Colombia/ los negocios de la paz: llanuras del Vichada para el "rey de la soya" [Camilo González Posso]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Jun 30 18:31:24 UYT 2016


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Correspondencia de Prensa

30 de junio 2016

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germain5 en chasque.net

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Colombia

¿El Vichada para el rey de la soya? ¿Qué se negocia con la paz del modelo?

Camilo González Posso *

Pueblos en Camino, 12-6-2016

http://pueblosencamino.org/

“No es tanto de confianza sino que es de los intereses que ellos tienen y
nosotros sabemos que desde el punto de vista geoestratégico, económico, a
EEUU le interesa la paz en Colombia” Respondía el “Comandante Timochenko”, a
la pregunta de Maria Elena Salinas de UNIVISIÓN sobre si ellos, las FARC,
confiaban en los EEUU. “¿Por qué le conviene a EEUU ayudar a la guerrilla
colombiana?“, insistió Salinas. El comandante de las FARC responde un poco
más adelante “…Ahora, hay también todos esos megaproyectos, en las zonas
fuertes del conflicto, hay muchos intereses económicos que si desaparece el
conflicto, pues hombre, van a tener posibilidad de desarrollarse” 

Camilo González Posso presenta los intereses del “Rey de la Soya”, el
argentino Gustavo Grobocopetel, quien ha ido varias veces a La Habana y se
ha reunido tanto con élites colombianas como con funcionarios del gobierno
al más alto nivel (empezando por el Presidente Santos) y con la delegación
de las FARC. Se trata de un megaproyecto masivo en las extensas llanuras del
Vichada que vienen siendo transformadas como por arte de “realismo mágico”
en baldíos, expulsando sus pobladores indígenas y campesinos, para
transformar 3 millones de hectáreas de esta altillanura del oriente de
Colombia en un rentable negocio agrícola. Negocio que no sólo va a despojar
a los pobladores de allí, sino que destruirá aguas y tierras y fracasará
luego de generar rentas enormes que se concentrarán en pocas manos. Sembrar
de vida el Vichada respetando la tenencia indígena y campesina de la tierra
y destinando esas tres millones de hectáreas a la agricultura familiar,
campesina y colectiva, no sólo daría de comer a la gente protegiendo la
tierra, sino que sería mejor negocio para mucha más gente con lo que allí se
produce. ¿Qué se negocia en la Habana y para quienes? El Vichada para el rey
de la soja; mientras la Minga indígena y campesina lucha en las carreteras y
campos por la soberanía alimentaria y en las mesas de negociación las
dirigencias negocian acuerdos y recursos del post-conflicto que incluyen
proyectos como el de Grobo, y mientras las Dignidades Agrarias avanzan en el
proceso que conduzca a re-negociar el TLC y tumbar el modelo del libre
comercio con el que el rey capitalismo se sirve de la paz y de la guerra
para explotar tierras y despojar pueblos. “El modelo no se negocia”, se
anunció al comenzar la negociación de la paz. Más claramente debería
decirse: “se negocia para el modelo” y mientras esto sea así, hay que abrir
los ojos y conseguir la paz de los pueblos sin dueños. El rey de la soja
viene por la paz de los dueños sin pueblos. Si la Minga no es para tumbar el
modelo, ¿de qué paz estamos hablando?, ¿la de los monocultivos, los mega
proyectos y el agro negocio? ¿La paz del capital? ¿Cómo Así? (Pueblos en
Camino)

¿El Vichada para el rey de la soya?

Y ese plan medio conocido avanza silenciosamente mientras en La Habana
(Cuba) están pensando en acortar distancias sobre el tamaño del Fondo de
Tierras que formará parte del Desarrollo Rural Integral, y mientras en la
Minga se movilizan decenas de miles de campesinos, indígenas y afros
pidiendo entre otros que se haga de verdad una reforma agraria.

Se han presentado movidas sospechosas que llaman a averiguar bien que es lo
que se traen entre manos. Según informe de La Silla Vacía – La visita del
“rey de la soya” a La Habana el plan consiste en “un millón quinientas
hectáreas de maíz nuevas, otro millón de soya y 500 mil hectáreas de arroz,
creando 160 mil empleos directos e impulsando el PIB en 1.500 millones de
dólares al año, un 2% adicional”.

Se estima que el 60% de la producción en el Vichada sería para exportación y
que el valor destinado al consumo interno rodea US$1.800 millones al año,
equivalente a la sustitución de actuales importaciones de esos granos. El
análisis de competitividad del estudio arroja una situación de Colombia más
ventajosa que en Brasil y para arroz incluso mejor con respecto a los
Estados Unidos. La clave para que el negocio sea insuperable es reducir al
mínimo el costo de la tierra, por bajos arriendos y mejor aún si son baldíos
que el Estado entrega con subsidios y compromisos multimillonarios de
construcción de un ferrocarril, una vía multimodal, energía barata y otras
dotaciones en bienes públicos.

El documento que sustenta toda la propuesta fue elaborado por el Grupo Los
Grobo, con el concurso del BID, la Corporación Colombia Internacional, el
Ministerio de Agricultura y del Departamento Nacional de Planeación de
Colombia, bajo el titulo “Análisis de competitividad de las principales
cadenas de cereales de la Altillanura colombiana” y se ha ubicado en las
estrategias del gobierno de “Nueva Agricultura Global” y Colombia Siembra.
El gran descubrimiento que hace el mencionado estudio es que el nuevo
paraíso para este experimento son 3.000.000 hectáreas en el Vichada.

