Argentina/ Bicicleta financiera con rumbo al FMI [Fabián Kovacic]
Ernesto Herrera
germain5 en chasque.net
Vie Mayo 11 12:50:27 UYT 2018
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Correspondencia de Prensa
11 de mayo 2018
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Argentina
Argentina vuelve a endeudarse
Bicicleta financiera con rumbo al FMI
El anuncio de una vuelta al regazo del Fondo Monetario Internacional (Fmi)
por el presidente Mauricio Macri confirmó los peores pronósticos de la
revista Forbes: es hora de salir de Argentina. En las últimas semanas el
peso argentino se depreció de manera acelerada frente al dólar y se generó
una corrida cambiaria a pesar de la drástica suba de la tasa de referencia,
que alcanzó el 40 por ciento. El barco empieza a hacer agua, pero, aseguran
los economistas, las condiciones para una posible quiebra de la economía
como ocurrió en 2001 aún están lejos.
Fabián Kovacic, desde Buenos Aires
Brecha, 11-5-201
https://brecha.com.uy/
En los dos minutos y medio que duró su discurso, el pasado martes, el
presidente se vio obligado a explicar por qué decidió recurrir al Fmi 12
años después de que su país cancelara todos los pagos con la institución:
Mauricio Macri reconoció la fragilidad de la economía argentina y su
dependencia de los mercados externos. Bajo su gobierno, la deuda externa
creció a partir de la emisión de bonos desde 2016 y la fuga de capitales
sumó 40.000 millones de dólares –a raíz de la salida del país de crecientes
capitales especulativos y de ahorros dolarizados hacia bancos extranjeros y
paraísos fiscales–, estos dos factores han llevado a la economía argentina a
una situación de iliquidez, algo que derivó en el pedido al Fmi de los
dineros negados en los mercados financieros.
Cuando el ex ministro de Economía Domingo Cavallo reapareció en los medios
en la noche del miércoles 2, encendió las alarmas. Artífice de la paridad
cambiaria durante el menemismo y “superministro” de Economía del presidente
Fernando de la Rúa, su protagonismo en la historia económica reciente
argentina despertó recuerdos del incendio nacional en las jornadas del 19 y
20 de diciembre de 2001. Esos días el pueblo salió a la calle en rechazo al
corralito financiero impuesto por Cavallo quien, junto a De la Rúa, era la
figura más repudiada. Su retorno no fue ni casual ni inocente; su aparición
coincidió con el momento en que uno de sus discípulos, el actual titular del
Banco Central de la República Argentina (Bcra), perdía la interna en el
gobierno. Federico Sturzenegger venía haciendo malabares contradictorios en
el Bcra, subiendo y bajando tasas en los últimos cuatro meses, generando
cortocircuitos permanentes en el desdoblado Ministerio de Hacienda y
Finanzas con sus dos titulares Nicolás Dujovne (Hacienda) y Luis Caputo
(Finanzas), y también con su enemigo el ministro del Interior, Rogelio
Frigerio, quien aspiraba a ocupar su lugar en el Bcra.
El escenario así montado recordaba a los años liberales de la fiesta
menemista, con especulación financiera como previa a la crisis de 2001.
Estampida cambiaria
“Es hora de dejar la Argentina y salir corriendo”, sostuvo un artículo
publicado en la revista de negocios Forbes (en su edición de la primera
quincena de mayo) en referencia al fin del romance de los fondos
especulativos con la política económica implementada por el macrismo. La
publicación pronosticó “una reedición de lo ocurrido en 2001” a partir de
los marcados ascensos y descensos en la tasa de crecimiento entre 2009 y
2017, con un crecimiento de 10 por ciento en 2009 seguido por una baja al 2
por ciento al año siguiente y varios picos de “montaña rusa” hasta fines de
2017, según datos del propio Bcra y del Ministerio de Economía. Lo cierto es
que las operaciones denominadas carry trade, que permitían a fondos
especulativos introducir dólares al país, cambiarlos por pesos, comprar
Lebac (bonos del Banco Central con vencimiento mensual y cuyos pagos son
totales al momento del vencimiento), recuperar pesos y comprar dólares a
tasas bajas para reiniciar el ciclo, parecen haber llegado a su fin. Con una
economía que no crece y una inflación aún no dominada, el gobierno decidió a
partir de mayo imponer un gravamen a la renta financiera de los capitales
extranjeros. Esa fue la luz roja y las alarmas se dispararon cuando la tasa
de interés en Estados Unidos subió a fines de abril. En ese momento las
monedas de países emergentes decidieron acompañar esa suba del dólar, menos
Argentina que de la mano de Sturzenegger decidió clavar el dólar por
indicación expresa de Macri para evitar un crecimiento de la inflación que
impactara en los productos de la canasta básica de alimentos. “Eso retrasó
el valor del dólar en Argentina y quedamos mal parados frente al resto de la
región y otras economías emergentes”, señalaron economistas como José Luis
Espert y Juan Carlos de Pablo, que suelen estar en sintonía con el gobierno.
