Argentina/Mundo/ Trabajo infantil. Un flagelo inherente al capitalismo [Gast髇 Remy]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Dic 9 12:26:15 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

9 de diciembre 2018

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Argentina/Mundo



Trabajo infantil y capitalismo



Gast贸n Remy *

Ideas de Izquierda, 9-12-2018

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En la Argentina el 16 % de los menores de 5 a 15 trabajan para un patr贸n, porcentaje que sube al 40 % en el caso de los adolescentes de 16 y 17 a帽os. Cifras similares reflejan los informes de la OIT (Organizaci贸n Internacional del Trabajo) en todo el mundo.



Durante la revoluci贸n industrial en el siglo XIX la introducci贸n de nuevas m谩quinas redujo la fuerza f铆sica necesaria para ciertas tareas. Lo cual facilit贸 el ingreso de ni帽os y mujeres a la industria en reemplazo del obrero var贸n, quien encontr贸 a partir de ese momento a sus propios familiares como competidores directos dentro de las f谩bricas.



Con el ingreso de ni帽os y mujeres como fuerza de trabajo a la producci贸n, los capitalistas se apropian de un mayor plusproducto o plusvalor que genera cada nuevo trabajador. Por ende, esta masa de trabajo excedente, supera el pago total de los nuevos salarios. Es as铆 que al capital le resulta un buen negocio contar con fuerza de trabajo de ni帽os y mujeres siempre disponible.



A partir de estos cambios en las condiciones laborales las consecuencias sobre las vidas de las mujeres y ni帽os fueron desastrosas. Marx basado en los estudios de Friedrich Engels sobre la situaci贸n de la clase obrera en Inglaterra, lleg贸 a hablar de una 鈥渄evastaci贸n intelectual, producida artificialmente al transformar a personas que no han alcanzado la madurez en simples m谩quinas de fabricar plusvalor鈥 [1]. A la vez, el autor de El Capital denunci贸 como los capitalistas acud铆an a todo tipo de enga帽os y trucos con tal de evadir las tibias reglamentaciones legales que reg铆an sobre el trabajo infantil, una forma de devorar sin l铆mites la fuerza de trabajo de los menores.



Si esto puede parecernos algo lejano en el tiempo, lo cierto es que una de las inclinaciones permanentes de los capitalistas es a reducir al m铆nimo indispensable lo que pagan por la fuerza de trabajo, la incorporaci贸n de todos los miembros de la familia obrera a las labores en edad temprana, contribuye a este objetivo, permitiendo al capitalista pagar menos a cada trabajador adulto por el mantenimiento de su familia.



El trabajo infantil ha sido una constante del capitalismo que encuentra en las ni帽as, ni帽os y adolescentes un reservorio de fuerza de trabajo d贸cil y de bajo costo. Seg煤n la OIT en todo el planeta en 2016 hab铆a 152 millones de menores que trabajan y 73 millones lo hac铆an en trabajos peligrosos que abarcan m煤ltiples actividades como pueden ser el tabaco, el algod贸n, la miner铆a hasta la trata de personas, el narcotr谩fico y la prostituci贸n seg煤n el organismo internacional [2].



En nuestro pa铆s, estall贸 el esc谩ndalo a partir de las declaraciones de diputados del massismo, la UCR (Uni贸n C铆vica Radical) y el PJ (Partido Justicialista) en la provincia de Jujuy, a favor de que las y los hijos de la clase obrera trabajen desde peque帽os en los campos de tabaco. Es que, efectivamente, las explotaciones capitalistas agr铆colas conforman el sector que concentra el 70 % del trabajo infantil en el mundo en la actualidad.



驴Qui茅n determina la edad de ingreso al mercado de trabajo?



Algunas pautas para poder pensar la persistencia del trabajo infantil en pleno siglo XXI nos lleva a indagar en los aspectos que hacen a las necesidades de valorizaci贸n del capital. En este sentido encontramos algunos aportes de autores como Juan I帽igo Carrera quien en su libro Trabajo Infantil y Capital [3] sostiene que la necesidad de valorizaci贸n del capital determina las aptitudes f铆sicas e intelectuales correspondientes a la madurez productiva que resulta suficiente como para que la fuerza de trabajo de los nuevos obreros entre en el mercado. Dicho de otra manera, es el capital en base a sus necesidades de negocios el que va delineando los contornos fundamentales de cu谩ndo o a qu茅 edad, los ni帽os y adolescentes se deben incorporar al mundo del trabajo.



