Cine Testimonio/ Fotografías sin retoques del trabajo global [Ricardo Antunes]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Mayo 15 12:52:58 UYT 2017


  _____  

Correspondencia de Prensa

15 de mayo 2017

Boletín Informativo

 <https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/>
https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/

redacción y suscripciones

 <mailto:germain5 en chasque.net> germain5 en chasque.net

  _____  

Cine Testimonio

Fotografías sin retoques del trabajo global 

La Muestra Contemporánea Internacional de Cine Ecofalante, no podría haber
hecho mejor elección al destacar un tema tan crucial para toda la humanidad:
el trabajo. (Sexta edición, San Pablo, 1-14 de junio 2017:
http://www.ecofalante.org.br/mostra/)

Ricardo Antunes *

Le Monde Diplomatique, edición Brasil, 26-4-2017

http://diplomatique.org.br/ 

Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

En las últimas décadas del siglo pasado florecieron muchos mitos acerca del
trabajo. Como el avance de las tecnologías de información y comunicación no
fueron pocos los que pasaron a creer que una nueva era de felicidad se
iniciaba: trabajo online, digital, era informacional, en fin, entrábamos
finalmente al reino de la felicidad. El capital global sólo precisaba de una
nueva maquinaria, ahora descubierta. 

El mundo del labor finalmente superaba su dimensión de sufrimiento. La
sociedad digitalizada y tecnologizada nos llevaría al paraíso. Sin tripalium
y quizá sin trabajo. El mito eurocéntrico, que aquí fue repetido sin
mediación y con poca reflexión, parecía finalmente florecer, 

Pero sabemos que el mundo real es muy diverso de su diseño ideal. Y la
Muestra Contemporánea Internacional de la Ecofalante no podría haber tenido
mejor elección. Primero por destacar un tema crucial para toda la humanidad
hoy: el trabajo. Segundo, por ofrecer al público una serie emblemática de
filmes y documentales que más allá de contradecir y desmoronar los mitos,
ofrece un mosaico del mundo del trabajo real que hoy se expande a escala
planetaria. 

Si el universo del trabajo online y digital no para de expandirse en todos
los rincones del mundo, es vital recordar que el primer paso para llegar al
iPhone, iPad o semejantes, comienza con la extracción minera, sin lo cual el
celular no puede ser producido. Y las minas de carbón mineral de China y en
tantos otros países muestran que el punto de partida del trabajo global se
encuentra en el brutal trabajo realizado por los mineros. De la extracción
hasta su ebullición, así camina el trabajo en el infierno mineral. 

Es ese justamente el tema de Gigante, un filme devastador. Del hormiguero
formado por los camiones a la entrada de las minas, hasta el trabajo bajo
temperatura más que que desertificada, Gigante muestra como las minas son
una verdadera sucursal del infierno. Accidentes, contaminación, devastación
del cuero productivo, muertes; todo eso ocurre en la sociedad de los que
imaginaron que las tecnologías de información eleminarían el trabajo de
mutilación. 

La metáfora del director Zhao Liang muestra que China y las grandes
corporaciones no existe sin el trabajo brutal y manual en todos sus
rincones. Además de la existencia de ciudades fantasmas... 

Consumido, de Richard Seymour, sigue el mismo curso. Comienza con el trabajo
en la minas, pasa por el sector textil, avanza hacia el espacio de la
producción digital, sin dejar de mostrar el vilipendio del trabajo
inmigrante, este exponencial segmento del proletariado global que es,
simultánea y contradictoriamente, tan imprescindible como superfluo, para el
sistema del capital. 

Pero si el mundo del trabajo digital comienza en el universo mineral,
también en la planta productiva automatizada de los celulares y
micro-electrodomésticos se ve la explotación intensificada del labor. 

No es por casualidad que el primer ministro de India haya propuesto, poco
tiempo atrás, aquel que debe ser el slogan del segundo país gigante de
Oriente: así como China se hizo célebre por el Made in China, la India se
debe hacerse célebre por el Make in Índia, una vez que la explotación del
trabajo del obrero chino es un pequeño café frente al vilipendio de la
superexplotación en el país de las clases y de las castas, de los
billonarios y de los más que miserables. 

