
distribución desigual de la riqueza generada por el auge económico de
Turquía durante los últimos diez años. Sí, existe una clase media importante
y acomodada, pero también hay una pobreza masiva y asimismo mucho rencor. Un
aspecto interesante del movimiento del parque de Gezi, como de la mayoría de
las manifestaciones en Turquía, fue la participación masiva de la juventud;
la izquierda turca tiene un perfil mucho más joven que la izquierda de
muchos países europeos.

La corrupción y el autoritarismo salieron a la luz con motivo de la
catástrofe minera de Soma en 2014, donde murieron 311 mineros en una mina
sumamente insegura, cuyos propietarios estaban bien relacionados con el
gobierno. La indignación se drigió contra este, ya que el AKP había impuesto
la privatización, la desregulación y las rebajas salariales para asegurar
que las minas turcas siguieran siendo rentables y atractivas para el capital
occidental. Al amparo de esta estrategia se recortaron los gastos mediante
la relajación de las medidas de seguridad, la “flexibilización” de las
condiciones laborales, la rebaja de los criterios de formación y la
subcontratación de mano de obra no cualificada o de trabajadores menores de
edad no registrados. Cuando Erdogan visitó la mina, tuvo que esconderse de
los familiares que se manifestaban a los gritos de “asesino” y “ladrón”. En
medio del barullo, uno de los miembros del séquito de Erdogan pateó a un
manifestante que se había caído: todo un símbolo gráfico de la actitud del
gobierno ante la población.

Claro que la otra cara, islamista, del gobierno del AKP también es
importante. Durante el último periodo del Califato, representado a la sazón
por el Imperio otomano, su capital era Estambul. Creo que Erdogan desea
convertirse en líder de los musulmanes suníes de la región, creando en
efecto un nuevo Califato. Para ello ha de acabar, por supuesto, con las
tradiciones laicas del Estado turco, arraigadas en la ideología kemalista,
una ideología burguesa nacionalista autoritaria, fundada por Kemal Ataturk y
el movimiento de los Jóvenes Turcos, que crearon el Estado turco moderno en
1923-1924. Erdogan ha intentado eliminar a las figuras “kemalistas”
tradicionales que dirigen el ejército, la policía y el poder judicial. Está
por ver hasta qué punto el AKP ha logrado purgar las altas esferas del
aparato de Estado. El ejército turco es muy poderoso y parece que los jefes
militares no arden en deseos de lanzar una nueva guerra contra los kurdos.
No se puede descartar la posibilidad de un golpe militar.

En general la cuestión kurda sigue siendo fundamental para la clase
dominante turca y para el futuro del gobierno del AKP. La dirección kurda ha
impulsado el proceso con ahínco, pese a los fracasos y las decepciones, pero
el gobierno turco apenas ha hecho casi nada –quitando algunas concesiones
menores en el ámbito de la lengua y la radiodifusión– para satisfacer las
reivindicaciones nacionales de los kurdos. Este es otro motivo importante
del éxito electoral del HDP, pues el AKP perdió un montón de votos
conservadores kurdos debido a su incapacidad para contribuir a resolver la
cuestión kurda. La actitud real de Erdogan quedó resumida en su conocida
predicción de que “Kobane caerá”. Nunca ha habido algún signo real de que el
AKP tratara de hacer concesiones significativas, ni siquiera la garantía de
que con el proceso de paz se produciría la puesta en libertad de los presos
o la reintegración de la dirección kurda oculta en las montañas a la
sociedad civil.

Mientras que algunos, incluso grandes, medios de comunicación expresan
cierta preocupación por la política de Erdogan, no hay ninguna señal de
alguna reacción diplomática por parte del Estado británico, lo que indica
probablemente que, en lo esencial, el Reino Unido seguirá apoyando
políticamentea Turquía. Muchos medios alternativos turcos están siendo
cerrados, especialmente en el Este, en Kurdistán, e incluso en Europa están
siendo atacadas y acosadas las páginas web prokurdas, de modo que tenemos
que buscar activamente la información y unirnos a las diversas campañas y
manifestaciones de solidaridad allí donde podamos. La manifestación conjunta
de jóvenes kurdos y miembros de la campaña contra el comercio de armas en la
feria de armamento de Londres, en septiembre, donde Turquía fue la invitada
de honor, es un buen ejemplo del trabajo que se puede llevar a cabo.

  _____  

 

 



---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20151005/a32067b0/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa