Palestina/Gaza/ Detrás de las protestas: un "fraccionalismo" limitante entre Fatah y Hamas [Ramzy Baraud]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Vie Mayo 18 18:17:20 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

18 de mayo 2018

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Palestina/Gaza



Detrás de las protestas



Un “faccionalismo” limitante



Ramzy Baraud *



Brecha, 18-5-2018

https://brecha.com.uy/



Las manifestaciones en la frontera de Gaza deben ser comprendidas en el
contexto de la ocupación israelí, el asedio y el muy postergado “derecho de
retorno” de los refugiados palestinos. Pero además merecen ser analizadas
desde otra perspectiva paralela: el propio “faccionalismo” y las disputas
internas de los palestinos.



El “faccionalismo” es un mal profundamente arraigado en la sociedad
palestina que durante décadas ha impedido cualquier esfuerzo unificado para
acabar con la ocupación militar israelí y el apartheid.



La rivalidad política entre Fatah y Hamas es catastrófica, porque ha
ocurrido mientras el proyecto colonial israelí se profundizaba y el robo de
tierra en Cisjordania se ha ido acelerando.



En Gaza el asedio sigue siendo asfixiante y mortífero. Sumada a la
indiferencia regional y el bloqueo de Israel, que ya dura una década, la
prolongada disputa entre facciones ha llevado a los gazatíes al borde de la
hambruna y la desesperación política.



Las protestas masivas en Gaza, que comenzaron el 30 de marzo y cuyo fin
estaba previsto para el 15 de mayo, han sido la respuesta del pueblo a esta
desalentadora realidad. No se trata sólo de destacar el derecho al retorno
para los refugiados palestinos. Las manifestaciones también buscan
reconquistar la agenda, trascender las rivalidades internas y devolverle la
voz al pueblo.



Con el paso del tiempo acciones injustificables se vuelven tolerables. Es lo
que ha ocurrido con la ocupación israelí que, año tras año, se traga más
tierra palestina. Hoy la ocupación representa prácticamente el statu quo.



El liderazgo palestino sufre del mismo encierro que su gente. Diferencias
geográficas e ideológicas han comprometido la integridad de Fatah y de
Hamas, volviéndolos irrelevantes tanto en su casa como a nivel
internacional.



Pero jamás esta división interna había sido usada de manera tan eficaz como
un arma para deslegitimar el reclamo de los derechos humanos más básicos de
un pueblo entero. El argumento es: “los palestinos están divididos, así que
deben seguir encerrados”



El estrecho lazo entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el
primer ministro de Israel, Biniamin Netaniahu, ha sido acompañado por un
relato político que no admite simpatía alguna hacia los palestinos. Según
este relato, incluso el hecho de que familias se manifiesten pacíficamente
frente a la frontera de Gaza debe ser considerado un “estado de guerra”, tal
como argumentó el Ejército israelí recientemente.



Durante su visita a la región, el secretario de Estado estadounidense, Mike
Pompeo, repitió un mantra bien conocido al referirse a los muertos y heridos
de las protestas en Gaza: “Creemos que los israelíes tienen derecho a
defenderse”.



Los palestinos se encuentran encerrados, en Cisjordania por la ocupación,
rodeados de muros, puestos de control y colonias judías, mientras que Gaza
sufre un asedio hermético desde hace una década. A pesar de esto, Fatah y
Hamas parecen tener otras prioridades.



A partir de la creación, en 1994, de la Autoridad Palestina (Anp), luego de
la firma de los Acuerdos de Oslo, Fatah dominó la política palestina,
marginalizó a sus rivales y combatió a cualquier oposición. Mientras operaba
bajo la ocupación militar israelí en Cisjordania, prosperaba económicamente
al recibir miles de millones de dólares en ayuda económica.



Y lo que es más, la Autoridad Palestina ha usado su poder económico para
mantener su control sobre los palestinos, exacerbando la ocupación y varios
tipos de control militar israelí.



Desde entonces el dinero ha corrompido la causa palestina. Dinero de
“donantes”, miles de millones de dólares que recibió la Anp en Ramalah,
transformaron la revolución y el proyecto de liberación nacional en una
estafa financiera con muchos beneficiarios. La mayoría de los palestinos, no
obstante, sigue siendo pobre. Y el desempleo se ha disparado.



A lo largo de su conflicto con Hamas, Majmud Abbas (presidente de la Anp)
nunca dudó en aplicar un castigo colectivo a los palestinos para ganar
puntos políticos. A partir del año pasado tomó una serie de medidas
financieras punitivas contra Gaza, incluso un pago sospechoso a Israel por
suministro de electricidad a Gaza, mientras le recortaba los salarios a
decenas de miles de funcionarios en Gaza que seguían recibiendo su paga de
las autoridades cisjordanas.



Esta tragedia política lleva más de una década sin que los partidos se
pongan de acuerdo para poder avanzar más allá de sus discrepancias.



Varios intentos de reconciliación han sido saboteados, o bien por los
propios partidos o por factores externos. El último de estos acuerdos fue
firmado en El Cairo el octubre pasado, y aunque se anunciaba prometedor,
pronto comenzó a tambalearse.



En marzo pasado un supuesto intento de asesinato contra el primer ministro
de la Anp, Rami Hamdalah, provocó acusaciones cruzadas entre ambos partidos.
Hamas afirmó que los responsables eran agentes de la Anp resueltos a
destruir el acuerdo, mientras que Abbas acusó a Hamas de intentar matar al
líder de su gobierno.



Hamas está desesperado por encontrar una vía para acabar con el asedio a
Gaza, y el asesinato de Hamdalah significaría un suicidio político para el
movimiento. La mayor parte de la infraestructura de Gaza se encuentra en
ruinas, debido a las sucesivas guerras israelíes. El hermético asedio a Gaza
ha impedido su reconstrucción o reparación.



Fatah y Hamas ofrecieron relatos diferentes sobre las decenas de miles de
palestinos que manifestaban en la frontera de Gaza, intentando usar las
protestas para destacar o inflar su propio apoyo entre los palestinos.



Frustrado por la atención que las protestas le generaron a Hamas, Fatah
intentó organizar contramanifestaciones en apoyo a Abbas en Cisjordania.
Como era de esperar, el resultado fue embarazoso, ya que sólo logró convocar
a pequeños grupos de simpatizantes de Fatah.



Más tarde Abbas presidió una reunión del difunto Consejo Nacional Palestino
(Cnp) en Ramalah para hacer alarde de sus supuestos logros en la lucha
nacional palestina.



El Cnp es considerado el ente legislativo de la Organización para la
Liberación de Palestina (Olp). Tal como la Olp, ha sido relegado durante
muchos años a favor de la Anp, dominada por Fatah. El líder de la Anp
escogió personalmente a los nuevos miembros para integrar el Cnp,
asegurándose así que todas las instituciones políticas obedezcan a su
voluntad.



Los palestinos desencantados por las divisiones políticas están trabajando
para crear un nuevo espacio político, independiente de los caprichos de las
facciones. Porque, para ellos, la verdadera lucha es contra la ocupación
israelí, por la libertad palestina, y nada más.



* Ramzy Baroud, periodista árabe-estadounidense, es consultor en Oriente
Medio, columnista internacional y autor y fundador de Palestina
Chronicle.com. Una versión más extensa de esta columna fue publicada en
inglés en el blog personal de Ramzy Baroud: http://www.ramzybaroud.net/
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