Estado español/ investidura de Rajoy: el PSOE encadenado, fin de una historia [Jaime Pastor]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Oct 31 10:48:33 UYT 2016


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Correspondencia de Prensa

31 de octubre 2016

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germain5 en chasque.net

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Investidura de Rajoy    

El PSOE encadenado. Fin de una historia

Jaime Pastor *

Viento Sur, 31-10-2016

http://www.vientosur.info/

“El PSOE solo comunica de arriba hacia abajo, es una correa de transmisión
desde el Estado hacia la sociedad. Así no supervive un partido. Se convierte
en nomenclatura”, Jesús Ibáñez, 30/10/90

A pesar de que hemos podido comprobar de nuevo la firme disposición de Rajoy
a no cambiar nada sustancial en las políticas desarrolladas hasta ahora, la
mayoría del grupo parlamentario socialista, salvo 15 de sus miembros –entre
ellos todo el PSC-, ha acabado absteniéndose ante la investidura del
dirigente de un partido calificado como organización criminal por los
tribunales.

Se consuma así una claudicación en toda regla del PSOE ante las presiones
del establishment y, con ella, uno de los capítulos más vergonzosos en la
larga historia de este partido. Cabe precisar, al menos, que esta
contribución a la continuidad en el gobierno de uno de los partidos más
corruptos de Europa no se ha dado con el apoyo de la mayoría de militantes
de ese partido. Ha sido contestada, además, con manifestaciones en las
calles de una larga lista de ciudades de todo el Estado habiendo tenido en
Madrid su final en ese lugar tan simbólico que sigue siendo la Puerta del
Sol. Allí hemos podido compartir la denuncia del “golpe de la mafia” y hemos
vuelto a exigir, retomando el espíritu del 15M, “democracia real”. Un signo
sin duda esperanzador, después de las manifestaciones en defensa de la
educación pública del pasado miércoles, de que esta nueva etapa no va a ir
acompañada de la “paz social” tan deseada por los partidos del régimen.

Quizás lo más paradójico de lo sucedido dentro del PSOE ha sido que
mostrando, como han ensalzado todos los medios del régimen, un gran “sentido
de Estado” al anteponer la alianza de las fuerzas “constitucionalistas” para
salvar al régimen por encima de la opinión de la mayoría de militantes de su
propio partido, la actual dirección golpista ha provocado una fractura
profunda interna y una ruptura práctica con el PSC. Cierra con ello toda
posibilidad de volver a ser un partido de gobierno a escala estatal. Perdida
su credibilidad como tal, reducido a un solar –como ha reconocido el
presidente de la Comisión Gestora, Javier Fernández- y sin proyecto
ilusionante de futuro, sólo le queda intentar sobrevivir desde las parcelas
institucionales que todavía controla.

En efecto, si hasta ahora este partido había podido mantenerse como partido
de gobierno, en alternancia con un PP “modernizado” a partir de 1996, ahora
ha terminado brusca y definitivamente esta etapa. El golpe interno del 1 de
octubre en la sede de Ferraz y su renuncia a ensayar un gobierno con el
apoyo de Unidos Podemos y la abstención de fuerzas independentistas
catalanas, ha llevado a la actual cúpula de ese partido a dejar muy claro
que su papel fundamental consiste en preservar la estabilidad del régimen,
la obediencia a los diktat de Bruselas y la firme defensa de la “unidad de
España” frente a los “antisistema” de Podemos y a los secesionistas
catalanes. Eso es lo que se desprende de las palabras de Javier Fernández
cuando declaraba el 9 de octubre en El País que “ahora se requiere un
aterrizaje forzoso en el principio de realidad, que no sintoniza con el
sentimiento de los militantes más fervorosos”. Un “principio de realidad”
identificado, como hemos visto, con los grandes poderes económicos y
mediáticos y simbolizado en este caso por la práctica fusión de intereses
que veteranos dirigentes del PSOE, con Felipe González al frente, mantienen
con el grupo Prisa y sus socios financieros.

