Argelia/ Confluencia de una crisis plural en un país clave del Magreb [Charles-André Udry - Dossier]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Sep 3 19:47:34 UYT 2017


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Correspondencia de Prensa

3 de setiembre 2017

Boletín Informativo

https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/

redacción y suscripciones

germain5 en chasque.net

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Argelia

Confluencia de una crisis plural en un país clave del Magreb

Charles-André Udry

A l´encontre, 26-8-2017

http://alencontre.org/

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

http://www.vientosur.info/

La crisis social y de régimen se acentúa en Argelia, igual que la delicada
cuestión del estatus y el papel del movimiento sindical cuyos lazos
históricos con el aparato de Estado generan, desde hace mucho, mecanismos de
corrupción, conflictos intersindicales que son más claros ante la emergencia
y consolidación de numerosos sindicatos autónomos en el sector de la salud,
la educación y otras profesiones.

La crisis de régimen se superpone a una crisis generacional ligada, desde el
final de la era Bumedián (murió en 1978), al acentuado proceso de
acumulación privada de capital por algunos oligarcas. Este callejón sin
salida aparente de poder gubernamental no es estrictamente propio del
letargo de Abdelaziz Buteflika (80 años, nacido en 1937, y gravemente
enfermo, lo que le impide estar en el día a día ndt). Esta crisis poner de
relieve conflictos entre un bloque salido de la historia militar (desde 1962
y sobre todo desde 1965), de la formación de un partido-ejército-Estado y
nuevos competidores económico políticos. Y se manifiesta en declaraciones
como la del general, jefe de estado mayor del ENP (Ejército Nacional
Popular) y viceministro de Defensa, Gaid Salah (77 años), que el 23 de
agosto de 2017 repitió en distintos medios que el ejército “asegura
ampliamente su cometido constitucional a pesar de la naturaleza de todas las
circunstancias”. Dicho de otra forma, Gaid Salah se perfila como un posible
candidato a la presidencia en 2019, con tal de que Buteflika no sea
destituido antes (art. 102 de la Constitución) o que su letargo se
transforme en un sueño eterno, antes de 2019.

También hay otros pretendientes serios en la línea de salida o, más
exactamente, de llegada. Entre otros el hermano del presidente Said
Buteflika, de 59 años, que dispone de una considerable fortuna, mueve los
hilos del poder y está estrechamente ligado a la patronal. Entre otros con
el patrón de patronos, Ali Haddad, de 52 años (citado en el dossier a
propósito del, por el momento, fracaso proyecto de tripartido que no tenía
su apoyo entusiasta). Said forma parte de las familias más ricas y más
influyentes de la Argelia contemporánea. Citemos, como ejemplo, a los
hermanos Reda y Karim Kuninef (activos en el BTP, la telefonía, las
infraestructuras petroleras, el sector agroalimentario y el hidráulico,
etc.). O también Amine Mazuzi, que tomó en 2015 el mando del grupo
Sonatrach, es decir la Sociedad Nacional para la investigación, la
producción, el transporte (contrato de entrega de gas a Francia), la
transformación y la comercialización de los hidrocarburos. Sonatrach “emplea
a 120 000 asalariados y asalariadas, controla 250 sociedades; su cifra de
negocios fue de 50 mil millones de dólares en 2015 (antes de la caída del
petróleo, aunque el gas no haya conocido la misma fluctuación a la baja). En
lo esencial, estas familias representan el proceso de acumulación del
capital privado, efectuado a través de la renta de los hidrocarburos, del
monopolio de las importaciones y de las inversiones -a menudo mixtas-
efectuadas bajo la protección del Estado nacional protector. Sin embargo,
esta dinámica traduce una mutación importante de la configuración propia a
la estructura estatal-militar y en los procesos de alianzas económicas
transnacionales y también geopolíticas.

Ese es el caldo de cultivo en el que se desarrollan los enfrentamientos
entre las fracciones de la clase dominante y las nuevas relaciones
conflictivas con los y las explotadas y dominadas cuya representación
oficializada (UGTA) está en desconexión con el tejido social presente.
Partes de esta trama están separadas, desde hace años, de la formación
social de la Argelia supuestamente independiente; más exactamente las
relaciones sociales instituidas a lo largo de los tres decenios que
siguieron a la descolonización oficial. Una capa significativa de jóvenes,
con una educación ciertamente diferenciada, está a la deriva en numerosos
planos y puede constituir, en una coyuntura política rebelde o explosiva, un
material inflamable. La vía que pueden tomar dependerá en gran medida de
fenómenos de socialización regional (Kabilia y otras regiones más marcadas
por la pobreza o urbanizadas según modalidades diferentes en sus relaciones
ciudad/campo) y de la capacidad de iniciativa de fuerzas políticas sociales
y democráticas que pueden enfrentarse a corrientes calificadas como
islamistas políticas.

En este dossier informativo -algunas de cuyas claves están dadas en esta
breve introducción- se pone el acento en la tensa situación económica y
social en Argelia y en una UGTA en la encrucijada frente a la crisis del
régimen y la emergencia de unos 70 sindicatos autónomos.

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Dossier

— El 1 de febrero de 2017, Amine Kadi (Argel), escribía: “Con la caída
duradera del precio de los hidrocarburos, Argelia está obligada a entrar en
este comienzo de año en una fase de austeridad con el riesgo de hacer
estallar la cólera en la calle. Hasta ahora, los años de amplia distribución
de la renta petrolera permitieron contener el descontento de la población”
(La Croix). Y continuaba: “En El Achour, en las colinas del oeste de Argel,
Zinedine, 37 años, echa una mirada sombría sobre las estanterías medio
vacías del supermercado que gestiona con su hermano. “Estoy en liquidación.
Cierro el mes que viene", se inquieta. "Antes, nuestra cifra de negocios nos
permitía pagarnos justo un pequeño salario. Ahora, los clientes son más
escasos y los que vienen no llegan a comprar productos importados”, con los
que lograba sus márgenes de ganancia. “Se me ha propuesto que monte una
agencia de viajes, pero no lo veo claro...”, duda, evocando una reconversión
a un terreno que le es desconocido."

En pleno centro de Argel, cerca del palacio del gobierno, Hannafi, 42 años,
pone también mala cara en su garaje concesionario de Peugeot. El rutilante
Cabriolet ha desaparecido de su exposición a falta de coches nuevos que
vender. ¿Podrá proseguir su actividad? “Veremos, responde. "Conservo un poco
de trabajo con el mantenimiento de los coches de nuestros viejos clientes.
Pienso también en el alquiler de vehículos”. La quiebra también ha afectado
a los distribuidores de vehículos tras una caída del 60 % de las
importaciones en un año.

El año pasado, ante la pérdida de más de la mitad de sus rentas exteriores,
el Banco de Argelia depreció el dinar y el gobierno del primer ministro
Abdelmalek Sellal limitó las importaciones de numerosos productos. A medida
que se suceden las medidas de austeridad, y que aumentan los precios
-oficialmente subieron un 6,2 % en noviembre de 2016- la vida cotidiana de
la gente en Argelia se ensombrece. Y muchos están amenazados en su empleo.
Rachid Bakhti, empresario de la construcción, despidió a 15 de sus 25
empleados a finales del verano de 2016. “El organismo público al que
entregué 148 viviendas en 2014 en la región de Blida sigue sin pagarme la
última franja del 40 %, según explica. Acabo un último encargo, pero el
futuro se vuelve tan sombrío en este sector que pienso salir de él”.

A finales de 2016, el movimiento de malestar se propagó primero en la
función pública. Colegios, institutos, y una parte de la estructuras de la
salud pública pararon para protestar por la supresión del derecho a la
jubilación proporcional sin condición de edad. El movimiento de protesta
volvió a iniciarse el pasado domingo en varias regiones, tras la aprobación
de esta reforma por el Parlamento” (La Croix, 1/02/2017).

— El 23 de agosto de 2017, Hocin Neffah en Africatime, señala: “El comienzo
del curso social señala un duro horizonte, con un comienzo de curso
extraordinariamente difícil dada la subida tremenda de los precios y un
poder de compra sujeto a una erosión drástica para el ciudadano normal.

