Irán/ Tras el terremoto, la sacudida social [Houshang Sepehr]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Jue Ene 11 15:46:29 UYT 2018
_____
Correspondencia de Prensa
11 de enero 2018
Boletín Informativo
https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/
redacción y suscripciones
germain5 en chasque.net
_____
Irán
Tras el terremoto, la sacudida social
Houshang Sepehr
Europe Solidaires Sans Frontières, 8-1-2017
http://www.europe-solidaire.org/
Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur
http://www.vientosur.info/
La clase obrera iraní, mucho tiempo reprimida y brutalmente explotada, ha
hecho la irrupción en la escena política, sacudiendo el régimen
burgués-clerical iraní. Irán ha sido sacudido estos últimos días por
protestas contra la subida de los precios de los productos alimenticios, el
paro masivo, las desigualdades sociales crecientes, el brutal programa de
austeridad y la represión política. Las manifestaciones comenzaron el jueves
28 de diciembre en la segunda ciudad de Irán, Mashhad (ciudad santa,
santuario del Imán Reza), y luego se extendieron a una cuarentena de
ciudades y pueblos del país, así como a la capital Teherán.
El alcance y la intensidad de este movimiento, la adopción rápida de
consignas contra el gobierno y el sistema político autocrático han
sorprendido a las autoridades iraníes y a observadores internacionales. Sin
embargo, esta irrupción ha estado precedida por meses de protestas de los
trabajadores y trabajadoras contra las supresiones de empleos, los cierres
de fábricas así como los salarios y subsidios sociales impagados.
Según fuentes gubernamentales, 21 personas han muerto y alrededor 2000 ha
sido detenidas en enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.
Un responsable de Teherán ha admitido que 450 personas estaban detenidas en
esta ciudad desde el sábado 30 de diciembre y que 70 personas han sido
detenidas el domingo por la noche en Arak, una ciudad industrial situada a
300 km al suroeste de la capital. Según una responsable del régimen, entre
el millar de personas detenidas, el 95% tiene menos de 25 años. El régimen
ha anunciado la muerte en la prisión de Evin de Sina Ghorbani, un
manifestante de 23 años.
Desde el comienzo del movimiento el gobierno ha reducido, e incluso
bloqueado, las aplicaciones de las redes sociales Telegram e Instagram a fin
de suprimir las informaciones sobre las manifestaciones futuras y la
importancia del movimiento.
La amplitud y la intensidad de las manifestaciones han sacudido al régimen
burgués clerical iraní e incitan ahora a sus facciones rivales a reagruparse
para reprimir el movimiento. Durante el fin de semana del 30-31 de
diciembre, el presidente iraní Hasán Rohani ha declarado que la ciudadanía
iraní tenía el derecho a manifestarse pacíficamente y que su gobierno
tomaría pronto medidas para responder a las reivindicaciones
socio-económicas de los y las manifestantes, añadiendo: "No tenemos mayor
desafío que el paro". Pero sus ministros y portavoz, así como las agencias
de seguridad juran ahora querer erradicar el movimiento de protesta. El
cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica se dice dispuesto a
utilizar un "puño de hierro".
Los dirigentes del régimen -desde el guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei,
al general Sanayeee, pasando por el antiguo presidente "reformista" y aliado
del movimiento de 2009, Mohammad Jatamí- "justifican" su represión brutal
con alegaciones falaces que acusan a la gente que se manifiesta de estar
manipulada por Washington y sus aliados regionales, Israel y Arabia Saudita,
en el marco de una campaña incendiaria para provocar un cambio de régimen en
Teherán.
Pero la ola actual de protestas tiene un carácter de clase bien diferente
del de la de 2009 bajo la bandera del autodenominado "movimiento verde". En
2009 el movimiento de protesta contra la reelección fraudulenta del
expresidente ultraconservador Mahmud Ahmadineyad había sido violentamente
reprimido.
Sobre la base de los informes disponibles que se han filtrado a través de la
censura del régimen iraní o aparecidos en los medios occidentales, es
evidente que la ola actual de protestas es, en el fondo, una rebelión
naciente de la clase obrera. Ciertamente, las manifestaciones son
socialmente heterogéneas y hay mucha confusión política entre la gente que
participa. Además, como podía esperarse, la corriente monárquica y otros
elementos de derechas aliados al imperialismo intentan desviarla en su
beneficio.
Pero las manifestaciones, aunque no son aún un movimiento de masas, han
estado compuestas principalmente por trabajadores, pobres, parados, jóvenes
y mujeres de los barrios pobres. Expresan una cólera de clase profundamente
enraizada en un país en el que 3,2 millones de personas, es decir el 12,7%
de la población activa, están oficialmente en paro. La tasa de paro real de
la juventud es del orden del 40% y, más del 50% vive en la pobreza. Sin
embargo, según el World Wealth and Income Database, el 1% de la ciudadanía
iraní más afortunada posee el 16,3% de la riqueza, es decir el equivalente a
lo que posee el 50% de la población. El 10% más rico tiene el 48,5% de la
riqueza nacional (sobre la base de los datos de 2013).
