Grecia/ Una corbata con nudo de horca: el acuerdo Tsipras-Eurogrupo sobre la deuda griega [Antonis Davanellos]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Jul 8 14:07:47 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

8 de julio 2018

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Grecia

 

El acuerdo Tsipras-Eurogrupo sobre la deuda griega es una corbata con nudo
de horca

 

Antonis Davanellos *

 

A l´encontre, 29-6-2018

http://alencontre.org/

Traducción Sotiris Siamandouras del griego al francés

Sin Permiso, 4-7-2018

http://www.sinpermiso.info/ 

Traducción de G Buster

 

Alexis Tsipras prometió a sus colegas cambiar de estilo y ponerse una
corbata cuando se resolviese el problema de la deuda y la economía griega
superase las bárbaras políticas de los memorandos aplicados bajo la
supervisión de la troika de acreedores.

 

En efecto, en la presentación pública en Zappeion [el monumento situado en
el Jardín Nacional de Atenas, en el centro de la capital griega] el acuerdo
de la última reunión del Eurogrupo en Luxemburgo [finalizada la noche del 21
a 22 junio 2018], el primer ministro griego… ¡se puso una corbata! Fue un
intento de poner de relieve el "mensaje" del gobierno de SYRIZA-ANEL de que
la política desde 2015 - una política de ampliación y profundización del
rigor de los memorandos iniciada en 2010 - sería, de hecho, de alguna manera
una historia de éxito, que finalmente ha conseguido sacar al país de los
odiados memorandos.

 

Este intento de poner en marcha una política de comunicación convincente
está condenado al fracaso, ya que está muy lejos de la realidad. Detrás de
la demagogia del supuesto “fin de los memorandos" se oculta la verdad del
compromiso que obliga a seguir la política de los memorandos durante un
período de tiempo impensable, de hecho toda una época histórica.

 

El acuerdo del Eurogrupo no colmó las expectativas del equipo de Tsipras. La
"propuesta francesa" (un Macron no demasiado "radical") - vincular el pago
de la deuda al crecimiento del PIB, recurriendo a "mecanismos" destinadas a
reducir las cuotas de pago de acuerdo con el progreso de la situación
económica - fue abandonado tácitamente.

 

En la práctica, la decisión podría resumirse como la "extensión" de la
madurez de solo un tercio de la deuda (un préstamo de 96 mil millones de
euros del FEEF en el segundo memorándum) y la creación de una reserva
efectiva (colchón de efectivo, cash buffer) que debería permitir a los
futuros gobiernos cumplir con sus obligaciones de pago, si la aclamada
vuelta de Grecia a los mercados financieros se frustra en última instancia.

La decisión se basa en los requisitos de los acreedores y la UE.

 

Por un lado, les permite declarar que"ningún país europeo se encuentra bajo
un memorándum", es decir, tratar de reforzar la imagen de cohesión del
Espacio Económico Europeo, dado el pausible agravamiento del conflicto
abierto por la política proteccionista y de guerra comercial iniciada por
Trump.

 

Por otro lado, protege sus intereses de forma efectiva y durante un largo
período de tiempo.

 

La creación de la reserva de efectivo, que se considera necesaria, se basa
en el supuesto de que Tsipras-Tsakalotos planean salir rápidamente a los
mercados financieros que es simplemente una sobreestimación muy exagerada.

 

Sólo unas semanas después del episodio de la crisis italiana, la tasa de
interés de la deuda griega a diez años alcanzó el 4,84% (aproximadamente el
mismo nivel que antes de la quiebra que abrió el camino al primera
memorándum de 2010 a 2011). Tras la declaración del Eurogrupo, se moderó
ligeramente al 4.14%, es decir, a un nivel aún prohibitivo.

 

El "período de gracia" - sin pago de intereses y principal - de 10 años
(hasta 2032 y no 2022) de 96 mil millones de la deuda del Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera (FEEF) - que no es un regalo, ya que amplia una
década el cobro  de intereses rentables para los acreedores - debe facilitar
el reembolso de la deuda restante, e implica también un nuevo jalón en la
crisis de la deuda griega: en 2032 (en lugar de 2022, con la supervisión que
implica).

 

En palabras de un periódico del sistema, To Vima [Tribuna], que atribuye la
estimación a "expertos" anónimos: "El acuerdo es inteligente. Los alemanes
no han cedido casi nada a Grecia, simplemente lo estrictamente necesario
para sacar al país de la zona de peligro a medio plazo. Vamos a necesitar un
nuevo acuerdo en 2032, si no hay una recuperación económica rápida."

 

A cambio, el gobierno de Tsipras "cedió"  lo siguiente: 

 

1. El compromiso de que todas las leyes firmadas bajo los memorandos,
reformas y contra-reformas a lo largo del período de ocho años de la crisis,
permanecerán en vigor sin ninguna modificación, ni siquiera secundaria,
incluso después del supuesto fin de la memorandos. Lo que Tsipras califica
como ‘salida de los memorandos’ es en realidad la transformación de las
contrareformas neoliberales contenidas en los memorandos 1, 2 y 3 en medidas
de carácter permanente ¡durante décadas!

