Brasil/Debates/ ¿Hacia dónde vamos?: críticas al programa del Frente Pueblo Sin Miedo [Plinio Arruda Sampaio Jr]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Feb 2 23:20:57 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

2 de febrero 2018

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Brasil/Debates

¿Hacia dónde vamos?

Plinio Arruda Sampaio Jr. *

Correio da Cidadania, 31-1-2018

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Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa

Después de innumerables debates presenciales y millares de interacciones
virtuales, la Plataforma Vamos, organizada por el Frente Pueblo Sin Miedo
(1), somete a la crítica los resultados preliminares de su propuesta para la
construcción de un programa de izquierda para enfrentar la crisis nacional.
Es una iniciativa aus­pi­ciosa. En el ambiente claus­tro­fó­bico en que
estamos viviendo, toda contribución al debate público es bienvenida.

Para los militantes del PSOL (Partido Socialismo y Libertad) el conocimiento
de las propuestas de la Vamos y de sus consecuencias prácticas es
particularmente importante, una vez que las decisiones aprobadas por el IV
Congreso Nacional, como base del programa del partido en las elecciones
presidenciales de 2018, fueron a las oscuras, sin ninguna discusión con la
militancia,

En su presentación, la Vamos anuncia la intención de no esperar ninguna
solución caída del cielo y hacer la historia con sus propias manos, una idea
que convoca a todos al ejercicio cívico de la política. Sin ninguna
preocupación en presentar una contextualización del momento histórico, el
documento presenta los seis ejes que componen sus propuestas para resolver
los problemas del pueblo brasilero, Economía; Poder; Comunicaciones y
Cultura; Territorios y Medio Ambiente; Salud y Educación; Negro, Feminista y
LGBT.

Las medidas encimadas las unas a las otras. No hay cuidado de definir la
relación de causa y efecto entre di­ag­nós­tico y recetario, especificar los
sujetos colectivos de las acciones, calificar los vínculos entre
intenciones, acciones y mediaciones y establecer los nexos entre las partes
y el todo. La Vamos simplemente dice lo que tiene que ser hecho y no pierde
el tiempo con lo que considera pequeñeces.

Negación de la historia

El principal problema de las directrices de la Vamos es ignorar la célebre
advertencia de Marx en la introducción de “El 18 Brumario”, según la cual
los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen como quieren,
arbitrariamente, sino en condiciones que son históricamente determinadas.
Sin la definición de las bases objetivas y subjetivas que determinan la
lucha de clases, el campo de oportunidad vislumbrado por el pensamiento y
alcanzable por lo acción se torna indeterminado. Si el sentido del
movimiento histórico es ignorado y las tendencias efectivas de la lucha
permanecen indefinidas, entonces, bien a la moda pos-moderna, todo es
posible y todo es imposible.

En la concepción abstracta y aleatoria de temporalidad contenida en el
programa Vamos, la humanidad marcha como cabra ciega. No hay contradicciones
que condiciones las necesidades históricas y que delimiten las posibilidades
de su solución. La única referencia histórica concreta mencionada en el
programa Vamos y la discontinuidad económica y política provocada por el
ascenso del gobierno golpista de Mi­chel Temer, un verdadero divisor de
aguas entre un período de desarrollismo, combate a las desigualdades
sociales y democracia y otro de crisis económica, aumento de las
desigualdades sociales y regresión política. La utopía del proyecto Vamos es
reconstruir el pasado, destituido de sus insuficiencias, a partir de la
sumatoria de la voluntad de individuos decididos a enfrentar la crisis a
partir de “consensos pactados”.

La ausencia de una perspectiva de clase impide la caracterización del padrón
de lucha de clases como una guerra sin tregua entre el capital y el trabajo.

El desconocimiento de la especificidad histórica del Brasil, una formación
histórica presa en las telas del capitalismo dependiente, bloquea la
posibilidad de definir las estructuras responsables por las miserias del
pueblo.

La falta de una interpretación sobre la naturaleza del capitalismo
contemporáneo y sus impactos sobre las regiones pe­ri­fé­ricas
in­vi­a­bi­liza la percepción del sentido de las transformaciones históricas
que condicionan la lucha de clases en el Brasil, una formación social en
irreversible proceso de reversión neocolonial que combina de manera
inusitada riqueza y pobreza, negocio y barbarie, desarrollo de las fuerzas
productivas y depredación del medio ambiente.

La inexistencia de cualquier consideración sobre la crisis mundial -el
alimento determinante de la coyuntura- implica abstracción de la extrema
violencia de la destrucción creadora que caracteriza las transformaciones
provocadas por la crisis capitalista. La carencia de una interpretación de
las nuevas tendencias de la división internacional del trabajo y sus efectos
devastadores sobre la economía brasilera omite cualquier posibilidad de
comprender las fuerzas tectónicas que condicionan el proceso de reversión
neocolonial que rebaja progresivamente el nivel mínimo de civilidad
alcanzado a duras penas por la sociedad brasilera. En ausencia de una visión
sobre los determinantes estructurales de crisis terminal de la
industrialización, las dificultades que generan la mayor crisis de desempleo
en la historia brasilera quedan reducidas a problemas coyunturales
provocados por la adopción de una política económica ortodoxa.

Abordada muy lateralmente, la crisis política es reducida a un problema de
carácter institucional, provocado por la presencia de un gobierno. No hay
una palabra sobre los motivos que llevaron a la juventud a tomar las calles
en las Jornadas de Junio de 2013. No hay una señal en relación al desastroso
pasaje de Lula y Dilma por el gobierno federal, cuya principal evidencia es
su calamitosa herencia: una crisis económica y política sin precedentes y el
ascenso de la República de los Delincuentes. No hay un posicionamiento sobre
las condicionantes sistémicas del mar de barro de la política nacional. La
crisis terminal de la Nueva República y sus consecuencias no son objetos de
reflexión de la Vamos.

La inexistencia de una evaluación de las profundas contradicciones que
determinan la lucha de clases impide el reconocimiento de que la agudización
de las contradicciones entre el capital y el trabajo lleva a la burguesía a
organizar su dominación como una contrarrevolución permanente. En el Brasil,
una sociedad escindida entre ricos y pobres, la ofensiva reaccionaria asume
la forma de una verdadera guerra civil contra los trabajadores, cuya
manifestación más brutal es la sistemática criminalización de la lucha
política, el cerco militar que coloca a las periferias bajo verdadero toque
de queda y, su consecuencia inevitable, el genocidio in­dis­cri­mi­nado de
la juventud pobre.

Negación de la crítica

Aunque la Pla­ta­forma Vamos rei­vin­dique un programa de izquierda, no en
ella ninguna remisión a las tradiciones del materialismo histórico ni a la
rica tradición del pensamiento crítico latinoamericano. Explotación, lucha
de clases, proletariado, burguesía, aparatos ideológicos de Estado,
dominación, co­lo­ni­a­lismo, im­pe­ri­a­lismo, subdesarrollo, dependencia,
segregación social, Estado de Excepción, Estado penal; reforma y revolución
son conceptos ajenos a los documentos de la Vamos. No es que ellos no sean
mencionados tal cuales, lo que podría ser una estrategia retórica. El
problema es que tales nociones hacen parte de la filosofía que organiza las
propuestas presentadas. Marx, En­gels, Lenin, Trotsky, Rosa Lu­xem­burgo,
Gramsci, José Martí, Ma­riá­tegui, Caio Prado Jr., Flo­restan Fer­nandes y
tantos otros no fueron convocados para componer el arsenal teórico e
ideológico de la Vamos.

