Debates/ Marx, 縰n economista del siglo XIX? [Michel Husson]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Oct 26 15:07:53 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

26 de octubre 2017

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Debates

A prop贸sito de la biograf铆a de Jonathan Sperber    

Marx, 驴un economista del siglo XIX? 

Michel Husson 

A l麓econtre, 17-10-2017

https://alencontre.org/

Traducci贸n de Viento Sur

http://www.vientosur.info/

Acaba de publicarse la traducci贸n francesa de la biograf铆a de Jonathan Sperber,1/ titulada Karl Marx, homme du XIXe si猫cle. Es la ocasi贸n, 150 a帽os despu茅s de la publicaci贸n del Libro I de El Capital, de preguntarnos si hay que considerar a Marx un economista del siglo XIX.2/

La biograf铆a de Sperber est谩 consagrada esencialmente a la vida privada de Marx y a su relaci贸n con las corrientes de pensamiento de su 茅poca. La tesis central 鈥揗arx es una 鈥渇igura del pasado鈥 (a backward-looking figure)鈥 tiene al menos la ventaja de librar a Marx de toda responsabilidad sobre la pr谩ctica ulterior del 鈥渕arxismo-leninismo鈥 con salsa estalinista. Pero en sentido inverso, remite a Marx a la historia de las ideas, carente en el fondo de todo inter茅s de cara a la interpretaci贸n del mundo contempor谩neo, por no hablar ya de los proyectos encaminados a transformarlo. Esta tesis, evidentemente, es discutible y al respecto nos remitimos a las rese帽as cr铆ticas sobre el conjunto de la obra, para examinar aqu铆 el cap铆tulo que habla de Marx como economista.3/ Este aspecto de la obra de Marx solo ocupa, por cierto, un espacio singularmente reducido: una cuarentena de p谩ginas de un total de 500.

Sobre el m茅todo

Sperber propone una lectura 鈥渉eguelianizada鈥 de Marx. Por ejemplo, escribe que 鈥淢arx solamente fue capaz de mostrar c贸mo la apariencia del sistema depende de las l贸gicas asociadas a sus funcionamientos internos recurriendo al trabajo hegueliano de desarrollo conceptual鈥. Lenin afirm贸 que 鈥渘o se puede comprender plenamente El Capital de Marx, y en particular su cap铆tulo I, sin haber estudiado mucho y sin haber comprendido toda la L贸gica de Hegel鈥.4/

No obstante, sin entrar en un debate que va m谩s all谩 de las competencias de un economista, no hay que olvidar que Marx no fue 煤nicamente disc铆pulo de Hegel y que critic贸 el idealismo de este. Sperber cita su c茅lebre f贸rmula, seg煤n la cual, en Hegel, la dial茅ctica 鈥渟e halla cabeza bajo; basta colocarla sobre los pies para descubrir en ella la fisionom铆a plenamente razonable鈥.5/ Sin embargo, si se recuerda que la redacci贸n del Libro I es posterior al grueso de los manuscritos que dar谩n lugar a la publicaci贸n por Engels de los Libros II y III, se constata que Marx parti贸 de los aspectos m谩s concretos del funcionamiento del capitalismo antes de derivar de ello los conceptos m谩s abstractos. El orden de la exposici贸n que sigui贸 es entonces inverso al orden de la investigaci贸n, como 茅l mismo explica con toda claridad:

El procedimiento de exposici贸n debe distinguirse formalmente del procedimiento de investigaci贸n. Con la investigaci贸n de trata de apropiarse de la materia en todos sus detalles, de analizar sus diveras formas de desarrollo y de descubrir su v铆nculo 铆ntimo. Una vez realizada esta tarea, y solamente entonces, se puede exponer el movimiento real en su conjunto. Si se consigue, de manera que la vida de la materia se refleje en su reproducci贸n ideal, este milagro puede hacer creer que se trata de una construcci贸n a priori.6/

Esto es asimismo lo que expresa la primera frae de El Capital:

La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producci贸n capitalista se presenta como un 鈥渆norme c煤mulo de mercanc铆as鈥, y la mercanc铆a individual como la forma elemental de esa riqueza. Nuestra investigaci贸n, por consiguiente, se inicia con el an谩lisis de la mercanc铆a.

El caso es que Sperber no es fiel a su lectura 鈥渉egueliana鈥 en un punto importante. Hace de la dicotom铆a entre valor de cambio y valor de uso una de las cinco 鈥渄istinciones conceptuales鈥 que seg煤n 茅l estructuran la teor铆a econ贸mica de Marx. Sin embargo, esta 鈥渄istinci贸n conceptual鈥 no debe entenderse, evidentemente, como una pura oposici贸n binaria. Ahora bien, en esta cuesti贸n fundamental, Sperber comete un error 鈥搚a cl谩sico, por cierto鈥 consistente en sostener que Marx no concede ning煤n papel a la 鈥渦tilidad鈥 (el valor de uso) en la formaci贸n de los precios de las mercanc铆as. Esta es incluso, seg煤n Sperber, una de las razones por las que los marginalistas pudieron imponerse sobre la tradici贸n cl谩sica (de la que formar铆a parte Marx): su enfoque 鈥渃ombinaba el valor de uso y el valor de cambio, que Marx hab铆a separado con tanto esmero鈥. As铆, la 鈥渄istinci贸n conceptual鈥 se convierte en una 鈥渟epraci贸n鈥 poco dial茅ctica y que no se corresponde en nada con el planteamiento de Marx.

Una peque帽a frase habr铆a bastado para suscitar de entrada la duda sobre la comprensi贸n de Marx por parte de su bi贸grafo: 鈥渆l Libro I de El Capital estaba consagrado a la distribuci贸n鈥, escribe. Esta es una sandez reveladora: el Libro I est谩 consagrado principalmente a la teor铆a del valor y no trata del reparto, sino del an谩lisis del 鈥渓aboratorio de la producci贸n鈥, por retomar la expresi贸n del propio Marx.

Sobre la ca铆da tendencial de la tasa de beneficio

Sperber no arroja ninguna luz realmente nueva sobre esta cuesti贸n ampliamente debatida. Recuerda que la ley de la ca铆da tendencial de la tasa de beneficio era para Marx 鈥渓a ley m谩s importante de la econom铆a鈥, pero que esta proclamaci贸n, efectuada en los Grundrisse, vino sin duda un poco pronto. En efecto, Marx volvi贸 鈥渃onstantemente sobre este problema y escribi贸 ecuaciones por 煤ltima vez en 1882, un a帽o antes de su muerte, proponiendo numerosas explicaciones y soluciones, de las que ninguna le parec铆a del todo satisfactoria鈥. A este respecto se hace referencia a los trabajos de Michael Heinrich, quien propone una demostraci贸n an谩loga, basada en particular en una nota manuscrita de Marx que apunta en sentido contrario al de la famosa ley.7/

Los argumentos de Sperber sobre esta cuesti贸n son, en efecto, bastante deshilvanados. Por ejemplo, seg煤n 茅l, Marx plante贸 que los aumentos de productividad pod铆an 鈥渋ncrementar la tasa de plusval铆a, la tasa de beneficio y el salarios de los obreros al mismo tiempo鈥, pero 鈥渟emejante desarrollo, a帽ad铆a Marx, solo ser铆a posible en una econom铆a comunista, nunca en una econom铆a capitalista鈥. Me pregunto d贸nde habr谩 ido Sperber a buscar este argumento descabellado. Mejor que hubiera meditado sobre una de esas 鈥渃ausas que contrarrestan la ley鈥 y que basta para poner en tela de juicio su existencia como ley:

La misma evoluci贸n que hace que aumente la masa del capital constante en comparaci贸n con el capital variable hace que disminuya el valor de sus elementos debido al aumento de la productividad del trabajo e impide as铆 que el valor del capital constante, que sin embargo crece sin cesar, no aumente en la misma propoci贸n que su volumen material. En alg煤n que otro caso, la masa de los elementos del capital constante puede incluso aumentar, mientras que el valor permanece igual o incluso disminuye.8/

Sperber menciona asimismo la idea de que 鈥渓os capitalistas son reacios a introducir una maquinaria m谩s productiva y formas m谩s eficaces de producci贸n porque esto har铆a que sus equipos existentes se volviern obsoletos y se redujera la tasa de beneficio鈥. Existe efectivamente un pasaje en el que Marx plantea esta conjetura:

Ning煤n capitalista emplear谩 de buen grado un nuevo modo de producci贸n, independientemente de la proporci贸n en que aumente la productividad o la tasa de plusval铆a, si con ello se reduce la tasa de beneficio.

Esta idea se teorizar谩 m谩s tarde con el nombre de 鈥渢eorema de Okishio鈥.9/ Sin embargo, esta hip贸tesis es contradictoria con el conjunto del an谩lisis de Marx de la competencia, que, una p谩gina m谩s adelante, concluye as铆 su comentario: 鈥淓n una palabra, este fen贸meno es un efecto de la competencia; ellos tambi茅n tienen que adoptar el nuevo modo de producci贸n鈥.10/

Sobre la transformaci贸n de los valores en precio

Sperber tampoco aporta nada nuevo en este terreno y se contenta con repetir la doxa dominante: 鈥淐omo han se帽alado los disc铆pulos de Sraffa, la soluci贸n que da Marx al problema de la transformaci贸n es formalmente inexacta鈥. No obstante, tiene raz贸n cuando menciona que la perecuaci贸n de la tasa de beneficio no se produce mediante transferencia 鈥渄e los sectores m谩s mecanizados a los menos mecanizados鈥, cosa que ya nadie sostiene (o no deber铆a sostener).

