México/ Peña Nieto echa gasolina al fuego [Manuel Aguilar Mora]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Ene 2 16:23:44 UYT 2017


  _____

Correspondencia de Prensa

2 de enero 2017

Boletín Informativo

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____

México

Peña Nieto echa gasolina al fuego

Manuel Aguilar Mora *

Ciudad de México, 1° de enero de 2017

Un gasolinazo que elevará el precio del combustible entre 16 y 20 por ciento
a partir de hoy 1° de enero es el regalo de año nuevo que el gobierno de
Peña Nieto ofrece a la población de su país. Ante el clima de malestar
social creciente y la constante acumulación de problemas que apuntan hacia
una crisis política de envergadura en este año y ante todo en 2018, año de
las elecciones presidenciales, es lógico que, ante tal provocación a una
situación así, la figura del papel del incendiario se le comience adjudicar
al presidente. Cómo puede ser posible que exista tanta falta de sensibilidad
en las cumbres del poder. La contestación se puede resumir en una frase: el
gobierno de Peña actúa con la certeza de que sus acciones prevalecerán sin
gran oposición.

Precarísima situación económica

La base que sustenta tal confianza está en el control político institucional
que mantienen el gobierno y en cierta forma también su partido, pese a los
enormes retos (Tlataya, Iguala-Ayotzinapa, derrotas electorales,
desprestigio creciente ante los múltiples casos de corrupción empezando por
el propio presidente, gobernadores, diputados, etc.) que han enfrentado
durante los pasados cuatro años del sexenio de la restauración priista. No
otra puede ser la respuesta a tamaña provocación que significa la descarada
maniobra de un gobierno que ha llevado a las finanzas públicas a un límite
de sustentabilidad haciendo crecer como nunca antes la deuda pública del 35%
del PIB en 2012 a más del 50% en la actualidad, recursos de crédito que se
han dilapidado en un gasto público ineficiente y escandaloso. Los propios
analistas consultados a fin de año por el Banco de México (Banxico) señalan
en sus estadísticas el estancamiento persistente de la economía a pesar de
ese enorme flujo de créditos públicos e importantes inversiones: en 2016 el
crecimiento será cuando mucho del 1.72% contra el 2.26% que estos mismos
expertos vaticinaban en octubre pasado, para no hablar de la diferencia
abismal respecto a las cifras proyectadas por el gobierno en 2013 de un
crecimiento económico, ya con las sobadísimas “reformas estructurales” en
marcha, de 4.0% en 2016 y 5.2% en 2017.

El “combate a la inflación”, el mantra de los tecnócratas del gobierno, se
ha derrumbado durante los años de Peña Nieto. De 15 pesos por dólar en 2012
el tipo de cambio superó el 31 diciembre los 20 pesos, llegando a los 21
pesos por dólar un día después para saludar al nuevo año y fue en 2016
cuando la caída del peso fue más drástica: 20%. De nuevo es el mismo Banxico
que señala que los riesgos para cumplir las metas de una inflación
controlada y moderada para 2017 son muchos mencionando que un súbito aumento
de la gasolina será la causa de más aumentos en los productos agropecuarios
y una persistente caída del tipo de cambio, lo que hará imposible que se
mantenga el optimista índice inflacionario del 3.0% que oficialmente se
pretendía para el año que inicia. (“México, a la orilla del precipicio”, en
Proceso, 04.12.2016).

¿Por qué Peña Nieto decidió hacer esta apuesta arriesgada de elevar el
precio de la gasolina y el diesel? El monopolio estatal del petróleo ha sido
tradicionalmente la fuente fundamental de ingresos gubernamentales. La
“reforma estructural” de la industria energética representó una clausula
principal de los convenios con el FMI y la banca internacional que en la
práctica ha significado el desmantelamiento de Pemex. Desde hace dos décadas
ésa ha sido la situación y el resultado lamentable es que hoy la producción
del gigante fue inferior por primera vez a la del año pasado. Pemex del
gigante que era (incluida entre las diez compañías petroleras más grandes
del mundo) se ha convertido en el enano que debe importar la mitad de la
gasolina que se consume en el país. México es así un país petrolero que
carece de las refinerías suficientes para abastecer su mercado de gasolinas
debido a la subordinación de los círculos gobernantes a las exigencias de
los monopolios petroleros, en especial de Estados Unidos. De esta manera se
ha llegado a la aberrante situación de que Pemex compra a las refinerías
texanas la mitad de la gasolina que vende a los mexicanos, imponiéndoles un
impuesto que encarece su precio y lo hace equivalente al que tiene en países
no petroleros. Los ingresos gubernamentales son cuantiosísimos y el
secretario de Hacienda recién inaugurado, Antonio Meade los justifica
diciendo que ellos evitarán más impuestos. O sea, dicha política equivale a
continuar aceptando las exigencias crecientes de la gran burguesía de
mantener un régimen fiscal privilegiado para sus intereses, arrojando la
carga del presupuesto del gobierno, cada vez más desprestigiado y supeditado
a los grandes capitalistas, a las espaldas de una población agobiada por el
encarecimiento general de la vida.

