Brasil/ Las favelas reinventan su movilidad urbana [Víctor David López]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Sep 24 00:36:06 UYT 2018


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Correspondencia de Prensa

24 de setiembre 2018

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Brasil

 

Las favelas reinventan su movilidad urbana

 

Los gobernantes brasileños se olvidan de las favelas, que reinventan su
movilidad urbana con apps alternativas. 

 

La autogestión sigue siendo la principal salida de las zonas más reprimidas.
La iniciativa Ubra, en Brasilândia (São Paulo), o los mototaxis con whatsapp
son ejemplos de algunas de las soluciones

 

Víctor David López 

 

eldiario.es, 22-9-2018  

https://www.eldiario.es/internacional/

 

El 8 de julio de 2011 era viernes, el Programa de Aceleración del
Crecimiento (PAC) tiraba de Brasil a todo gas y en el horizonte se
vislumbraba una Copa del Mundo y unos Juegos Olímpicos.  La presidenta Dilma
Rousseff comenzaba el fin de semana junto al gobernador del estado de Río de
Janeiro, Sergio Cabral, y el alcalde de Río, Eduardo Paes, realizando el
viaje inaugural del teleférico que une el barrio de Bonsucesso y el punto
más alto del Complexo de Alemão, uno de los complejos de favelas más grandes
y peliagudos de todo el país. Invirtieron aproximadamente 75 millones de
euros en varios de esos teleféricos que daban servicio a algunos de los
cerros más pobres de la ciudad.

 

Ese trío de gobernantes es el mural perfecto para resumir la actual política
brasileña. La presidenta fue apartada de su cargo tras un  impeachment que
partió al país en dos ideológicamente, añadiendo las dosis de odio que aún
perduran y que marcan esta campaña electoral. Sergio Cabral (PMDB),
exgobernador, está en la cárcel desde hace un par de años, condenado a más
de cien por corrupción, lavado de dinero, evasión de divisas y pertenencia a
organización criminal. Eduardo Paes (Demócratas, DEM), el exalcalde, tenía
absolutamente abandonados y olvidados decenas de barrios de toda la ciudad,
incluido Bonsucesso –desde donde partía ese teleférico. El transporte, muy
lejos de la idea de movilidad urbana, se iba sacando adelante con un caótico
servicio de autobuses que salían del barrio por una autopista congestionada
y peligrosa, y una infinidad de camionetas clandestinas encargadas de cubrir
el vacío del estado.

 

Paes, con veinticinco años de carrera política, ocho de ellos comandando
esta negligencia desde el ayuntamiento, ahora visita el barrio como
candidato a gobernador del estado pidiendo el voto a los vecinos y
prometiendo tanto abajo como arriba – en la favela– que el servicio de
teleférico, irremediablemente paralizado tras las Olimpiadas, se reanudará
si gana las elecciones estatales.

 

Barrios enteros obligados a la autogestión

 

Las favelas y los barrios más reprimidos de las ciudades brasileñas se han
visto obligadas desde siempre a fomentar la autogestión. Muchas veces, donde
no llegaba el gobierno de turno –municipal, estatal o federal– llegaban las
bandas de narcotraficantes, ganándose el favor de la población a cambio de
servicios. Los gobiernos aparecen muy de cuando en cuando y con proyectos
exóticos, como este ejemplo del teleférico. Algunos vecinos opinaban que era
más urgente el saneamiento básico, algún hospital o remodelar la escuela,
otros tenían pánico a las alturas, y otros explicaban que eso realmente le
venía bien al que vivía arriba del todo, pero a los demás no. Es decir, como
ellos mismos ironizan, "cosa de gringos", o algo "pra inglês ver".

 

La movilidad urbana, vital para el acceso a los servicios públicos, siempre
ha sido uno de los mayores obstáculos para la población brasileña con menos
recursos económicos. Y aunque siempre la han autogestionado –con las
furgonetas kombi, con mototaxis– ahora la están reinventando. Viendo que el
mapa de metro beneficia solo a unos pocos, y la flota de autobuses sigue sin
nutrir correctamente las favelas, los mototaxis aumentan sus servicios
basándose en los mensajes por whatsapp. Los tiempos cambian pero ellos
siguen siendo los que más suben y bajan laderas en mal estado.

 

Los taxistas, por su parte, no subían a determinadas zonas del Complexo do
Alemão (Río de Janeiro) ni cuando estaba recién estrenada la pacificación
–comenzó a finales de 2010, con la instalación de unidades de policía
militar en zonas clave. Pedir que suban ahora, después de que haya fracasado
el plan y cuando la violencia está alcanzando cotas insospechadas, no es
nada realista. Lo mismo sucede en muchas de las otras favelas de Río de
Janeiro o de São Paulo. Aplicaciones como Uber o Cabify tampoco les
funcionan a los vecinos, porque detectan automáticamente zonas de riesgo y
no disponibilizan vehículos. Por eso, en Brasilândia –zona norte de São
Paulo– tuvieron que crear Ubra.