Dime con quién andas y te diré quién eres. El método y el discurso de la
Vamos tiene otras inspiraciones. Las propuestas económicas se alinean
claramente con las ilusiones ne­o-­key­ne­si­anas de un capitalismo
domesticado y la convicción neo-schum­pe­te­riana de la competencia
inter-capitalista como dínamo del desarrollo capitalista. Las políticas
sociales combinan programas asistencialistas idealizados por el Banco
Mundial con propuestas de economía solidaria inspiradas en el so­ci­a­lismo
utó­pico.

Las directrices que dicen respecto a las pautas de opresiones, cuestiones
institucionales y medio ambiente, siguen los principios de un pos-modernismo
atemperado por el rescate de fórmulas de los programas compensatorios de los
gobiernos de Lula y Dilma. Modelo de desarrollo, innovación, regulación de
los mercados, sustentabilidad, gobernabilidad, elites, diversidad,
presupuesto participativo, economía solidaria, bolsa familia, mi casa mi
vida, son nociones que alienan las propuestas de Vamos. ¿Qué se gana cuándo
negamos orígenes e incorporamos en nuestros discursos el lenguaje de
nuestros enemigos de clase?

La negación de la transformación social

La ausencia de una perspectiva crítica no permite ninguna propuesta que vaya
más allá del “sentido común”. La incapacidad de concebir cambios
cualitativos inscritos en el movimiento histórico limita los cambios
propuestos a los parámetros del status quo. Sin la pretensión de cambiar el
Estado, lo nuevo vendría a través de un lento proceso de evolución
institucional. La política queda, así, condenada al horizonte del cretinismo
parlamentario.

La preocupación en presentar medidas tangibles, que sean palpables dentro de
la correlación de fuerzas, implica necesariamente encontrar salidas por
dentro del sistema. La posibilidad de que el sistema no tenga solución para
los problemas del pueblo -como de hecho no tiene- no es ni remotamente
considerada.

Sin colocar en el horizonte la necesidad y la posibilidad de
transformaciones de gran envergadura, no hay porque hacer alianza con los
partidos políticos contrarios al sistema. No sorprende, entonces, que el
llamado a la unidad de la izquierda no incorpore las acumulaciones
programáticas realizadas por sectores del PSOL e ignore olímpicamente las
importantes contribuciones del PCB (Partido Comunista Brasilero) y del PSTU
(Partido Socialista de los Trabajadores Unificado). La unidad propuesta es
la unidad de las fuerzas que se ubican a la izquierda en el sistema. Vamos
mira en dirección del Partido de los Trabajadores.

El programa presentado por el Frente Pueblo Sin Miedo está a leguas de un
plan de lucha que oriente la praxis de los trabajadores en busca de una
salida civilizada para el im­passe civilizatorio en que se encuentra la
sociedad brasilera. Cir­cuns­crita a la miseria de los posible, pasa de
largo de los problemas reales de los trabajadores brasileros: el avance de
la barbarie en todas las dimensiones de la vida. Las cuestiones que provocan
una reacción más virulenta del status quo permanecen en la penumbra.

¿Cómo conquistar la autonomía nacional sin romper con el imperialismo? ¿Cómo
mejorar el nivel tradicional de vida de los trabajadores sin dar empleos
bien remunerados a la gran masa de la fuerza de trabajo que permanece en el
subempleo? ¿Cómo superar la pobreza sin eliminar la riqueza? ¿Cómo combatir
la desigualdad social sin cuestionar el padrón de acumulación basado en la
copia de los estilos de vida y padrones de las economías centrales? ¿Cómo
interrumpir las catástrofe ambiental sin cuestionar el automóvil, la
minería, el agronegocio? ¿Cómo modificar la orientación de la política
económica sin cuestionar el papel estratégico de la Deuda Pública como
centro neurálgico de la política económica? La lista de las omisiones sería
interminable. La vamos queda en la superficie de la realidad. Al ocultar las
determinantes estructurales de la miseria brasilera, la Vamos se atiene a
administrar la barbarie.