Desde 2011, el señor Gustavo Grobocopetel, conocido en Argentina como el
“Rey de la Soja”, ha ido y venido a Colombia, buscando tierra y condiciones
legales propicias para su negocio global. La aprobación de la Ley de Zidres
es lo más cercano al modelo que han creado en Argentina y que han propagado
en otras latitudes.

Como ocurre con las ZIDRES, el modelo Grobo requiere la seguridad jurídica
de uso de grandes extensiones de tierra con agua. En Argentina el grupo Los
Grobo tiene más de un millón de hectáreas en Soya, sembradas en su mayor
porcentaje en predios con contratos de arrendamiento.

Para la siembra de los 3 millones de hectáreas en el Vichada están armando
el esquema y poco se sabe sobre los estudios que ya tienen la
Superintendencia de Notariado y Registro y el gobierno. Algo han publicado
en los periódicos con pistas sobre la forma como piensan despejar el
panorama para poder hacer el negocio redondo si finalmente se decide
Grobocopetel o el grupo de cacaos y multinacionales que ya están en fila en
la Altillanura.

Por estos días han publicado informes diciendo que en el Vichada están las
mejores tierras de Colombia; mejores que las del Valle del Cauca, las del
Bajo Cauca Antioqueño o el Meta o que las planicies del Magdalena, el San
Jorge o el Cesar. El estudio del IGAC, comentado el pasado 26 de marzo en El
Tiempo, dice que “El ranquin por departamentos con la mayor cantidad de
hectáreas netamente productivas lo lidera uno de los más extensos, Vichada,
que cuenta con un área de más de 10 millones de hectáreas”.

El 28 de marzo de 2016 apareció la noticia sobre la revisión de 2.454
adjudicaciones de tierras en El Vichada: “Esto implica analizar los títulos
que otorgó el Incoder –hoy en liquidación– durante los últimos 11 años en
ese departamento. En total, el organismo emitió 2.454 títulos de baldíos. La
decisión de iniciar esta investigación la tomó el Ministerio ante las
recientes denuncias contra exfuncionarios del Incoder de la Dirección
Territorial Vichada, sindicados de haber cometido irregularidades con las
adjudicaciones en esa zona del país”.

El diligente supeintendente de Notariado ya está haciendo el inventario de
títulos y descubriendo como cosa extraña que precisamente ese rincón del
oriente está plagado de baldíos y de tierras mal ocupadas por delincuentes.
En esas cuentas no aparecen muchos colonos legítimos ni las consultas sobre
tierras ancestrales de las comunidades Guahibo, Sicuani, Piaroa, Piapoco,
Cubeo, Puinave, Amorua y el Saliva, que habitan en 46 resguardos del
departamento y representan el 50% de su población.

La visita del magnate Gustavo Grobopocatel a La Habana para reunirse con las
Farc y los voceros del gobierno dejó muchos interrogantes. Por allá estuvo
en abril, después de acompañar al Presidente Santos y al ministro Iragorri a
presentar la ley de ZIDRES en la Orinoquia. El gobierno no encuentra todavía
tierras para el Fondo Nacional que promete facilitar el acceso a la
propiedad del suelo a las familias campesinas, pero en su agenda tiene como
prioridad encontrarle baldíos a los macroproyectos en la idea de un modelo
mixto de coexistencia y alianzas productivas con la economía campesina.

Es probable que este “Rey de la Soya” haya ido a La Habana a sondear el
ambiente para su proyecto en el Vichada o a mostrar a la mesa de
conversaciones las bondades de ese monocultivo de millones de hectáreas a la
hora de aplicar los acuerdos de paz.

La MINGA indígena, campesina y de afrodescendientes no ha tomado conciencia
del significado de un proyecto como el que quiere impulsar el gobierno con
el concurso del BID y del Grupo Los Grobo. Pero ha lanzado la advertencia
sobre los riesgos que tienen los planes gubernamentales de reparto
territorial en el post acuerdo. Y no es para menos, con ideas como las
planteadas por el director del DNP, Simón Gaviria, quien ha dicho que ese
futuro inmediato será la oportunidad para grandes negocios allá en donde ha
sido imposible llegar en tiempos de guerra.

El modelo de Grobo ha sido criticado en Argentina, Brasil, Uruguay por ser
de impacto negativo en la salud, el ambiente y para la seguridad
alimentaria. Es posible que Gustavo – como le dice Juan Manuel Santos –
tenga adaptaciones en sus aplicaciones para Colombia, pero está muy mal
referenciado.

Extensión de Soja en Argentina

Por ejemplo: En Argentina los 30 millones de toneladas de soya que produce
al año se siembran con semillas transgénicas de Monsanto, modificadas para
ser resistentes al glifosato y bajo el supuesto del uso masivo de ese agro
tóxico en el control de malezas. Los macroproyectos que se proponen para el
Vichada son de agricultura extractivista que agotan los suelos y tienen
impactos negativos en las aguas.

Además, las experiencias realizadas con este modelo no han mostrado ser
compatibles con el impulso a la economía familiar. Por el contrario suponen
alta mecanización y bajo uso de mano de obra asalariada. La ocupación de la
cuenca del Vichada con millones de hectáreas en monocultivos tiene impactos
negativos en los bosques y morichales, lo mismo que en toda la biodiversidad
y el ciclo de las aguas. 

* Camilo González Posso, ex Ministro de Salud, director de INDEPAZ.

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