Paraguay/ La victoria de la desconfianza electoral [Andrés Colmán Gutiérrez]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Abr 27 16:33:40 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

27 de abril 2018

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Paraguay



La victoria de la desconfianza electoral



La ajustada victoria del presidenciable colorado, Mario Abdo Benítez, se vio
empañada por las denuncias de fraude electoral de parte de la oposición y
por manifestaciones ciudadanas. El conteo de votos sigue y al parecer no
habrá modificaciones. El presidente Cartes renunciará para jurar como
senador y en su lugar podría asumir la primera mujer presidenta del país.



Andrés Colmán Gutiérrez, desde Asunción



Brecha, 27-4-2018

https://brecha.com.uy/



“¡Nos robaron los votos! ¡Queremos justicia!”, rezaba la pancarta de
cartulina sostenida por Miguela Rodríguez, estudiante de enfermería, en la
noche del martes 24, frente a la sede de la justicia electoral, en el barrio
Tembetary, de Asunción. Allí más de mil personas habían cerrado la calle
para reclamar ante una muralla de policías antimotines, luego de que el
candidato de la opositora alianza Ganar, Efraín Alegre, denunció un “gran
fraude electoral” a favor del oficialista Partido Colorado. Miguela había
votado por la plataforma feminista Kuña Pyrenda, pero al controlar el acta
de su mesa, descubrió que allí este partido tenía cero votos.



Las elecciones generales del domingo se habían desarrollado en forma
tranquila, sin más sobresaltos que los habituales. Los observadores
internacionales de la Unión Europea (UE) y de la Oea reportaron que en
algunas mesas receptoras de votos no se habían presentado veedores de la
oposición y las autoridades eran todas del Partido Colorado, pero cosas así
son consideradas “normales” en el ámbito político paraguayo.



Desde la media mañana, las primeras encuestas de boca de urna daban un
resultado de 55,4 por ciento a favor de uno de los candidatos, contra 37,8
por ciento de su principal oponente, y en las redes sociales se sostenía que
el claro ganador era el colorado Mario Abdo Benítez. La tendencia se mantuvo
en los demás informes, confirmando lo que habían anunciado la mayoría de las
encuestas, que daban ganador al mismo candidato por 54,9 por ciento contra
28,6 del opositor Alegre, un margen que nunca antes se había dado en
anteriores elecciones.



Los resultados que dieron en la noche del domingo los ministros del Tribunal
Superior de Justicia Electoral (Tsje), con base en el sistema de Trasmisión
de Resultados Electorales Preliminares (Trep), fueron sin embargo muy
diferentes. Sobre el 99,67 por ciento de votos escrutados anunciaron que el
colorado Mario Abdo Benítez ganaba las elecciones con un 46,44 por ciento de
los votos, mientras su contrincante Efraín Alegre había obtenido 42,74 por
ciento. La diferencia era de sólo 3,7 puntos, la más baja en toda la
reciente historia política paraguaya.



Esa noche el candidato de Ganar se negó a reconocer la victoria de Abdo
Benítez. “Son resultados preliminares, vamos a aguardar el juzgamiento de
las actas, que puede llevar una semana”, dijo en una conferencia de prensa.
Era la primera vez en elecciones tras la caída de la dictadura stronista
(1954-1989) que un candidato opositor se negaba a reconocer la victoria de
su contrincante. Ello no impidió que los colorados salieran a tomar las
calles y que Abdo Benítez celebrara en un multitudinario acto, con un
discurso conciliador, en el que propuso superar las diferencias y las
confrontaciones para “unir a todos los paraguayos”.



Indignación sin resultados



En los días siguientes, mientras el presidente electo empezaba a barajar
nombres para su próximo gabinete, las redes sociales y los medios de
comunicación empezaron a llenarse de denuncias de supuestos casos de fraude
electoral, principalmente con fotos de los certificados con que la justicia
electoral realizó el conteo rápido, que no coincidían con los de los
resultados finales, en los que se constata la desaparición de votos a favor
de la alianza Ganar y varios partidos y movimientos más pequeños.



En la mañana del martes el presidente del Congreso y principal candidato a
senador por Ganar, el ex presidente Fernando Lugo, acudió a la sede de la
justicia electoral, junto con Efraín Alegre, a denunciar “la posibilidad de
un gran fraude electoral”. Solicitaron que las autoridades detengan el
conteo de votos y reinicien el proceso ante las cámaras de televisión. Los
ministros del Tsje denegaron el pedido, rechazaron las denuncias de fraude y
aseguraron que todas las irregularidades podrán ser verificadas y corregidas
durante el estudio de las actas, tarea que demandará varios días.



La negativa sólo exacerbó la desconfianza. Esa tarde, y en la noche, una
multitud estimada en más de mil personas se movilizó frente a la sede de la
justicia electoral y permaneció en vigilia hasta el amanecer. También hubo
manifestaciones más pequeñas en otras ciudades del país y de grupos de
paraguayos residentes en Argentina, España y Estados Unidos, frente a las
sedes de sus embajadas.



Las denuncias de fraude, sin embargo, fueron principalmente orales y
mediáticas, no hubo una presentación de pruebas ante la justicia electoral
ni la justicia ordinaria. Ante esa situación, varios analistas acusaron a
los principales referentes de la oposición de ser irresponsables y de no
saber aceptar la derrota, alegando que las irregularidades deben resolverse
en el proceso de escrutinio de los votos.



Sistema electoral obsoleto



En críticos informes, las misiones de observadores electorales de la UE y de
la Oea coincidieron en que las elecciones estuvieron bien administradas por
la justicia electoral, pero señalaron que se notaron muchas irregularidades
y falencias, que deben ser subsanadas con urgencia.



“Las elecciones se desarrollaron en un contexto de debilidad institucional,
falta de confianza en las estructuras políticas e inercia judicial. La falta
de confianza en las instituciones se agravó por la inclusión de candidatos
acusados de corrupción y de tráfico de influencias en las listas de los
partidos, así como también por la iniciativa legislativa de la ley conocida
como de ‘autoblindaje’ por el Congreso, percibida por el público como una
armadura para proteger a los legisladores de la pérdida de investidura”,
sostiene el informe de la misión de la UE, dirigida por la eurodiputada
Renate Weber.



El documento contiene duras críticas al Poder Judicial paraguayo,
“ampliamente percibido como politizado y sujeto a la presión y al control
político”. Y coincide con la misión de la Oea, dirigida por la ex presidenta
de Costa Rica Laura Chinchilla, en que es urgente reformar y actualizar la
desfasada legislación electoral.



El politólogo Marcelo Lachi coincidió con este punto. “El sistema electoral
paraguayo se quedó en el tiempo, hoy es obsoleto y está fallado. La justicia
electoral no pudo avanzar, porque hace 25 años era una referencia de
institucionalidad y hoy es un furgón de cola”, aseguró (Última Hora,
26-IV-18). El sistema montado favorece sólo a los dos principales partidos
(Colorado y Liberal), y permite robar votos a los partidos que no tienen
capacidad para controlar las mesas.



Avances y expectativas



Hasta el cierre de la redacción de este artículo, los referentes de la
alianza Ganar se mantenían en sus acusaciones de fraude electoral y enviaron
denuncias por escrito a los observadores de la Oea y de la UE, pero aseguran
que van a esperar el juzgamiento total de los votos, tarea que puede llevar
más de una semana, para reconocer los resultados.



Mientras tanto, el ya reconocido como ganador por la justicia electoral,
Mario Abdo Benítez, instaló una especie de despacho presidencial paralelo en
su residencia, donde concedió audiencias a importantes embajadores, como los
de Estados Unidos y Rusia, quienes lo felicitaron por su victoria y le
ofrecieron cooperación.



En la mañana del jueves también se anunció que la ministra de la Corte
Suprema de Justicia Alicia Pucheta presentará su renuncia para aceptar su
posible designación como presidenta de la República, una vez que el actual
presidente, Horacio Cartes, y el vicepresidente, Juan Afara, logren
renunciar a sus cargos para jurar como senadores electos por el Partido
Colorado, el próximo 1 de julio, cuando se inicie un nuevo período del Poder
Legislativo. La maniobra política no será muy fácil, ya que la Constitución
paraguaya sostiene que los ex presidentes no pueden ser legisladores
activos, sólo vitalicios, pero Cartes obtuvo una resolución especial de la
Corte Suprema que lo habilita, como también al ex presidente Nicanor Duarte
Frutos, electo senador.



Referentes de la oposición aseguran que no permitirán el juramento de
Cartes, Afara y Nicanor, pero, de confirmarse los resultados preliminares,
el Partido Colorado contará con mayoría propia en Diputados y fuerzas
aliadas en el Senado que le permitirían sortear el obstáculo. En ese caso,
Pucheta, cercana al sector colorado cartista, de conseguir el respaldo del
Congreso, se convertiría en la primera mujer presidenta de la historia del
país, y gobernará hasta el próximo 15 de agosto, cuando deberá entregar el
mando al presidente electo.

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