Economía/Debates/ Capital financiero, especulación e "inversión pasiva" [Rolando Astarita]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Ene 1 21:06:58 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

1° de enero 2018

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Economía/Debates

Capital financiero, especulación e “inversión pasiva” (1)

Rolando Astarita

Marxismo & Economía, diciembre 2017

https://rolandoastarita.blog/

Desde los años 1990 la tesis de la finaciarización ha gozado de una
importante aceptación en los medios progresistas y de izquierda, incluido el
marxismo. Entre los principales exponentes de la financiarización
encontramos a François Chesnais sus colaboradores. Chesnais ha tenido una
fuerte influencia en Argentina y en otros países de América Latina.

Según Chesnais, en las últimas décadas se ha establecido un régimen de
acumulación mundial financiarizado (en el texto que me baso es de Chesnais,
La mondialisation financière. Genèse, coût et enjeux, Paris, Syros). El
mismo se basa en bajos salarios, y su funcionamiento está ordenado por las
operaciones de un capital financiero que está más concentrado y centralizado
que en ningún período anterior. En este régimen juegan un rol clave las
instituciones financieras no bancarias, que buscan valorizar los fondos su
cargo. Estas instituciones privilegian las colocaciones de corto plazo en
acciones y otros títulos, en procura de una valorización puramente
especulativas (ibid., p. 264). Precisemos que, siempre según la tesis de la
financiarización, se trata de inversiones especulativas en el sentido
establecido por Kaldor. Kaldor definía la especulación como una transacción
de la mercancía motivada por la anticipación de un cambio de los precios
existentes, y no por una ventaja asociada a su uso, a alguna transformación
de la misma, o a una transferencia de un mercado a otro (ibid. p. 261).
Guttmann, en la misma línea que Chesnais, explica:

“La especulación financiera, que representa el tipo de inversión que está en
la base del crecimiento explosivo del capital ficticios, implica la compra y
la venta de títulos a fin de obtener plusvalías, como resultado de la
diferencia entre el precio de venta y el precio de compra…” (p. 82, en
Chesnais, 1996). Por eso se habría impuesto una lógica “cortoplacista”,
propia del “modelo americano” (en oposición al “modelo renano”, con
predominancia de las inversiones de largo plazo). El cortoplacismo regiría
entonces las inversiones productivas.

Especulación y teoría del valor trabajo

La idea de que el capital financiero obtiene jugosos beneficios por medio de
la especulación está fuertemente arraigada en los ambientes progresistas.
Por ejemplo, es una de las respuestas típicas que dan mis alumnos de la
Facultad de Ciencias Sociales (UBA), cuando les pregunto acerca de qué
piensan sobre el capital financiero y su mecánica de valorización. La
explicación es intuitivamente atractiva, ya que se acerca a la imagen de los
“expertos en finanzas”, hábiles operadores que compran apalancados, o venden
“corto”, haciendo de la nada jugosas diferencias. Incluso en el cine hemos
visto estos personajes. Todo parece encajar: el capital financiero se
valoriza con la especulación, y esta explica por qué crece el capital
ficticio, y se estanca la producción. Chesnais llegó a sostener que, a
resultas de estos mecanismos, “por primera vez en la historia del
capitalismo, en el centro del sistema [se refiere a los países
desarrollados], la acumulación del capital industrial no está más orientada
a la reproducción ampliada” (ibid. 264). La volatilidad de los precios sería
entonces funcional a esta valorización puramente especulativa de los
capitales dinerarios.

Se trata, en última instancia, de la repetición de la vieja idea
mercantilista, que explicaba la ganancia por comprar barato y vender caro.
Es lo que también subyace en la explicación de la ganancia por “recargo” (o
mark-up). La particularidad de Chesnais, Guttmann y otros teóricos de la
financiarización es que aplican el enfoque a las ganancias financieras.

