Uruguay/ Derribando mitos: "las personas en situación de pobreza no quieren trabajar" [INE - CIVICO y TECHO]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Oct 14 17:07:09 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

15 de octubre 2017

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Uruguay

Derribando mitos: Pobreza *

Vivimos rodeados de mitos y prejuicios que comienzan como un comentario y se
transmiten de boca en boca hasta que terminan siendo un hecho para muchas
personas. 

La Diaria, 14-10-201

https://findesemana.ladiaria.com.uy/

“Las personas en situación de pobreza no quieren trabajar”

“Tienen más hijos para cobrar más dinero de los planes sociales”

Mucho se comenta sobre el trabajo como uno de los mecanismos más importantes
para la ascendencia social. Esta idea ha sido la justificación de muchos
programas sociales gubernamentales en Uruguay y la región. Aun así, existe
el mito de que las personas en situación de pobreza no quieren trabajar,
asociando su condición social a su disponibilidad y voluntad de insertarse
en el mercado laboral.

Por ejemplo, el informe "Los valores en Uruguay: entre la persistencia y el
cambio", con base en el Estudio Mundial de Valores para 2011, muestra que
45% de los uruguayos considera que los pobres lo son “por flojos y falta de
voluntad”, porcentaje que ha crecido sistemáticamente desde 1996.

El trabajo y desempleo en los pobres

El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), titulado
“Estimación de la pobreza por el método del ingreso”, muestra algunos
indicadores vinculados al mundo laboral haciendo foco en personas que se
encuentran en situación de pobreza. La tasa de actividad (personas que están
ocupadas o son desempleadas y que buscan activamente trabajo) entre las
personas por debajo de la línea de pobreza es de 58,8% en 2016, valor menor
al de personas por encima de esta (63,8%). En tanto, la tasa de empleo para
la población en situación de pobreza se ubica en 45,7%, mientras que para la
población no pobre es de 59,5%. Esto da cuenta de una brecha de
aproximadamente 14% entre ambos grupos. Si observamos la tasa de desempleo
en 2016, es de 22,3% para aquellas personas por debajo de la línea de
pobreza y 6,8% para los que están por encima.

Sobre la calidad de los empleos, el mismo informe da cuenta que “la
situación de no registro a la seguridad social presenta diferencias notorias
entre las poblaciones por debajo y por encima de la línea de pobreza”. Por
ejemplo, el porcentaje de personas no pobres que “se encuentran al margen de
seguridad social” es de 22,6%, mientras que entre los pobres llega a 69,9%.
El subempleo afecta a 26,7% de los pobres y a 7,3% de los no pobres.

¿Disponible para trabajar?

La Encuesta Continua de Hogares del INE hace una pregunta sobre la
disponibilidad para trabajar, con tres categorías de respuesta: “Sí, ahora
mismo”, “Sí, en otra época del año” y “No”. 37,1% de las personas en
situación de pobreza muestra disponibilidad para trabajar, frente a 17,3% de
los no pobres.

Observando ahora entre aquellos que viven en un asentamiento irregular,
30,6% está disponible para trabajar. En tanto, entre quienes no viven en un
asentamiento, 18,5% muestra disponibilidad.

El prejuicio sobre que las personas “son pobres por flojera” o que no
quieren trabajar parece no estar fundamentado con datos. Si bien existen
diferencias notorias en los indicadores clásicos de empleo, muchos de estos
suelen estar afectados por fenómenos como la informalidad o el trabajo
zafral, que tienen una incidencia mucho mayor entre las poblaciones
vulnerables. Ahora bien, cuando se analiza la disponibilidad para el
trabajo, en los sectores pobres esta aparece en mayor medida que en los no
pobres, desafiando la idea de que no trabajan porque no quieren. Este es uno
de los mitos más extendidos en nuestra sociedad. A grandes rasgos, existen
tres programas que brindan apoyo económico a las familias de bajos ingresos:
el Plan de Equidad, las Asignaciones Familiares y la Tarjeta Uruguay Social.
Los primeros dos dependen del Banco de Previsión Social (BPS), mientras que
el tercero está a cargo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).

