Argelia/ Una explosión social: entre rumores, clamores y redes sociales [Chamil]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mar Feb 28 23:15:54 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

28 de febrero 2017

Boletín Informativo

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germain5 en chasque.net

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Argelia

Entre rumores, clamores y redes sociales

Una explosión social

Chamil *

Inprecor, enero-febrero 2017

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

http://www.vientosur.info/

Tras la explosión social seguida de enfrentamientos con las fuerzas del
orden este comienzo de enero de 2017 en varias provincias del país -Bejaia,
Bouira, Boumerdes, Blida y Tiaret- y el malestar social que resultó de ello
en otras, la pregunta que se hace el ciudadano medio es: ¿son fruto de un
rumor tenaz o de una manipulación, como nos explican el gobierno y los
medios a su servicio?

El proceso de aprobación del proyecto de ley de presupuestos de 2017 es el
marco de todas estas informaciones y de la sobredosis de explicaciones que
se ha volcado sobre este ciudadano completamente desarmado y sencillamente
entregado como una presa a los depredadores de todo tipo y al malestar
social.

El poder se ha erigido siempre en censor de todas las reivindicaciones que
emanan de la sociedad y de ese ciudadano desamparado. Este poder no se
pregunta por qué la violencia se ha vuelto un modo de expresión, el único.
¿Por qué la juventud tiene su horizonte taponado? ¿Por qué la escuela
pública, en reforma permanente, echa cada año más de 500 000 niños y niñas a
la calle, cuando los barones del régimen “s´hab ech chkara” /1, sacan tanto
dinero como quieren?

Como celosos servidores del régimen, estos últimos son omnipotentes mientras
están ungidos por la gracia de los fuertes del momento. Este poder, cegado
por su paranoia, no discierne siquiera ya los elementos desfavorables para
su política económica. El Ministro de Finanzas se escaquea torpemente cuando
en el debate en la Asamblea sobre la ley de presupuestos de 2017, se le
pregunta a propósito de implantar un impuesto sobre las grandes fortunas.

Las explosiones sociales, disturbios, huelgas y movimientos sociales que han
jalonado el año 2016 e inaugurado 2017, son reveladores de un profundo
malestar político y social en la sociedad.

Un editorial de un periódico que es una fuente autorizada de la élite
francófona, ha estimado que “los últimos movimientos sociales, disturbios y
huelgas que han abierto el año 2017 son inquietantes por muchos conceptos.
El carácter anónimo y viral (rapidez de la propagación de las informaciones
o rumores) paraliza toda acción eficaz”. Prosigue así su inspirado análisis:
“en el contexto actual de preminencia de las redes sociales, el menor rumor,
añadido a un clima de tensión, puede propagarse muy rápidamente por todas
partes e incluso movilizar a determinados actores sociales para actuar
inmediatamente” /2.

Lo que parece plantear un problema, para el editorialista de este diario
representativo de una cierta élite, no es la amplitud de la crisis social y
la ley de presupuestos de 2017, tramada por el gobierno para hacer pagar la
crisis económica a capas y clases sociales que no han participado en
absoluto en la forma en que el país y el maná petrolero han sido gestionados
desde hace más de un decenio, sino el papel jugado por las redes sociales
para difundir el rumor sobre el llamamiento a la huelga general a escala
nacional. Es prácticamente una regla: todos los medios o casi y todos los
partidos ligados al serrallo han aceptado la explicación oficial sobre lo
que ha ocurrido: la “teoría de la manipulación y del complot”, de “la mano
interior” y de la “amenaza exterior”. Esas son las argucias que el régimen
argelino utiliza desde hace decenios para demonizar a todos los movimientos
sociales y para dar a entender que el ciudadano argelino no es un ciudadano
como los demás, capaz de pensar por su cuenta. Está ahí todo el desprecio
que ha caracterizado siempre a los gobernantes y todo el paternalismo que le
es consustancial.

El sistema argelino no quiere enmendarse y emprender los cambios políticos y
sociales que francamente necesita el país. La fobia a las redes sociales es
una obsesión desde 2011. El poder no consigue librarse de ella, incapaz como
es de tener una mirada objetiva y serena sobre el mundo que le rodea. Como
las redes sociales han estado en gran medida detrás del ascenso de los
movimientos populares en los países de la región árabe, y sobre todo en
Túnez y en Egipto, el poder no consigue librarse del síndrome de la
primavera árabe que sigue teniendo atravesado en la garganta.

Para quien observe atentamente lo que ha ocurrido en ese movimiento popular
multiforme, los acontecimientos son ricos en enseñanzas. La dinámica de las
primaveras árabes ha mostrado sus límites en el curso de las experiencias en
los diferentes países y se ha acabado por comprender cuál era el papel de
las redes sociales en los movimientos de revuelta de masas. Ya se puede, y
con mucha objetividad, comprender este papel y ello a pesar de las
manipulaciones y las mixtificaciones de Occidente y sus servicios
psicológicos.

Las redes sociales, si bien llegan a surfear un movimiento social, a poner
en pie las mediaciones que pueden servir a ese movimiento ya lanzado, son
incapaces en su origen de sustituir a las fuerzas sociales que se ponen en
movimiento. La experiencia de la revolución egipcia ha mostrado la
inconsistencia política y social que las caracteriza. Por tanto, ¿por qué
esta demonización de las redes sociales, que se ve que es claramente
exagerada? ¿por qué esta sobreestimación del rumor como función social,
cuando es notorio que la sociedad argelina -y las sociedades magrebíes en
general- son conocidas por su porosidad al rumor? Los agitadores de todo
tipo y los especialistas del condicionamiento social lo saben. El poder usó
y abusó de esta técnica en su lucha contra los islamistas en los años 1990.