Ascenso de la oposición de la clase obrera
No hay humo sin fuego. La ola actual de protestas ha estallado tras meses de
agitación obrera y de manifestaciones populares, en particular contra las
supresiones de empleos, la falta de pago de los salarios, la indiferencia de
las autoridades hacia los millones personas ahorradoras arruinadas por el
hundimiento fraudulento de numerosas instituciones financieras no
reglamentadas. El abandono total de las víctimas de los recientes terremotos
así como la corrupción astronómica han tenido un papel importante en el
desencadenamiento del movimiento.
En septiembre pasado, por ejemplo, en Arak, la gente que trabajaba en dos
fábricas privatizadas en los años 2000 se ha enfrentado con la policía
durante dos días, después de que las fuerzas de seguridad intervinieran para
dispersar las movilizaciones contra la falta de pago de sus salarios. Según
un informe de la Agence France-Presse, "manifestaciones menores comenzaron a
producirse las semanas que han precedido a los disturbios actuales",
"centenares de trabajadores del petróleo y camioneros protestando contra el
pago tardío de los salarios, los fabricantes de tractores en Tabriz contra
el cierre de su fábrica, y los trabajadores de neumáticos de Teherán contra
el no pago de los salarios". Estas protestas han sido tratadas con
indiferencia por los medios occidentales, mientras que las autoridades
iraníes han hecho todo lo que han podido por ocultarlas.
En los días que precedieron a la ola actual de protestas, se produjo en los
medios sociales una discusión intensa y generalizada sobre las desigualdades
sociales crecientes. El desencadenante de esta ola de cólera ha sido la
publicación del último presupuesto de austeridad del gobierno, que prevé el
aumento del precio de la gasolina un 50%, a la vez que reduce aún más las
subvenciones a los precios de la energía. Las subvenciones a los productos
alimenticios básicos y a los servicios esenciales fueron suprimidas entre
2010 y 2014, durante las presidencias de Ahmadineyad y de Rohani.
El movimiento de 2009 estaba centrado casi exclusivamente en Teherán, en
particular en sus barrios más ricos del norte. En cambio, la ola actual de
protestas ha sido mucho más amplia geográficamente. Están también afectadas
las ciudades más pequeñas y más pobres que han constituido la base política
de Ahmadineyad y de la llamada fracción "dura" de la élite política del
régimen, que combina la ortodoxia chiita con los llamamientos populistas a
los elementos plebeyos de la sociedad iraní.
De forma aún más significativa, y contrariamente al movimiento de 2009, la
movilización antigubernaental actual está motivada por la oposición a las
desigualdades sociales. Los "Verdes", que apoyaron masivamente la elección
de Rohani en 2013 y su reelección en mayo pasado, han evitado las
manifestaciones actuales. Eminentes representantes de los "Verdes" han
expresado su profunda inquietud en cuanto al carácter "sin jefe", "violento
y no democrático" de las manifestaciones.
Por su parte, en las manifestaciones no se ha lanzado ningún llamamiento en
favor de los principales dirigentes verdes y de los desgraciados candidatos
en las presidenciales de 2009, Mir Hossein Mussavi y Mehdi Karrubi, que
siguen en situación de detención domiciliaria. En lugar de ello, se han
planteado consignas hostiles al régimen clerical-capitalista en su conjunto.
El acercamiento de Rohani a Washington y la austeridad
La aguda crisis social que conoce Irán es el producto de una presión
económica y militar-estratégica de los Estados Unidos así como de las
sanciones económicas, de la crisis económica mundial y sobre todo del
hundimiento del precio mundial del petróleo, del fracaso de las políticas
económicas neoliberales y sobre todo de las medidas de austeridad brutales
que Rohani ha puesto en marcha con el objetivo de cortejar la inversión
occidental.
Durante años Rohani, siguiendo a su mentor político, el difunto presidente
Hachémi Rafsandjani ha sido el defensor del acercamiento a las potencias
imperialistas occidentales. En 2013, subrayando las consecuencias
socialmente explosivas de las sanciones económicas americanas y europeas
sobre Irán, convencieron al ayatolá Jamenei y a las demás componentes clave
del régimen de la necesidad de un cambio de dirección. De ahí una nueva
tentativa de compromiso con Washington y la Unión Europea.
