Brasil/ Los desafíos de la resistencia [Esquerda Online]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Jul 10 15:57:23 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

10 de julio 2017

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Brasil

Los desafíos de la resistencia 

Esquerda Online, editorial, 7-7-2017

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Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

El día 30 de junio, ocurrieron movilizaciones en aproximadamente 106
ciudades. En algunas capitales, como Fortaleza y Brasilia, la paralización
se acercó a un huelga general. En tanto, el hecho es que no hubo una huelga
general nacional. Tal hecho significa una inflexión negativa, una vez que
desde el 8 de marzo la resistencia de los trabajadores venía creciendo y
fortaleciéndose. 

Muchos se preguntan: ¿por qué ocurrió? Hay una aparente paradoja. Desde el
17 de mayo, el gobierno Temer atraviesa una crisis brutal. ¿Si el enemigo
está más débil, por qué esta crisis no potenció la unidad entre las
centrales sindicales y el ánimo popular para las movilizaciones? ¿Por qué
las banderas del Fuera Temer y de las Directas Ya, a pesar de ser apoyadas
por la amplia mayoría de la población, no movilizaron a las amplias masas
trabajadoras?

En este editorial, buscaremos reflexionar sobre estas cuestiones. El
análisis marxista busca siempre encarar la realidad de frente: no trabajamos
con lo deseable, sino con los datos de la realidad. Ampliar, o torcer
nuestras fuerzas sólo ayuda a los enemigos de clase. Explicaciones
unilaterales no sirven para comprender la realidad actual. 

El papel de las centrales sindicales 

La dirección de las centrales sindicales políticas mayoritarias entre los
trabajadores fueron un factor negativo muy importante. En primer lugar,
demoraron en marcar la fecha de la próxima huelga general.

El tiempo en la política no es un factor secundario, pasaron más de dos
meses. El ánimo de la clase con el éxito del día 28 de abril no fue
aprovechado. La marcha a Brasilia, aunque hay sido importante, por la propia
naturaleza del acto, fue una acción de vanguardia, esto es, no envolvió a
las grandes masas trabajadoras, como ocurrió en la huelga general de abril. 

Además del atraso, el propio día 30 de junio no fue preparado como el 28 de
abril. Ya en las últimas reuniones de previas, tanto Fuerza Sindical, como
la UGT se posicionaron contra la huelga general. Exigieron que la consigna
del 30 fuese: “Vamos parar a Brasil”. Esta fue la misma consigna del 28 de
abril, pero tuvo un contenido totalmente diferente, esta vez fue una salida
para mantener formalmente la unidad, pero en la práctica no hacer la huelga.


Aunque Fuerza Sindical y la UGT (Unión General de los Trabajadores) sean las
principales responsables por el retroceso de la huelga, es preciso no
olvidar que la CUT y la CTB (Central de los Trabajadores y Trabajadoras de
Brasil) tuvieron, también, una gran parte de responsabilidad. La CUT
(Central Única de los Trabajadores) es la mayor central sindical del país,
por su tamaño y fuerza. Si hubiese tenido una postura firme y decidida desde
el inicio, podría haber mudado el desfecho de este proceso. Además de no
haber denunciado las maniobras de Fuerza Sindical y de la UGT, tampoco
movilizó con fuerza total a su propia base social. Hasta en el ABC paulista,
corazón de la CUT y del PT, no hubo paralización en las fábricas y
montadoras, apenas hubo un acto local. 

La verdad es que la CSP-Conlutas (Central Sindical y Popular) y la
Intersindical fueron las únicas voces disonantes en la reunión de las
centrales. La clase dio sus primeros en importantes pasos en la resistencia.
Era preciso, por tanto, que las direcciones de los sindicatos y de las
centrales hubiesen mantenido un calendario unificado coherente y firme, que
inspirase confianza. Eso no ocurrió. Quien ganó con eso fue el gobierno y la
clase dominante. 

Los límites de la reorganización, el desempleo y el miedo de la represión

El papel negativo de las direcciones fue importante y decisivo, pero no fue
el único factor que contó para desmovilizar. Es preciso intentar entender
mejor lo que pasa en los lugares de trabajo, hasta para explicar porque fue
tan fácil desmontar la huelga. 

La clase trabajadora mide la correlación de fuerzas todo el tiempo, así en
cada rama, en cada campaña salarial, y también en una huelga general. La
vida está más difícil con la crisis, son millones de desempleados, el miedo
pesa. También pesa el asedio y la represión en el local de trabajo, que
aumentaron muchísimo de Norte a Sur del país entre los trabajadores del
sector público y privado. 

En metro de San Pablo, por ejemplo, entre el día 28 de abril y el día 30 de
junio, estuvo la negociación salarial. El mundo sindical cambió, después de
años negociando pequeños aumentos, ganancias parciales, la propuesta de la
patronal ahora es negociar los cortes y las pérdidas. El gobierno de San
Pablo llegó a proponer un corte radical en el plan de salud. El acuerdo fue
cerrado en el marco defensivo y no de la conquista. 

Todavía no surgió una vanguardia en los lugares de trabajo con fuerza para
pasar por encima de los aparatos burocráticos. La vieja burocracia no se
siente amenazada de perder el control del proceso, hasta aquí. Pocos
sindicatos cambiaron su dirección a lo largo de las últimas décadas. El peso
del conservadorismo y de la burocracia pesan. 

