Colombia/ ELN: las dos caras del cese bilateral del fuego [La Silla Vacía]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Ene 10 10:59:01 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

10 de enero 2018

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Colombia

Las dos caras del cese del ELN

Ana Karietna León Quiroga/Tatiana Duque/Jineth Prieto

La Silla Vacía, 10-1-201710

http://lasillavacia.com/

Hoy cuando las delegaciones del gobierno y del ELN reanuden las
conversaciones en Quito el tema del cese bilateral del fuego que venció
anoche estará sobre la mesa. Dos caras muy diferentes de cómo se vivió ese
silencio de los fusiles en regiones donde el ELN tiene concentrada su
fortaleza muestran la complejidad de pactar compromisos con un grupo armado
que funciona de manera federada y cuyos comandantes en el territorio no
responden en la práctica a las directrices de la mesa.

Mientras que en Arauca se respiró tranquilidad por primera vez en 50 años,
en el Pacífico, hubo violaciones confirmadas. Pero ahora que se inicia el
quinto ciclo de las conversaciones en Ecuador, en ambos territorios temen
que con la vía completamente libre, el ELN lidere una arremetida violenta.

Un soplo de tranquilidad en Arauca

“El cambio fue del cielo a la tierra. Hace más de 50 años que Arauca no
pasaba fiestas decembrinas sin el rigor de la confrontación armada”, le dijo
a La Silla Martín Sandoval, un político de Arauca que participó en el
proceso de paz con las Farc en la región y hoy es candidato a la Cámara por
la Unión Patriótica.

Así como él, otros políticos, líderes sociales y defensores de derechos
humanos de Arauca, departamento en el que opera el frente Domingo Laín, el
más fuerte militarmente de esa guerrilla, se unieron a las voces que en el
país pidieron que el cese continuara.

Todos coinciden en que en municipios como Saravena, Fortul y Arauquita,
donde opera el Domingo Laín, el compromiso se cumplió con uno de sus
principales objetivos: que los civiles no se vieran afectados por la guerra.

Según periodistas locales y defensores de derechos humanos, lo más positivo
para los araucanos durante el cese al fuego fue la ausencia de
enfrentamientos entre el Frente y la Fuerza Pública, algo muy significativo
en la región en donde, según el Centro de Recursos para el Análisis de
Conflictos, Cerac, se han registrado más acciones bélicas por parte de esa
guerrilla desde 2014.

Eso no solo quitó la zozobra permanente con la que viven los araucanos.
También, según un defensor de derechos humanos y un líder político y social
del departamento, ayudó a aliviar las tensiones entre la población y la
Fuerza Pública.

“Normalmente, pasar por Caño Limón, que es república independiente, así
usted vaya en ambulancia lo miran y revisan como quién sabe qué. Ésta vez
(durante el cese) en los retenes (del Ejército), al menos se encontraba
cierto grado de amabilidad. Se vio menos prevención”, le dijo a La Silla
Older Cáceres, de la Alianza por la Paz de Arauca, un movimiento que hace
política y trabajo social en el departamento.

Esas fuentes también coincidieron en que el hecho de vivir las fiestas
decembrinas sin enfrentamientos armados en la región fue positivo porque le
dio cierta credibilidad al proceso de negociación con el ELN, en donde como
lo ha contado La Silla, se ha mantenido la sensación de que alias Pablito,
quien comandó el Domingo Laín y aún le tira línea a ese frente siendo parte
del Coce, no le apuesta del todo a la salida negociada del conflicto.

También porque, aunque no hay cifras que lo comprueben, sí hubo la impresión
de que benefició la economía del departamento, en la medida en que no hubo
daños a la infraestructura vial ni petrolera (las constantes voladuras al
oleoducto) e igualmente, no hubo restricciones durante las fiestas ni
bloqueos de vías.

Esto a pesar de que, tal y como lo reportó la Misión de Verificación de la
ONU a mediados de diciembre, Arauca fue una de las tres regiones en las que
hubo denuncias de violaciones  al cese de hostilidades.

Según una fuente de la Defensoría del Pueblo de Arauca que pidió la reserva
de su nombre, en el departamento hubo extorsiones, amenazas y algunos casos
de reclutamiento de menores.

“Es preocupante pero en comparación con lo que se vive normalmente
acá...podría decirse que el cese se cumplió en un 90 por ciento”, dijo esa
fuente.

Con ese telón de fondo, esa fuente y otras tres coincidieron en que todo
está dado para que con el fin del cese, la guerra vuelva a arreciar en
Arauca.

Ayer fue el primer botón de la muestra.

En Arauquita apareció un paquete que inicialmente se pensó que era una bomba
pero que,  según La W, terminó siendo una caja con arena, con un celular y
la frase “ELN, ni rendición, ni entrega”.

En el Pacífico el tal cese no existió

En el Pacífico, en cambio, los beneficios del cese no se sintieron porque de
las 36 violaciones al cese que según el mecanismo de verificación conformado
por la ONU, la Iglesia y las partes ocurrieron en los 100 días de tregua al
menos tres ocurrieron en esta región y en al menos dos fue por la pelea de
los territorios que dejaron las Farc y el dominio de las rutas de
narcotráfico.

Así ocurrió en noviembre con la masacre de 13 personas en Magüí Payán en
Nariño y la semana pasada en Bolívar, Cauca.