Ese es el mote del explosivo Máquinas, que nos ofrece una fotografía directa
del mundo infernal del trabajo en las industrias de tejidos, donde hombres,
mujeres, niños, todos y todas, laboran duramente para dar concreción al Make
in Índia. Jornadas de 12 horas o más, turnos indefinibles, locales de
trabajo indescriptibles y distancias inmensas a ser recorridas entre la casa
y el trabajo: ese es el cotidiano vivir del pueblo hindú que consigue
trabajo. En la otra punta, una patronal invisible que sabe comandar con
control bien invisible, a través de de panópticos televisivos. Todo eso y
mucho más aparece en la pieza primorosa del director Rahul Jain.

Los obreros cargan galones de 220 kg y dice que su trabajo también es un
“ejercicio intelectual, celebrar”, los baños para limpiarse la mugre diaria;
las manos devastadas por el calor de las calderas; los cuerpos que son
tragados por las máquinas; las múltiples formas de resistencia y rebeldía
del trabajo hasta la represión salvaje del empresariado (que siempre quiere
saber ¿“quién es el líder”?), Máquinas nos muestra un poco (o mucho) de
todo. 

Y ya que estamos hablando del mundo asiático Complexo Fabril, de Corea del
Sur, es también un primor. El mundo del trabajo femenino no es presentado en
su modo afectivo, delicado, calificado, explosivo, fuerte, indignado. Las
opresiones van siendo enfiladas una a una: despidos, humillaciones,
condiciones sub-humanas, resistencias, tanto individuales como colectivas.
El mito del trabajo en la Samsung, agudamente denunciado, con sus
afectaciones y contaminaciones: con los asedios, bajos salarios,
superexplotación y siempre fuerte represión. Las dificultades para organizar
sindicatos, el acontecimiento de las luchas de las mujeres tercerizadas, sus
huelgas, sus confrontaciones, como el May Day, día de lucha de las
trabajadoras para denunciar sus condiciones nefastas de trabajo, la
violencia policial, los asedios, los vilipendios. ¡Pero también flores en la
victoria!

Las transversalidades entre clase, género, etnia, generación, todo aparece
en las fábricas complejas. En los call centers, en la industria de alimentos
(corte de aves), en la industria textil, en los hipermercados. Las tantas
escenas presentes en el universo femenino desmoronan los mitos de los
trabajos blandos, tecnologizados, asépticos. 

Pero se piense que esa realidad solamente es de Oriente, del mundo asiático.


Nada de eso. Aunque en la (¿nueva?) división internacional del trabajo la
industria considerada “limpia” esta preferencialmente en el Norte del mundo
y la industria “suya”, con polución y todavía más destructiva se encuentre
en el Sur, este también invade el centro del capitalismo tenido como de
desarrollado. 

Y Algo de Grandioso es ejemplo de esto, al presentar la realidad del trabajo
en la industria de la construcción civil en Francia. A partir de escenas y
testimonios, la sensibilidad del trabajo va transbordando. Tragedias,
esperanzas, expectativas, solidaridad, amistad; todo eso aparece en el mundo
del trabajo duro, violento, peligroso de la construcción civil. 

Lluvia, tempestad, hormigón, accidentes, las escenas se secuencian,
mostrando como esa rama combina el recetario taylorista del trabajo
prescrito con la pragmática del involucramiento y la manipulación que
heredamos del toyotismo, el ejercicio de hacer un poco de todo en el
trabajo, lo que, más allá de la explotación, amplía los riesgos físicos de
accidentes, en un sector donde ya es alta la intensidad.  

Brumario enfoca el ciclo con un paralelismo emblemático: reconstruye la
historia del trabajo en una mina de carbón en Francia, que tuvo sus
actividades cerradas. Y presenta la historia de una joven trabajadora, hija
de un obrero minero, que trabaja en el sector de servicios, en una empresa
de limpieza. 

La doble cara del trabajo es expuesta, con sus diferencias tan marcadas, que
configuran las tantas heterogeneidades y fragmentaciones que prueban la
clase-que vive-de trabajo en su nueva morfología actual. Las de los mineros,
casi todos hombres, con sus historias, combates, solidaridades, miedos,
riesgos, dolores. Y la de una joven trabajadora que vivencia el trabajo
fragmentado, separado, individualizado, sin pasado, sin proyecto de futuro,
ofreciendo una bella pintura del pasado europeo y su nostalgia del futuro
nublado de ese nuevo proletariado. 