Sin embargo, la tesis no tiene coherencia lógica. Como decía Marx en El
Capital (véase capítulo 4), es imposible explicar la plusvalía por esta vía.
Por eso también es imposible que, de conjunto, el sector financiero se
enriquezca comprando barato activos financieros, y revendiéndolos más caros.
En Valor, mercado mundial y globalización, y en crítica a la idea de que la
ganancia financiera surgía de la especulación, escribíamos:

“Si se habla de volatilidad… se admite que puede haber ganancias, pero
también pérdidas. Más aún, la especulación en principio consiste en
aprovechar estas diferencias, es decir, vender cuando el papel está alto en
precio, y recomprar cuando toca un piso en la caída; diríamos que acertar en
estos movimientos es el sueño de todo trader. Pero si algunos aciertan en el
timing de compras y ventas, y ganan, significa que otros están haciendo
exactamente lo contrario, y pierden. De manera que el resultado es un juego
de suma cero. Dicho de otro modo, la volatilidad solo permite un cambio de
manos de fortuna, pero no explica un aumento del valor del capital
financiero en su totalidad. De la misma manera, no se pueden explicar las
ganancias financieras por las meras colocaciones a corto plazo, como muchas
veces se sostiene. ‘Corto plazo’ significa que hay que comprar y vender
repetidas veces, realizando ganancias en cada ‘vuelta’; pero de nuevo
tenemos que en este tipo de circuitos lo que uno gana lo pierde otro. Jamás
la valorización de conjunto puede crecer por este cambio de manos de
‘papeluchos” a corto plazo” (p. 131).

El problema de fondo: la valorización financiera solo puede ocurrir si el
capital, sea productivo o comercial, tiene éxito en la generación y
realización de la plusvalía. O sea, si es exitoso en la explotación del
trabajo. No hay forma de que el valor crezca por simples cambios de mano.

El crecimiento de la “inversión pasiva”

El argumento que presenté en Valor… era teórico, y aunque no encuentro que
fuera respondido, la tesis “la ganancia financiera se explica por la
especulación” sigue dominando hasta el día de hoy en la izquierda
progresista.

Sin embargo, el desarrollo del capitalismo financiero en los últimos años
proporciona un renovado argumento a mi crítica. Se trata de la importancia
que está adquiriendo la llamada inversión “pasiva”, en oposición a la
inversión “activa”. Esta última es la que habitualmente desarrollan los
fondos comunes de inversión, o los fondos especulativos, que buscan ganarle
al promedio del mercado, seleccionando los papeles en los que ven mayor
potencialidad de variación, y haciendo operaciones de corto plazo. El
problema con esto es que cada vez más se puso en evidencia lo que dice la
teoría, a saber, que los inversores, como grupo, no pueden superar al
mercado, ya que ellos mismos conforman “el mercado”. Lo cual explica por
qué, de conjunto, los inversores activos consiguen los mismos rendimientos
que el promedio del mercado. A lo que hay que restar las comisiones (por
cada compra o venta se pagan comisiones), y las elevadas remuneraciones que
se pagan a los expertos y asesores.

Por esta razón, desde hace años ha venido creciendo la inversión pasiva, que
se basa en índices. Existen dos instrumentos principales. Uno son los index
funds (fondos que invierten en índices). Un index fund es un fondo común de
inversión que arma una cartera de forma que replique los componentes de un
índice del mercado. Por ejemplo, que replique el Standard & Poor 500 Index;
o el Dow; o el índice de acciones de los mercados emergentes; o de una
canasta de commodities, etcétera. Por ejemplo, si la acción de una empresa A
participa con el 1,5% en un índice X, y si el index fund sigue el índice X,
procurará tener el 1,5% de esa cartera en acciones de A. Las cuotas en los
fondos comunes se pueden comprar y vender, y representan la participación de
los inversores en la cartera subyacente. La cuota (o participación) en un
fondo común invertido en índices solo puede ser comprada o vendida al valor
neto del fondo del final del día.

El segundo instrumento son los Exchange Trade Funds (ETF), que son muy
parecidos a los index funds, ya que también se basan en una cartera de
activos subyacentes (de nuevo, pueden ser acciones, bonos, futuros de
commodities, barras de oro, divisas, entre otros) que buscan replicar algún
índice. La principal diferencia con el index fund es que un ETF puede ser
comercializado a lo largo del día, de la misma manera que se comercializa
una acción.

