EEUU/ los republicanos en su laberinto [Barry Sheppard]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Mar 23 10:29:32 UYT 2016


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Correspondencia de Prensa

23 de marzo 2016

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Estados Unidos

Los republicanos en su laberinto

Barry Sheppard

A l´encontre 

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Traducción de Viento Sur 

http://www.vientosur.info/

El establishment del Partido republicano ha lanzado una campaña para
intentar eliminar a Donald Trump, el favorito para las elecciones primarias
republicanas, como candidato republicano a la presidencia. Por el momento,
fracaso de los máximos dirigentes del Partido republicano.

Mitt Romney (su padre, George W. Romney, fue presidente de la American
Motors Corporations de 1954 a 1962 y gobernador de Michigan de 1963-1969;
Mitt ha estado a la cabeza de una sociedad de inversiones Bain Capital,
después ha sido gobernador de Massachusetts, tras haber fracasado en 2006 en
las primarias republicanas frente a Cain) había sido candidato republicano
frente a Obama en 2012. Mitt Romney ha lanzado una campaña para eliminar a
Trump con el eslogan “No importa quien, salvo Trump”. Declarando que un
triunfo de Trump sería un desastre para “América”. Sugiere que, en el caso
de que Trump ganara las primarias y fuera elegido, los electores y las
electoras no deberían apoyarlo en la elección presidencial de 2016 (con la
toma de posesión en enero de 2017).

A lo largo de las últimas semanas, los donantes republicanos han entregado
decenas de millones de dólares para que aparezcan anuncios publicitarios
contra Trump en los Estados donde se iban a desarrollar las primarias.

La victoria general de Trump en las elecciones primarias del 15 de marzo ha
supuesto un revés para la campaña del establishment republicano. Ha superado
a los otros candidatos y solo Ted Cruz, el senador de extrema derecha de
Texas, tiene todavía alguna posibilidad -limitada- frente a él. Los sondeos
realizados después de estas primarias indican que una amplia minoría de
republicanos optarían por un “tercer partido” (un tercer partido o
candidatura presidencial), si Trump logra ser nominado.

Al establishment republicano no le gusta Cruz y lo considera como inelegible
en las elecciones generales. La campaña organizada por Romney intenta
impedir que Trump gane los suficientes delegados para la convención
republicana como para obtener la mayoría. Si lo logra, esto supondría una
convención “negociada”, es decir, un intento entre bastidores para encontrar
una alternativa a Trump como candidato del partido.

Trump ha reaccionado amenazando con que si él ganara gran número de
delegados y se rechazara su nominación, habría un motín en la Convención.

A lo largo de las últimas semanas, Trump ha acentuado su retórica racista y
ha animado a la violencia contra los que protestaban en sus reuniones. Desde
hace algún tiempo, incita a sus seguidores a expulsar físicamente a quienes
protestan de forma no violenta, silenciosa, pero ahora ha subido un peldaño
en esta estrategia. He aquí algunas de las advertencias que ha lanzado a sus
seguidores cuando atacaban a quienes protestaban:

•“Te digo que me gustaría romperle la cara”

•“En los buenos tiempos, esto no pasaba porque lo que les hacían a esta
clase de tíos era muy, muy duro”.

•“Me gustan los viejos tiempos. ¿Sabéis qué les hacían a tipos como estos
cuando venían a un sitio como este? Se les sacaba en camilla, amigos míos”.

•“Si veis a alguien que se prepara para tirar un tomate (ningún opositor ha
lanzado tomates en estas reuniones), hay que zurrarles.¿No es verdad? En
serio, hay que matarlos”

Cuando recuerda “los viejos buenos tiempos”, se refiere a la época de la
segregación, cuando un negro que protestaba se manifestaba en una reunión
racista blanca como la de Trump (“un lugar como este”), habría sido
asesinado (hoy muchos de quienes protestan contra las asambleas de Trump son
los negros, los latinos y otras personas de color y del movimiento Black
Lives Matter (Las vidas negras importan. NT)

En un sondeo al final de la precedentes elecciones primarias, en Carolina
del Sur, que Trump ganó holgadamente, un 20% de las personas que le votaron
consideraban que Abraham Lincoln (presidente de Estados Unidos de 1861 a
1865) cometió un error al emancipar a los esclavos afroamericanos durante la
Guerra Civil (1861-1865) y un poco más de un tercio lamentaba que los
Estados sudistas no hubieran ganado la guerra. Es probable que lo lamentaran
muchos más, pero les daba reparo decirlo públicamente.

