Venezuela/ Es hora de fraguar un nuevo movimiento emancipador: carta abierta al chavismo crítico y la izquierda autónoma [Marea Socialista]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Mar Ago 1 10:21:25 UYT 2017
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Correspondencia de Prensa
2 de agosto 2017
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Venezuela
"Es hora de la fragua de un nuevo movimiento emancipador"
Marea Socialista envía Carta Abierta al chavismo crítico y la izquierda
autónoma
Equipo Operativo Nacional de Marea Socialista, Caracas, 31-7-2017
Aporrea, 1-8-2017
https://www.aporrea.org/
Escribimos esta Carta Abierta en el momento en que se consuma un fraude
colosal contra el pueblo venezolano. La elección de la constituyente
madurista representa el colapso del país tal cual lo conocimos en el último
siglo, la bancarrota de un Estado rentista agotado y el desmontaje de la
República. De igual forma coloca en serio riesgo la integridad de la Nación
y la amenaza con su disolución.
De esta manera abre la puerta a un periodo de cruel rapiña imperial y del
capital financiero y mafioso, bajo cualquiera de sus actuales “banderas
nacionales”. Donde la violencia y represión crecientes serán la ley y donde
las penalidades y sufrimientos de los más humildes, los oprimidos y los
excluidos, alcanzarán picos no conocidos en la historia moderna de
Venezuela.
Dos cúpulas políticas irresponsables y criminales, han cavado las trincheras
desde las cuales se lanzan a la disputa por el saqueo, control y negociación
con el gran capital, de nuestros recursos naturales y las condiciones de
vida de nuestro pueblo. Lo hacen aunque para ello deban provocar un
carnaval sangriento.
La falsa polarización que han buscado y que en alguna medida han conseguido
estas cúpulas, pretende arrastrar a amplios sectores de la población a
defender los espurios intereses que cada una de ellas persigue. Y están
dispuestos a hacerlo, como hoy volvió a quedar demostrado, a costa de la
vida de miles, la integridad de centenares de miles y la miseria de
millones.
Es importante comprender, en primer lugar, que la tenue luz de expectativas,
por la vuelta a una normalidad relativa, que podría haber existido hasta el
día previo a la falsa elección constituyente, se ha desvanecido
completamente. El madurismo y la cúpula del PSUV han cruzado el umbral que
separaba su vocación autoritaria con mascara “democrática” y “pacífica”,
para llevarlo al terreno de un intento de contrarrevolución abierta, con
métodos de guerra civil selectiva, que ya se están aplicando. En segundo
lugar, la incapacidad, la soberbia y el elitismo manifiesto de la cúpula de
la MUD y su apuesta descarada por un foquismo violento y por la injerencia
gringa, dejó sin posibilidades de conquistar un triunfo democrático a los
que sincera pero equivocadamente los siguieron, arriesgaron sus vidas e
incluso las perdieron, creyendo que así se lograría un cambio progresivo.
Más allá de la guerra de los números e imágenes con la que durante hoy y en
los próximos días se intentará legitimar la elección de los supuestos
constituyentistas, el hecho es que este 30 de julio de 2017 será recordado
como el día en que entramos de lleno en un periodo oscuro, de tiempos
tumultuosos, cada vez más violentos y difíciles, que exigen definiciones
individuales y colectivas contundentes.
Los próximos meses o semanas determinaran el tablero político, social,
cultural y económico, incluso la integridad territorial del país, para los
próximos años o décadas. Ante esto nadie puede permanecer indiferente o
creer que estará a salvo de las consecuencias que estos tiempos traerán a la
Nación y a su pueblo.
Pero estos también son tiempos de rupturas, de quiebres de viejas
hegemonías, de derrumbe de creencias ilusorias y del final de falsas
lealtades, y son, sobre todo, tiempos de gestación y parto de nuevas
esperanzas.
Hoy, de un lado se ubican aquellos que frente a las amenazas con que el
imperialismo norteamericano y la cúpula de la MUD chantajean a la cúpula del
gobierno/PSUV y al país, o que presionados por la presión, las coacciones y
el maltrato del aparato de control estatal, se subordinan o despliegan una
solidaridad automática, vergonzosa y acrítica con el madurismo. De otro
aquellos que rechazan el autoritarismo, la represión descarada, la entrega,
la miseria, a la que nos está llevando el PSUV/gobierno, y equivocadamente
creyeron, frente a la falta de alternativas, que la cúpula de la MUD le era
útil para rescatar la Constitución del 99, la democracia y detener la
violencia.