Lo importante es que cada vez más inversores abandonan los fondos mutuos de
inversión activos y los hedge funds, para canalizar los flujos monetarios
hacia las administradoras  que privilegian las inversiones pasivas, esto es,
inversiones que siguen índices y se deciden según modelos de computadora.
Los índices se multiplican: actualmente su número supera el de acciones que
cotizan en Wall Street. De acuerdo a Bloomberg, en 2017 aproximadamente un
tercio de todos los activos de EEUU están colocados en fondos pasivos; hace
10 años la proporción era un quinto. El 37% de los fondos en acciones con
domicilio en EEUU son administrados pasivamente (19% en 2009). En Japón casi
el 70% de los fondos de acciones se administran pasivamente. También en el
mercado de bonos ha crecido la participación de ETFs basadas en bonos. A
nivel global el progreso de la administración pasiva es más lento, pero va
en la misma dirección. Según la consultora Willis Towers Watson, la
proporción de activos administrados pasivamente aumentó en los últimos cinco
años, a nivel global, desde el 16,5% al 21,6%.

Consideraciones sobre la inversión pasiva

Una primera cuestión es que la inversión siguiendo índices pone en
evidencia, por una vía práctica, que las ganancias del capital dinerario no
pueden surgir de las simples operaciones de compra-venta. No hay manera de
explicar cómo es posible que los rendimientos de los fondos que siguen
índices en muchas ocasiones superen a los rendimientos de los fondos que son
administrados de forma activa, si se sostiene, como hace la
financiarización, que las ganancias de esos fondos surgen de la compra y
venta de los activos en el corto plazo.

En segundo término, y vinculado a lo anterior, es claro que la inversión
pasiva tiene un plazo más largo que la inversión que busca hacer diferencias
con el trading, aprovechando la volatilidad. Lo cual pone un signo de
interrogación sobre la validez de la tesis de la financiarización, que dice
que las inversiones financieras de corto plazo determinarían el
cortoplacismo de la inversión productiva. No hay elementos para sostener que
ahora, con el alargamiento de las inversiones de carteras, se modifica, en
algún sentido sustancial, el horizonte temporal de las inversiones en
capital fijo (otro argumento en el mismo sentido surge de la operatoria de
las compañías private equity; lo trataremos en otra nota).

En tercer lugar, la reducción de las inversiones cortoplacistas en acciones
y otros activos tampoco debería afectar, en algún sentido sustancial, el
crecimiento de capital ficticio (sobre capital ficticio, ver aquí).
Recordemos que, según la tesis de la financiarización, el capital ficticio
se alimentaba, esencialmente, de las ganancias generadas por las operaciones
de corto plazo. La realidad es que cuando grandes administradoras de dinero
compran acciones siguiendo índices, los valores bursátiles pueden aumentar
por encima de lo que estaría determinado por los “fundamentos” (básicamente,
las ganancias de las empresas y el capital real existente), incrementando el
capital ficticio (y viceversa en caso de retirada de los capitales). Por lo
tanto, las variaciones de capital ficticio no tienen que ver con que las
inversiones financieras sean de corto o largo plazo.

Por último, la inversión pasiva pone en evidencia la verdadera naturaleza de
la ganancia financiera. Esta no proviene de “hábiles operaciones realizadas
por expertos financistas”, sino de las elementales leyes de la valorización
del capital.

Nota de Correspondencia de Prensa

1) Ver también artículo de François Chesnais “Las dimensiones financieras
del impasse del capitalismo”:
http://www.sinpermiso.info/textos/las-dimensiones-financieras-del-impasse-de
l-capitalismo
<http://www.sinpermiso.info/textos/las-dimensiones-financieras-del-impasse-d
el-capitalismo>


<http://www.sinpermiso.info/textos/las-dimensiones-financieras-del-impasse-d
el-capitalismo>
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