Argentina/ Las batallas culturales de Macri y Cambiemos [Fernando Rosso]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Ene 30 00:19:45 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

30 de enero 2017

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Argentina

Las batallas culturales de Macri y Cambiemos

Ante la ausencia de mínimas mejoras en una economía deteriorada, Macri
avanza con agendas muy a tono con Donald Trump. Olvidó un detalle: gobierna
la Argentina.

Fernando Rosso

La Izquierda Diario, Buenos Aires, 29-1-2017

http://www.laizquierdadiario.com/

El terremoto producido por el ascenso de Donald Trump a la presidencia de
Estados Unidos y el impacto de sus primeras medidas genera cierto entusiasmo
para el cambio de agenda del gobierno argentino.

La falta de resultados en la economía impulsa al oficialismo a desplazar el
debate público hacia determinadas “batallas culturales” de la agenda
ideológica del PRO-Cambiemos. En este terreno actúan como un kirchnerismo
amarillo: cuánto peor la economía, más dosis de relato. La diferencia
específica es el sesgo ideológico que cada uno le imprime a su discurso.

Tres polémicas cruzaron los últimos días la discusión pública: el
endurecimiento de las medidas contra los inmigrantes y por el mayor control
fronterizo, el debate por la movilidad del feriado del 24 de marzo que
produjo la rebelión vegana de los coroneles del peronismo y la propuesta de
baja de la edad de imputabilidad.

La juventud pobre y los inmigrantes como chivos expiatorios de los nulos
resultados de la economía y una avanzada pedante y desprolija contra un
símbolo histórico en pos de una difícil “reconciliación”, una resolución de
la que el lunes dará marcha atrás. Todo bajo el amparo de la nueva moda
troglodita del magnate que llegó a la Casa Blanca.

Para el caso de los inmigrantes, un informe reciente certifica que menos del
6 % de la población carcelaria es extranjera. La vinculación entre
inmigración y delito es un soberano invento que no se condice con la
realidad y que también tenía sus voceros en el kirchnerismo-peronismo, como
Sergio Berni (ex secretario de Seguridad) y Miguel Ángel Pichetto, jefe de
la bancada del Frente para la Victoria en Senadores, todavía en funciones.
Tampoco hay relación entre aumento del poder punitivo y descenso de los
hechos delictivos, entre otras cosas, porque los organizadores del gran
delito (las policías) que comanda al pequeño, son los que salen
“empoderados” con las leyes que aumentan el punitivismo estatal. Lo demostró
el emblemático caso de Luciano Arruga de cuyo asesinato se cumplen ocho años
por estas horas.

En torno a la polémica, las idas y venidas por el 24 de marzo, hay una larga
historia que va mucho más allá de la movilidad (o no) del feriado.

El 24 de marzo y la rebelión de los feriados

Una encuesta que intentaba retratar la radiografía ideológica de los
argentinos realizada de forma conjunta por Flacso e Ibarómetro en el año
2015 arrojaba el siguiente resultado: cuando se le preguntó a la gente si
los juicios por delitos de lesa humanidad debían continuar o no, una mayoría
abrumadora de más del 70 % afirmaba que correspondía que prosigan. Incluso
entre los que en ese momento apoyaban un “cambio”, también una mayoría
significativa del 57 % sostenía que debían continuar los juicios por
violaciones a los derechos humanos producidos bajo la última dictadura
militar.

No fue casualidad que el kirchnerismo haya tomado la bandera de los derechos
humanos, un área bastante ajena a la trayectoria política anterior de Néstor
y Cristina Kirchner, para su obra de recomposición de la autoridad estatal,
luego de la crisis de 2001.

Y según adelantó el diario La Nación y confirmaron otros medios durante la
tarde del sábado, Macri firmará este lunes un decreto restableciendo la
inmovilidad de los feriados que había cambiado.

El establecimiento del feriado nacional para los 24/03 por parte del
kirchnerismo fue la obra culmine para estatizar el reclamo de juicio y
castigo y en el mismo acto limitarlo para que no vaya hasta el fondo de las
razones y los responsables del Golpe, un hecho que llevaría al
enjuiciamiento de toda una clase, de sus organizadores civiles, políticos,
empresariales y eclesiásticos.