La revolución informática y las técnicas de la comunicación moderna se han
revelado a la luz del día en los movimientos sociales y políticos que han
caracterizado lo que se llama comúnmente las “primaveras árabes”. Lo
político desde esa fecha se ha visto conmocionado. La aparición de nuevas
técnicas y aplicaciones, el intercambio electrónico en internet, el correo
electrónico con las celdas de diálogo y la remisión de textos, la
programación del contacto directo, las nuevas fórmulas de la prensa
electrónica y las páginas web complementarias de los diferentes medios,
junto con el desarrollo de la información, lo que se llama el periodismo
alternativo, las páginas individuales y los blogs han adquirido un
desarrollo fulgurante desde 1997.

Los weblog -primero medio de expresión de los conflictos internos de los
individuos- se han vuelto una realidad social que evoluciona sin el temor de
la censura y de la vigilancia que caracteriza a los medios clásicos. Al
margen del modelo oficial, para muchos blogueros este marco se ha vuelto una
válvula de escape y un medio irremplazable de realización de sí mismos. Esta
actividad intelectual ha despegado fuera del marco oficial de comunicación.
Estas redes en los años 2000 han abandonado su carácter subjetivo, para
convertirse en una tribuna, con portavoces variados, y han adquirido a veces
el estatus de “prensa popular” y de crítica de los hechos, de los
acontecimientos y de la información en general producida por los medios
tradicionales. Hay quien no duda en calificar a los blogs de “prensa
participativa popular” o “prensa de la cultura popular crítica”. Los blogs
se han vuelto así un medio de controlar los hechos de los que informan los
medios dominantes, que influencia la vida política y económica y vehiculizan
las ideas, las opiniones de las fuerzas sociales dominantes, que van en
contra de la verdad objetiva, la deforman, la combaten.

Hay otro aspecto que los medios han intentado poner en un primer plano más
allá de su amplitud: el movimiento de protesta que se ha desarrollado en
Bejaia, Bouira y Boumerdes ha derrapado y se han transformado en disturbios
que le han desbordado, provocando destrozos materiales. El editorialista de
El Watan muestra en qué medida el movimiento ha pillado desprevenido al
gobierno y a la clase política que reprocha ahora al poder haber “tener
puesto el cerrojo a todos los canales de comunicación”.

El gobierno emprende entonces una estruendosa campaña, primero por medio del
Ministro del Interior, seguido por todos los ministros, para explicar
escalonadamente y de forma laboriosa que las medidas sobre la ley de
presupuestos de 2017 no son más que “algunos impuestos de poca importancia,
al lado de transferencias sociales importantes que el gobierno asigna por
encargo del presidente, para mantener los precios de los productos de
primera necesidad”. Abdelmalek Sellal, el jefe del gobierno se compromete
personalmente en la primera ocasión para afirmar que los disturbios de
comienzos de 2017 no son más que producto de “una manipulación anónima de
partidos hostiles a Argelia”. Añade: “no conocemos la primavera árabe y la
primavera árabe no nos conoce y vamos a festejar pronto Yennayer” /3.

De esta forma trata el jefe del gobierno, en lo que no es su primer desatino
verbal, la aspiración al cambio que se expresa por todos los poros de la
sociedad. De su discurso, el editorialista del diario Liberté subrayará la
negación del descontento social y la negación de su legitimidad. En la
relación que han hecho de la movilización social, los portavoces del poder y
sus medios van a intentar seguir manipulando puesto que han intentado
localizar el movimiento de protesta únicamente en la Cabilia.

El black-out, el silencio, ha sido decretado sobre el movimiento de
descontento que ha ganado otras ciudades y regiones del país, como Tiaret,
Blida, Tipaza, Argel, Constantine. El poder ha perdido toda reserva frente
al contagio del movimiento social y va a movilizar también a las mezquitas.

El Ministro de Asuntos Religiosos ha enviado sus instrucciones a todas las
mezquitas para el sermón del viernes 6 de enero, centrado en el llamamiento
a la sensatez poniendo en primer plano la transformación de la movilización
social en un movimiento vandálico que provoca daños y robos en el mobiliario
urbano y ocultando la reivindicación legítima del movimiento de protesta: la
derogación de la ley de presupuestos de 2017. El discurso paternalista y de
llamamiento a la calma del jefe del gobierno recibe la bendición de todas
las mezquitas del país que intentan movilizar a la opinión pública contra
“los enemigos de Argelia”.

El poder, una vez más, es el primero en violar la Constitución que
supuestamente debe guardar, llamando a las mezquitas en ayuda de su política
y utilizándolas como tribuna.

* Chamil es miembro de la dirección del Partido Socialista de los
Trabajadores (PST) de Argelia.

Notas

1/ Quienes manejan el dinero sucio, en bolsas de basura: los
multimillonarios.

2/ El Watan week-end, viernes 6 de enero de 2017: editorial, “Anonimato y
viralidad: elementos de crisis que vienen”.

3/ Yennayer: Año nuevo bereber.

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