Podr铆a haber indicado que esta l铆nea de cr铆tica se remonta de hecho a Eugen B枚hm-Bawerk, a quien cita en relaci贸n con otras cuestiones. Aunque se帽alemos de paso que esta es una referencia sorprendente, pues B枚hm-Bawerk, el mismo que reprochaba a Marx sus errores de c谩lculo, cometi贸 a su vez uno, y bastante gordo, en su c谩lculo de la 鈥渄uraci贸n media del periodo de producci贸n鈥. Esto es lo que subray贸 Paul Samuelson en un art铆culo en que hizo balance del debate sobre la teor铆a del capital (y en el que capitul贸 ante sus adversarios): B枚hm-Bawerk confunde inter茅s simple e inter茅s compuesto y por tanto su medici贸n 鈥測a no merece que nos refiramos a ella鈥.11/

No es extra帽o que Sperber no mencione el enfoque TSSI (Temporal Single-System Interpretation), que elimina los supuestos errores de Marx. La clave de esta 鈥渟oluci贸n鈥 la resume as铆 Ernest Mandel:

Los insumos de un ciclo de producci贸n son datos disponibles al comienzo de este ciclo que no tienen efecto alguno en la igualaci贸n de las tasas de beneficio en los distintos sectores de producci贸n durante este ciclo. Basta suponer que ya han sido calculados en precios de producci贸n y no en valores, y que estos precios de producci贸n resultan de la igualaci贸n de las tasas de beneficio en el transcurso del ciclo de producci贸n precedente, para que desaparezca toda incoherencia.12/

Por lo dem谩s, Mandel se limita a seguir esta indicaci贸n de Marx:

El coste de producci贸n de la mercanc铆a est谩 determinado; representa un dato independiente de la producci贸n del capitalista, mientras que el resultado de su producci贸n es una mercanc铆a que contiene la plusval铆a, que es un excedente de valor con respecto a su coste de producci贸n.13/

Sobre la renta 

El libro contiene una exposici贸n bastante amplia dedicada, con raz贸n, a la teor铆a de la renta. No carece de inter茅s, pero se contradice con la tesis general de Sperber, ya que este 鈥揳dem谩s de no discernir correctamente el v铆nculo con la teor铆a del valor鈥 no ve que esta teor铆a puede extenderse a otros terrenos distintos de la renta de la tierra. 鈥溌odos rentistas!鈥, proclama por ejemplo Philipe Askenazy en un libro reciente.14/ El an谩lisis de la renta inmobiliaria o petrolera es perfectamente posible empleando el marco te贸rico de Marx y de los cl谩sicos. Lo mismo podemos decir del debate que acaba de iniciarse en EE UU sobre los superbeneficios de las grandes empresas a partir de un estudio de su 鈥減oder de mercado鈥.15/ Todas estas cuestiones deben abordarse a partir del principio metodol贸gico de Marx, que establece que la renta es una captaci贸n de la plusval铆a producida en los dem谩s sectores. Es esta una aportaci贸n fundamental que permite, por ejemplo, evitar el error consistente en pensar que existen fuentes de creaci贸n de valor distintas del trabajo (por ejemplo, las 鈥渇inanzas鈥).

La lectura de Sperber, que declara a Marx un hombre del siglo XIX, es, en el fondo, coherente con su representaci贸n de que la supremac铆a de la econom铆a marginalista (o neocl谩sica) es el fruto de un progreso lineal de la ciencia econ贸mica. Ahora se trata de criticar esta lectura mostrando c贸mo las problem谩ticas marxistas tienen prolongaciones 鈥搚 no 煤nicamente entre los marxistas鈥 a lo largo de los 150 a帽os que nos separan de la aparici贸n de El Capital.

Marx, 驴un economista del siglo XIX?

La clave del an谩lisis de Sperber es coherente con su tesis m谩s general. Podemos resumirla as铆: Marx es el 煤ltimo de los economistas cl谩sicos (en el linaje de Smith y Ricardo), pero, por desgracia para 茅l, en el momento en que Engels publica los Libros II y III de El Capital, la econom铆a est谩 a punto de bifurcarse y de romper con esta l铆nea de pensamiento. Dejemos de lado la cuesti贸n de saber si Marx se sit煤a en la prolongaci贸n/superaci贸n de Ricardo o en ruptura total con 茅l para captar esta clave de la lectura de Sperber, quien al menos podr铆a haberse preguntado por qu茅 el subt铆tulo de El Capital es 鈥淐r铆tica de la econom铆a pol铆tica鈥. De ortodoxo (sic), Marx habr铆a pasado as铆 bruscamente a devenir obsoleto:

Cuando sus ideas se difundieron finalmente entre un p煤blico m谩s amplio (鈥), todo esto hab铆a cambiado. Lo que anta帽o hab铆a sido la ortodoxia econ贸mica se hab铆a convertido, para la corriente dominante, en obsoleta y no cient铆fica o, si se prefiere, en disidente y no ortodoxa.