Se trata de un proceso muy complejo que implica tambi茅n considerar la diferenciaci贸n del trabajo que el capitalismo ejecuta. Marx explica que en forma permanente se despliega una dualizaci贸n del tipo de trabajo concreto, esquem谩ticamente define este resultado como la conformaci贸n de un trabajo simple y uno complejo. El capitalismo en la medida que pone en funcionamiento nuevas m谩quinas y t茅cnicas simplifica las tareas del trabajo humano, las parcializa y las hace cada vez m谩s accesibles, mientras que este efecto de la t茅cnica presiona hacia la baja de la edad de ingreso de la nueva fuerza de trabajo. Al mismo tiempo y en la medida que avanza la tecnolog铆a y el desarrollo de las m谩quinas, su implementaci贸n y conducci贸n exige un trabajo complejo o de mayor cualificaci贸n de la fuerza de trabajo que tiende a elevar el tiempo necesario de formaci贸n de los nuevos trabajadores. El resultado es la suba de la edad de ingreso al mercado laboral de la nueva fuerza de trabajo.



La dualizaci贸n del trabajo ocurre como parte de un proceso m谩s general por el cual el desarrollo de las fuerzas productivas elevan los requerimientos de formaci贸n de la nueva fuerza de trabajo en t茅rminos generales. Expresi贸n de ello es el crecimiento de la edad promedio de escolarizaci贸n de la fuerza de trabajo adulta a lo largo de la historia del capitalismo. Como parte de esta realidad los capitalistas han necesitado de una alfabetizaci贸n universal que alcance a la clase trabajadora dando lugar a la educaci贸n p煤blica y obligatoria. Por ejemplo, en Argentina el proyecto de escolarizaci贸n de Sarmiento y la generaci贸n del 鈥80 estuvo inscripto en las necesidades productivas del capitalismo que iba cobrando cada vez m谩s forma en el pa铆s.



Por otra parte, las leyes de regulaci贸n del trabajo infantil, y hasta de prohibici贸n, act煤an de alg煤n modo como indicativas de las necesidades de la valorizaci贸n del capital en su conjunto en determinado momento hist贸rico del desarrollo de las fuerzas productivas.



Pero tambi茅n, la configuraci贸n de las leyes y de la escolarizaci贸n p煤blica, son un subproducto de la resistencia que la clase trabajadora ha ejercido a lo largo de la historia poniendo ciertos l铆mites a la ambici贸n del capital por devorar las vidas enteras de las familias obreras y de sus hijos. La pelea por la jornada laboral de 8 horas es parte de esta tradici贸n como tambi茅n la exigencia de que sea el Estado el encargado de sustentar los costos de la formaci贸n educativa de los hijos e hijas de la clase trabajadora.



Ingresos, pobreza y precarizaci贸n



En Argentina en el a帽o 2008 se promulg贸 la Ley 26.390 que elev贸 la edad de prohibici贸n del trabajo de los 14 a los 16 a帽os; a la vez, que estableci贸 ciertas condiciones para autorizar el trabajo de los adolescentes de 16 y 17 a帽os.



Sin embargo, las estad铆sticas oficiales de la Encuesta de Actividades de Ni帽as, Ni帽os y Adolescentes (EANNA) publicada recientemente por el Indec se帽alan que la edad de ingreso promedio al mercado laboral es a los 11 a帽os, en el caso de los ni帽os de 5 a 15 a帽os, mientras que los adolescentes de 16 y 17 a帽os ingresan a los 14 a帽os.



Considerando las condiciones de vida de la clase trabajadora tambi茅n encontramos una explicaci贸n a la persistencia del trabajo infantil. Seg煤n la Universidad Cat贸lica Argentina hay 8 millones de ni帽os en la pobreza y se espera que esta situaci贸n desmejore a煤n m谩s, siendo que creci贸 el n煤mero de hogares pobres entre 2017 y el primer semestre del a帽o. Con una econom铆a en fuerte recesi贸n este a帽o 鈭抷 seguramente en 2019鈭 la triste realidad del trabajo infantil abarque a m谩s ni帽as, ni帽os y adolescentes.



La EANNA muestra como el 46,1 % de los ni帽os y ni帽as de 5 a 15 a帽os trabajan con el motivo de asegurar un ingreso a sus familias. Las cifras bajan al 20,6 % en el caso de los adolescentes de 16 y 17 a帽os; sin embargo, el 71,6 % de los j贸venes lo hacen para obtener un ingreso propio y trabajan casi a la par de sus contempor谩neos de 18 a帽os.