Durante una reciente asamblea en Carolina del Norte, cuando un grupo de
jóvenes negros eran expulsados hacia la puerta de salida del local del
mitín, un partidario blanco de Trump le golpeó la cara a uno de ellos.
Entrevistado en la televisión, el agresor dijo con una amplia sonrisa que se
había divertido mucho en la reunión porque había podido “partirle la cara a
ese...”. hizo una pausa durante la que buscaba otra palabra distinta a
“negro” que la tenía en los labios- y finalmente dijo “a ese bocazas”.
Enseguida añadió que en la próxima ocasión podría matarlo”. El hombre fue
detenido por agresión. Trump anunció que pagaría los gastos legales de su
defensa.

Más tarde, en otra reunión en Ohio, Trump acusó a una persona que protestaba
de ser un agente del ISIS (Estado Islámico). A continuación, el 11 de marzo,
durante un mitin en San Luis, 31 personas fueron arrestadas después de la
bronca a golpes entre los seguidores de Trump y sus detractores. El
periódico New York Daily News mostraba a un afroamericano de los que
protestaban ensangrentado que yacía en el suelo bajo el título “Sangre en
las manos de Don” (Donald Trump).

Las cosas fueron muy diferentes cuando Trump fue a Chicago la misma noche.
Hasta entonces, quienes protestaban habían sido pocos pero en Chicago fue
recibido por 3000 opositores. Se había previsto que Trump hablaría en la
Universidad de Illinois-Chicago, un campus de mayoría no blanca. Cuando
supieron que Trump vendría a su campus, estudiantes de algunas facultades
comenzaron a organizar una movilización de protesta antirracista. Se formó
una amplia coalición por los derechos de estudiantes migrantes incluyendo
grupos latinos, musulmanes, árabes y negros, el sindicato de estudiantes
negros y Black Lives Matter entre muchos otros, incluyendo al sindicato de
los trabajadores del campus.

La tarde del mitin, quienes iban a protestar se reunieron en el campus,
donde se incorporaron habitantes de los barrios de los alrededores en gran
parte latinos.

Otro grupo de jóvenes negros de Chicago, Fearless Leading by the Youth
(Liderazco juvenil sin miedo. NT) organizaba una manifestación porque la
administración del Partido Demócrata había protegido al alcalde Rahm
Emmanuel cuando un joven negro fue asesinado por la policía. Cuando los
miembros de este grupo tuvieron conocimiento de la manifestación que se
preparaba, decidieron juntarse y colocaron delante su propia reivindicación
de dimisión de Rahm Emmanuel y de su Procurador General.

3000 manifestantes multirraciales convergieron hacia el estadio donde se iba
a celebrar el mitin con pancartas en español, en árabe y en inglés con
eslóganes muy diferentes contra los ataques racistas de Trump. El estadio
fue rodeado por miles de carteles, banderas, una sección de reggae y una
banda de mariachis.

Muchos más partidarios de Trump que opositores consiguieron entrar en el
estadio y otros muchos se quedaron en el exterior. La tensión era palpable.
Poco después, a solo media hora de la llegada prevista de Trump, este
anulaba el mitin.

Al contrario de lo que han informado muchos periódicos, no fueron los
opositores que se encontraban en el interior del estadio quienes impidieron
el mitin sino que lo hizo el mismo Trump viendo el número de opositores y
que estaban bien organizados y disciplinados. Simplemente esperaban la
llegada de Trump para protestar.

Cuando se anunció la suspensión del mitin, los opositores que estaban en el
interior del estadio, incluyendo a quienes se habían disfrazado de
partidarios de Trump, comenzaron a aplaudir. Furiosos los partidarios de
Trump atacaron a los opositores que a su vez, se defendieron. La candidata
Hillary Clinton declaró que “¡los dos bandos eran culpables!”.

Los otros candidatos republicanos denunciaron a Trump por su incitación a la
violencia. Pero el establishment republicano da pruebas de hipocresía cuando
critica a Trump, pues igualmente se opone a la reforma de la emigración y la
mayoría de los latinos sabe que esto es un ataque contra ellos. El
establishment republicano quiere aumentar la militarización de la frontera
con México. Desde el establecimiento de la “Southern Strategy” en la década
de 1970, los republicanos aceptaron el racismo antinegro y restringieron el
derecho a voto de los negros y los latinos en los estados que controlan.

Igualmente, insinuaron que los musulmanes son peligrosos Esta y otras
cuestiones, incluidas en la política de extranjería, son la base para Trump.
Lo único que les molesta es que Trump exagera burdamente la política de los
republicanos, lo que les hace temer que el Partido Republicano podría no
ganar las elecciones presidenciales y que Trump sea incontrolable.

Habrá que examinar en los messes venideros cómo el Partido Republicano
gestionará sus profundas divisiones. Es inútil especular sobre esto: lo
sabremos en la Convención del Partido Republicano o incluso más tarde.

Los demócratas no son la respuesta a las posiciones cada vez más derechistas
de los republicanos, pero eso pertenece a otro artículo.

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