Como en el caso de los dirigentes del movimiento "Verdes", cuatro años
antes, esta política estaba ligada a una nueva tentativa de eliminar lo que
quedaba de las concesiones sociales hechas a la clase obrera como
consecuencia de la Revolución de 1979. En el curso de los cuatro últimos
años, el gobierno de Rohani ha proseguido la privatización y la
desreglamentación, como su predecesor Ahmadineyad, siguiendo las
prescripciones del FMI en materia de austeridad, así como adaptando las
reglas que rigen las concesiones petroleras a fin de seducir a los gigantes
petroleros europeos y americanos.
A fin de cuentas, en enero de 2016, las sanciones americanas y europeas más
severas fueron levantadas o suspendidas a cambio del desmantelamiento por
Teherán de una gran parte de su programa nuclear. Pero en la medida en que
el levantamiento de las sanciones ha estimulado la economía, las ventajas
han beneficiado casi exclusivamente a las capas más privilegiadas de la
población.
La respuesta de Rohani, como muestra el último presupuesto, es acentuar la
austeridad para las masas, a la vez que aumentan los presupuestos de las
instituciones religiosas y del clero.
Una nueva etapa de la lucha
Las manifestaciones de la primera semana de enero anuncian una nueva etapa
en la lucha de clases en Irán. A través de todo Medio Oriente, incluyendo
Israel, existen signos de una oposición creciente de la clase obrera. La
cuestión crítica es la lucha por armar la naciente oposición obrera con una
estrategia socialista internacionalista. Los y las trabajadoras, la juventud
iraní deben luchar por la movilización de la clase obrera como fuerza
política independiente, en oposición al imperialismo y a todas las
fracciones de la burguesía nacional.
Todas las fuerzas de derechas que preconizan en el seno del movimiento
antigubernamental una orientación hacia Washington y/o las demás potencias
imperialistas deben ser combatidas y políticamente aisladas. Es el
imperialismo quien, durante el pasado siglo, ha asfixiado las aspiraciones
democráticas y sociales de los pueblos de Medio Oriente. Son las potencias
imperialistas quienes ha devastado la región durante un cuarto de siglo de
guerras, y amenazan hoy con hundir al pueblo iraní y a toda la región en una
conflagración aún más sangrienta.
La burguesía iraní, como muestra más de un siglo de historia desde la
revolución constitucional de 1906, es totalmente incapaz de establecer una
verdadera democracia y de librarse del imperialismo. Pues para ello sería
necesaria una movilización revolucionaria de las masas de una amplitud que
pondría en peligro sus propios intereses y ambiciones de clase.
La gente trabajadora y la juventud deberían también rechazar a quienes
afirman que el ascenso de las masas resolvería todo, pues en realidad
denigran la lucha por un programa revolucionario y su leadership. Hay que
sacar las lecciones de la historia, incluyendo la "primavera árabe" de 2011
y de la revolución iraní de 1979.
La revolución iraní de 1979 que, hace cuarenta años, derrocó el régimen
tiránico del Sha apadrinado por los Estados Unidos, era una explosión social
masiva, antiimperialista. Y fue la clase obrera quien dio el golpe
definitivo. Fue una ola creciente de huelgas políticas que rompió la espalda
del régimen del Sha. Y en los meses que siguieron, los y las trabajadoras
tomaron las fábricas, colocándolas bajo el control de los consejos obreros.
Pero la clase obrera estaba sin organización independiente de clase y
políticamente subordinada al partido estalinista Tudeh, así como a
diferentes fuerzas de izquierda pequeñoburguesas. Desgraciadamente la mayor
parte de esas organizaciones corrían detrás del ala supuestamente
antiimperialista de la burguesía nacional dirigida por el ayatolá Jomeini y
el clero chiíta. Habiendo tomado el control del aparato del Estado, estos
reprimieron salvajemente todas las formas independientes de expresión y de
organización de clase. Estabilizaron el orden capitalista en el marco de un
sistema teocrático inédito.
Hoy, en Irán, una recuperación de la clase obrera debe y puede arreglar
cuentas con el sistema político islámico, la burguesía iraní en su conjunto,
así como el imperialismo, pero a condición de inscribirse en la perspectiva
de una revolución socialista internacional.
La tarea de la gente socialista revolucionaria es dirigirse hacia ese
movimiento, y luchar por armar a la clase obrera internacional de una
comprensión de la lógica de sus necesidades, de sus aspiraciones y de sus
luchas. El capitalismo es incompatible con las necesidades de la sociedad.
La gente trabajadora, la clase que produce las riquezas del mundo, deben
unir sus luchas a través de las fronteras y los continentes para establecer
el poder político de los y las trabajadoras, para emprender la
reorganización socialista de la sociedad y poner fin a la guerra
imperialista.
_____
---
El software de antivirus Avast ha analizado este correo electrónico en busca de virus.
https://www.avast.com/antivirus
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: http://listas.chasque.net/pipermail/boletin-prensa/attachments/20180111/46e8d221/attachment-0001.htm
Más información sobre la lista de distribución Boletin-prensa