El panorama de bajos ingresos y pobreza en los hogares se combina con un sector enorme de la clase trabajadora que no accede a un empleo formal registrado. Hace m谩s de una d茅cada que un tercio de los trabajadores en promedio est谩 en negro y percibe ingresos inferiores al de los ocupados en blanco. De aqu铆 que existe una realidad material que presiona a las y los hijos de las familias trabajadoras a tener que realizar alg煤n tipo de actividad laboral en el mercado o tambi茅n como ayuda indirecta al ingreso familiar realizando tareas dentro del hogar [4].



Por 煤ltimo, la existencia de un sector de desocupados y subocupados permanentes o con v铆nculos laborales muy intermitentes con el mercado, configuran lo que algunos autores denominan poblaci贸n obrera sobrante. El t茅rmino hace referencia a aquellos sectores de trabajadores que no son necesarios para la valorizaci贸n permanente del capital. Estas familias son sin dudas las m谩s expuestas al trabajo de sus hijos e hijas desde temprana edad.



Una realidad de las cavernas



Siguiendo las tendencias mundiales en el pa铆s la mayor parte de los ni帽os y ni帽as que realizan alguna actividad productiva viven en las zonas rurales (19,8 %) respecto de aquellos que habitan en las urbes seg煤n la EANNA [5].



Respecto de las condiciones de trabajo, el 21,3 % de las ni帽as y ni帽os de 5 a 15 que trabajan no perciben remuneraci贸n alguna (ni monetaria, ni en especie) y lo hacen durante jornadas en promedio de 12 horas. Los adolescentes de 16 y 17 a帽os que trabajan m谩s de 36 horas semanales 鈥搃gual o m谩s que un adulto鈥 representan al 23, 2 % del total de j贸venes que trabajan.



La falta total de libertad al momento del trabajo infantil se corrobora en las condiciones laborales donde el 30 % dice que se cansa, el 11,7 % que se aburre y el 9,8 % hace mucho esfuerzo f铆sico. Esto en un medioambiente donde el 31,3 % se queja de que hace mucho calor o fr铆o, el 14 % de que hay polvo y el 12,6 % del ruido.



Las cifras son alarmantes. Pero detr谩s de los n煤meros hay una realidad que yo viv铆 en carne propia, no s贸lo porque vengo de familia que trabajamos en el tabaco, y que hoy siguen trabajando en las fincas, sino tambi茅n a trav茅s de la experiencia de mi mam谩 que como docente y que como muchos docentes en la provincia ven esta situaci贸n cotidianamente. Hay trabajo infantil, se trabaja en condiciones inhumanas, ni帽os de 10, 11 a帽os trabajando, enca帽ando, desenca帽ando tabaco, en contacto con los agroqu铆micos, en lugares donde no hay ba帽os, donde est谩s expuesto a diferentes tipos de violencia. Si sos mujer, si sos ni帽a, no solamente es el laburo, sino tambi茅n los capataces que muchas veces te persiguen, te acosan. Entonces creo que aqu铆 hay algo que no pueden ocultar, que miles de personas lo vivimos en carne propia, que a nosotros nadie no las tiene que contar.



Es el testimonio de Andrea Guti茅rrez estudiantes de la UNJu Universidad Nacional de Jujuy) y concejala por el PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) en el Frente de Izquierda en San Salvador de Jujuy.



El testimonio de la legisladora de la izquierda contrasta por el v茅rtice con las palabras del diputado provincial, Marcelo Nasif, quien pertenece al bloque massista ligado al oficialismo de Cambia Jujuy:



En el campo los chicos ayudan a sus padres, y ayudan en esas fr谩giles econom铆as que tienen, y muy bien le vienen algunos pesos que hacen con trabajos que solamente los ni帽os pueden hacer. Un chico no va a hacer cosas que no puede hacer, el esfuerzo m谩s grande que pueden realizar cuando mucho es enca帽ar o desenca帽ar tabaco, tareas absolutamente livianas y que no hacen nada, porque hacen a la cultura del trabajo鈥 [6].



Estos dichos despertaron el repudio popular, lleg贸 a los medios nacionales, y hasta el mismo Gobernador Gerardo Morales tuvo que salir a aclarar p煤blicamente que no est谩 a favor del trabajo infantil; solo autorizan a adolescentes de 16 y 17 a帽os a trabajar en el campo. Algo que hasta el organismo imperialista Human Rights Watch denuncia como altamente perjudicial para la salud y el futuro desarrollo de los j贸venes; aunque la mirada 鈥減rovinciana鈥 de Morales servir铆a para regalarle mano de obra flexible a los due帽os del tabaco de Jujuy y a las multinacionales como Massalin o Nobleza Piccardo.



