Brasil/ Temer más complicado: el dueño del coloso Odebrecht admitió que le pagó coimas [Eleonora Gosman]

[Ernesto Herrera]

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Correspondencia de Prensa

15 de diciembre 2016

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Brasil

Temer más complicado: el dueño del coloso Odebrecht admitió que le pagó
coimas

Es la principal constructora del país y principal participante en el
escándalo del Lava Jato. Marcelo Odebrecht dijo a la Justicia que el actual
presidente cobró US$ 4,5 millones en sobornos.

Eleonora Gosman, corresponsal en San Pablo

Clarín, Buenos Aires, 14-12-2016

http://www.clarin.com/

El margen de subsistencia del gobierno de Michel Temer quedó bruscamente
reducido, la mañana de este miércoles, cuando trascendieron las
declaraciones de Marcelo Odebrecht, ex ceo de la constructora homónima, en
calidad de arrepentido. El líder empresarial, preso en Curitiba desde junio
de 2015, confirmó la información que había brindado un ex ejecutivo de su
empresa, Claudio Melo, sobre el pago de un soborno por 4,5 millones de
dólares al Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) y ratificó
que el pedido se lo hizo directamente, en una cena, el presidente Temer
quien por entonces -principios de 2014- era vice de Dilma Rousseff.

Bisnieto del fundador del grupo, Marcelo acordó acogerse a la “delación
premiada” el viernes de la semana pasada. Y el lunes último empezó a contar
cómo funcionaba el esquema de corrupción en Petrobras y quiénes se
beneficiaron. Su testimonio debe continuar hasta el fin de semana. Según el
ex ejecutivo, él estuvo en el Palacio de Jaburu en Brasilia en mayo de 2014,
en una cena con que lo agasajó el actual jefe de Estado. Lo acompañaba
Eliseu Padilha, hoy ministro jefe de la Casa Civil. Entre plato y plato,
Temer y Odebrecht acordaron que la constructora debía “aportar” 10 millones
de reales a la cúpula partidaria. Al tipo de cambio de entonces eran 4,5
millones de dólares. Esos recursos no habrían de salir de las arcas de la
compañía sino del cofre de la petrolera pública. La firma se hacía del
dinero mediante onerosas sobrefacturaciones de obras para la estatal. La
intervención de Padilha, el actual ministro jefe del gabinete nacional,
consistió en indicarle a Odebrecht que debía entregar parte de ese soborno
en las oficinas de un amigo de Temer, localizadas en San Pablo. Ese amigo es
nada menos que José Yunes, asesor presidencial que a última hora de este
miércoles debió renunciar por cuenta precisamente de las acusaciones que
pesan sobre él.

Desde luego, los involucrados en las confesiones de Marcelo Odebrecht y
Claudio Melo negaron enfáticos haber cometido los delitos que denunciaron
los delatores. Lo cierto es que la situación parece agravarse por horas. Al
punto que fue presentado este mismo miércoles 14 –día después del martes 13
y tal vez por eso peor- un proyecto en la Cámara de Diputados. Es una
enmienda a la Constitución que permitiría una elección directa de presidente
del país, sea por renuncia o impeachment, hasta seis meses antes del final
del mandato. Por la norma constitucional actual, a partir del 1º de enero de
2017, en caso de muerte, renuncia o separación del cargo, el titular del
Ejecutivo será elegido indirectamente por el Congreso para los dos últimos
años de gobierno.

La Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara Baja no aceptó incluir
ahora esa mini reforma constitucional. Esta fue presentada por el diputado
Miro Teixeira del partido Red Sustentable que lidera Marina Silva y tuvo el
respaldo del PT, PDT, PSOL y PC. Pero también contó con avales del propio
oficialismo, como diputados del DEM (ultraderechista Demócratas), del
Partido Socialista de Brasil y del Partido Social Democrático.

La rabia inundó a los jerarcas del PMDB, el partido de gobierno. Uno de sus
diputados, Carlos Marum, amenazó con “agarrarse a las piñas” con la
oposición. Las aguas entre los políticos ya no se dividen, en verdad, entre
“opositores” y “oficialistas”. Las filas de estos últimos se disgregaron. Y
muchos de ellos reclaman hoy un gesto de magnanimidad presidencial que
implicaría la renuncia de Temer. Así lo planteó el martes último el senador
Ronaldo Caiado, en medio de la sesión que debatía la aprobación de la ley de
congelamiento del gasto público. Caiado fue un auténtico talibán en el
proceso de impeachment contra la ex jefa de Estado Dilma Rousseff, que fue
apartada del cargo definitivamente el 31 de agosto último. No le faltaban
razones para esa demanda: de acuerdo con la última investigación de
Datafolha, 63% de los brasileños quiere que Temer renuncie antes de fin de
año para hacer posible la realización de elecciones directas. La evaluación
del gobierno actual es de “pésimo” para 51% de los encuestados. En ese
contexto, sectores de los propios partidos que inicialmente se aliaron a
Temer y su grupo, entre ellos el Dem, el PSDB y el socialismo de
centroderecha (el PSB) empiezan a reclamar a sus dirigentes un inmediato
abandono de las filas gubernamentales.

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