Los beneficios sociales en Uruguay

Uno de los planes de ayuda más reconocidos es el Plan de Equidad, que
requiere que los beneficiarios asistan a instituciones educativas así como
que se realicen los controles médicos mínimos obligatorios para su edad.
Este beneficio se mantiene como máximo hasta los 18 años, dependiendo del
nivel educativo del beneficiario. Cada familia recibe por mes $ 1.404,16 por
cada hijo (1), desde la etapa de gestación hasta que termina la educación
primaria. A esto se le agregan $ 601,79 si está cursando secundaria. De
acuerdo a las restricciones del BPS, este beneficio no es compatible con
otros; por tanto, las familias que optan por recibir esta prestación mensual
se ven inhabilitadas de tramitar otras.

Por otro lado, existe el programa de Asignaciones Familiares, uno de los más
antiguos del país. Son prestaciones bimestrales que el BPS otorga a los
hijos de trabajadores (o a menores de 18 años que tengan a su cargo). En
2016, el plan tuvo 485.273 beneficiarios. Entre las condiciones para su
adquisición, los padres deben ser trabajadores del sector privado; en tanto
que los menores de 18 años deben estar insertos en el sistema educativo y
recibir asistencia médica periódica. El monto recibido varía según los
ingresos de la familia. Si la familia percibe hasta $ 26.132, se otorgan $
693 por hijo por mes; si su ingreso es de hasta $ 43.562, recibirá $ 346. Si
la familia tiene tres hijos o más, el programa fija topes más altos de
ingresos, y el valor por beneficiario es menor.

Por último, existe la Tarjeta Uruguay Social, que está vigente desde 2006 y
atendió en 2016 a 72.905 beneficiarios. Consiste en transferencias
monetarias mediante una tarjeta para adquirir alimentos y otros elementos de
primera necesidad. Sus beneficiarios son los 60.000 hogares en peor
situación socioeconómica, de acuerdo al Índice de Carencias Críticas del
Mides, pero los 30.000 más vulnerables reciben el doble del monto según la
cantidad de menores. El monto mensual varía según la cantidad de menores que
viven en el hogar. Los hogares sin menores a cargo o con uno solo reciben $
955 por mes. Quienes tengan dos menores reciben $ 1.448, con tres menores
reciben $ 1.843 y con cuatro, $ 2.567. El valor unitario por cada
beneficiario disminuye a medida que el hogar tiene más hijos.

¿Tenemos más hijos?

Resulta interesante revisar la natalidad según los hogares por quintiles de
ingreso. Según el INE en su informe “Principales resultados de la Encuesta
Continua de Hogares 2014”, 49,2% de los niños de hasta 11 años residen en un
hogar perteneciente al quintil más pobre de la población.

El mismo documento señala que los hogares de los quintiles de ingresos más
bajos son los que más hijos tienen, al tiempo que aquellos con mejores
ingresos son los que menos tienen. Por ejemplo, mientras que en el primer
quintil 9,2% de los hogares tiene cuatro hijos o más, esta situación se da
en menos de 1% de los hogares de los quintiles cuatro y cinco.

Es un hecho que los hogares más vulnerables son aquellos donde nace el mayor
número de niños. También lo es que las políticas públicas proveen apoyo
económico a miles de familias en esta situación, muchas veces otorgando
beneficios directamente a los menores. Sin embargo, algunas de estas
políticas son exclusivas, y otras otorgan menos (y no más) dinero por cada
beneficiario adicional. Además, el fenómeno de la natalidad asociado al
nivel socioeconómico de los hogares es un tema complejo y, ciertamente,
multicausal. Estos datos no permiten asegurar que estos hogares tienen más
niños simplemente para tener más beneficios sociales. 

* Este artículo es parte de un trabajo realizado en un taller abierto
organizado por CÍVICO y TECHO, llevado a cabo el 13 de setiembre de 2017.
CÍVICO es una organización de la sociedad civil dedicada a la participación
ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas.

Nota de Correspondencia de Prensa 

1) La cotización actual es $ 29.30 por un dólar. El Salario Mínimo Nacional
equivale a U$S 420 mensuales. El 38 % (470.000) de los/as asalariados/as
registrados/as en el BPS, ganan menos de dos salarios mínimos. La Canasta
Básica Familiar (dos personas con empleo más una y media sin trabajar) se
sitúa en U$S 2.700 mensuales.

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