Secuelas de la desregulación
Sin embargo, para otros analistas (véase entrevistas con Matías Kulfas,
Arnaldo Bocco y Mercedes Marcó del Pont) la situación se remonta a los
comienzos del ciclo macrista, cuando la Casa Rosada decidió desregular la
economía, eliminando impuestos a las mineras, la producción rural, el sector
financiero y abrir la economía de par en par a las importaciones. “La
desregulación económica le quitó herramientas al Estado para operar sobre
este tipo de contingencias financieras”, aseguró Arnaldo Bocco a Brecha.
El mediodía del pasado martes Mauricio Macri anunció la reanudación de
relaciones económicas con el Fmi a través de una cadena de préstamos
disponibles a la brevedad. “Nuestra economía depende de los flujos externos
y esas son variables que no dominamos”, dijo y reconoció que la creciente
valorización del dólar, las subas en el precio internacional del petróleo y
una trasmisión de ganancias de países emergentes hacia países centrales
industrializados han generado cambios en la economía mundial. “Con eso no
podemos hacer nada”, concluyó en su discurso. La eliminación de regulaciones
a la economía con la idea de generar una lluvia de inversiones extranjeras
de grandes firmas fue anunciada por Macri ya en la reunión del Foro
Económico Mundial de Davos en enero de 2016, cuando participó como
presidente. Desde entonces decretos y leyes acompañadas por buena parte de
la oposición, fueron eliminando regulaciones para los actores económicos más
importantes, como los productores rurales y el sector financiero y bancario.
No así para las industrias locales y extranjeras que ya en marzo de 2016
advirtieron sobre los riesgos de una apertura indiscriminada de la economía
nacional.
Los de entonces y los de ahora
Para Macri la fragilidad argentina depende de las variables económicas de
los mercados, por eso se hace necesario recurrir al Fmi. Su lenguaraz en
Hacienda, Nicolás Dujovne, dio una conferencia de prensa en el ministerio,
en la que apenas pudo maquillar los dichos de su jefe. Apoyado en la
escritora argentina Poldy Bird y su libro Nosotros, los de entonces, ya no
somos los mismos, ensayó una explicación: “El Fmi no es el mismo de hace 20
años, como tampoco somos los mismos nosotros porque aprendimos de la
experiencia”. La idea es alejar cualquier recuerdo de aquellas relaciones
con el Fmi, encabezado por Michel Camdessus en tiempos menemistas, que
resultaron en el estallido social argentino de 2001. Dujovne no aportó más
precisiones: no saben cuánto dinero van a pedir, ni en qué condiciones,
porque en definitiva “es una línea de créditos preventiva”, aseguró.
Filtraciones a la prensa ubican, sin embargo, en 30.000 millones de dólares
aproximadamente el pedido de Dujovne a Christine Lagarde. En la noche del
martes una comitiva argentina partió a Washington para arreglar los
pormenores del acuerdo y negociar las condiciones.
Argentina ingresó como socio del Fmi en 1956, durante el gobierno de la
llamada Revolución Libertadora que derrocó a Juan Domingo Perón un año
antes. Desde entonces la relación siempre fue tensa y con derrotas para la
economía del país. El presidente Arturo Frondizi fue el primero en solicitar
dineros para implementar un plan de desarrollo industrial: la condición del
Fmi fue ubicar al liberal Álvaro Alsogaray como ministro de Economía. Las
dictaduras de Juan Onganía y Jorge Videla aceptaron a rajatabla sus recetas,
los presidentes radicales Arturo Illia y Raúl Alfonsín ensayaron gestos
infructuosos de rebeldía y el peronismo de 1973 cuestionó la permanencia del
país en la institución. Los peronistas Carlos Menen y Eduardo Duhalde
firmaron acuerdos de refinanciación de deuda y sólo Néstor Kirchner pagó
toda la deuda con el Fmi, en 2006, para evitar condicionamientos económicos
durante su gobierno. Ahora Macri retoma la senda del endeudamiento y el
consiguiente ajuste con una previsible agudización del conflicto social.
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