Brasil/ El impacto del "Lava-Jato" en el capitalismo brasileño [Amílcar Salas Oroño]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Abr 23 22:28:19 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

23 de abril 2017

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Brasil

El impacto del "Lava-Jato" en el capitalismo brasileño

Amílcar Salas Oroño *

Celag, 18-4-2017

http://www.celag.org/

Si la cohesión parlamentaria-mediática-empresarial que había mostrado Michel
Temer al momento de asumir el cargo de presidente permitía especular sobre
los intereses que estos sectores irían a desplegar una vez que estuvieran en
el gobierno, a menos de un año de realizado el golpe el panorama es
ciertamente mucho más confuso: las quejas de los empresarios son cada vez
más recurrentes, la imagen pública presidencial no para de caer semana a
semana y hasta el propio poder de convocatoria de M. Temer en el Congreso se
ha deshidratado. De aquel exultante 2/3 del impeachment no ha quedado mucho.
En lo que es la principal apuesta legislativa del gobierno en esta primera
parte del año – la aberrante reforma jubilatoria- ni siquiera los 64
diputados del PMDB lo acompañan: por el momento tan sólo 34 han declarado
que votarán la propuesta del Ejecutivo. No se trata de un puntual
“debilitamiento” del Gobierno de Michel Temer, la circunstancia es más
profunda. A la luz del (des)federalismo administrativo y la casi nula
capacidad de coordinación política de la agenda nacional, lo que está
ocurriendo se asemeja más a una “implosión” del sistema político, con
consecuencias estructurales para el capitalismo brasileño.

Presión judicial y recesión económica

Los dos últimos años –2015/2016- han sido extremadamente negativos en
relación a la velocidad del crecimiento del desempleo, con el impacto que
ello tiene sobre el resto de la masa de trabajadores brasileños. La
“política económica” gubernamental – tanto la que le correspondió a Dilma
Rousseff como,  principalmente, lo administrado por Michel Temer en estos
meses – ha sido determinante. Sin embargo, un factor (extra) debe ser
seriamente contemplado: por la magnitud de su impacto, no son nada
secundarios los efectos que ha tenido la Investigación "Lava-Jato"
(autolavado a presión)  sobre el escenario económico. Iniciada formalmente a
principios del 2014, con una serie de denuncias acerca de coimas realizadas
principalmente por empresarios de la construcción a directivos de la empresa
estatal Petrobrás, esta investigación judicial modificó en profundidad la
dialéctica reciente. Se convirtió en un nuevo clivaje cultural – inaugurando
un nuevo discurso social moralizante -, un clivaje político – generando el
“ambiente” para que prosperara el impeachment a Dilma Rousseff–, y un
clivaje económico – siendo que impactaría directamente en el PBI de los años
siguientes: siguiendo algunas estimaciones, en términos de empleo, los
efectos negativos de la investigación Lava-Jato en la industria y en la
construcción civil ascienden a casi 3 millones de trabajadores menos en esos
dos sectores durante 2015/2016–.

Las retracciones económicas del PIB en el 2015 (3,8%) y en el 2016 (3,6%)
tienen que ver directamente con las consecuencias que trajo esta
investigación judicial. Según cálculos recientes, ha sido responsable de por
lo menos un 2% de esas caídas por año; si no hubiera sido por la
Investigación Lava-Jato la recesión económica de cada año hubiera sido
alrededor de 1,5%. Esto se debe a que tanto Petrobras como el conjunto de
las constructoras tienen un peso significativo en la economía nacional: por
ejemplo, son responsables de una parte no menor de las inversiones – las de
Petrobrás representan un 2% del PBI, mientras que las de las constructoras
un 2,8% del PBI-, cuestión que adquiere mayor relevancia en un contexto
general de retracción de la proporción Inversión/PBI (19,5% -2010- y 16,4%
-2016-). Es que la investigación judicial ha impactado sobre el circuito
económico en general: sobre las empresas derivadas, los puestos de trabajo,
las cadenas de valor agregadas, etc. Por ejemplo, de los 120.000 empleados
que registraba la constructora OAS hace dos años hoy tiene tan sólo 30.000;
como ENGEVIX, que tenía 20.000 y ahora sólo tiene en plantilla unos 3.000
empleados, por nombrar dos casos no tan conocidos mediáticamente. Todas
pérdidas que repercuten, siempre, en el mundo de trabajo informal, un
detalle idiosincrático de la economía brasileña.

Frente al avance judicial, tanto Petrobras como las constructoras
involucradas han debido vender activos, transferir competencias y realizar
modificaciones empresariales de diverso tipo para garantizar su posición.
Posiciones que, además, se ven modificadas por la propia acción del gobierno
de M. Temer, como el nuevo marco regulatorio para la producción petrolera
sancionado el año pasado, o bien por la exclusión en licitaciones abiertas
bajo el pretexto de no estar “idóneas judicialmente”, dejando el escenario
para que entren empresas extranjeras al mercado de la construcción civil.
Este es, quizás, el objetivo central de todo el desenlace: el ingreso
extranjero en sectores donde se había logrado desarrollar un complejo
empresarial con capacidad tecnológica endógena (Petrobras y constructoras),
con dinámicas de desarrollo para el ámbito nacional, en el marco – siempre
hay que recordarlo – de las lógicas interdependientes del siglo XXI. Si le
sumamos a lo ocurrido en estos dos sectores claves de la economía brasileña
el “affaire” (investigación también judicial/mediática, también arbitraria y
selectivamente expuesta al público) de la carne en mal estado revelado este
año, que ha generado una gran incertidumbre global por la capacidad que
tienen las multinacionales cárnicas brasileñas en la formación de los
precios internacionales, el argumento de la “presión por la
extranjerización” que ahora también alcanzaría a este sector económico
pareciera reforzarse; al margen de los nefastos efectos que esto puede tener
para el ámbito interno, siendo que este sector emplea a casi 500.000
personas.

En este punto, el contexto permite afinar un interrogante: ¿es casualidad
que tres sectores claves de la economía doméstica brasileña, competitivos
globalmente y formadores de precios internacionales en sus segmentos, hayan
entrado en un tobogán de rápido deterioro de sus posiciones de mercado?
Pareciera que no. Más bien pareciera que el Golpe a Dilma Rousseff vino
(también) con ese objetivo: modificar los vectores de la acumulación
capitalista en Brasil, para plantearlos ahora a partir de puntos externos de
realización. Lo curioso, y esto se fue develando en el desarrollo de los
acontecimientos, es que la tarea de limpieza de los elementos residuales del
modo de acumulación previo se hiciera fundamentalmente desde el Poder
Judicial, desde investigaciones judiciales – congestionadas de
arbitrariedades procedimentales- acopladas en su tarea a los medios de
comunicación hegemónicos (que son los que otorgan las formas de presión
social). Esto es lo que está modificando Brasil, en su estructura; con la
fila de desempleados y la pérdida de autonomía nacional.

* Investigador de la CELAG.

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