 

Por allí es difícil que circulen siquiera servicios de recogida de basuras o
ambulancias. La violencia les estigmatiza. Al comienzo del año pasado,
cuando estrenaron el sistema, Emerson Lima, el gerente, aseguraba en el
canal público TV Cultura que Ubra además de un emprendimiento es un proyecto
social. Son vecinos trabajando para vecinos: "La mayoría de nuestros
conductores son de por aquí, entonces lo que causa miedo a otras personas de
fuera del barrio, para nosotros es tranquilo, subimos y bajamos el morro, de
día, de noche y de madrugada sin ningún problema."

 

A través de una aplicación móvil o también mediante un sencillo whatsapp los
vecinos consiguen solicitar los trayectos que hasta entonces les resultaban
imposibles. "En el caso de que desee solicitar un coche, infórmenos por
favor de las direcciones completas de origen y destino. Primero la dirección
donde está y después la dirección final", se puede leer en el mensaje
automático que recibe el usuario al contactar directamente con la
centralita. En pocos segundos reciben el precio total de la carrera. Pueden
pagar de diversas formas, e incluso lo pueden dejar a deber. En Ubra se fía.

 

Dificultades sigue habiendo muchas, sobre todo las relacionadas con las
bandas de narcotraficantes o las milicias paramilitares que se disputan el
control de cada favela. Todo tiene que pasar por los dueño del morro. "No
necesariamente es necesario hablar con ellos, pero los conductores, por el
hecho de ser vecinos antiguos, ya saben cómo proceder", reconocía el gerente
de Ubra en TV Cultura, dejando entrever que siempre es bueno llegar a
pactos.

 

En contraposición a estos trabajosos movimientos de autogestión de las
favelas, los Juegos Olímpicos dejaron como principal legado la
revitalización de la zona portuaria de la otra gran urbe brasileña, con
proyecto que ha incluido un tranvía (el VLT) que se desplaza de manera lenta
pero segura y va pasando por museos mientras une la estación de autobuses de
Río y el aeropuerto Santos Dumont. Es decir, muy cómodo y práctico para los
turistas.

 

Olvido institucional: inseguridad y violencia

 

Este olvido teledirigido, y las lastimosas condiciones laborales y
económicas de la población, la hacen más manipulable ante los cantos de
sirena de los políticos en la campaña electoral. El problema social de la
inseguridad ciudadana y el problema de salud pública generado por las
adicciones en las zonas más reprimidas, facilita, por otra parte, que el
discurso radical de la ultraderecha que vende más violencia contra la
violencia, cale también en la población con mayores recursos y con mayor
nivel de estudios. Lo demuestran las encuestas a las elecciones
presidenciales, con el ultraderechista Jair Bolsonaro al frente.

 

Los resultados de la intervención federal en la seguridad pública de Río de
Janeiro, en cambio, dejan claro que más acción militar no resuelve el mal,
más bien lo contrario. El Observatório da Intervenção, Anistia Internacional
Brasil y las organizaciones Redes da Maré y Conectas Direitos Humanos,
contando con el apoyo de Mônica Benício, viuda de  Marielle Franco,
concejala carioca asesinada hace ya más de medio año, han denunciado ante la
ONU en Ginebra que durante los siete meses que se han cumplido ya de
intervención, las confrontaciones entre las fuerzas de seguridad y las
bandas criminales han aumentado notablemente, incrementándose también en un
49% las personas muertas por acciones militares (916 muertos, más de cuatro
personas al día).

 

Las razones de esta denuncia son solo una parte de la problemática por la
que la población brasileña con menos recursos está destinada a la
autogestión, a salir adelante con sus propios medios, incluidos sus propios
medios de transporte. Se sienten ignorados en cada movimiento de sus
gobernantes, como cuando en 2016 se inauguró una estación de metro en Río de
Janeiro situada entre São Conrado y Rocinha (la favela más grande de Brasil,
con casi 100.000 habitantes) y el ayuntamiento eligió como nombre "Estação
de São Conrado". Las asociaciones de vecinos se echaron a la calle y
recogieron firmas para que se sustituyera el nombre por Rocinha/São Conrado,
esa visibilidad era muy importante para ellos. Lo único que consiguieron fue
que en una de las tres salidas de la estación cambiaran el adhesivo de
cartel por uno nuevo que decía São Conrado/Rocinha, y que la megafonía les
nombre en los vagones.

 

En los planos de metro no aparece Rocinha porque los gobernantes siguen
mirando para otro lado, y cuando miran, tienen ideas del estilo de la del
actual alcalde de Río, Marcelo Crivella, una mañana que pasó por allí con su
equipo de gobierno y anunció que iba a pintar diez o doce fachadas: "Para
que cuando la gente pase por la [carretera] Lagoa-Barra y miren hacia aquí y
se queden con la idea de una comunidad cuidada, bonita, de un pueblo
trabajador, en fin, hoy está un poquito fea".

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