En realidad, no estamos pasando por un momento semejante a la década del 70
y 80 en el movimiento sindical brasilero. Ejemplos como los petroleros de
Rio de Janeiro, en que la oposición ganó las elecciones, siguen siendo una
excepción. Los límites de la reorganización, la represión de la patronal, el
asedio en el local de trabajo y el miedo de perder el empleo son los
factores que están presentes y componen el actual cuadro nacional.  

Además de eso, el gobierno hace una maniobra. Delante de la brutal
impopularidad de la Reforma de la Previsión Social, postergó la votación de
la PEC 287 (Propuesta de Enmienda Constitucional) y anticipó el proyecto de
Reforma Laboral. 

A pesar de ser bastante impopular, esta reforma no tiene el mismo rechazo
que la Reforma de la Previsión. Además de eso, por no envolver cambios
constitucionales, la Reforma Laboral no precisa de mayoría calificada, lo
que facilita una aprobación rápida. 

La ausencia de una alternativa política

La clase todavía no ve una nueva alternativa política a la izquierda frente
a la crisis del país. Lula creció en la últimas encuestas electorales, pero
su índice de rechazo es de 46%. Especialmente en el Sudeste y en el Sur hubo
una ruptura expresiva con Lula. El cuadro es distinto en otras varias
regiones, sobre todo en el Nordeste.

Lula y el PT siguen como la dirección política de la mayoría de la clase
trabajadora, pero ya no tienen la misma fuerza. Al mismo tiempo, no hay una
alternativa con peso de masas en la izquierda. 

Por otro lado, crece una derecha radical: 

Bolsonaro (1) tiene 16% en las encuestas para presidente. Son dos los
efectos negativos del fortalecimiento de la extrema derecha, uno es el
refuerzo del peso de Lula por el miedo a la derecha. Por otro lado, la
revelación de que salidas individualistas y autoritarias son obstáculos para
la movilización independiente de los trabajadores. 

Hasta ahora, la Lava Jato y los escándalos de corrupción no potenciaron
movilizaciones progresivas. 

Los escándalos de corrupción son parte importante de la crisis nacional.
Muchos sectores de la izquierda apostaron que este pudiese de alguna forma
ser útil en la lucha contra las reformas, lo que sería legítimo, al final,
es realmente el Congreso corrupto y vendido quién está aprobando los ataques
contra los trabajadores. 

Pero, debe llamarnos la atención que hasta ahora la única clase social que
se movilizó contra la corrupción fue la clase media en 2015, y el sentido de
su movilización fue reaccionario. Los escándalos del día 17 de mayo
comprometiendo directamente al presidente Temer no fueron un impulso de una
lucha de masas por el Fuera Temer y las Directas. 

Se dieron importantísimos actos de vanguardia, pero esta causa, que es
totalmente justa, no ganó las calles con millones de trabajadores. Alertamos
diversas veces que la confianza y el apoyo de la mayoría de la clase a la
operación Lava Jato no era un factor progresivo, sino al contrario, es un
factor negativo que atraviesa la situación política brasilera.

Además de negativo, es potencialmente peligroso el peso popular que jueces,
procuradores y hasta incluso la policía federal están ganando. No sirve para
los objetivos revolucionarios que haya una crisis profunda con el presidente
y con el Congreso, si en el lugar de esas instituciones se fortalece el
poder judicial. Este elemento y más un obstáculo para la movilización
independiente de los trabajadores. 

Los desafíos del futuro

El gran desafío de la izquierda es actuar para que la clase trabajadora sea
protagonista en la coyuntura nacional. Sólo así vamos a tener condiciones de
resistir y vencer. En tanto los actores principales de la crisis política
sean el Congreso Nacional y Temer por un lado, y por otro el STF (Supremo
Tribunal Federal), los procuradores y la policía federal, no tendremos
salida al impasse actual. 

Los grandes bloque burgueses en disputa tienen total acuerdo con las
reformas y el ajuste fiscal, este punto los unifica. Por eso, el equipo
económico de Temer es defendido por la gran prensa y los capitalistas.
Henrique Meireles ha mostrado su voz de mando, apoyado por el mercado
financiero. Si Lula y el PT continúan apostando en las negociaciones de
cúpula, será un nuevo y gigantesco error. Es hora de jugar todas las fichas
en la clase trabajadora. Ella no está derrotada, mostró su potencial en los
últimos meses, está ampliamente contra las reformas, pero precisa de la más
amplia unidad para dar un paso seguro. 

El próximo día 10 de julio habrá movilizaciones contra la Reforma Laboral.
Pero para dar un paso firme, será preciso, en primer lugar, retomar el
Frente único de todas las organizaciones y movimientos. Vamos a las calles.
Será preciso recuperar las luchas para constituir nuevamente confianza y las
condiciones para una nueva huelga general, que sigue siendo una necesidad
urgente. 

Con la clase trabajadora movilizada muchos hechos positivos son posibles.
Por el contrario, si la clase no fuera protagonista de la situación política
nacional, el escenario será siempre difícil y complejo. 

Nota de Correspondencia de Prensa 

1) Jair Bolsonaro, militar retirado, dirigente del Partido Progresista (PP)
cumple su sexto mandato como diputado. 

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