Una economía fundada en condiciones tan contradictorias no puede sino gestar
situaciones  potencialmente muy explosivas.

Movimientos telúricos

En las alturas del poder no se aquilata con precisión, a pesar de los
sistemas de espionaje y de consultas a su disposición, los movimientos en
las profundidades moleculares de la población. Hay un ejemplo que sin duda
muestra el nivel de conflicto incluso en el campo de los sectores de la
burguesía. La oleada de quiebras de los pequeños negocios se ha incrementado
durante los cuatro años del gobierno de Peña en forma impresionante: 120 mil
pequeñas y micros empresas han quebrado. Los datos emitidos por la
Asociación Latinoamericana de Pequeñas y Medianas Empresas (Alapyme) son
elocuentes y añaden que son éstas las empresas que ocupan a la mayoría de
los trabajadores “formales”. Una razón más que explica por qué el desempleo
y el subempleo estructural no cesa de crecer. Pero no sólo en las capas
medias y pequeñas de la burguesía se siente el malestar de “un humor social”
(Peña Nieto dixit) desconfiado y a veces profundamente crítico. También en
sectores de la burguesía industrial, no se percibe satisfacción ante el
rumbo tomado por Peña Nieto. Los industriales de uno de los más pujantes y
poblados estados, el estado de México, del que precisamente Peña Nieto fue
gobernador (en el sexenio de 2005-2011), han manifestado su oposición al
alza desmesurada de los combustibles. (La Jornada, 30.12.2016).

Después de las grandes jornadas del magisterio, en especial del sur del
país, no hay posibilidades que el encarecimiento de la vida que significará
la espiral del alza de los precios de los combustibles sea aceptada
pasivamente por amplios sectores de trabajadores. En la Ciudad de México,
las protestas por el alza de los boletos del transporte público popular por
excelencia (cinco millones diariamente entran por sus torniquetes) que es el
tren subterráneo (metro) en 2016 se lograron encausar sin grandes problemas
de modo institucional. Pero el gobierno de Miguel Ángel Mancera ya ha
declarado que no habrá alza de las tarifas en 2017, la cual será una promesa
muy difícil de sostener, agravando las de por sí no del todo fáciles
relaciones entre él y Peña Nieto.

Las protestas se han iniciado ya desde el 31 de diciembre y en varias
ciudades las  ha habido desde antes, en especial en Sonora y Baja
California, los estados en que se impondrán las alzas desde el 1° de enero.
Muchos automovilistas comienzan a hacer colas en las gasolinerías de las
ciudades entre otras de México y Monterrey. Otros hacen cercos en ellas para
impedir la venta. El desabasto ha comenzado a ser evidente ya en algunos
estados, Michoacán entre otros.

La primera manifestación en la Ciudad de México se produjo hoy mismo, 1° de
enero y llegó hasta el Zócalo: “país petrolero y un pueblo sin dinero” el
viejo estribillo de la lucha contra la privatización petrolera se volvió a
oír. Se advirtió que no sólo los automovilistas serán afectados (en la zona
metropolitana del Valle de México circulan cinco millones de autos de
combustión interna) sino que el gasolinazo afectará a toda la economía y
disparará la espiral inflacionaria. Para los próximos días de enero se
anuncian manifestaciones en otros estados: Guanajuato (en Salamanca sede de
una de las refinerías más antiguas), en Veracruz, estado petrolero y en
otros lugares más.

La política de la crisis

Los comicios sexenales para la elección del presidente de la república son
los años políticos por excelencia en la tradición del régimen imperante
desde la revolución mexicana. 2018 será el de la elección del sucesor de
Peña Nieto, un año clave para la oligarquía en el poder y para las fuerzas
que luchan contra el régimen establecido.

Para la oligarquía gobernante la mancuerna del PRI y el PAN (el llamado
PRIAN) ha sido una fórmula que ha sido muy importante para solucionar la
larga trayectoria de la dominación priista ya muy desgastada en el año 2000
después de más siete décadas de haber constituido un régimen de partido
único de facto. En el 2018 se confronta a un desgaste similar del binomio
PRIAN después de tres sexenios en que la corrupción, la inseguridad y la
violencia no han menguado sino aumentado a niveles inauditos. Basta señalar
que en México en los últimos diez años han muerto o desaparecidos decenas
miles de personas, una situación que sólo se compara con la existente en el
Medio Oriente en guerra desde 2003.