De ah铆 la conclusi贸n radical de Sperber:

Encontramos en la obra de Marx pocas cosas que interesen a las tendencias de la econom铆a o de la teor铆a econ贸mica de finales del siglo XIX y del siglo XX.

Esta visi贸n es de un simplismo desconcertante. Olvida que la teor铆a marginalista no se torn贸 dominante en virtud de su superioridad intr铆nseca, sino porque ofrec铆a una alternativa a las implicaciones subversivas de la teor铆a de Marx. Es preciso reproducir de nuevo lo que escribi贸 en 1899 John Bates Clark, uno de los fundadores de la teor铆a neocl谩sica del reparto:

Los trabajadores, nos dicen, se ven despose铆dos permanentemente de lo que producen (鈥). Si esta acusaci贸n estuviera fundada, toda persona dotada de raz贸n deber铆a hacerse socialista, y su voluntad de transformar el sistema econ贸mico no har铆a m谩s que medir y expresar su sentido de la justicia.

Para responder a esta acusaci贸n 鈥搎ue hace referencia claramente a la teor铆a marxista de la explotaci贸n鈥 hace falta, explica Clark, 鈥渄escomponer el producto de la actividad econ贸mica en sus elementos constitutivos, con el fin de ver si el juego natural de la competencia lleva a no a atribuir a cada productor la parte exacta de las riquezas que contribuye a crear鈥.16/

Piero Sraffa dedujo una constataci贸n amarga de lo que llam贸 la 鈥渄egeneraci贸n鈥 de la teor铆a del valor:

Con el ataque frontal de Marx, la aparici贸n de la Internacional y la Comuna de Par铆s, hac铆a falta una l铆nea de defensa mucho m谩s resuelta (鈥), hab铆a que pasar a la utilidad, de ah铆 el 茅xito de los Jevons, Menger y Walras. La econom铆a cl谩sica tomada en su conjunto resultaba demasiado peligrosa: hab铆a que dar al traste con ella como tal. La casa estaba en llamas y amenazaba con incendiar toda la estructura y los cimientos de la sociedad capitalista: la econom铆a cl谩sica fue inmediatamente suplantada.17/

Marx, fundador de la macroeconom铆a moderna

En el Libro II de El Capital, Marx expone los esquemas de la reproducci贸n que distinguen dos grandes secciones: la secci贸n I, que produce los bienes de equipo, y la secci贸n II, que produce los bienes de consumo. Describe las condiciones de reproducci贸n, o dicho de otro modo, las relaciones que han de existir entre la producci贸n de las empresas y sus mercados. Estas relaciones se expresan en valor, pero Marx insiste tambi茅n en el hecho de que la estructura de esta oferta debe corresponder a la de la demanda social en t茅rminos de valor de uso. Es este un punto importante que permite no ver en Marx tan solo al te贸rico exclusivo del valor-trabajo que habr铆a despreciado as铆 las 鈥減referencias de los consumidores鈥, por retomar la terminolog铆a moderna.

El enfoque de Marx se inspira a todas luces en el famoso Cuadro de Quesnay18/ (otra 鈥渇igura del pasado鈥), que era seg煤n 茅l un 鈥減lanteamiento tan simple como genial para su 茅poca鈥.19/ El sistema de los fisi贸cratas representaba a ojos de Marx 鈥渓a primera concepci贸n sistem谩tica de la producci贸n capitalista鈥, por mucho que los 鈥渓铆mites de su horizonte鈥 llevaran a Quesnay a postular que 鈥渓a agricultura constituye la 煤nica esfera de inversi贸n en que el trabajo humano produce plusval铆a鈥.20/ En una carta del 6 de julio de 1863, Marx muestra a Engels un esquema en que se ve c贸mo 鈥渢raduce鈥 el cuadro de Quesnay a su propio sistema conceptual.