El cordero de Aid (una de las fiestas más importantes ndt) no está al
alcance de los ciudadanos cuando el salario no supera el umbral de 40 000 DA
(1 euro= 1328 DA), esta carestía del ovino hipoteca la idea del sacrificio
para muchos desfavorecidos que ya no pueden permitirse una especie de ritual
que se ha vuelto un lujo. La vuelta a la escuela está considerada como el
signo más aparente y significativo del comienzo de curso social en general.
Cuando se acerca, es también un elemento que exaspera a las familias
argelinas por una razón bien sencilla: la de los gastos extras que se añaden
a los demás gastos en términos de consumo y de compra. Hay que recordar que
este año los precios de los artículos escolares y otros accesorios conexos
han conocido un aumento del 300 %, es decir, que la subida de los precios no
es algo imaginario, es de alguna forma algo así como un verdaderos suplicio
de Tántalo que este año 2017-2018 se abate sobre las capas desfavorecidas en
un comienzo de curso muy peligroso y difícil.

Una familia con tres hijos, por no tomar más que esta media, solo por lo que
se refiere a los gastos escolares, tiene que gastar la bagatela de 50 000
DA. Y si se añaden otros elementos que tienen que ver con la ropa, un
ciudadano normal está lejos de estar a la altura de los precios actuales tal
como se expresan actualmente en el mercado.

Es verdad que el Estado consagra una prima de escolaridad cercana a los 5000
DA, pero ¿basta esto para ayudar a una capa social cuyo salario no supera
los 35 000 DA mensuales (264,19 euros ndt)? Es una realidad difícil de
asumir, en la medida en que la subida de los precios afecta a muchos
segmentos del consumo y bienes. De rebote, el inicio del curso será aún más
difícil con la crisis financiera que se presenta como duradera.

El gobierno hace frente a una situación económica y financiera poco
alentadora, está en una postura en la que debe conciliar pragmatismo
económico y amortiguamiento del choque que caracterizan el aspecto económico
y financiero, teniendo en cuenta sus consecuencias en el plano social. En
efecto, el factor económico es el indicador por excelencia que puede
informar sobre la situación en su expresión global, pero el aspecto social
es la quintaesencia de las decisiones políticas en las que todo Estado que
se considere como tal desarrolla un planteamiento conciliador sin sacrificar
lo esencial de la estrategia que se apoya en la columna vertebral del
desarrollo y el crecimiento”.

— El HuffPost Algeria, con la APS oficial, el 24 de agosto de 2017, indica:
“En la apertura de la reunión gobierno-UGTA-patronal, el jueves 24 de agosto
de 2017, para preparar el próximo tripartito, el Primer Ministro Ahmed
Ouyahia expresó la inquietud que suscitó su vuelta al gobierno afirmando que
"se mantendrá" la política social del gobierno. “Argelia tiene una política
social constante fundada en la justicia social y la solidaridad nacional.
Querría por tanto asegurar a nuestros trabajadores y a todos los ciudadanos
que esta política social será mantenida por el gobierno”, declaró A. Ouyahia
en presencia de varios ministros, del secretario general de la UGTA
Abdelmadjid Sidi Said y de los presidentes de varias organizaciones
patronales”.

— Por su parte, el diario El Watan deja entrever el “malestar social”, “el
cabreo social”, que se mezcla con la crisis rampante del régimen, y por
tanto la voluntad de canalizar esto en un “tripartito” que tiene serias
dificultades para ponerse en pie. Adelène Meddi, escribe el 25 de agosto de
2017, “El tripartito [Estado, sindicato, patronal, un ejemplo más del
neocorporativismo en auge, procesos que hemos puesto de relieve desde hace
más de 15 años] previsto por el gobierno Tebboune para el 23 de septiembre
de 2017 en Ghardaia ha sido retrasado a una fecha posterior como
consecuencia de la reunión de ayer del nuevo Primer Ministro y los
interlocutores sociales (con excepción de los sindicatos autónomos).

Este retraso, oficialmente dictado por la agenda del Ejecutivo y para una
“mejor preparación y más amplia concertación entre los interlocutores
socioeconómicos”, significa en primer lugar que Ahmed Ouyahia (el Primer
Ministro) quiere imponer su propia agenda para “borrar” la de su predecesor
y, también, que no se han encontrado los equilibrios en la gestión de los
actores del adinerados.