La vida en la mina es una vivencia en una ciudad sumergida. La oscuridad, el
riesgo de desmoronamiento, el barullo repetitivo del subsuelo minero que no
tiene lunas, sólo luces artificiales. (Un paréntesis: una sola vez entré
como sociólogo del trabajo en una mina de carbón en la ciudad de Criciúma,
estado de Santa Catarina. Allá abajo, no veía la hora de volver al mundo
visible y plano). 

La condición del minero, relata uno de los testimonios, marca indeleblemente
todas sus otras dimensiones de la vida: la social, la familia, la cultura,
la política. La transmisión del saber hacer, de una generación a otra, la
soledad con el fin de la mina y su cierre, las luchas y conquistas
obtenidas: y, posteriormente, con la jubilación o el cierre de la mina,
viene la nostalgia, el desencanto. 

La globalización llevó ineludiblemente al cierre de la última mina de carbón
en Francia, dice el testimonio de un obrero de la minería. En la nueva
división internacional del trabajo, eso pasó a ser producido sólo en el Su
del mundo. En Colombia, Chile, Venezuela, China, Congo, etc.

Otro testimonio obrero es cáustico: en estos países ellos trabajan mucho más
y ganan poco. Si un día la mina vuelve a Francia, agrega, sería bajo el
control de China...

La nostalgia en relación al pasado y el desencanto frente al presente se
encuentran. 

En el otro polo del mundo del trabajo, la joven trabajadora, hija de un
minero, recuerda el pasado de luchas del padre y de su presente aislamiento.
Su trabajo  individualizado, des-sociabilizado, sin la convivencia con otros
trabajadores. Ese nuevo proletariado de servicios aparece en este personaje
como descreído en relación al futuro, resignado y descontento en relación al
presente. 

Minas y escritorios, trabajo “sucio” y trabajo “limpio”, trabajo colectivo y
labor invisible, ayer y hoy, estos dos mundos del trabajo parecen
desconectados. La joven se acuerda del padre y de sus luchas y no las ve en
su presente. En su tiempo libre, cuida la casa. Es una joven proletaria sin
posibilidad de construir una prole, pues la inseguridad en el trabajo no
incentiva su vida reproductiva. 

Se puede ver la experiencia británica del zero hours contracts (contratos
sin horas) este nuevo sueño del empresariado del trabajo intermitente. Es
una especie de trabajo sin contrato, donde no hay horas a cumplir y ni
derechos a seguir. Cuando hay trabajo, basta una llamada y el trabajador o
la trabajadora debe estar online para atender el trabajo intermitente. Y las
corporaciones globales se aprovechan: expanden la “uberización”, se amplía
la “pejotização”, floreciendo una nueva modalidad de trabajo: el esclavo
digital. Todo eso para disfrazar el asalariamiento del trabajo. 

A pesar de defender la “responsabilidad social y ambiental”, innumerables
corporaciones practican incluso la informalidad ampliada, la flexibilidad
desmedida y la precarización acentuada. La excepción se va tornado regla
general. Aquí y en otras partes. 

Quedan muchas indagaciones: ¿qué extraño el mundo del trabajo? ¿Habrá sido
un sueño eurocéntrico? ¿Por qué el labor humano ha sido, predominantemente,
espacio de sujeción, sufrimiento, deshumanización y precarización, en una
era en que muchos imaginaban una proximidad celestial? Y todavía más: ¿por
qué a pesar de todo eso, el trabajo carga consigo coágulos de sociabilidad?

Esta fotografía sin retoques del trabajo global de de la Sexta Muestra
Ecofalante del Cine Ambiental, nos ayuda a reflexionar. 

* Ricardo Antunes es Profesor Titular de Sociología del Trabajo en la
UNICAMP (Universidad Estatal de Campinas), y Visiting Professor en la
Universidad Universidade Ca’Foscari en Venecia. Autor, entre otros libros,
de Os Sentidos do Trabalho (Boitempo, publicado también en Italia,
Inglaterra/Holanda, EUA, Portugal, India y Argentina); Adeus ao Trabalho?
(Ed. Cortez, publicado también en Italia, España, Argentina, Colombia y
Venezuela) y Riqueza y Miseria del Trabajo en Brasil (organizador,
Boitempo), 

  _____  

 



---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20170515/17de2545/attachment-0001.htm


Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa