=?iso-8859-1?Q?Grecia/_Tsipras_obtiene_una_=22segunda_oportunidad=22; _la_?= abstención alcanzó 45% [Gemma Saura]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Sep 21 13:21:40 UYT 2015


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Correspondencia de Prensa

boletín informativo – 21 de setiembre 2015

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Grecia 

Grecia da a Tsipras una segunda oportunidad

Syriza obtiene el 35,53% de los votos frente al 28,05% obtenido por el
partido de derechas Nueva Democracia. 

El desencanto, sin embargo, está ahí. Syriza ha perdido 600.000 votos desde
enero. Y la abstención se ha disparado: 45%, nueve puntos.

Gemma Saura, Atenas, enviada especial

La Vanguardia, Barcelona, 21-9-2015

http://www.lavanguardia.com/

El Gobierno de Syriza no será un paréntesis. Los griegos concedieron ayer
una segunda oportunidad a Alexis Tsipras, el joven primer ministro que
intentó doblegar a la troika y a los poderes europeos y acabó claudicando,
el líder izquierdista que anunció el fin de la austeridad y acabó firmando
un tercer rescate y aceptando las exigencias de recortes y reformas de los
acreedores.

El líder de la coalición de izquierda radical Syriza no ha cumplido ninguna
de las promesas que le llevaron al gobierno en enero, pero ha convencido al
votante de que al menos lo intentó con todas sus fuerzas.

Ha logrado su tercera victoria electoral en lo que va de año. Y por tercera
vez ha desmentido los sondeos. Ha sido reelegido con más del 35% de votos,
con una ventaja mucho más cómoda (siete puntos) que la esperada. No alcanza
la mayoría absoluta pero los buenos resultados de su socio de gobierno,
Griegos Independientes, auguran una reedición de la coalición sin
sobresaltos.

El candidato conservador, Evanguelos Meimarakis, había llamado a liquidar el
"peligroso experimento de Syriza". Los griegos han preferido seguir probando
y no volver a ponerse en manos de los partidos del pasado. Tsipras ya no
ilusiona como antes, pero tiene la suerte de que sus contrincantes todavía
menos.

El desencanto, sin embargo, está ahí. Syriza ha perdido 600.000 votos desde
enero. Y la abstención se ha disparado: 45%, nueve puntos.

Tsipras ha sobrevivido a la escisión de su partido, cuya ala radical le
retiró el apoyo al considerar la firma del rescate, por 86.000 millones de
euros, una traición a los principios de la izquierda y de la voluntad
popular expresada en el referéndum contra la austeridad. Unidad Popular, el
partido de los rebeldes, podría ser el gran perdedor si, como anoche
parecía, no alcanza el 3% para entrar en la Cámara.

Los neonazis de Aurora Dorada tampoco han rentabilizado el descontento con
el rescate o la crisis de los refugiados. Habrían obtenido el 7%, ganando
sólo dos diputados. En las islas de Kos, Lesbos y Leros, desbordadas por la
llegada de refugiados desde las costas turcas, Aurora Dorada ha doblado su
resultado.

Durante la campaña, Tsipras ha reconocido sin parar que ha cometido muchos
errores. Para muchos de sus votantes, es suficiente. "Es honesto y creo en
él. Hizo todo lo que pudo", aseguraba ayer Zefi Athineu, de 48 años, tras
votar en el barrio de Kukaki. "¡Los otros son unos ladrones!", añadía su
madre, de 72 años. Menos fervor traía Charris, de 18 años, que se estrenaba.
"Dudo, pero creo que votaré a Syriza como opción menos mala. No quiero que
gane la derecha".

Todo indica que Syriza podrá reeditar su coalición con Griegos
Independientes, un partido de derechas y ultranacionalista pero que ha sido
un socio fiable y disciplinado, que se ha limitado a abstenerse en las
medidas que no apoyaba. Los sondeos ponían en duda que el partido de Panos
Kammenos, el ex ministro de Defensa, entrara en el Parlamento, lo que
hubiera obligado a Tsipras a negociar alianzas más inciertas con otros
partidos. Paradojas de la política griega: Syriza prefiere gobernar con
nacionalistas homófobos que con los socialdemócratas del Pasok -demasiadas
caras del pasado- o los liberales de To Potami -demasiado liberales y
cercanos al mundo empresarial-.

El triunfo es también una maldición. Tsipras deberá aplicar un memorándum,
el pliego de condiciones exigidas por los acreedores, en el que no cree. Y
bajo un calendario apremiante. En los próximos dos meses debe emprender
cuestiones tan espinosas como la reforma de las pensiones o nuevos impuestos
para la agricultura. Ayer mismo el presidente del Europarlamento, Martin
Schulz, le recordaba que debe cumplir sus compromisos.

El economista Yorgos Bitros es pesimista. "Ni la derecha ni la izquierda
están dispuestas a hacer las reformas que Grecia necesita para volver a la
senda de crecimiento", señala. Sin embargo, cree que hay más posibilidades
de que el acuerdo de rescate se cumpla con Tsipras como primer ministro. "Se
sentirá más obligado que Meimarakis, que siempre podía argumentar que no fue
él quien firmó. Espero que Tsipras quiera honrar su firma".

Muchos analistas creen que sólo un político de credenciales izquierdistas
puede llevar a cabo las duras reformas. A un primer ministro conservador,
los sindicatos le incendiarían el país. "Los griegos se resisten a las
reformas, como un enfermo de cáncer a quien hay que operar de urgencia.
Tiene terror del quirófano, pero el médico y sus parientes deben hallar una
manera de convencerle de que sólo así puede salvar su vida. Grecia necesita
un líder que le explique sólo las reformas profundas nos pueden sacar de la
crisis", señala Bitros.

A Tsipras le aguardan también batallas en sus filas. El ala radical se ha
ido pero los rescoldos de la rebelión no se han apagado en Syriza. Hay mucho
malestar fermentando entre los que se han quedado y cada votación para
aprobar las dolorosas medidas puede resquebrajar la cohesión interna.
Tsipras deberá ejercer todo su liderazgo para contener las deserciones.

Aunque el buen resultado en las urnas le apuntala. "Necesitaba una victoria
contundente para acallar a los críticos dentro de Syriza", señala el
analista Yorgos Sefertzis.

Aristidis Hatzis, profesor de Derecho y Economía en la Universidad de
Atenas, cree que el camino al centro de Tsipras, la transformación de Syriza
en partido socialdemócrata, es inevitable. "Syriza no podrá consolidar su
poder si sigue siendo un partido radical. Además, Tsipras se verá obligado a
aplicar un acuerdo de rescate duro, con medidas muy impopulares. No veo cómo
puede repintar su perfil de líder de la izquierda radical".

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