Por tanto, incluso si no parti贸 de cero (podr铆amos citar tambi茅n a Sismondi entre sus fuentes de inspiraci贸n), se puede sostener que Marx es el fundador de la macroeconom铆a moderna. As铆 lo reconoci贸 la keynesiana de izquierda Joan Robinson, que por lo dem谩s era muy cr铆tica con Marx21/: 鈥減artir de Marx le habr铆a ahorrado [a Keynes] muchos problemas鈥 (a lot of trouble). Habla de otro economista keynesiano, Richard Kahn, quien en un seminario en 1931 trat贸 de 鈥渆xplicar el problema del ahorro y de la inversi贸n imaginando una red que parte de los sectores que producen bienes de equipo y despu茅s estudiando sus relaciones con los sectores de bienes de consumo鈥. Con ello, sin embargo, a帽adi贸 Robinson, no hac铆a m谩s que 鈥渞edescubrir los esquemas de Marx鈥.22/ Incluso Paul Samuelson, blanco favorito de las invectivas de Robinson y a su vez un cr铆tico sumamente c谩ustico de Marx, admiti贸 que 鈥渟in duda todos habr铆amos salido ganando si hubi茅ramos estudiado antes los cuadros de Marx鈥.23/

Pero el mejor homenaje es el que pronunci贸 Wassily Leontief en 1937, durante un coloquio organizado por la American Economic Association sobre 鈥渆l significado de la econom铆a marxista鈥. Leontief es el fundador del an谩lisis input-output, que describe las relaciones entre las distintas ramas de la econom铆a, lo que los contables nacionales denominan hoy los consumos intermedios. Leontief fue a su vez alumno de Ladislaus von Bortkiewicz, cuya cr铆tica de Marx sobre la cuesti贸n de la transformaci贸n est谩 en el origen de toda la literatura neoricardiana. Para Leontief,

Quien trate de comprender realmente la realidad de los beneficios y salarios en las empresas capitalistas puede encontrar en los tres vol煤menes de El Capital informaciones de primera mano, m谩s realistas y pertinentes que en diez vol煤menes de la inspecci贸n de mercanc铆as de EE UU, en una docena de manuales sobre las instituciones econ贸micas contempor谩neas e incluso, me atrevo a decir, en las obras completas de Thorstein Veblen.24/

Leontief subraya en particular que Marx 鈥渄esarroll贸 el esquema fundamental que describe las relaciones entre los sectores de los bienes de consumo y de los bienes de equipo. Por mucho que no cierre el tema, el esquema marxista sigue siendo una de las raras propuestas en torno a las cuales existe un amplio consenso entre los te贸ricos del ciclo econ贸mico鈥, y a帽ade que 鈥渆l an谩lisis contempor谩neo del ciclo econ贸mico es claramente tributario de la econom铆a marxiana. Sin suscitar la cuesti贸n de la prioridad, no ser铆a exagerado decir que los tres vol煤menes de El Capital contribuyeron m谩s que cualquiera otra obra a situar esta cuesti贸n en el centro del debate econ贸mico鈥. Comp谩rese este elogio con el juicio incongruente de Sperber, seg煤n quien 鈥渁l Libro I de El Capital le falta una teor铆a expl铆cita de los ciclos econ贸micos y de las crisis comerciales. Y si bien el tema se desarrolla m谩s en el Libro III, publicado a t铆tulo p贸stumo, su contenido difiere sustancialmente de las afirmaciones del Libro I鈥.

Claro que Marx no utiliz贸 el c谩lculo matricial, pero para Andr谩s Br贸dy, otro experto de referencia para el an谩lisis input-output, 鈥渓o esencial ya estaba ah铆鈥. Br贸dy da como ejemplo un esquema estra铆do de los Grundrisse,25/ que seg煤n 茅l resulta tanto m谩s interesante cuanto que Marx parte de coeficientes t茅cnicos para construirlo: 鈥渆ste podr铆a ser muy bien el primer cuadro de entrada-salida (ficticio) en ciencia econ贸mica鈥.26/ En la misma onda, el marxista polaco Oskar Lange demostr贸 la estrecha correspondencia que existe entre la matriz input-output de Leontief y los esquemas de Marx.27/

Tampoco est谩 de m谩s afirmar que los esquemas de la reproducci贸n inspiraron el modelo de equilibrio general de John von Neumann28/ (que produce un esquema de crecimiento equilibrado). Para Nicholas Kaldor29/, este modelo es 鈥渆n realidad una variante del enfoque cl谩sico de Ricardo y Marx鈥. Como ya hemos se帽alado, los esquemas de reproducci贸n de Marx le sirvieron para establecer las condiciones de esta reproducci贸n, pero toda su l贸gica llevaba acto seguido a mostrar que las mismas no pod铆an verificarse m谩s que de modo excepcional debido a la competencia entre capitales y la presi贸n constante sobre los salarios; de ah铆 la posibilidad de las crisis. Sin embargo, ciertos autores que se reclaman del marxismo, en particular Michel Tougan-Baranowski, realizaron un an谩lisis 鈥渁rmonicista鈥 de los esquemas de reproducci贸n y abrieron un debate que de hecho no se ha agotado.30/