“Argelia es un Estado de derecho que se ha dotado de todos los instrumentos
jurídicos para combatir todo ataque a la ley apoyándose en una justicia
independiente. Sin embargo, esta tarea consiste en trabajar por la
aplicación de las leyes, incluso en el terreno económico con toda la
eficacia querida (pero) también de forma serena y tranquila y no sembrando
inquietud y confusión”, declaró Ouyahia ayer en el Palacio del gobierno; una
forma de demostrar que el método Abdelmadjid Tebboune (antiguo Primer
Ministro desde el 25 de mayo de 2017 al 15 de agosto de 2017) era
condenable.

Tebboune que, recordemos, también seguía la hoja de ruta del Presidente.
“Todas estas empresas serán pues objeto de nuestra consideración sin
discriminación”, afirmó de nuevo Ouyahia. El Primer Ministro dice apoyarse
en el llamamiento atribuido al presidente Abdelaziz Buteflika esta semana,
que exhortaba a los actores económicos y sociales a dar “ejemplo a la
sociedad de cara a un impulso de solidaridad, de movilización y de unidad”.

Ouyahia expresó igualmente, en un ejercicio de equilibrista que se pretende
tranquilizador, “el sentimiento de respeto y solidaridad que el gobierno
promueve hacia todos los trabajadores”, pero también “la consideración hacia
todas las empresas públicas, privadas o mixtas”. El dirigente de la UGTA
(Unión General de los Trabajadores Argelinos), Abdelmadjid Sidi Said
[Sidi-Said es originario de la Kabilia. El secretario general del sindicato
UGTA Abelhak Benhamouda fue asesinado en 1997 en un atentado. Sidi Said fue
quien le sucedió], por su parte, defendió el planteamiento de “made in
Argelia”, saludando la “disponibilidad de las organizaciones patronales a
participar en la reconstrucción del tejido industrial nacional”. Una actitud
que no sorprende de quien acudió raudo en auxilio de Ali Haddad, patrón de
ETRHB [Grupo ETRHB HADDAD, empresa privada con sede en Dar El Beida,
construcción de carreteras, obras hidráulicas y edificios, que depende de
los encargos públicos], desde los primeros momentos de la crisis con el
ex-Primer Ministro.

Ali Haddad, repescado in extremis por círculos del poder, recordó (en dos
mensajes en 48 horas, uno de ello firmado conjuntamente con Sidi Said) su
“fidelidad” al jefe del Estado, en una extraña forma de arrimarse a la
política para un hombre de negocios. Y si no se adoptó ninguna resolución
clara en esta reunión, salvo las palabras tranquilizadoras de Ouyahia sobre
el carácter social del Estado, si se pusieron de manifiesto muchas
intenciones. Por ejemplo, Ouyahia “informó a los participantes de las
tensiones financieras a las que hace frente el país, así como de la hoja de
ruta que le trazó el presidente de la República, en particular para
movilizar financiaciones internas no convencionales, mantener el apoyo al
crecimiento en todos los sectores, incluyendo la industria, los servicios y
la agricultura, preservar y racionalizar la política pública de justicia
social y de solidaridad nacional”.

Mientras tanto, las partes que participan en el tripartito deberán ir
preparando el terreno. Una forma de mantener el statu quo y de no abordar el
choque frontal al inicio de curso social. (El Watan, 26 de agosto de 2017).

— El 9 de julio de 2017 en La Liberté a propósito de la situación en las
tres sociedades públicas, de hecho bajo tutela presidencial, Algérie
Télécom, ATM Mobilis et Algérie Poste, Nabila Saïdoun titulaba
“Tutela-sindicatos: la antorcha arde”. “Nada funciona en el sector de
Correos y de las Telecomunicaciones, que corre el riesgo de conocer una
parálisis general si no se encuentra un terreno de entente con la tutela en
poco tiempo.

Es al menos lo que dan a entender los responsables de los sindicatos de las
tres entidades que han anunciado la celebración de una concentración
nacional, prevista para el próximo miércoles, ante la sede de la Central
sindical (UGTA). Es por otra parte raro ver prácticamente a todos los
sindicatos del sector ponerse, al mismo tiempo, bajo el emblema de la
protesta y amenazar con ir hasta el final de su lógica, enarbolando de esa
forma la amenaza de la huelga que habría sido evitada, ayer, por los pelos”.

Según una fuente sindical, la reunión llamada “de reconciliación” que debía
tener lugar entre la tutela y los interlocutores sociales en la central
sindical “ha fracasado por la simple razón de que la ministra falló en el
último minuto, demandando que la reunión se celebrara posteriormente”.