La realidad de la explotaci贸n casi sin l铆mites en el campo de peones, mujeres, ni帽as y ni帽os contrasta tambi茅n con el relato del enfrentamiento con el 鈥渁gropower鈥 y la puesta en pr谩ctica de algunos tibios controles desde el Registro Nacional de Trabajadores y Empleados Agrarios (RENATEA). Por eso, no es causal la reivindicaci贸n descarnada del trabajo infantil en el tabaco por parte de diputados de las distintas expresiones del PJ juje帽o. Ellos pintan una radiograf铆a de c贸mo durante los gobiernos kirchneristas, en el 鈥渋nterior profundo鈥 continuaron reinando los barones de la tierra; sin dejar de olvidar que el mismo empresario genocida Carlos Pedro Blaquier del grupo Ledesma se declar贸 鈥渃ristinista鈥 gracias a las fortunas que pudo amasar en ese momento. Para los peones rurales y sus familias no hubo d茅cada ganada.



El trabajo infantil en el mundo



A partir del 煤ltimo relevamiento de la OIT en el a帽o 2017 hay 218 millones de ni帽as y ni帽os que realizan alguna actividad productiva en el mundo. De ellos, 152 millones, el 70 % forman parte del trabajo infantil y cerca de la mitad (73 millones) realiza trabajos peligrosos.



Una mirada del trabajo infantil por sector de la actividad econ贸mica arroja que el 70,9 % lo hace en la agricultura, el 17,2 % en los servicios y el 11,9 % en la industria. El peso superlativo del sector primario indica el car谩cter aberrante del capitalismo que en pleno siglo XXI se aprovecha de la fuerza de trabajo de los menores en las tareas m谩s duras y en las peores condiciones, expuestos a la altas temperaturas, a los agrot贸xicos, a las alima帽as, en s铆ntesis, el trabajo en la naturaleza bajo el capitalismo no es apto para los ni帽os y ni帽as.



Una de las actividades m谩s perjudiciales y que m谩s denuncias recibe en todo el mundo es la producci贸n de tabaco. 鈥淭omamos el qu铆mico y lo ponemos en el agua. Llevamos la mochila a la espalda y empezamos a rociar. Siento que voy a vomitar porque los qu铆micos huelen muy mal鈥. Este es el testimonio de Mercy de 12 a帽os, trabajadora del tabaco, en Mashonalandia Central, Zimbabue. En el caso de Estados Unidos, el cuarto productor mundial de tabaco, donde es legal contratar a ni帽os de 12 a帽os para que trabajen en el campo, 鈥淪of铆a鈥, una trabajadora del tabaco de 17 a帽os, en una hacienda en Carolina del Norte donde trabaja desde los 13, cuenta que:



Ninguno de mis supervisores, empleadores o jefes de equipo nos inform贸 sobre los pesticidas o c贸mo pod铆amos protegernos contra ellos (鈥) Cuando trabajaba con mi madre, ella me cuidaba y siempre se aseguraba de que estuviera bien (鈥) Los jefes nunca nos daban nada, excepto nuestros cheques. Eso era todo.



Este testimonio es parte de un informe de Human Rights Watch donde especialistas explican lo nocivo del trabajo de los menores en el tabaco y que el mismo deber铆a ser prohibido incluso para los adolescentes de 16 y 17 a帽os.



Por fuera de la actividad agr铆cola, multinacionales como Apple, Samsung, Sony, entre otras, han sido denunciadas por obtener el mineral de cobalto para la fabricaci贸n de bater铆as para celulares o tablets de mano de miles de ni帽as y ni帽os en el Congo.



Un flagelo inherente al capitalismo



Seg煤n la OIT el avance en la reducci贸n del trabajo infantil en el mundo se desaceler贸 en el per铆odo 2012-2016, respecto a la anterior medici贸n de 2008-2012; e incluso en 脕frica creci贸 el trabajo de los menores [7]. Las metas que declama el organismo no pasan de las buenas intenciones, puesto que no atacan a la ra铆z del problema, la propiedad privada capitalista, sino al contrario buscan lavarle la cara al capitalismo con promesas de ponerle fin al trabajo infantil. Cada vez que se帽alan un objetivo como el de llegar a la erradicaci贸n del trabajo infantil en 2025, termina obviamente fracasando. Para ese a帽o estiman que el trabajo infantil no bajar铆a de 121 millones de ni帽as y ni帽os, con 52 millones trabajando en las denominadas actividades peligrosas.



Ampliando el per铆odo de an谩lisis en el mundo se registra en el 煤ltimo cuarto del siglo XX un resurgir del trabajo infantil en pa铆ses sobre todo de Asia que han desarrollado sus industrias con trabajo muy simplificado, volviendo a situaciones 鈥渄e hace m谩s cien o m谩s a帽os atr谩s鈥, indica I帽igo Carrera en su texto antes citado.



La contracara del trabajo infantil y la baja de la edad de ingreso de los menores al mercado laboral, es la tendencia a extender la edad jubilatoria de los trabajadores. Reformas previsionales en Francia o las que intentan en Brasil y Argentina apuntan a elevar la edad de retiro de los trabajadores activos prolongando la vida 煤til de la fuerza de trabajo que le permite al capital valorizarse con mayores ganancias.



En ambos casos, horadando las leyes y bajando de hecho la edad de ingreso de los menores al trabajo y subiendo la edad jubilatoria de los trabajadores adultos, el capital logra avances en ampliar la vida de la clase trabajadora dedicada a producir plusvalor para los empresarios y due帽os de la tierra.



Hasta aqu铆 hemos visto como usa el capital la fuerza de trabajo y su propia din谩mica de valorizaci贸n nos lleva a la conclusi贸n de que el trabajo infantil le es inherente. El uso capitalista de los avances en la tecnolog铆a, en vez de liberar cada vez m谩s a la humanidad del trabajo asalariado, extiende el tiempo vital dedicado al trabajo; por otro lado, expulsa fuerza de trabajo y precariza las condiciones laborales de cada vez m谩s amplios sectores. A la vez, que sostienen m茅todos de producci贸n de la edad media en las tareas agr铆colas que generan las condiciones para la incorporaci贸n de ni帽os y ni帽as al trabajo. Todo intento de erradicar el trabajo infantil dentro de los marcos de la sociedad capitalistas est谩 condenado al fracaso. Superar estas utop铆as reaccionarias nos pone del lado de construir una organizaci贸n anticapitalista que le ponga fin a la explotaci贸n y a la opresi贸n de la fuerza de trabajo de adultos y menores en todo el mundo.



* Economista, docente en la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Jujuy.



Notas



[1] El Capital. Cr铆tica de la econom铆a pol铆tica. Tomo I, Siglo XXI, (consultado de la versi贸n digital disponible en UCM.es), p. 487.

[2] 鈥淓stimaciones mundiales sobre el trabajo infantil. Resultados y tendencias 2012-2016鈥. El concepto de trabajo infantil de la OIT dic que 鈥渟e refiere a cualquier trabajo que es f铆sica, mental, social o moralmente perjudicial para el ni帽o, afecta su escolaridad y le impide jugar. Se les niega la oportunidad de ser ni帽os鈥. Una forma de reconocer que el organismo imperialista creado al finalizar la Primera Guerra Mundial no condena abiertamente la explotaci贸n capitalista de la fuerza de trabajo de los menores y adolescentes.

[3] Trabajo Infantil y Capital, Buenos Aires, Imago Mundi, 2008.

[4] Seg煤n EANNA el 3,8 % de las ni帽as y ni帽os de 5 a 15 a帽os trabajan para el mercado, el 3 % en actividades de autoconsumo y el 4,8 % en tareas dom茅sticas intensivas. Para el caso de los adolescentes de 16 a 17 el 29,9 % realiza alguna actividad productiva. El 17,2 % lo hace para el mercado; mientras que las labores dentro de la unidad familiar tambi茅n cobran un peso mayor respecto de los ni帽os y ni帽as. El 5,3 % realiza actividades de autoconsumo y el 12,8 % dom茅sticas intensivas.

[5] Esta encuesta se realiz贸 durante los a帽os 2016 y 2017, la 煤ltima vez en 2004, mostrando un descenso del trabajo infantil aunque con una fuerte persistencia pese a la denominada 鈥渄茅cada ganada鈥. Como decimos en este art铆culo, mientras perviva el capitalismo no hay forma que no lo haga el trabajo infantil dentro del proceso de valorizaci贸n del capital.

[6] 鈥淔uerte debate en la Legislatura de Jujuy por el trabajo infantil en la provincia鈥, La Izquierda Diario, 16/11/18.

[7] Una mirada del trabajo infantil por continentes o regiones encuentra a 脕frica con los mayores niveles (19,6 %), luego aparece Asia-Pac铆fico (7,4 %); Am茅rica (5,3 %), Europa y Asia Central (4,1 %) y los Estados 脕rabes (2,9 %). OIT, 鈥淓stimaciones...鈥, ob. cit.

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