Tambi茅n podr铆amos citar a Martin Bronfenbrenner, para quien posiblemente Marx no sea el m谩s grande de los economistas, pero s铆, sin duda, 鈥渆l m谩s grande te贸rico de ciencias sociales (social scientist) de todos los tiempos鈥.31/ Acu帽贸 esta bonita f贸rmula (que podr铆a atribuirse a Piketty): 鈥淓l Capital sigue siendo el libro m谩s influyente aunque nadie lo lea鈥. Bronfenbrenner enumera las aportaciones 鈥渕odernas鈥 de El Capital, que 鈥渓os economistas universitarios olvidaron casi totalmente hasta la d茅cada de 1930鈥. Menciona en particular 鈥渓a articulaci贸n armoniosa y natural entre est谩tica y din谩mica鈥, deplorando al mismo tiempo que 鈥渆l an谩lisis est谩tico se hubiera impuesto en la d茅cada de 1870 y que todav铆a no hayamos vuelto al nivel de Marx鈥.

El desempleo

La victoria de los marginalistas, que seg煤n Sperber convirti贸 a los cl谩sicos en cosa del pasado, tuvo por efecto colateral la desaparici贸n casi completa de toda teor铆a del desempleo. Tuvo que producirse la crisis de la d茅cada de 1930 para que la cuesti贸n fuera abordada de nuevo por Keynes. No obstante, fue despu茅s de la segunda guerra mundial cuando reapareci贸 la problem谩tica de Marx en la forma extraviada de la 鈥渃urva de Phillips鈥.32/ La idea es que existe una relaci贸n inversa entre la tasa de paro y la progresi贸n de los salarios. Los economistas dominantes dedujeron de ello la noci贸n de la tasa de paro 鈥渘atural鈥 que no debe rebasarse a la baja si se desea evitar un 鈥減atinazo salarial鈥 descontrolado. La Comisi贸n Europea calcula actualmente la NAWRU (non-accelerating wage rate of unemployment), o sea, la 鈥渢asa de paro que no acelera los salarios鈥. Pero tambi茅n se podr铆a hablar (como es demostrable) de una 鈥渢asa de paro que no hace descender los beneficios鈥.

A los economistas del sistema les habr谩 bastado invertir la teor铆a del 鈥渆j茅rcito industrial de reserva鈥, que Marx formul贸 de este modo:

Las variaciones de la tasa salarial general no responden por tanto a las de la cifra absoluta de la poblaci贸n; la proporci贸n diferente seg煤n la cual la clase obrera se descompone en ej茅rcito activo y ej茅rcito de reserva, el aumento o la disminuci贸n de la sobrepoblaci贸n relativa, el grado en el que esta se halla ora 鈥渙cupada鈥, ora 鈥渄esocupada鈥, en una palabra, sus movimientos de expansi贸n y contracci贸n alternativos corresponden a su vez a las vicisitudes del ciclo industrial, que es el que determina exclusivamente estas variaciones. (鈥) De este modo, la sobreproblaci贸n relativa, una vez convertida en el pivote sobre el que gira la ley de la oferta y la demanda de trabajo, solo le permite funcionar dentro de unos l铆mites que dejan suficiente campo libre para la actividad de explotaci贸n y el esp铆ritu dominador del capital.33/

El car谩cter c铆clico de la econom铆a pol铆tica

Podr铆amos hablar de muchos otros aspectos. Por ejemplo, los an谩lisis de Marx del capital portador de inter茅s son de una actualidad asombrosa tras diez a帽os de crisis y resultan muy 煤tiles para rechazar concepciones err贸neas seg煤n las cuales 鈥渓as finanzas鈥 son una fuente aut贸noma de valor y no un instrumento de captaci贸n del valor producido en la llamada esfera productiva.34/ Toda la tesis de Sperber se basa, como hemos visto, en el postulado de un progreso lineal de la ciencia econ贸mica que convertir铆a en progresivamente obsoletas las teor铆as superadas. Para 茅l, interesarse por la econom铆a de Marx no tiene m谩s que un inter茅s hist贸rico, como el que puede tener el estudio de las concepciones precopernicanas o de la estimaci贸n de Newton, quien, a partir de una lectura de la Biblia, dat贸 la creaci贸n del mundo en 3998 antes de Cristo.