Ahora bien, estos últimos tiempos se han precipitado los acontecimientos y
el conflicto se ha atascado, en particular en Algérie Télécom, afectada por
una inestabilidad y un malestar profundo desde hace ya tiempo, que no han
hecho más que acentuarse desde que Houda Iman Faraun tomó las riendas del
sector como ministro desde 2015. "Hay que reconocer que en el sector no se
ha hecho nada, salvo despedir personal y nombramientos incesantes (2 veces
para Mobilis, 4 veces para Algérie Télécoms, Algerie Poste, ATS (Algérie
Telécom Satellite), la ANPT (Agence national de promotion et de
développement des parcs technologiques), etc.) sin que esto obedezca a
ninguna lógica -al no estar establecido ningún balance contable- y la
elaboración de un texto de ley sobre las telecomunicaciones lejos de la
realidad del sector, así como la creación de una filial en España que no
tiene ninguna razón de ser y conflictos incesantes con ciertos cuadros que
no comprenden nada de esta injerencia llevada a ultranza", se quejan
nuestras fuentes sindicales que describen "un sector en retroceso" y sobre
todo "incapaz de generar rentas consecuentes para el Estado como debería
hacerlo". Argelia como país con grandes potencialidades continúa, en efecto,
aumentando la distancia que la separa del deseo piadoso de "construir una
sociedad fundada en el saber y el conocimiento" clasificándose prácticamente
en la parte baja del cuadro de todas las estadísticas de los organismos
internacionales que atestan un fracaso estrepitoso de la política en la
materia.

— El fondo de la discordia: el dinero de las obras sociales y la ley sobre
las telecomunicaciones: "La tutela elaboró un nuevo texto de ley sobre las
telecomunicaciones sin nuestra participación. Fué preciso plantear un pulso
para que la ministra se muestre más receptiva, lo que en si mismo es
inadmisible", nos explicó ayer M. Tchoulak, en su calidad de Secretario
General de la Federación de trabajadores de Correos y de las TIC
[Tecnologías de la Información y las Comunicaciones], que sigue convencido
de que "ese mismo texto sigue siendo inadecuado y está por debajo de lo que
se esperaba".

1.Tchoulak, a quien se reprocha, por otra parte, estar siempre a la cabeza
de la Federación tras haberse jubilado hace algunos meses, se defiende: "No
hay ningún artículo en los estatutos de la UGTA que me prohíba estar a la
cabeza de la Federación. Solo la base es capaz de mantenerme o de
destituirme". También nos indicó que "el Congreso de la Federación se
celebrará el fin de semana próximo para abordar numerosas cuestiones"  1/.

Otro punto de discordia emana de los sindicalistas que intervienen en un
conflicto puramente sindical como ocurrió en Correos y actualmente en
Algérie Télécom que plantean el dossier de las obras sociales  2/. Algunos
reclaman "aclaraciones sobre los 280 mil millones de céntimos que serían
gestionados por la Federación así como los bienes del sector gestionados por
la mutua". Sobre este capítulo, M. Tchoulak explica: "Se trata de hecho de
132 mil millones de céntimos de Algérie Télécom y 142 otros de Algérie Poste
como subvenciones de las obras sociales de 2003 a 2015 que fueron confiadas
a la mutua en tiempos del difunto Maghlaoui en ausencia de CP. Para Correos,
esto no plantea problemas, pero para Algérie Télécom, se registra una
agitación a causa de la retirada de confianza del antiguo sindicato y la
elección de un nuevo representante que la tutela, por medio de la dirección,
no reconoce, creando así una situación de bloqueo cuando está obligada a no
inmiscuirse en los asuntos sindicales". En suma, más problemas que no
aportan nada a este sector y responsables que no hacen más que parches sin
tomar decisiones radicales capaces de hacer avanzar las cosas. El último
invento ha sido "arabizar totalmente correos".