 

2. El compromiso de adoptar medidas adicionales de extremo rigor: la
reducción de las pensiones, ya iniciada en 2019; el aumento de los impuestos
pagados principalmente por las clases trabajadoras; la supresión del límite
máximo de ingresos no gravables en el año 2020; el aumento del impuesto a la
propiedad [ENFIA] con valores objetivos de "ajuste" de los bienes raíces; la
demolición de la protección social, incluso la más rudimentaria, mediante la
reducción de las prestaciones de la seguridad social en 2018; y, además, un
programa de privatización galopante que incluye no sólo la empresa estatal
de electricidad (DEI), sino también el sistema de distribución de agua en
Atenas y Salónica y de todos los terrenos públicos cuyo valor sea
amortizable en el mercado inmobiliario.

 

3. El compromiso de reforzar la política económica y social en el futuro en
el margen extremadamente estrecho previsto en el acuerdo sobre el superávit
primario (antes del pago de intereses de la deuda), que continuará sin
descanso empujando al abismo de la barbarie neoliberal a la sociedad griega.
Según el acuerdo, Grecia tendrá un superávit de 3,5% del producto interno
bruto hasta el año 2022 y luego de un 2,2% promedio durante 37 años más, es
decir ¡hasta 2060!

 

Incluso los economistas que siempre han apoyado los memorandos advierten que
ningún otro país en la historia de la economía ha sido capaz de generar
excedentes de esta magnitud durante un periodo de tiempo tan largo.

 

Sin embargo, a Tsipras no le preocupa, aunque los últimos ocho años de la
experiencia griega muestra que estos excedentes son pagados con la sangre de
los trabajadores y las clases más pobres. A los acreedores tampoco les
preocupa, ya que el acuerdo del Eurogrupo establece un mecanismo estricto de
control para garantizar los excedentes: auditorías trimestrales, informes de
cumplimiento, mecanismos que implican la adopción de medidas cuando los
objetivos presupuestarios adicionales no se cumplan. Parece un cuarto
memorando ... después del final del tercero.

 

Como hemos señalado antes, la aplicación "normal" del acuerdo supone una
evolución más o menos rápida de la economía griega a un estado de
crecimiento perpetuo. Si es necesario, el acuerdo contempla medidas de
acción drástica sucesivas de los acreedores, por primera vez en 2022 y
luego, probablemente aún más dramáticamente, en 2032.

 

Además, Christine Lagarde (FMI) y Mario Draghi, del BCE, indicaron que el
acuerdo se considera viable a medio plazo, hasta 2032 (todavía hay un
período durante el cual Grecia podrá continuar siendo explotada) pero la
deuda griega aún no es sostenible a largo plazo.

 

Sin embargo, es más probable que el problema se plantee antes, ya que el
acuerdo no tiene en cuenta el pronóstico sobre el crecimiento de la economía
griega y no facilita uno.

 

El compromiso de generar excedentes correspondientes al 3,5% del PIB
significa que no se incrementará la inversión pública (el instrumento
tradicional de "crecimiento" del capitalismo griego).

 

Por contra, que se reducirá aún más. En respuesta, el estado mayor de
Tsipras promete un aumento de la inversión privada y subraya que no ahorrará
esfuerzos para atraerla. Pero a pesar de la destrucción de los salarios y de
los derechos de los trabajadores, la inversión de los capitalistas griegos
permanece a un nivel del 30% (¡!) inferior en comparación con antes de la
crisis. N. Christodoulakis, ministro socialdemócrata en el gobierno de
Konstantinos Simitis (primer ministro del PASOK 1996-2004), señala una
"falta de inversiones por un total acumulado de 100 mil millones en Grecia.
Propone reducir el superávit primario del 1,5% del PIB para que el resto de
los recursos fiscales puedan dedicarse  a "la inversión en la producción",
lo que podría apoyar las posibilidades de crecimiento económico. Alexis
Tsipras aprenderá rápidamente la razón de la posición histórica de la
izquierda de que el único acuerdo político viable sobre la deuda es
repudiarla y condonarla.

 

Desde la perspectiva de los trabajadores y las clases populares, el acuerdo
con los acreedores de SYRIZA y la troika es una grave amenaza. El
reconocimiento de las inversiones privadas (nacionales e internacionales)
como única esperanza para el progreso social conduce a la absoluta sujeción
a los apetitos del capital. Los salarios, las pensiones, el gasto social, la
legislación laboral, la protección del medio ambiente, los espacios
públicos, los derechos sociales en el sentido más amplio, estarán bajo
presión y más cuestionados. Los "sacrificios" necesarios serán de una enorme
barbarie y el resultado seguirá siendo incierto, incluso en comparación con
el primer memorando (que preveía el fin de la crisis en ... ¡2012!).

 

Frente a esta política, la única respuesta consistente es la organización y
la reactivación de luchas amplias para cuestionarlo.

 

Contra esta política, Nueva Democracia (Kyriakos Mitsotakis) y la extrema
derecha (Amanecer Dorado), que han tratado de construir un movimiento de
masas nacionalista sobre el tema de Macedonia, muestran ahora un
comportamiento bastante más sumiso. Condenan los "tiros errados" de Tsipras,
tratan de rentabilizar la insatisfacción popular ante las medidas previstas.
Pero cuidadosamente dejan fuera del alcance de su crítica el núcleo de la
política prevista en el acuerdo.

 

Para la derecha, la voz del capital sigue siendo "la voz de Dios."

 

En estas nuevas circunstancias, el peso de la resistencia y del cambio recae
de nuevo en la izquierda alternativa. 

 

* Antonis Davanellos  periodista, sindicalista y miembro de Izquierda Obrera
Internacionalista (DEA), organización que rompió con Syriza tras la firma
del tercer memorándum para constituir la coalición Unidad Popular (LAE). 

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