Sperber lleva muy lejos este tipo de lectura, ya que sit煤a incluso a Keynes o Minsky (el te贸rico de la inestabilidad financiera) entre los neocl谩sicos. Esta enormidad, proferida en el debate arriba mencionado, dice mucho del dogmatismo de este enfoque que se niega a cnsiderar la econom铆a una ciencia social que avanza por ciclos, con un retorno peri贸dico de las teor铆as antiguas, aunque sea con formas renovadas. Por ejemplo, resulta sumamente chocante se帽alar que la revoluci贸n neocl谩sica no hizo m谩s que retomar las elaboraciones de autores anteriores a los cl谩sicos de la econom铆a pol铆tica, como por ejemplo los abades Condillac (1714-1780) y Galiani (1728-1787).35/ Este tipo de constataci贸n es molesto y constituye sin duda una de las razones de la obstinaci贸n de los economistas dominantes por expulsar de la universidad toda referencia a la historia del pensamiento econ贸mico. Sperber nos habr谩 brindado al menos la ocasi贸n de hacer una breve incursi贸n en ella y mostrar que las tem谩ticas planteadas por Marx est谩n llamadas a volver peri贸dicamente, y no solo para celebrar el sesquicentenario de El Capital. (Art铆culo escrito para A l鈥橢ncontre)

Notas

1/ Jonathan Sperber, Karl Marx, homme du XIXe si猫cle, Piranha, 2017. Traducci贸n (de David Tuaillon) de: Karl Marx. A Nineteenth-Century Life, Liveright, 2013.

2/ El autor de esta rese帽a debati贸 con Sperber con motivo de la presentaci贸n de su obra en la Facultad de Ciencias Pol铆ticas de Par铆s, el 10 de octubre de 2017.

3/ Cap铆tulo XI. L鈥櫭ヽonomiste.

4/ Lenin, Cuadernos filos贸ficos, 1914-1915.

5/ Karl Marx, Posfacio de la segunda edici贸n alemana, 1875. 鈥淢i m茅todo dial茅ctico no solo difiere b谩sicamente del m茅todo hegueliano, sino que incluso constituye exactamente su contrario. Para Hegel, el movimiento del pensamiento, que 茅l personifica con el nombre de idea, es el demiurgo de la realidad, que no es m谩s que la forma fenomenal de la idea. Para m铆, en cambio, el movimiento del pensamiento no es m谩s que el reflejo del movimiento real, transportado y transpuesto en el cerebro humano. Critiqu茅 la vertiente m铆stica de la dial茅ctica hegueliana hace casi treinta a帽os, en una 茅poca en que todav铆a estaba de moda鈥 Pero a pesar de que, debido a su error, Hegel desfigura la dial茅ctica a trav茅s del misticimo, ello no quita que 茅l fue el primero en exponer el movimiento del conjunto. En 茅l se halla cabeza abajo; basta colocarla sobre los pies para descubrir su fisionom铆a plenamente razonable. En su versi贸n m铆stica, la dial茅ctica se puso de moda en Alemania porque parec铆a glorificar las cosas existentes. En su aspecto racional, es un esc谩ndalo y una abominaci贸n para las clases dirigentes y sus ide贸logos doctrinarios, porque en la concepci贸n positiva de las cosas existentes incluye, al mismo tiempo, la inteligencia de su negaci贸n fatal, de su destrucci贸n necesaria; porque al captar el movimiento mismo, del que toda forma realizada no es m谩s que una configuraci贸n transitoria, nada podr铆a impon茅rsele; porque es esencialmente cr铆tica y revolucionaria.鈥

6/ Karl Marx, Posfacio de la segunda edici贸n alemana, 1875.

7/ Michael Heinrich, 鈥淐risis Theory, the Law of the Tendency of the Profit Rate to Fall, and Marx鈥檚 Studies in the 1870s鈥, Monthly Review, tomo 64, n.潞 11, abril de 2013. La nota de Engels dice: 鈥淓n el ejemplar manuscrito de Marx figura aqu铆, en el margen, la siguiente observaci贸n: 鈥楢notar esto para m谩s tarde: Si la ampliaci贸n [un aumento de la composici贸n del capital] solo es cuantitativo, los beneficios, para un capital m谩s o menos grande en el mismo sector industrial, seguir谩n las magnitudes respectivas de los capitales adelantados. Si la ampliaci贸n cuantitativa tiene un efecto cualitativo, la tasa de beneficio aumenta al mismo tiempo para el capital m谩s grande.鈥欌 Heinrich tambi茅n hace referencia a un manuscrito de 1875 titulado Tratamiento matem谩tico de la tasa de plusval铆a y de la tasa de beneficio (MEGA II/14), que no hemos conseguido consultar.

8/ Karl Marx, El Capital, Libro III.