Lo peor, además, es que el PSOE también ha perdido su credibilidad como
partido de oposición al PP. El estatus de subalternidad ante Rajoy, por
muchos esfuerzos que haga la nueva dirección socialista, difícilmente va a
poder ser evitado cuando el ya elegido presidente del gobierno va a
amenazarles permanentemente con nuevas elecciones si no le ayudan a la
“gobernabilidad”. A esto se suma el arma con que cuenta para impedir que
salga adelante cualquier propuesta que desborde los límites presupuestarios
establecidos desde Bruselas: la aplicación del artículo 134.6 de la
Constitución que le otorga capacidad de veto; por si eso fuera poco, cuenta
con mayoría en el Senado y les podrá recordar, también, que ambos partidos
aprobaron en pleno agosto de 2011 una contrarreforma constitucional que
impuso la sumisión a la deudocracia, justamente denunciada recientemente por
el Manifiesto de Oviedo, suscrito por un elevado número de cargos
municipales de todo el Estado/1.

El PSOE solo podría hacer frente a esa estrategia mediante acuerdos con
Unidos Podemos, fuerza política a la que sin embargo la actual Gestora ha
mostrado una hostilidad manifiesta, pese a que más de un gobernante
autonómico depende de sus votos. Bloqueado este camino, no va a ser fácil
que este partido encuentre margen suficiente para ir contrarrestando el
enorme desgaste sufrido durante este último mes, a pesar del enorme apoyo
mediático e institucional con que va a contar para ello. Tampoco parece que
los esfuerzos que puedan desplegar Pedro Sánchez, recién dimitido como
diputado, o Josep Borrell para ofrecerse como alternativa capaz de generar
ilusión en una recuperación de su papel como oposición al PP vayan a
conseguir imponerse frente a la nomenclatura encabezada por Susana Díaz, se
presente o no como candidata. No cabe pues esperar un movimiento similar al
que se ha podido producir en Gran Bretaña en torno a Jeremy Corbyn.

El problema fundamental sigue estando en que, como hemos escrito en otros
artículos/2, se ha acabado un ciclo histórico de la socialdemocracia,
impotente incluso de aplicar políticas social-liberales frente a un
capitalismo europeo empeñado en seguir su rumbo acelerado de contrarreformas
y cada vez más incompatible con la democracia, con la universalización de
derechos sociales básicos y con la sostenibilidad de la vida en el planeta.
En todo caso, el debate sobre los recortes de los 5 500 millones de euros y
la privatización de Bankia y BMN exigidos por Bruselas ya está abierto y
será la primera prueba que tendrá que afrontar. A ella se añadirá pronto la
que el propio Rajoy le pedirá frente a la reivindicación de la mayoría de la
sociedad catalana de un referéndum sobre la independencia. Ahora, tras la
práctica ruptura con el PSC, difícilmente la dirección del PSOE, sea cual
sea, se resistirá a un cierre de filas en nombre de un
“nacional-constitucionalismo” del que solo cabe esperar algunas promesas de
revisión del sistema de financiación autonómica, puesto que ni siquiera los
tres partidos del régimen parecen dispuestos a abrir la caja de Pandora de
la reforma constitucional.

El desafío que tiene ante sí Unidos Podemos es, por tanto, enorme. Le
corresponde ejercer de oposición desde el parlamento y, a la vez, contribuir
a la apertura del nuevo ciclo de protestas que parece anunciarse. Tareas
ambas en absoluto incompatibles y que deberían articularse no solo en
términos reactivos sino también proactivos; o sea, acompañados de propuestas
que, lejos de concebirse para un “gobierno en la sombra”, tendrían que ir
prefigurando una política -y una forma de hacerla- alternativa frente a la
“Triple Alianza”, como la ha definido Pablo Iglesias. Porque no estamos solo
ante una crisis de gobernabilidad sino, sobre todo, ante una crisis de
régimen que está lejos de resolverse, máxime cuando los discursos de Rajoy
se han reafirmado en un mero continuismo y la alternancia se ha agotado. Por
tanto, el dilema ahora es: continuismo o Cambio, con mayúsculas, o sea,
ruptura democrática. Sin embargo, mientras no resolvamos este dilema, cabe
la hipótesis de que alguien “de arriba” recuerde la sentencia de un
reconocido conservador, Edmund Burke: “un Estado sin medios para hacer algún
cambio, carece también de medios para conservarse”; llegarán entonces
respuestas presuntamente “regeneracionistas” a las que también habrá que
responder y desbordar. 

* Jaime Pastor es profesor de Ciencia Política de la UNED y editor de Viento
Sur

Notas

1/ Ver: "Constituir un frente municipalista contra la deuda ilegitima y
movilizarse" en http://www.vientosur.info/spip.php?article11852

2/ Ver "En la permanente crisis de la socialdemocracia" en
http://www.vientosur.info/spip.php?article11788

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