Argentina/ Cambiemos: triunfo nacional y polarización en la provincia más importante [La Izquierda Diario]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Ago 14 14:16:59 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

14 de agosto 2017

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Argentina

Elecciones PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) 2017

Cambiemos: triunfo nacional y polarización en la provincia más importante

La Izquierda Diario, 14-8-2017

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Con música de fiesta y el clásico merchandising PRO, el oficialismo
pretendió congelar la fotografía que mostraban los primeros números
oficiales de las elecciones primarias. Sin embargo, la victoria nacional fue
mostrando las contradicciones en la película de trasnoche.

La coalición Cambiemos se impuso cómodamente en la Ciudad de Buenos Aires,
en las provincias de Córdoba, Mendoza y Corrientes. También ganaba en Jujuy,
Entre Ríos, La Pampa y Neuquén. Triunfó con gran diferencia en San Luis, el
histórico reinado del clan Rodríguez Saá y en el presunto bastión
kirchnerista, Santa Cruz, también se impuso por amplia diferencia. En Santa
Fe, uno de los tres distritos más importantes del país, la elección estaba
pareja.

Cuando se conocieron los primeros datos oficiales, el oficialismo pretendió
imponer esa foto de éxito nacional. Sin embargo, avanzado el escrutinio, el
resultado de la provincia de Buenos Aires -nada más y nada menos- opacó esa
imagen. En el distrito más importante del país, donde se concentra el 38 %
del padrón electoral, se impuso una fuerte polarización con Cristina
Fernández de Kirchner y Unidad Ciudadana y un empate técnico con denuncias
de maniobras para evitar que se conozca el resultado final.

En este territorio clave, designado como la madre de todas las batallas, la
polarización alentada fuertemente por las corporaciones mediáticas fue más
intensa. El voto a las dos fuerzas mayoritarias no se caracterizó por el
respaldo a las propuestas o programas de cada una de las coaliciones. Primó
el voto castigo o rechazo enérgico al contrincante.

Cristina Fernández centró su moderada y “muda” campaña en la denuncia del
ajuste que lleva adelante Mauricio Macri, mostrando a los afectados por el
plan de Cambiemos. Se postuló como el vehículo para castigar al Gobierno y
enviar un mensaje para poner un límite. Cambiemos puso el eje en el “rechazo
al pasado”, golpeando sobre los inocultables hechos de corrupción del
kirchnerismo y sobre el doble discurso que implicaba agitar, ahora, contra
el ajuste y el deterioro de las condiciones sociales, cuando después de 12
años de administración, dejaron un país con más 30 % de pobreza,
precarización laboral y estancamiento económico. En el último tramo de la
campaña y con su figura más “taquillera” y de mayor perfil “social” a la
cabeza, María Eugenia Vidal, el macrismo hizo proselitismo en modo
“oposición de la oposición”.

En ese contexto, el Frente Renovador de Sergio Massa, que acompañó fielmente
al oficialismo en sus principales medidas, no resistió la polarización
bonaerense y apenas superó el 15 % de los votos. Mientras que el gran
derrotado de la jornada fue Florencio Randazzo: con el aparato del PJ a su
disposición y el respaldo del grueso de la burocracia sindical, no alcanzaba
el 6 % de los sufragios.

Pese al evidente deterioro de los indicadores de la economía y de todos los
índices sociales producto del ajuste, el oficialismo logró imponer la
polarización contra la eventual “vuelta del pasado”. Contó con dos
inestimables ayudas: los grandes aparatos mediáticos, altamente beneficiados
por Cambiemos (con Clarín a la cabeza) blindaron al macrismo, ocultando los
hechos de corrupción propios (Panama Papers, Correo, Avianca). Y la
escandalosa desaparición de Santiago Maldonado luego de la represión de
Gendarmería a la comunidad mapuche en Chubut tuvo un tratamiento
verdaderamente bochornoso y cómplice. También hicieron su aporte ciertas
fracciones del poder económico con el agite del “terror”, con el método de
empujar minicorridas contra el peso, para generar la exagerada sensación de
que una derrota oficialista podía provocar una debacle económica.

La torpeza (intencional o no) del macrismo, festejando por anticipado
provocó la algarabía del kirchnerismo cuando se equilibraron los números en
la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el festejo del kirchnerismo
también parece desproporcionado: la expresidenta obtuvo casi la misma
cantidad de votos que la fórmula maldita de Aníbal Fernández-Martín
Sabattella en las generales de octubre de 2015.

El oficialismo no puede leer estos resultados a nivel nacional como un
respaldo contundente o un cheque en blanco para su programa neoliberal, que
moderó con cierto gradualismo impuesto por la relación de fuerzas. Pese a
que cuenta con un destacado apoyo de importantes sectores de clase media
(que influye sobre otros sectores) que comparten la ilusión de que la
situación puede mejorar y siguen rechazando fuertemente al kirchnerismo.

Cambiemos obtuvo triunfos que son simbólicamente estridentes (Santa Cruz,
San Luis, Entre Ríos o La Pampa) que estaban en manos de los distintos
peronismos, pero tomada la elección de conjunto los números no son tan
contundentes. En Córdoba, una provincia tradicionalmente antikirchnerista es
donde más funcionó la operación de polarización. El peronismo de esa
provincia se caracterizó por su fuerte impronta macrista y fue de gran
ayuda: antes de votar a la fotocopia se votó al original.

El contundente triunfo de Elisa Carrió en Ciudad Autónoma contiene algunas
contradicciones destacables: no pertenece al personal del “PRO puro” y tiene
un alto componente de lo que llaman un “voto honestista”. Actuó como
denunciadora serial del kirchnerismo, pero también hizo demagogia, acusando
a figuras impresentables que pertenecen al oficialismo (el operador macrista
Daniel Angelici o la segunda jefa de los servicios de inteligencia, Silvia
Majdalani). En ese marco, es la emergente y catalizadora de un fracaso del
oficialismo que va por los dos años de gestión: la supuesta lucha contra las
mafias.

En Mendoza, otro bastión del oficialismo, la ventaja de Cambiemos fue de
ocho puntos (41 a 33), en Jujuy de seis (35 a 29). Al cierre de este
artículo, en Santa Fe había un empate técnico con guarismos bajos (27 puntos
cada uno) y en lo mismo sucedía en la provincia de Buenos Aires con poco más
de 34 puntos. En las dos últimas provincias había denuncias del kirchnerismo
por la demora en la carga de los datos.

Por el lado del peronismo, la “remontada” de Cristina Fernández (que en el
bunker de Unidad Ciudadana se vivió como un triunfo) y las derrotas de los
peronismos provinciales varios (Córdoba, San Luis, con la excepción de Juan
Manuel Urtubey en Salta), además de las malas elecciones de Massa y
Randazzo, dejó más que abierta la crisis de liderazgo del peronismo en su
conjunto.

En este escenario con fuertes tendencias a la polarización, el Frente de
Izquierda y de los Trabajadores consolidó su espacio en la provincia y la
ciudad de Buenos Aires y realizó una histórica elección en Jujuy y muy
destacada en Mendoza, así como en Neuquén, Salta y Santa Cruz. Pasaron las
PASO y se abrió la batalla camino a octubre con el desafío y la posibilidad
de avanzar en la presencia del FIT en el Parlamento Nacional y en las
legislaturas de todo el país.

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