Uruguay/ Menos alimentos y a más gente. Recortes en planes sociales impactan en todo el país [Paula Barquet]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Sab Ago 11 21:29:36 UYT 2018


 

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Correspondencia de Prensa

11 de agosto 2018

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Uruguay

 

Menos alimentos y a menos gente

 

Hambre de explicaciones

 

Final abrupto. Sin aviso ni argumentos, el Ministerio de Desarrollo Social
decidió reducir las prestaciones alimentarias que otorgaba el Instituto
Nacional de Alimentación. El impacto lo sienten niños y embarazadas con
riesgo nutricional, enfermos crónicos y organizaciones sociales de todo el
país.

 

Paula Barquet

 

Que Pasa, 11-8-2018 

https://www.elpais.com.uy/

 

Todo empezó con buenas intenciones. Desde las direcciones del Ministerio de
Desarrollo Social (Mides) se transmitía el mensaje de que habría cambios en
las prestaciones alimenticias y que el objetivo era el de siempre: aumentar
la prevención, y focalizar en los niños más pequeños y en las embarazadas.
Los funcionarios pedían más información para calmar la incertidumbre que por
entonces empezaba a perturbar en las casas, en los barrios, en los centros
de salud. Ya vendrán explicaciones, les contestaban.

 

Sobre fin de año, los técnicos del Instituto Nacional de Alimentación (INDA)
—que dejó el Ministerio de Trabajo y se integró al Mides en 2016—, supieron
que varios de sus programas pasarían a regirse por el Índice de Carencias
Críticas, un instrumento que toma indicadores de vivienda, educación,
confort y composición del hogar para determinar quiénes son beneficiarios y
quiénes no. Supieron, también, que el Programa de Riesgo Nutricional (PRIN)
dejaría de abarcar a todos los menores de 18 años con problemas de nutrición
y pasaría a concentrarse en los menores de cinco. Seguiría incluyendo a
embarazadas y a madres en lactancia adelgazada. Hasta ahí había dudas, pero
no mayores discrepancias.

 

Pasó fin de año, pasó el verano, y en marzo se armó un cronograma de rondas
en el interior para explicar que, como parte de estos cambios, las
intendencias dejarían de ser las que entregaran los alimentos y la posta la
tomarían las oficinas territoriales del Mides. Se hizo una primera
capacitación, pero no hubo más. A la vez que se suspendía el cronograma,
dejaba de funcionar el sistema informático por el cual los trabajadores
ingresaban a la gente a los programas. Todo era muy confuso para los
técnicos. Que ya se restablecería, les decían. Que se limitaran a transmitir
que el sistema estaba caído.

 

El tiempo pasó y el sistema no volvió. Tras Semana de Turismo llegó una
nueva comunicación: aquello de los menores de cinco años no corría más. La
idea ahora era "universalizar" el PRIN a todos los recién nacidos y a todas
las embarazadas en el tercer trimestre de gestación.

 

Pero eso tampoco sucedió. Pasó abril, pasó mayo, creció la incertidumbre y
el malestar, y sin información concreta, los operadores no tenían otra que
decirles a los beneficiarios que trataran de proyectarse a fin de mes sin
las prestaciones que estaban acostumbrados a recibir. Que por las dudas no
contaran con ello.

 

Finalmente se supo la decisión del Mides: el PRIN pasaría a ser para todos
los niños nacidos en el Pereira Rossell, pero solo para ellos. Ya no
importaría el riesgo nutricional. No se miraría más el bajo peso, el retraso
de talla o la anemia. El programa ya no incluiría, como solía hacer, a
embarazadas adolescentes, o con bajo peso, o con anemia, ni a madres con
bajo peso que amamantaran. El PRIN pasaría a ser exclusivamente del Pereira
y su beneficio, unos 600 pesos mensuales, se cobraría solo por un año, ya no
por dos. Los niños nacidos en otras maternidades no estarían contemplados.
Eso sí: los dos kilos de leche en polvo que recibían los beneficiarios
antes, se eliminarían para todos. Para los del Pereira también.

 

A los técnicos del INDA la noticia les cayó muy mal. Informalmente supieron
que los rubros no alcanzaban para la universalización. Sin una comunicación
oficial, el 1 de junio comenzó a regir la nueva disposición. Desinformados,
los operadores en territorio siguieron derivando gente. Nadie tenía una
respuesta.

 

Dice Sergio Turra, nutricionista y vocero de los técnicos del INDA, que tras
la exigencia sindical de ellos y de los funcionarios del Mides, se elaboró
un protocolo a fines de julio. El documento no dice nada sobre el viejo
PRIN. Ahora se llama "PRIN CHPR" (por Centro Hospitalario Pereira Rossell),
y especifica: "El objetivo es complementar mediante una transferencia
monetaria los ingresos de hogares vulnerables ante la llegada de un nuevo
hijo". Para cobrarla no alcanza con la vulnerabilidad: se pide un
certificado de nacimiento en el Pereira.

 

"No nos parece mal focalizar ahí", aclara Turra, "pero nos preocupa que los
niños nacidos en maternidades similares al Pereira, inclusive en el sector
privado, no sean contempladas de ninguna forma. ¿Por qué el Pereira? Es una
injusticia".

 

Desde entonces, el sindicato del INDA intentó reunirse con las autoridades,
pero no tuvieron éxito. El 20 de julio difundieron un comunicado, pero reinó
el silencio. "Nos pusimos a disposición para ver cómo podíamos revertir el
plan, porque nos parece que se está cometiendo un error. Solo se nos dice
que no se discute la política con los trabajadores. Somos técnicos, con años
de trabajo. Hemos sido pacientes, pero ahora salimos porque se desconocen
algunos problemas alimentarios de la población", plantea Turra.

 

En una resolución fechada el 18 de mayo, y que no figura en la web de
Presidencia ni en la del Mides, la ministra Marina Arismendi refiere a un
"proceso de mejora de gestión y unificación de transferencias" y sostiene
que "el programa Tarjeta Uruguay Social brinda actualmente cobertura
integral a los objetivos que dieron origen al PRIN".

 

Según las cifras en poder del sindicato de funcionarios del INDA, el PRIN
llegaba a 15.000 beneficiarios, entre niños y mujeres. Eso significaba unos
US$ 286.000 por mes. Desde junio se redujo a los 7.000 que nacen al año en
el Pereira Rossell, independientemente de su situación nutricional. Es
cierto que la obesidad y el sobrepeso son el principal problema, pero aún
hoy hay 3.000 niños que nacen con bajo peso cada año. Según la Encuesta de
Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud (Endis), el 11% de los niños más
pobres tienen retraso de talla y el 13% está en situación de inseguridad
alimentaria severa.

 

"Sabemos que 600 pesos al mes no solucionan nada, pero era un aporte. Se nos
ha dicho que las familias ya cobran asignación familiar, Tarjeta Uruguay
Social, y está bien, pero aparte tenían esto y ahora ya no. No era un
invento, no era un regalo, era porque tenían un problema nutricional",
insiste Turra.

 

El director del INDA, Gerardo Lorbeer, no hace declaraciones porque está en
negociaciones con el sindicato, según dijeron desde el Mides, aunque Turra
aseguró que dichas negociaciones son salariales y no tienen nada que ver con
estos recortes. En el ministerio tampoco quisieron hacer comentarios. Solo
respondieron que la idea sigue siendo extender la prestación a otras
maternidades, y que se empezó por el Pereira porque se entiende que allí se
concentra el mayor número de nacimientos con "riesgo socio-sanitario". Sin
embargo, eso no está escrito ni en la resolución ni en el protocolo.

 

Cada vez menos

 

El dulce de membrillo. Eso, y la cocoa, son la obsesión de Cristina
Figueroa, que junto a otras cinco madres de adictos rehabilitados llevan
adelante una ONG en Rivera para ayudar a otros jóvenes que aún dependen de
sustancias. Hace tres meses que la canasta que recibía del INDA le llega
tarde, y con la mitad de los alimentos. El dulce de membrillo, que para ella
es vital porque "baja las revoluciones" que le siguen al consumo, no le
llegó más.

 

La visitadora del INDA le recomendó que escribiera un mail reclamando por lo
perdido. Eso fue hace un tiempo, y no obtuvo respuesta. Hace unos días
volvió a escribir, pero nada. Figueroa sabe que en Rivera hay varios
comedores y clubes de niños afectados por lo mismo. Ella dice que su único
apoyo económico proviene de la junta departamental. Si la ayuda del INDA no
se restablece, no podrá seguir dando desayuno, almuerzo y merienda a los 38
jóvenes que se sientan cada día a la mesa en el local de "Volver: adictos a
la vida". Perseverante, la mujer sale casa por casa a pedir a los vecinos el
dulce y la cocoa. Por ahora los consigue, porque "la gente, cuando se trata
de comida, te da".

 

A 250 kilómetros de allí, en Paso de los Toros, el único hogar de ancianos
sin fines de lucro en la localidad enfrenta la misma pérdida. Por teléfono,
y de memoria, Raquel Mujica recita las cantidades de alimentos que solía
recibir: 120 kilos de leche en polvo, 156 de azúcar, 84 de harina, 36 de
harina de maíz, 30 de sémola, 10 de lentejas, 36 litros de aceite. Hace 12
años que cada dos meses, los primeros días de mes, invariablemente tenía los
alimentos en la cocina. Ahora, asegura, llega la mitad, y tarde.

 

Para Mujica sería "muy difícil" afrontar los gastos de la casa sin eso. Los
48 abuelos a los que cuida aportan una mensualidad, pero el presupuesto está
armado teniendo en cuenta el aporte del INDA que ahora parece tambalear.
Estos últimos meses se las arregló recortando "gastos menos importantes"
para tener para la comida. Como le resulta insostenible, escribió una carta
al INDA. Al cabo de 10 días le mandaron un refuerzo alimenticio. ¿Qué pasará
el mes que viene? No sabe. Nadie le ha dado una respuesta.

 

Unos 200 kilómetros más lejos, en un merendero de Nuevo Berlín, Julia
Minetto atiende la llamada y pide unos minutos para fijarse en un viejo
bibliorato cuándo fue la última vez que llegó alimento del INDA. El 25 de
mayo, dice. Le queda leche en polvo como para funcionar hasta el martes. La
cocoa se consigue, el azúcar también. El dulce de membrillo para ella no es
tan importante. Lo fundamental es la leche. "Es lo que necesito", explica.

 

Minetto pone en contexto la localidad en la que trabaja. Dice que no es "tan
pobre", que los niños reciben tres comidas en la escuela de tiempo completo,
que hay iglesias que ofrecen una taza de leche los fines de semana. Sin
embargo, hay 31 niños y adultos que cuentan con su merienda cada día. Ahora
que el INDA manda menos, y con menos frecuencia, pide ayuda al municipio.
"Nos vamos manejando", asegura. Todo es solucionable. Todo, menos la leche.

 

Como estas tres organizaciones, hay unas 620 a las que el INDA asiste como
parte del programa Apoyo a Instituciones Públicas y Privadas (AIPP). Son
merenderos, clubes de niños, hogares de ancianos, organizaciones que
trabajan con adolescentes y con personas con discapacidad. Todas atienden
población vulnerable o tienen fines socioeducativos. Según relevó el
sindicato, la leche en polvo se redujo un 50% y los alimentos en promedio un
20%. Además, lo que se entregaba cada dos meses ahora se hará cada tres. La
disminución del suministro se dio sin aviso ni explicación.

 

Y a menos gente

 

Hay otros afectados: son celíacos, personas con insuficiencia renal en
hemodiálisis, portadores de VIH, pacientes oncológicos, diabéticos
imposibilitados de trabajar, enfermos de fenilcetonuria, lupus, fibrosis
quística, esclerosis múltiple, pie de cristal. Hasta hace un mes, si sus
ingresos eran menores a $ 10.032, podían inscribirse en el Plan de Atención
a Enfermos Crónicos (PAEC) y recibir una transferencia de unos $ 600 (o una
canasta con alimentos con el equivalente), y un kilo de leche en polvo.

 

Ahora, como parte de los cambios, la ministra resolvió que los beneficiarios
sean solo aquellos elegibles según el Índice de Carencias Críticas. Implica
que ya no se tienen en cuenta solo los ingresos, sino también las
condiciones de la vivienda. Implica, en los hechos, que aquellas personas
que vivan en casas con piso, techo o paredes de material, ya no calificarán.
Implica, también, esperar una visita de los técnicos del Mides para valorar
el hogar. Según denuncia el sindicato del INDA, las visitas llevan un año de
atraso.

 

Varias asociaciones de pacientes consultadas están al tanto de los cambios y
han recibido consultas. En Asepo, la que nuclea a los que viven con VIH,
dijeron que están atendiendo las situaciones puntualmente, por ejemplo, con
tiques de alimentación. Pero la organización tiene pocos recursos como para
sostenerlo.

 

En Acelu, la asociación de celíacos, han recibido decenas de llamadas, sobre
todo de madres de niños con celiaquía que no entienden por qué ya no acceden
a la prestación. Susana Tchekmeyan, presidenta de la asociación, está
indignada. Hace dos semanas, mientras llegaban las primeras consultas
telefónicas, en el Parlamento el ministro Danilo Astori rechazaba la
posibilidad de contemplar una baja en los precios de los productos sin
gluten, que cuestan hasta 400% más que los comunes. Pidió una reunión en el
INDA, se la aceptaron, pero se suspendió y ahora está esperando recoordinar.

 

"Al cambiar los criterios, está saliendo mucha gente de esa prestación. No
es mucha plata, pero todo ayuda para quien no tiene la posibilidad de llegar
a fin de mes. La lucha debería ser para que fuera mucho mejor", se queja.
"Estamos perdiendo un derecho adquirido".

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Unos 300 CAIF quedarán sin vigilancia nutricional

 

El sindicato del INDA también alerta que entre los cambios implementados, se
decidió que siete nutricionistas que habían concursado por sus cargos y
hacían vigilancia alimenticia en 16 departamentos, pasen a trabajar como
operadoras de Uruguay Crece Contigo. Por ahora no está planteado que haya un
llamado para cubrir estas vacantes. Tras la redistribución de las técnicos,
hay 38 mil niños que asisten a unos 300 CAIF que quedarán sin esa
supervisión. Actualmente, las nutricionistas realizan dos controles de peso
y talla al año para detectar niños con riesgo nutricional, se contactan con
los centros de salud para el seguimiento de los casos y hacen gestiones para
garantizarles todas las comidas. Se pierde también el asesoramiento en las
compras, en la cantidad y la calidad de los alimentos. "Ya no habrá quien
detecte los casos más frágiles. Solo los más evidentes recibirán ayuda",
advierte el sindicato. El INDA perdió el 50% de sus nutricionistas en los
últimos tres años.

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Críticas y preocupación en la UdelaR y en la oposición

 

Las profesoras Gabriela Fajardo y Alejandra Girona, del Observatorio del
Derecho a la Alimentación de la Escuela de Nutrición de la Udelar, enviaron
una carta al director del INDA, Gerardo Lorbeer, en la que expresan su
preocupación por los cambios, detallan una serie de cifras para exhibir los
problemas nutricionales de la población uruguaya, y concluyen: "Por tanto,
teniendo en cuenta la realidad nutricional de miles de familias y en
particular de los niños y adolescentes que nacen y crecen en la pobreza, así
como el impacto negativo que tiene el déficit nutricional sobre la salud y
el capital social, afirmamos que cualquier estrategia que pretenda lograr de
modo sostenible reducir la pobreza y el hambre, debe considerar el derecho a
la alimentación y el acceso a alimentos de calidad como uno de sus ejes;
mejora que no parecería ser posible si se recortan prestaciones a las
poblaciones más vulnerables, sin un análisis técnico detallado, integrado y
participativo de las consecuencias que las medidas adoptadas pueden provocar
a corto, mediano y largo plazo.

 

Por lo expuesto, creemos oportuno establecer a la brevedad una mesa de
trabajo intersectorial, a la que desde ya nos ponemos a disposición, como
estrategia para la búsqueda de soluciones al problema planteado, mitigando
así las consecuencias sobre la salud de la población".

 

La noticia llegó en estos días a la Sociedad de Pediatría del Uruguay, donde
funciona un comité social que hasta ayer se estaba interiorizando al
respecto para adoptar una posición.

 

En tanto, el senador blanco Luis Lacalle Pou, cursó un pedido de informes al
Mides la semana pasada. Allí pide saber los motivos de los cambios que
implican un "recorte al apoyo alimentario" de niños, embarazadas y madres en
lactancia. Respecto a cada una de las modificaciones solicita se le adjunten
"informes técnicos que avalen la medida". Además, pide que se le aporten los
documentos con los que se les comunicó el cambio a los funcionarios, y "un
informe técnico detallado" de las consecuencias del mismo.

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