Brasil/ corrupción: el mito de Lula tambalea [Gil Alessi]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Feb 8 08:51:49 UYT 2016


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8 de febrero 2016

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Brasil

El mito de Lula se tambalea 

Las investigaciones en torno al expresidente brasileño sobre supuestas
actividades ilegales amenazan su imagen de luchador a favor de las clases
pobres

Gil Alessi, desde San Pablo

El País, Madrid, 7-2-2016

http://internacional.elpais.com/

En la baraja del Partido de los Trabajadores (PT), el expresidente Luiz
Inácio Lula da Silva es la sota, el caballo y el rey: es la figura más
importante, consigue miles de votos y forma sucesores para la presidencia.
Pero estas últimas semanas se ha visto arrastrado por el torbellino de las
operaciones Lava Jato y Zelotes, de la Policía Federal, que amenazan con
descartarlo de la disputa electoral de cara a 2018. Una casa de campo de
unos amigos frecuentada por él y un tríplex de lujo, ambos supuestamente
reformados por constructoras investigadas en la trama de corrupción de
Petrobras, han dejado a Lula en una situación incómoda.

Su nombre ha sido relacionado con una supuesta prebenda —que incluiría un
ascensor particular en un tríplex— a cambio de ofrecer contratos con el
Gobierno. Lula está bajo los focos igual que lo está su sucesora en el
poder, Dilma Rousseff. En los últimos días se ha puesto a prueba la rectitud
del expresidente con la divulgación de un oficio del comisario de la Policía
Federal Marlon Cajado, responsable de la Operación Zelotes, en el que se
confirma la existencia de una investigación para determinar si Lula
participó en una trama de ventas de favores fiscales o si fue víctima de
ella. De esta forma, Lula, que salió del poder con un 80% de apoyo popular
en 2010, se ve acosado por dos operaciones de la Policía Federal: Lava Jato
y Zelotes.

El deterioro de la imagen del líder del PT se traduce en números. Una
encuesta del instituto Ipsos indica que solo un 25% de los entrevistados
considera que Lula es honesto. El 68% no cree que tenga fuerza moral para
hablar de ética (frente al 57% en 2005) y el 67% dice que la Operación Lava
Jato muestra que el expresidente es tan corrupto como otros políticos. Si a
ello se une la pésima evaluación del Gobierno de Rousseff, el naufragio de
la economía brasileña y la expectativa de otro año de martirio en la
relación del PT con el Congreso —sin contar con el virus del zika—, están
todos los ingredientes que pueden agriar las aspiraciones del exsindicalista
a subir, por tercera vez, la rampa del Palacio del Planalto.

Lula ha declarado en la Operación Zelotes, que investiga la compra de
proyectos de ley durante su Gobierno y la venta de sentencias en el Consejo
Administrativo de Recursos Fiscales. A finales de este mes, él y su mujer,
Marisa Letícia, deberán declarar como imputados. Para el Instituto Lula,
“todos los intentos de relacionar el nombre del expresidente con la
Operación Lava Jato han fracasado”.

Según este organismo, también fracasarán los intentos parecidos en la
Operación Zelotes. El abogado del expresidente, Cristiano Zanin Martins,
dice que el líder del PT “declaró el día 6 de enero como informante, sin
poder usar las garantías constitucionales de las que disponen los
imputados”, y que “no hay nada que justifique el cambio en la forma de
tratamiento [de informante a investigado]”.

Los bienes del expresidente son analizados con lupa. Sus visitas a una casa
de campo registrada a nombre de unos amigos en Atibaia, a una hora de São
Paulo, han llegado a levantar sospechas sobre una ocultación de propiedad.
Algunos medios han contado incluso cuántas veces Lula estuvo en la casa de
campo (111 desde 2010), han hecho grabaciones de áreas de la región y han
calculado el tamaño de la finca: 173.000 metros cuadrados, 24 campos de
fútbol. Y ahí está el peligro, según algunos analistas. “Cuando se menciona
que el mensalão [supuestos sobornos a diputados en 2005] desvió miles de
millones de reales, o la compra de votos en el Congreso, para el brasileño
medio no quiere decir nada”, dice Ricardo Caldas, profesor de Ciencias
Políticas de la Universidad de Brasilia. “Ahora bien, cuando se habla de un
ascensor privado y de reformas en la casa de campo pagadas por
constructoras, eso sorprende mucho a la población, que empieza a ver a Lula
como una farsa. La gente se pregunta: ‘¿Ese era el presidente padre de los
pobres?'”. Según Caldas, el coste de la reforma no es relevante para
desgastar la imagen del líder del PT, pero la cuestión ética sí lo es.

La ventaja que Lula siempre tuvo con relación a sus rivales desde que fue
elegido en 2003, el imaginario popular sobre el hombre que salió de la
pobreza para luchar por los menos favorecidos, se está haciendo añicos. La
consultoría Eurasia Group evalúa que “Lula ya no es un candidato viable para
2018”. Para justificar el análisis, cita un estudio según el cual solo hay
un 6% de posibilidades de que un presidente consiga reelegir a un sucesor
cuando su popularidad no llega al 40%. “La aprobación de Rousseff está entre
un 10% y un 15%”, dice el informe. Y hay que añadir “la profundidad con que
el escándalo de Lava Jato ha rebajado a Lula a ojos del 70% de la
población”.

El profesor Caldas, de la Universidad de Brasilia, duda a la hora de sacar a
Lula de la disputa electoral en 2018. “La prueba es el escándalo del
mensalão. Todos consideraban que estaba acabado y, sin embargo, en 2006
consiguió la reelección”, afirma.

El analista político Thiago de Aragão, de la consultora Arko Advice,
concuerda. “Es complicado descartarlo cuando todavía faltan dos años para
las elecciones, principalmente en Brasil, donde la población tiene una
capacidad de perdón y olvido enorme”, afirma. Sin embargo, hace una
observación con relación a la diferencia entre los momentos económicos
vividos en la época del mensalão y ahora: “Cuanto más crece la economía, más
tolerante es la sociedad con la política, y viceversa. Los años del mensalão
fueron de esperanza, fue un momento positivo para la economía nacional”.
Actualmente, con la recesión económica y la subida del paro, Aragão asegura
que hay una parte de la población que relaciona el escándalo de Petrobras
con la crisis. “Una persona que acaba de perder su empleo, y está en casa
viendo en la televisión un reportaje con los números del dinero desviado de
Petrobras, hace esta asociación. Y al final, lo canaliza todo hacia Lula y
el PT”, razona. 

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