Brasil/ dos modelos agotados [Correio da Cidadania - editorial]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Oct 21 00:02:41 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 21 de octubre 2015

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A l’encontre – La Breche

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Brasil

Dos modelos agotados

Correio da Cidadania

Editorial, San Pablo, 19-10- 2015

http://www.correiocidadania.com.br/

Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

Cortes draconianos en derechos como seguro-desempleo, jubilación, salud,
educación; un presupuesto comprometido con el pago de los intereses y
amortizaciones de la deuda pública; un gobierno frágil, sin base social
después de promover un grosero fraude electoral y entregar cada día un
anillo al capital financiero y el PMDB, con el fin de apartar las amenazas
de impeachment; un congreso Nacional cada vez más distante de los anhelos de
la mayoría de la población, manipulado por un maestro de la pequeña y
corrupta política, conductor de la bancada BBB (Buey, Bala y Biblia), para
dar un el tono de un fundamentalismo conservador inédito desde la
redemocratización.  

Pero esta crisis, que tiene nombres como Dilma Rousseff y Eduardo Cunha
entre sus protagonistas, no es un episodio coyuntural. Estamos delante de
una crisis de naturaleza estructural, producto de una suma o incluso
convergencia de crisis. 

En líneas generales, presenciamos el agotamiento de dos “modelos”. 

El primero se refiere al padrón de “desarrollo” del lulismo, esto es, la
conducción de políticas públicas con moderada intervención del Estado y
valorización del salario mínimo. Anclado en una coyuntura comercial externa
favorable a los commodities, ese modelo permitió a los sucesivos gobiernos
petistas dinamizar el mercado interno y contener o retardar por esa vía los
efectos más devastadores de la crisis económico-financiera internacional. 

El “problema” de este modelo es que nunca, en momento alguno, rompió con la
dependencia y subordinación del presupuesto del país al capital financiero.
Religiosamente, los intereses fueron pagados en nombre de la impagable
“deuda pública”. A lo largo de la era lulo-petista, ni siquiera se intentó
realizar una auditoría de la deuda. La fecha de viabilidad de este modelo un
día llegaría.

Bastaron la desaceleración de este escenario externo antes muy favorable, la
debacle económico-financiera en el sur de Europa, la presión del capital
financiero y de la especulación por los intereses más altos y el compromiso
con ajustes y cortes sociales y laborales, para hacer crujir el llamado
“neodesarrollismo”. 

Tal fragilidad cargada por el modelo queda evidente con el hecho de que, de
la noche al día, la decantada estabilidad económica del lulismo dio lugar al
trípode achique salarial-inflación-desempelo, que vuelve a ensombrecer el
cotidiano de la clase trabajadora brasilera. 

La segunda de las crisis es el modelo institucional de representaciones
políticas. El agotamiento de las instituciones de la Nueva República,
heridas por el modus operandi de la corrupción, desde el financiamiento de
las campañas electorales hasta los grandes negocios en la cadena de
relaciones promiscuas entre grandes conglomerados capitalistas y el Estado,
gobiernos y partidos de ese orden. 

La superación de tales crisis y la superación de los dos “modelos”
mencionados, con una ruptura de paradigmas. Brasil precisa de otro proyecto
de país, que parta de bases democráticas e igualitarias, política y
socialmente. 

Al contrario de la lógica del ajuste neoliberal, a la cual el gobierno Dilma
amarra al país como remedio para la crisis, precisamos de un modelo de
desarrollo soberano, que, para comenzar, establezca líneas de ruptura con la
dominación del capital financiero, haga girar el presupuesto estatal en
torno de lo social, establezca una reforma tributaria progresiva, capaz de
tasar la fortuna del Capital, y amplíe la oferta y la garantía de los
derechos del pueblo. 

Al contrario de la lógica de restricción de derechos democráticos y civiles
-propuesta cínicamente por la derecha “social”, que sale a las calles a
pedir el impeachment de Dilma, así como por el corrupto presidente de la
Cámara de Diputados y sus agresivas bancadas, en relación a las mujeres,
LGTB, negros-, Brasil precisa de más derechos y más democracia. Pero, una
democracia verdadera, no manipulada, otra institucionalidad, con amplia y
plural participación popular y poder decisorio sobre los grandes temas del
país. 

No será por producto de la casualidad pasar a pensar en otro proyecto,
asentado en tales bases, para empezar la caminada. Se trata de un largo
trayecto, que dependerá fundamentalmente de la recomposición de un bloque
histórico de las clases explotadas y oprimidas, de una pluralidad de actores
sociales combativos y progresistas, juntando movimientos sociales
independientes (que no sean cooptados, ni correa de transmisión de gobiernos
y Estado), al lado de los partidos de una renovada izquierda. 

Es un desafío de largos años, que demandará luchas sociales independientes,
mucho diálogo entre los actores del mismo campo político de oposición al
orden y mucha formulación estratégica. 

En tiempos que se presentan hostiles, dada la ofensiva económica
conservadora contraria a los derechos democráticos, se profundiza, por otro
lado, una tremenda crisis estructural. Es exactamente en esta crisis que
podrá reflorecer la esperanza y el espacio para la construcción de un
proyecto igualitario. 

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