Pero hay un tercer sector que ha ido tomando fuerza en los últimos meses,
ha ido creciendo, y que fue formando su personalidad y empieza a aparecer
como una nueva referencia política por fuera de estos dos campos. Y que, de
hecho, se convirtió en un fenómeno político, es el que en la prensa local e
internacional ha llamado primero “chavismo crítico”, y que ahora intentan
etiquetar como “chavismo no madurista”. Este sector incluye a militantes y
grupos de izquierda o democráticos que quizás por no provenir del chavismo o
haberse separado de él hace tiempo, han sido invisibilizados por los medios.
A una parte sustantiva de este sector es que nos dirigimos, incluyendo a su
parte de izquierda crítica y autónoma, que mantiene los sueños emancipadores
que surcaron la primera década del Siglo XXI en nuestro país y en América
latina, que es capaz de enfrentar sin temores el balance necesario del
proceso bolivariano y de Chávez.
A los que se empezaron a organizar contra la burocratización brutal que
llevo a la cúpula del PSUV y sus “aliados” del GPP a poner un signo igual
entre el partido y el estado. A los que dieron un paso para enfrentar el
decreto del Arco Minero del Orinoco, y deciden luchar contra la entrega
expresada en las Zonas Económicas Especiales y la ampliación de la frontera
extractivista, la profundización de la primarización del país y la sumisión
al capital financiero. A los que rechazan el avance autoritario, el
avasallamiento de derechos humanos, económicos, sociales y buscan
reestablecer la Constitución del ’99, que es hoy, en el país, la única forma
de defender la democracia que agoniza.
A aquellos que repudian que se continúe pagando una deuda externa ilegitima
a costa del hambre y la salud del pueblo. A los que están cansados de la
impunidad de las cúpulas y del desfalco corrupto a la nación. A los que
rechazan la injerencia extranjera porque mantienen los sueños bolivarianos
de luchar por una nueva independencia. A los que se ubican en el terreno de
una izquierda nueva, critica de su propio legado, que señala y busca
propuestas para superar la gravedad de la crisis civilizatoria a la que nos
ha llevado el sistema del capital. A los que luchan contra la opresión de
género, la segregación racial, la opresión cultural y material sobre los
pueblos originarios. A aquellos que se oponen a la destrucción de la
naturaleza y la vida y que proponen y buscan alternativas sustentables al
modelo extractivista y depredador. A quienes luchan contra la explotación
del trabajo, a los sindicatos y consejos de trabajadores honestos que se
plantan contra el patrón, sea éste privado o del estado. A los jóvenes y
estudiantes que con valentía defienden su futuro en las calles, en las
universidades públicas y privadas, incluso en las del gobierno a pesar de la
retaliación y el amedrentamientos.
Somos muchos pero hemos estado separados por largo tiempo. Han intentado,
muchas veces con éxito, inocularnos desconfianza para mantenernos divididos.
Cada uno a nuestro turno hemos sido retaliados, perseguidos y acusados de
traidores y agentes de la CIA o de hacerle el juego a la derecha y lo
seguimos siendo. Pero todo tiene un límite y cada uno de nosotros fue
encontrando el suyo. Hoy tenemos que vencer la desconfianza, procesar los
matices producto de nuestra diversa procedencia ideológica y construir,
reconociendo y respetando la diversidad vital que expresamos, un espacio
común de reflexión, elaboración y acción.
En los últimos meses hemos compartido espacios y plataformas de lucha por
puntos comunes. Espacios que han sido útiles, además, para reconocernos y
aprender a procesar, no sin tropiezos, algunos de nuestros diferentes puntos
de vista en busca de las síntesis que ayudaran a esa lucha. Espacios que hay
que mantener y ampliar porque la lucha que les dio origen y sentido es ahora
más necesaria que antes.
Pero hoy estamos llamando a poner en pie otra iniciativa. Una de alcance
más integral y estratégico. Una que ayude a superar la orfandad de
orientación y liderazgo global, en la que ha quedado nuestro pueblo por la
derrota desde adentro de un proyecto que soñó liberador y la traición o la
defección de aquellos que creyó sus dirigentes.
Se trata, a partir de una revisión crítica y autocrítica de los errores del
proceso bolivariano, de reconstruir desde los cimientos un proyecto nacional
y nuestro americano. Se trata de construir un movimiento de izquierda,
democrático, plural, inclusivo de las corrientes del pensamiento y la acción
emancipatoria. Con respeto a las identidades particulares y en la búsqueda
de avanzar desde la articulación en la lucha a la construcción de una nueva
síntesis de elaboración y acción política.
La que proponemos es una tarea ardua y compleja. Pero la hora es ardua y
compleja. Es una hora de definiciones y de asumir desafíos, de conquistar la
autonomía e independizarnos de todo tipo de tutelas. Es la hora de los
hornos, de poner manos a la obra y de colocar en la fragua un nuevo
movimiento emancipador.
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