Algunos datos sirven para graficar las continuidades de la "democracia" con
la dictadura: de la lista de intendentes que la dictadura conservó en sus
cargos o convocó después del 24 de marzo surge que sobre un total de 1.697
municipios, 301 intendentes (35%) corresponden a la Unión Cívica Radical;
169 al Partido Justicialista (19,3%); 23 a neoperonistas (2.7%); 109 a los
Demócratas Progresistas (12.4%), 94 al Movimiento de Integración y
Desarrollo (10.7%), 78 a fuerzas federalistas provinciales (8.9%).

El aparato judicial juró prácticamente en su totalidad bajo el estatuto del
llamado Proceso y el aporte crucial de la Iglesia y de no pocas fracciones
de la dirigencia sindical tradicional, está más que demostrado por la
investigación histórica.

La negativa por parte del Estado argentino, incluso en manos del peronismo
“progresista”, de abrir los archivos de ese período estuvo basada en esta
razón última. Destapar la olla del encubrimiento "democrático" dejaría al
denudo la podredumbre de todo un régimen político.

La decisión del Gobierno de Mauricio Macri de establecer por vía de un
decreto de necesidad y urgencia la movilidad de algunos feriados, entre
ellos el del aniversario del golpe genocida, tocó un nervio sensible que
vive en la conciencia histórica de la sociedad argentina.

“La última dictadura militar y su secuela de muertos y desaparecidos han
dejado huellas profundas en una sociedad que, como se comprueba desde hace
más de tres décadas, todavía no termina de curar las heridas producto del
imperio de la violencia.”, afirma Fernando González, editorialista del
diario Clarín.

La realidad es que las huellas que ha dejado en la sociedad no tienen que
ver con heridas incurables de algún supuesto imperio de una violencia
abstracta, sino con la forma concreta en que se produjo la caída de la
dictadura por la movilización popular que hundió históricamente al “partido
militar” que siempre fue una solución de última instancia para resolver de
manera reaccionaria las crisis nacionales. La “solución final” del último
genocidio escindió, por lo menos por un largo periodo de tiempo, al grueso
de la sociedad de la casta militar que convirtió al país en un gran campo de
concentración durante siete largos años.

La “rebelión” que empezó por los coroneles (intendentes) del peronismo y se
extendió a algunos gobernadores de ese mismo espacio político en oposición
al decreto por la movilidad del feriado del 24 de marzo, es una
manifestación deformada de esta contradicción histórica que aún no está
resuelta.

En la polémica de superficie, el hilo negro que une a los partidarios de
mantener el feriado como hasta ahora y la nueva administración que pretende
(o pretendía) removerlo, radica en la negativa a abrir los archivos que
involucran a demasiados responsables a ambos lados de la nueva y efímera
grieta.

El PRO-Cambiemos pretendió avanzar en su batalla cultural para despolitizar
una historia que pone en el banquillo de los acusados a la clase a la que
orgánicamente pertenece. La demagogia peronista busca hacer uso electoral en
torno a una medida que, en el fondo, es inofensiva para los responsables del
genocidio. Al punto tal que Macri está dispuesto a retroceder de su propia
resolución.

Trump y Macri

El mismo trabajo de Flacso-Ibarómetro sentencia que el 83 % de los
consultados estaba de acuerdo con que “el Estado debe ser el principal
responsable de asegurar el bienestar de la gente” y un 71 % consideraba que
la intervención estatal en la economía debe ser bastante activa.

Los núcleos ideológicos y de verdad de estas percepciones los hemos
analizado otra oportunidad. Una conciencia media que expresa deformadamente
una determinada relación de fuerzas y no cambia sólo por una elección o por
el agite colérico de Mercedes Ninci y el rabioso “periodismo” del Changuito
Leuco todas las tardes saturando la pantalla de Canal 13.

Los índices del poder adquisitivo del salario, consumo, empleo (AGR-Clarín,
Banghó) y actividad económica en general no están dictando precisamente nada
cercano al “bienestar” de la gente.

Entusiasmarse y hasta mimetizarse con la agenda de Donald Trump (a quien sus
medidas le están trayendo no pocos problemas) y trasladarla mecánicamente a
la contenciosa sociedad argentina, en un momento de deterioro de las
condiciones de existencia de la mayoría nacional, no parece una opción
viable al mediano plazo, pese al entusiasmo de sus minorías intensas y el
apoyo vehemente del aparato mediático.

Porque, como afirmó otro expresidente de EEUU en una frase de antología que
quedó para la historia, al final, siempre la empecinada realidad termina
sentenciando que… es la economía, estúpido.

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