El resultado práctico de las directrices presentadas es desastroso. El deseo
de resolver los sufrimientos del pueblo sin enfrentar las causas es
cuadratura del círculo. Al negar las contradicciones como móvil de las lucha
de clases y la crítica como base para la constitución de la clase
trabajadora como sujeto político, la Vamos renuncia a cualquier posibilidad
de transformación del orden económico y social. Los problemas que tornan
infernal la vida de los trabajadores son atribuidos a factores ajenos a las
estructuras de la sociedad que podrían ser corregidos con cambios
institucionales y políticas económicas y sociales.

Las propuestas

a) No se toca la Economía, las medidas propuestas para recuperar el
crecimiento y volver la economía hacia el mercado interno son insuficientes
para romper el bloqueo ins­ti­tu­ci­onal que somete la política económica a
la lógica del gran capital, internacional y nacional. La intención de
formular un “proyecto económico” compatible con el combate a las
desigualdades patina ante la falta de cualquier medida para combatir las
causas del subdesarrollo y de la dependencia: la segregación social, el
control del capital internacional sobre la economía brasilera, la
modernización basada en la copia de los estilos de vida de las economías
centrales;

b) En relación a las cuestiones agrupadas en Poder, la Vamos ignora la
cuestión central: la crisis terminal de la Nueva República y la necesidad de
organizar la respuesta de los trabajadores a la ofensiva
contrarrevolucionaria burguesa;

c) En Comunicaciones y Cultura, las propuestas no cuestionan el
co­lo­ni­a­lismo cul­tural y los mecanismos perversos de control de la
opinión pública por las grandes corporaciones que controlan los medios de
comunicación y la industria cultural;

d) En el tópico sobre Territorios y Medio Ambiente, el “nuevo modelo de
desarrollo” no pasa de un recetario de viejas novedades, pues a falta de
política para combatir el agronegocio, la especulación inmobiliaria y la
catástrofe ambiental bloquea cualquier posibilidad de una efectiva reforma
agraria y urbana, bien como la interrupción de la catástrofe ambiental.

e) Las me­didas pro­puestas en Educación y Salud pecan por la inexistencia
de cualquier crítica a la crónica penuria de recursos para las políticas
sociales: la segregación social, el colonialismo cultural, la industria de
la educación y el gran negocio en que se transformó la salud en el Brasil, y
por fin;

f) Las propuestas que defienden la diversidad cultural contenidas en
Ne­gros, Fe­mi­nistas y LGBT se destacan por el absoluto desconocimiento de
la relación um­bi­lical entre opresiones y explotación.

A lo largo de las próximas semanas tendremos la oportunidad de fundamentar
más detalladamente cada una de las críticas aquí esbozadas.

En una coyuntura histórica en que no existe la menor posibilidad de mejorar
las condiciones de vida de los trabajadores sin transformaciones de gran
grande en­ver­ga­dura que apunten hacia el socialismo, la ilusión de
soluciones dentro del sistema sólo alimenta la frustración con la democracia
y el desaliento de los trabajadores con la política.

Con pánico de despertar la furia de la contrarrevolución (que ya está en las
calles), se acaba en la más completa y desmoralizante capitulación
ideológica y política. Ante la avasalladora ofensiva del capital contra el
trabajo, la Vamos responde con una versión re­cau­chu­tada del “mejorismo”
lulista. Lo que ayer resultó una tragedia, hoy comienza como farsa. De ese
modo, vamos de mal en peor. Es preciso mirar el futuro y organizar la
esperanza de una sociedad basada en la igualdad sustantiva.

* Militante del PSOL, eco­no­mista, profesor de la Unicamp (Universidad
Estatal de Campinas) autor del libro “Crônica de uma crise anunciada.
Crítica à economía política de Lula e Dilma”, SG Amarante, Sâo Paulo 2017.

Nota de Correspondencia de Prensa

1) Sobre la iniciativa Plataforma Vamos del Frente Pueblo Sin Miedo, ver
entrevista a Guilherme Boulos en Correspondencia de Prensa, 13-1-2018.

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