9/ Nuobo Okishio, Technical Change and the Rate of Profit, Kobe University Economic Review, 7, 1961. V茅anse tambi茅n dos art铆culos de Shalom Groll y Ze鈥檈v B. Orzech, interesantes desde un punto de vista metodol贸gico, pero cuyas conclusiones no compartimos: 鈥淭echnical progress and values in Marx鈥檚 theory of the decline in the rate of profit: an exegetical approach鈥, History of Political Economy 19:4, 1987; 鈥淔rom Marx to the Okishio Theorem: a genealogy鈥, History of Political Economy 21:2, 1989.

10/ Karl Marx, El Capital, Libro III.

11/ 鈥淚t has no longer a presumptive claim on our attention鈥. Paul A. Samuelson, 鈥淎 Summing Up鈥, The Quarterly Journal of Economics, vol. 80, n.潞 4, 1966.

12/ Ernest Mandel, The Transformation Problem, extracto de su introducci贸n a la edici贸n inglesa del Libro III de El Capital, Penguin, 1981.

13/ Karl Marx, El Capital, Libro III.

14/ Philippe Askenazy, Tous rentiers! Pour une autre r茅partition des richesses, Odile Jacob, 2016.

15/ Jan De Loecker y Jan Eeckhoutz, The Rise of Market Power and the Macroeconomic Implications, 24/08/2017.

16/ John Bates Clark, The Distribution of Wealth. A Theory of Wages, Interest and Profit, 1899, p. 7.

17/ Cf. Michel Husson, La d茅g茅n茅rescence de la th茅orie de la valeur selon Sraffa, note hussonet n掳 108, 13/10/2017.

18/ Fran莽ois Quesnay, 鈥淎nalyse de la formule arithm茅tique du Tableau Economique鈥, Journal de l鈥檃griculture, du commerce & des finances, junio de 1766.

19/ Karl Marx, en el cap铆tulo 鈥淪obre la historia cr铆tica鈥 del Anti-D眉hring de Engels que escribi贸 en su mayor parte.

20/ Karl Marx, El Capital, Libro III.

21/ Joan Robinson, An Essay on Marxian Economics, 1942. V茅ase tambi茅n su Lettre ouverte d鈥檜ne keyn茅sienne 脿 un marxiste, 1953.

22/ Joan Robinson, 鈥淜alecki and Keynes鈥, en Essays in Honour of Micha艂 Kalecki, 1964. Reproducido en Contributions to Modern Economics, 1978.

23/ Paul A. Samuelson, 鈥淢arxian Economics as Economics鈥, The American Economic Review, vol. 57, n.潞 2, mayo de 1967.

24/ Wassily Leontief, 鈥淭he Significance of Marxian Economics for Present-Day Economic Theory鈥, The American Economic Review, vol. 28, n.潞 1, marzo de 1938.

25/ Karl Marx, Grundrisse der Kritik der politischen 脰konomie, Berl铆n 1953 (p. 353 del pdf).

26/ Andr谩s Br贸dy, Proportions, Prices and Planning, Budapest, 1970. Br贸dy precisa que no ha hecho m谩s que 鈥渕odernizar la formalizaci贸n鈥 de Marx recurriendo a la 谩lgebra matricial desarrollada y aplicada a la econom铆a posterior a la 茅poca de Marx.

27/ Oskar Lange, 鈥淪ome Observations on Input-Output鈥, The Indian Journal of Statistics, vol. 17, parte 4, febrero de 1957.

28/ John von Neumann, 鈥淎 Model of General Economic Equilibrium鈥, The Review of Economic Studies, vol. 13, n.潞 1, 1945.

29/ Nicholas Kaldor, Capital Accumulation and Economic Growth, en Lutz F.A. y Hague D.C. (editores), The Theory of Capital, Macmilllan, 1961.

30/ En los dos polos de este debate podemos situar a Michel Tougan-Baranowski, Les crises industrielles en Angleterre, 1894, y Rosa Luxemburg, L鈥檃ccumulation du capital, 1913.

31/ Martin Bronfenbrenner, 鈥淢arxian Influences in 鈥楤ourgeois鈥 Economics鈥, The American Economic Review, vol. 57, n.潞 2, mayo de 1967.

32/ Alban W. Phillips, 鈥淭he Relation Between Unemployment and the Rate of Change of Money Wage Rates in the United Kingdom, 1861-1957鈥, Economica, vol. 25, n.潞 100, noviembre de 1958.

33/ Karl Marx, El Capital, Libro I, cap铆tulo XXV.

34/ Michel Husson, 鈥淢arx et la finance: une approche actuelle鈥, prefacio a Karl Marx, Le capital financier, Demopolis, 2012.

35/ 脡tienne Bonnot de Condillac, Le commerce et le gouvernement consid茅r茅s relativement l鈥檜n 脿 l鈥檃utre, 1776; Ferdinando Galiani, De la monnaie, 1751.

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