Notas de Redacción de A l´encontre

1/  La UGTA fue fundada en febrero de 1956 en el ambiente de la lucha de
liberación nacional, iniciada en 1954, desde el punto de vista del FLN y por
orden del Frente. De hecho, esta lucha por la "independencia nacional", en
el plano político se expresó con claridad desde 1926 con la publicación de
L’Etoile nord-africaine, (con la ayuda de viejos comunistas sensibles a esta
reivindicación) y, luego, en 1927, con la "declaración de independencia", de
Ahmed Mesli, llamado Messali Hadj. En la lucha post-1954 contra el
colonialismo francés los trabajadores argelinos se separarían de los
sindicatos franceses y de las luchas corporativas. Se inscribieron,
mayoritariamente, en un combate por "una nación argelina independiente". Es
el nacimiento de la Unión General de los Trabajadores (UGTA) de Aissat Idir
en febrero de 1956, que va a dominar todos los sectores económicos del país
y por tanto a restablecer una relación Estado
nación-Independencia-Sindicato. Lo que hacía escribir, con razón, en 2006 a
Adel Abderrezak: "El objetivo primordial era el interés de la nación, una
nación a liberar, la conciencia nacional se puso por delante de la
conciencia social. La UGTA ha permanecido aferrada a esta lógica tras la
independencia en 1962-1965. Servir a la nación argelina independiente, es
por tanto servir al Estado que construye esta nación, y es por consiguiente,
finalmente, servir al poder que ocupa y se apropia del Estado nación.
Fundamentalmente, la UGTA ha permanecido presa de esta visión nacionalista"

2/  El 3 de junio de 2017, Lyda Abbou, en Maghreb Emergent, ponía el acento
en la batalla intrasindical, que al margen de consideraciones informadas,
traduce los efectos de relaciones fuertemente orgánicas entre el poder y los
aparatos sindicales. "El antiguo secretario general, Oukal Mustapha, está en
el punto de mira de la Federación nacional UGTA de los trabajadores de PTIC
(FNT/PTIC Frente Nacional de Trabajadores-UGTA -sector Correos y Tecnologías
de la Información y de la Comunicación) no ha asistido siquiera a la reunión
extraordinaria del consejo sindical. Messahel Samir era candidato único y ha
sido elegido para tres años. Oukal Mustapha es cargado de todos los males
posibles entre ellos el de haber cometido "graves sobrecostos" según un
miembro de la Federación. Su reemplazo se ha hecho según una operación
supervisada por el secretario general de la federación Mohamed Tchoulak, y
el secretario general de la UGTA, Noureddine El Wassaa. Todo parece haber
"vuelto al orden" según los deseos de la Federación. Pero el comité de
participación de la empresa ha tenido al menos tiempo para revelar, en una
conferencia de prensa, que la Federación tenía cosas que reprocharse en el
terreno de la gestión de las obras sociales de Algérie Télécom.

El miércoles, la víspera de la celebración de la reunión extraordinaria del
consejo sindical, el presidente del Comité de Participación de Algérie
Télécom (CP), Karim Bouaziz, ha revelado que la antigua comisión de obras
sociales rechazó, en 2014, hacer un traspaso de poderes en las condiciones
adecuadas. Y que la Federación ha sido embargada y no ha hecho nada para que
el procedimiento legal llegara a su fin. Este rechazo a hacer el traspaso
era un signo de una gestión problemática de las obras sociales, lo que ha
provocado el recurso por Algérie Télécom a una auditoría externa que ha
entregado sus conclusiones sobre la situación jurídica y financiera. La
auditoría ha provocado a su vez el desencadenamiento de una investigación de
la Inspección General de Finanzas (IGF). Según Karim Bouaziz, la operación
de control de la IGF ha revelado la existencia de irregularidades y de
anomalías "graves y merecedoras de calificaciones penales". El jueves a
algunos sindicalistas partidarios del secretario general destituido se les
ha prohibido asistir a la reunión. Éstos, que han deseado conservar el
anonimato, rechazan categóricamente las acusaciones de mala gestión contra
el antiguo secretario general. Oukal Mustapha que, han asegurado, es un
"hombre serio". Su marginación ha sido "decidida arriba" en el seno de la
UGTA. Es un "asunto de dinero" sencillamente y hay cosas que se quieren
ocultar sobre la gestión de las obras sociales entre 2003 y 2014".

En conclusión: no son de lejos solo las "obras sociales", en el sentido más
general, las que son ocultadas y, al mismo tiempo captadas en favor de
intereses económicos y sociales aprovechados de una forma privativa y
excluyendo a la amplia mayoría de la población argelina, en todas sus
componentes regionales.

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