También la oligarquía gobernante mexicana está en el umbral de confrontarse
con la política del país vecino en una situación problemática e inédita para
ella desde los años revolucionarios e inmediatamente siguientes: sus
relaciones con Estados Unidos. El cambio de las políticas de Washington que
representa la llegada de Trump a la Casa Blanca ha cogido absolutamente
desprevenidos a los círculos del poder. Paralizados, prácticamente no han
podido forjar la nueva línea que los oriente ante las muy posibles
fricciones que producirá la política de Trump. Estas fricciones se darán
principalmente en las cuestiones migratorias y de las maquiladoras
fronterizas en propiedad de la corporaciones estadunidenses y afectan
directamente con una reelaboración de los acuerdos que hicieron surgir al
TLLC o de plano a la liquidación formal o ral de éste..

Ante esta situación la candidatura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO),
que se presentará por tercera ocasión como candidato presidencial del
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en 2018, es considerada de
manera muy amplia tanto en encuestas como en la opinión popular, como la muy
posible candidatura triunfante ante la bancarrota política que representan
los dos partidos dominantes. AMLO fue muy posiblemente el candidato
triunfador en 2006, pero un fraude escandaloso le impidió asumir la
presidencia. En 2012 fue el principal opositor a la restauración priista que
sólo la también escandalosa y descarada compra de votos en favor de Peña
Nieto impidió que lograra la victoria.

En 2018 AMLO será sin duda un competidor fuertísimo. No ha dejado de
realizar giras y mítines en todo el país. Se jacta y es verdad de haber
visitado como candidato todos los rincones más recónditos de México. Es
posible decir que el favor popular de millones de mexicanos y mexicanas lo
tiene asegurado para el 2018. Los medios, en su gran mayoría controlados por
la oligarquía gobernante, a pesar que en general lo han atacado, a veces de
modo furibundo, recientemente lo han comenzado a tener en cuenta. Las
pantallas del duopolio televisivo dominante se han abierto para él.

Precisamente hace unos días AMLO declaró que con su decisión de imponer el
gasolinazo, Peña Nieto “era el verdugo de los mexicanos”. Millones de
mexicanos y mexicanas sin duda aprobarán y dirán lo mismo que él. Esta
declaración, sin embargo, viene a continuación de muchas otras en las que
desde hace años AMLO insiste una y otra vez que él como presidente no
tocará, ni inculpará para nada a Peña, a Calderón, a Fox y a sus cercanos
colaboradores, o sea, a los verdaderos criminales políticos que en cualquier
gobierno ni siquiera revolucionario, sino auténticamente reformista serían
llamados a responder ante los tribunales.

O sea, AMLO ha actuado y ha mantenido posiciones para demostrar a la
oligarquía gobernante que es él el indicado para gobernar en los tiempos
turbulentos que se avecinan ante la bancarrota de los equipos de los
priistas y panistas. En un mitin en plena euforia de la imposición de la
“reforma educativa” y de la lucha de los maestros contra ella de 2016, AMLO
ante decenas de miles de manifestantes convocó a Peña Nieto a forjar
conjuntamente una “coalición para garantizar una transición pacífica” en
2018. Recientemente hace unas semanas en el congreso de Morena el acto único
y fundamental fue declararlo oficialmente como su candidato presidencial,
sin que hubiera la discusión urgente de la situación del país y de la
necesidad de forjar el programa necesario para superar la crisis, aparte de
una lucha contra la corrupción gubernamental que es considerada como la
llave para emprender la renovación nacional. Nada sobre las amenazas que la
presidencia de Donald Trump significan para el país, la economía subordinada
al imperialismo de EUA, nada sobre los salarios de hambre, nada sobre la
democratización de la vida sindical, nada sobre la lucha contra la poderosa
y enriquecida oligarquía dominante, nada sobre la huelga general que es
urgente  realizar para detener el rumbo acelerado al precipicio del actual
sistema económico. AMLO es la expresión más acabada del caudillismo mexicano
imperante en los siglos XIX y XX, que resulta anacrónico y representa un
obstáculo en la situación que enfrenta el pueblo trabajador y explotado
mexicano ante los retos de la crisis del capitalismo en pleno siglo XXI.