En Nariño, el ELN se enfrentó a la disidencia de las Farc Resistencia
Campesina y en un comunicado posterior aceptaron que hubo un cruce de
disparos que produjo la muerte de “personas del grupo opositor”, lo cual fue
desmentido por la Defensoría del Pueblo, ya que fueron asesinados un hombre
de 22 años y una mujer embarazada.

Tras los combates, 138 personas salieron del municipio por miedo a más
muertes, según denunció en su momento la ONU.

Como contamos en La Silla Pacífico, la zona de la masacre es un corredor
estratégico del narcotráfico, que une al pacífico nariñense con el caucano y
es una vía rápida hacia el mar para el transporte de droga, que tanto la
disidencia y el ELN se pelean por controlar.

En Bolívar, Cauca, también hay pelea por el control de territorios y rutas
del narcotráfico. En dos veredas, Trujillo y Mazamorreros, el ELN se
enfrentó al grupo de Jaime Ruìz Navia, alias Bin Laden, un exguerrillero
eleno que fue capturado en 2016 y que tenía casa por cárcel (que claramente
no cumplía).

En el enfrentamiento, que según indicaron después las Fuerzas Militares era
por el control de una zona de cultivos de droga murieron siete personas,
entre ellas un campesino llamado Silvio Meneses y Bin Laden.

Además, el fin de semana pasado la guerrilla en el Cauca liberó al
arquitecto Hernán Muñoz, quien había sido secuestrado el 22 de diciembre en
La Vega, al sur del departamento.

Aunque el cese pactado con el ELN y que rigió hasta el martes en la
madrugada no prohibe enfrentamientos entre esa guerrilla y otros grupos
armados por el control del narcotráfico, el hecho de que hubiera secuestrado
en Cauca y asesinado civiles en Nariño sí representa una violación.

En Chocó, que fue particularmente importante para pactar el cese, luego de
que una comisión de la sociedad civil chocoana se reuniera con la mesa de
Quito en el marco de un acuerdo que venían buscando hacía casi dos años, el
silencio de los fusiles fue intermitente.

El hecho más sonado fue el primero en el que se violó el alto al fuego.
Ocurrió el 30 de octubre, a un día de que se cumpliera el primer mes del
cese, cuando fue asesinado (en indefensión, según Medicina Legal) el
gobernador indígena del Alto Baudó Aulio Isarama.

Aunque en un principio el ELN no aceptó dicha responsabilidad que los mismos
indígenas le atribuían, 10 días después sí lo hicieron. La Fiscalía ordenó
en diciembre la captura de los dos comandantes de los frentes Cimarrón y el
de Guerra Occidental.  Captura que no se ha producido.

El Personero del Alto Baudó, Dayron Sánchez, nos dijo que luego de ese
asesinato, más de mil personas se desplazaron de la zona por miedo a más
muertos. En su mayoría, familias indígenas.

Allá también se han presentado combates por el control del territorio entre
el ELN y el Clan del Golfo, como contó la misma guerrilla en Twitter.

Y también en Chocó es donde esa guerrilla más ha mostrado los dientes, a
través del Frente de Guerra Occidental que se mueve entre Chocó y el Bajo
Cauca Antioqueño.

Seis horas después de terminar la tregua, alias Uriel, comandante de ese
frente, dijo en un comunicado que ya estaba listo con sus hombres para
“reanudar nuestras actividades y estamos en posición”.

Ese mismo frente publicó el 29 de diciembre en youtube un video que lanza su
propia “escuela de suboficiales” (como si fuera el mismo Ejército) para
preparar a “nuevos integrantes” porque “la arremetida iba a ser muy dura”
según dice una encapuchada en medio de imágenes de entrenamientos de
guerrilleros con cintas del ELN.

De todos modos en Chocó no quieren que el cese acabe.

“Cuando hay movimiento de tropas (sean de la guerrilla, las bacrim (1) o de
los militares) siempre hay muerto de por medio”, nos dijo una fuente en
terreno.

Pero también porque mantener el cese le ayudaría al proceso a recuperar la
credibilidad perdida.

“No hay que quedarse en el cese de fusiles solamente, toca avanzar con la
implementación de la paz que ya hay con las Farc”, dijo a La Silla Abid
Romaña, coordinador del Foro Interétnico Solidaridad Chocó (Fisch), y uno de
los comisionados chocoanos que viajó a Quito a hablar con el ELN y el
Gobierno.

Ayer alias Pablo Beltrán, el jefe negociador de esa guerrilla en Quito, dijo
que esperaba que hubiera “calma” mientras se pactaba una nueva tregua con el
Gobierno.

No parece fácil que eso suceda pronto porque tanto el ELN como la delegación
del Gobierno se están acusando mutuamente de haber incumplido el cese (la
guerrilla dice que el Ejército lo violó con la masacre a los campesinos de
Tumaco y acciones del Esmad), y seguramente entrarán a negociar y fijar
nuevas reglas.

Por parte del Gobierno, una nueva concesión en época electoral será bien
costosa para Santos.

En la mitad vuelven a estar los civiles, que temen una escalada de violencia
ahora que los frentes de la guerrilla y las tropas del Ejército tienen carta
abierta para volver a disparar.

Nota de Correspondencia de Prensa

1) Bandas criminales, en su mayoría compuestas por paramilitares, sicarios y
delincuentes del narcotráfico.

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