Irán/ La monarquía frente a una ola de protestas [Babak Kia]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Ene 3 18:51:35 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

3 de enero 2018

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Irán

La monarquía frente a una ola de protestas

Babak Kia

NPA, 2-1-2018

https://npa2009.org/

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

http://www.vientosur.info/

Desde el 28 de diciembre la República Islámica de Irán está sacudida por una
ola de protesta social inédita desde el movimiento de 2009 contra la
reelección de Ahmadinejad.

Las manifestaciones actuales estallaron en Mashhad, segunda ciudad del país,
antes de extenderse a numerosas ciudades y regiones iraníes. Desde el 28 de
diciembre, las manifestaciones son diarias, se han extendido y afectan ya a
más de una cuarentena de pequeñas, medianas y grandes ciudades.

Lo social en el corazón de las protestas

Contrariamente a la movilización de 2009 que se situaba primero en el
terreno democrático, son claramente las cuestiones sociales las que están en
el centro de la ola actual, y Teherán no es el epicentro de la protesta.
Otra diferencia mayor es que la movilización actual se sitúa en exterioridad
total respecto a los "debates" que oponen a las diferentes facciones del
poder. Es claramente el conjunto del régimen el que está en el punto de mira
de la protesta.

Estas manifestaciones expresan en primer lugar el hartazgo profundo frente a
la degradación continua de las condiciones de vida, la carestía de la vida,
la corrupción del régimen y de sus dignatarios, que se han enriquecido
considerablemente. Frente a la máquina represiva de la mularquía [régimen de
los mulás, ver Une mollahrchie constitutionnelle. NdT] y frente a los
Guardianes de la Revolución, la movilización se ha radicalizado y afecta ya
a las instituciones y los símbolos de la República Islámica.

Las consignas hostiles al Guía y al Presidente de la República son retomadas
en masa y esto se produce en el conjunto de las ciudades en las que se
moviliza la población.

La gente que se manifiesta no duda en atacar los retratos del Presidente de
la República Rohani, del Guía Khamenei o de Khomeiny, los edificios públicos
y los vehículos de las fuerzas de seguridad en cuanto le resulta posible.

Represión masiva

El poder ha comprendido rápidamente que esta movilización era
particularmente peligrosa. Ciertamente, mediante su política de
redistribución clientelista de la renta petrolera, la mularquía ha
"comprado" siempre el apoyo de ciertos sectores de la población. Pero la
inflación galopante, las penurias, el paro masivo, la miseria y la ausencia
de esperanza golpean a las clases medias y populares, incluyendo una parte
de la base social del régimen teocrático. La "geografía" de la movilización
indica, por otra parte, un distanciamiento de esos sectores de las clases
populares, lo que explica en particular las manifestaciones en las pequeñas
ciudades de provincias.

El poder intenta apagar el incendio reprimiendo masivamente las
manifestaciones y controlando los canales de comunicación, en particular las
redes sociales que juegan un papel importante en la propagación de la
protesta. Las fuerzas de seguridad, y en particular los Guardianes de la
Revolución, multiplican las provocaciones y se infiltran entre la gente que
se manifiesta a fin de facilitar la represión. Ya hay que lamentar varias
decenas de muertes, y las detenciones se multiplican en Teherán y en
provincias.

A la vez que acusa a los "enemigos exteriores del país" de ser responsables
de la situación y se dice que la gente manifestante está manipulada, el
poder pretende entender la legitimidad del debate planteado por la calle y
promete "espacios de diálogo" para que se expresen las reivindicaciones
populares. Rohani ha anunciado que "la crítica era un derecho de la
población". Esto constituye claramente un signo de debilidad por parte del
poder y nadie en Irán puede creer en tales promesas.

¡Solidaridad!

La juventud iraní, las mujeres, la gente trabajadora, están sometidas desde
1979 a un régimen teocrático reaccionario que reprime, tortura y elimina
física y sistemáticamente a su oposición.

La protesta popular actual entra en resonancia con el combate de los y las
militantes sindicales iraníes que luchan por el derecho a organizarse y por
los derechos elementales de los y las trabajadoras. Sesenta y siete
organizaciones sindicales y redes sindicales internacionales se movilizan en
el marco de una campaña por la liberación de Reza Shahabi, dirigente del
sindicato Vahed (Sindicato de los y las trabajadoras de la compañía de
autobuses de Teherán y su extrarradio), cuya vida está en peligro. Es
primordial que la izquierda radical e internacionalista se implique en el
apoyo a la ola de protesta actual en Irán. Hay que ampliar la solidaridad
para hacer retroceder a la mularquía y apoyar a quienes luchan en Irán por
la satisfacción de las reivindicaciones sociales y democráticas y por el
derrocamiento de la República Islámica.

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