La alternativa independiente

Mientras en Oventic, Chiapas el 31 de diciembre y el 1° de enero el EZLN y
sus aliados de Congreso Nacional Indígena (CNI) en una reunión en la que
celebraron el 23 aniversario del levantamiento de los neozapatistas,
decidieron postergar hasta mayo la presentación de la candidata indígena que
lanzarán para participar en los comicios electorales del 2018. Con ello se
ratifica su decisión del pasado octubre  de participar en dichas elecciones,
decisión que sacudió como un verdadero temblor las filas de los sectores
democráticos y progresistas que consideraban que AMLO representaba la única
alternativa electoral de oposición al régimen. Los dirigentes del EZLN no
han dicho todavía nada sobre el programa que enarbolaran, ni las condiciones
de su campaña en lo que se refiere a cuestiones importantes como la de las
alianzas, del papel de organizaciones que simpaticen y estén dispuestas a
apoyar la candidatura de la mujer indígena designada. Quedan varios meses
para que las respuestas a estas cuestiones se procesen y se tomen, aunque
los tiempos políticos hoy en México se están acelerando. El mejor escenario
sería que la decisión final de los zapatistas y de todo el conjunto del CNI
fuera una que permitiera que surgiera alrededor de su candidatura una
coalición de fuerzas que nuclearan una alternativa masiva claramente
independiente, democrática y anticapitalista. Decisión que adelantaría en
gran medida la toma de consciencia de amplios sectores de los trabajadores y
avanzaría en la organización independiente de los mismos. Los días que
vienen serán muy movidos y cosas interesantes seguramente surgirán de este
curso que ha empezado ya.

Para los grupos revolucionarios urbanos que ya existen o están surgiendo de
modo silvestre en todo el mapa de la república, grupos claramente clasistas,
democráticos, independientes y socialistas, su papel en este panorama es el
de ser protagonistas ciertamente todavía minoritarios pero fundamentales
para contribuir en la construcción de la(s) alternativa(s) de los
trabajadores y explotados y oprimidos, sin la(s) cual(es) sería imposible y
dolorosamente muy difícil conseguir la victoria popular. Por supuesto están
los escépticos, entre los cuales se encuentran no pocos cínicos, que
consideran que al final las cosas seguirán como siempre, que no se avanzará
en nada y que el pueblo mexicano no tiene las potencialidades para que de su
seno surjan los factores que conduzcan a la superación de la actual
situación con una dirección nacional unificada que asuma la tarea de
organizar y conducir esta lucha emancipatoria y libertaria en México. Como
si la tradición revolucionaria de este país no fuera un hecho bien
documentado en su historia y como si las experiencias internacionales no
contradijeran tajantemente tal escepticismo. Pero, como lo dijo el clásico,
los escépticos no sirven para la lucha revolucionaria ni para muchas otras
cosas.

La condición para la estrategia victoriosa de los trabajadores es el de
lograr su independencia política de la que han carecido a lo largo del siglo
XX con los trágicos resultados que conocemos. La tarea de estos años es
conquistar dicha independencia frente a todos los partidos burgueses que se
nutren del estado, vía los presupuestos millonarios de las canonjías del
Instituto Nacional Electoral. Ciertamente en la lucha se deberá contar con
aliados, incluso en el combate actual contra las consecuencias de la crisis
son necesarias las coaliciones y los bloques, pero la(s) corriente(s)
revolucionaria(s) y socialista(s) debe(n) mantener a toda costa su
independencia política, no confundirse con las diferentes organizaciones y
programas burgueses.

Pero México no es un islote intocado. De los acontecimientos mundiales hay
muchas lecciones que rescatar. Una muy reciente es la primavera de las
revoluciones árabes. Positivas y también negativas, estas lecciones nos
enseñan mucho: cómo los pueblos sometidos a feroces condiciones de represión
por las clases gobernantes, se yerguen desafiantes ante ellas y logran
victorias populares. Como, careciendo de direcciones organizadas capaces de
orientar, centralizar y dotar a las masas con la organización y los
programas de cambio revolucionarios, las victorias no se consolidan y surgen
las contraofensivas y sus consecuentes contrarrevoluciones como lo estamos
viendo en estos mismos días en la trágica situación de Siria. Igualmente en
América Latina los acontecimientos de Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia,
Ecuador y especialmente Venezuela, nos indican que las grandes
movilizaciones populares sólo son victoriosas a condición de que adopten una
dinámica independiente, democrática y claramente anticapitalista, sólo así
pueden sostenerse de manera permanente y superar los obstáculos
conciliadores, capituladores o de plano contrarrevolucionarios.

En el inicio de 2017 todas las señales apuntan a días claves que definirán
el rumbo de México. La tarea de los socialistas es hacer todo lo posible
para garantizar que esas próximas luchas que se avecinan sean logren
conquistas de los trabajadores y sus aliados que permitan que México como
nación entre a un estadio superior de bienestar, justicia, independencia y
libertad para su pueblo.

* Militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS).

  _____







---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus


------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20170102/f5c1b347/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa