Brasil/ La salida de los médicos cubanos agudiza crisis sanitaria en los estados del norte [Marion Briswalter]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Abr 3 15:59:52 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

3 de abril 2019

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Brasil

 

La salida de los médicos cubanos agudiza la crisis sanitaria en el norte del
Brasil 

 

La crisis diplomática abierta con Cuba engendró la ruptura del sistema
público de atención médica de primera necesidad en Brasil, que estaba en
parte basado en la presencia de médicos cubanos. Reportaje realizado en
Oiapoque, en la frontera con la Guyana francesa, donde la situación es
crítica para miles de amerindios.

 

Marion Briswalter, enviada especial *

Mediapart, 2-4-2019

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Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa 

 

El barrio de Nueva Esperanza en Oiapoque no ha sido todavía aplastado por el
calor del mediodía. A esta hora, en esta ciudad fronteriza entre la Guyana y
el Amapá, el Estado más septentrional del Brasil, padres y niños van y
vienen por la calle con bolsas en la mano. Otros, terminan el café de la
mañana compuesto por un pequeño café con leche muy azucarado y un sándwich
caliente de jamón y queso.

 

Sentado en canapé de la puerta, en la farmacia donde trabaja, Juan Antonio
Lora comienza su jornada tranquilamente bajo el tintineo de las gotas que
caen del equipo de aire acondicionado en un balde plástico de margarina
reciclado para este uso. Este diplomado en urología de unos cincuenta años,
tuvo que reconvertirse por la fuerza hace algunos meses. 

 

Como muchos de sus compatriotas, este nativo de Santiago de Cuba, llegó a
Brasil en 2015, en el marco del plan “Mais médicos”, votado por la ex
presidenta Dilma Rousseff. El programa abarcaba la atención sanitaria de
base de las familias de manera gratuita y tenía por objetivo el de enviar
profesionales médicos a los centros de salud que por entonces que no
contaban con personal. Los médicos eran sobre todo extranjeros y venían de
Cuba y el Caribe.

 

Pero, durante la campaña electoral, el candidato Jair Bolsonaro encendió la
mecha criticando repetidamente la gestión del dispositivo por el régimen
cubano. Las declaraciones del que sería más tarde, a partir del 1° de enero
de 2019, el jefe del Estado Federal, provocaron a fines del año pasado el
llamado a La Habana de más de 8.000 doctores, según la prensa internacional.

 

En la comuna de Oiapoque, con sus 26.000 habitantes, unos diez cubanos
ejercían antes de la crisis diplomática. Hoy, quedan solo dos y ya no
prescriben ni auscultan más, pero decidieron quedarse por razones de
familia. Jair Bolsonaro había prometido a los expatriados cubanos que les
permitiría postular nuevamente a ejercer como médicos, pero la promesa no se
ha transformado aún en realidad.

 

“A fines de diciembre, esperábamos obtener un puesto, pero el gobierno
federal se los otorgó a brasileros recién diplomados, en el país o en el
exterior. Luego, en diciembre, tendrían que haberse publicado las listas de
validación de nuestras demandas, lo que fue postergado a febrero. Tendríamos
que haber empezado a trabajar el 26 de febrero, pero no ha pasado nada”,
cuenta Juan Antonio. 

 

Aunque el régimen cubano se quedara con 75% de su salario mensual, Juan
Antonio lamenta que su contrato no haya sido renovado. Al cabo de tres años
de ejercicio, decidió irse del pueblo amerindio de Kumarumã, con cerca de
2.000 habitantes, ubicado en la selva fluvial, a casi un día de distancia de
la ciudad mercantil y pesquera de Oiapoque. Ahora, ningún médico trabaja en
el centro de salud de Kumarumã, en el que solo quedan enfermeros.

 

La situación crítica se vive en otros parajes autóctonos de la localidad.
“Es problemático porque las condiciones sanitarias se ha degradado en esas
zonas. Hay muchos niños. Hay muchos casos de gripe, de diarrea, de
mordeduras de serpientes y de escorpiones. Hay también mujeres embarazadas
que necesitan un seguimiento médico. La medicina local le da un lugar
primordial a las parteras, pero yo estaba allí para los casos de urgencia”,
sigue diciendo quien ejercía como médico.

 

Cuando se enferman, los habitantes de Kumarumã no tienen más remedio que ir
hasta el centro de Oiapoque, “pero no siempre tienen combustible para la
piragua”, comenta Juan Antonio. También habla de una atención
“discriminatoria” de los nativos  porque cuando necesitan consultar a un
especialista en Macapá, capital del Estado de Amapá, deben viajar medio día
de autobús durante la estación seca. Más de 24 horas cuando las lluvias
torrenciales devastan la carretera departamental, de roca de laterita

 

“¡Aquí, la situación sanitaria fue siempre muy complicada, pero desde hace
unos meses es peor aún! Si una mujer necesita una cita con un ginecólogo,
tiene que esperar dos o tres meses”, dice Simone, una vendedora de tapioca y
de harina de mandioca en el mercado de Oiapoque. La precariedad es flagrante
en esta localidad, así como la deficiencia de los servicios públicos, muy
por debajo de las necesidades de la gente.

 

Según el Instituto Brasileño de Geografía y de Estadísticas (IBGE), la
mortalidad infantil promedio es de 13 por 1.000 (tres veces más elevada que
en Francia).

 

La presencia de profesionales, aún para casos de rutina o de “base”, es
esencial en ese rincón de la Amazonia, desierto de especialistas y entregada
a las clínicas privadas prohibitivas. “Es cierto que hubo puestos vacantes,
pero hoy no hay más problemas. De los seis puestos vacantes, solo nos falta
un médico”, relativiza la coordinadora de los centros de salud de Oiapoque,
Fernanda Soares. La “perspectiva” del secretariado de la salud de Oiapoque
consiste en proveer la comuna, a mediano plazo, con “once médicos”, o sea el
doble de la cifra actual.

 

En Vila Vitória, los habitantes esperan desesperadamente los refuerzos desde
que se fue la doctora cubana. “La población espera con mucha impaciencia”,
nos cuenta Patricia, la enfermera del dispensario. Vila Vitória es un barrio
de unos 1.500 habitantes que surgió de la nada hace algunos años. Está a
diez minutos en piragua a motor, aguas abajo del centro, frente al hermoso
pueblito guyanés (francés) de Saint-Georges-de-l’Oyapock.

En un entorno natural particularmente agradable y bonito, ese barrio aislado
no cuenta con infraestructuras atractivas. A los profesionales jóvenes no
les interesa instalarse en él. Esa situación recuerda la situación de miles
de guyaneses (franceses) de los pueblos fluviales situados en el interior
del territorio.

 

“Necesitamos un jefe en este centro de salud. La gente no puede ir al
hospital sin una orden. Hay mujeres embarazadas, personas hipertensas y
diabéticos que necesitan tratamiento y vigilancia regulares. El mes pasado,
una doctora de Oiapoque vino dos veces. Pero solo atendió los casos más
graves”, recuerda Patricia.

 

“Bolsonaro quería demostrar que no necesitaba de Cuba, pero algunos médicos
brasileros no respetaron nunca su nominación o, a veces, vinieron y se
fueron enseguida porque estaban demasiado lejos de sus casas o no tenían el
confort al que pretendían, ni tampoco internet. Hay 2.000 puestos vacantes
actualmente, y más de 2.000 cubanos que se quedaron en Brasil...”, dice
amargamente Juan Antonio, quien afirma que sus compatriotas y él mismo están
dispuestos a trabajar. “Hemos sido formados para trabajar en todas las
condiciones posibles, incluidos los lugares de pobreza extrema.”

 

En la calle, el sentimiento de los transeúntes es similar. Varios habitantes
de Oiapoque alaban las cualidades de los profesionales cubanos. En cambio,
sus compatriotas brasileros no son apreciados. “Solo vienen por el dinero,
el dinero, el dinero”, dice en el mercado un hombre de unos setenta años. 

 

En Amapá, un Estado pobre y más vasto que la Guyana –donde uno de cada tres
electores votó por Bolsonaro en la primera vuelta de las elecciones de
2018-, 73 médicos extranjeros, según O Globo, fueron nombrados el año pasado
en el marco del programa “Mais médicos”, en una cuenca poblacional de
700.000 personas. Entrevistado por Mediapart, el secretariado de la salud de
Oiapoque, no quiso indicar la cantidad de puestos vacantes en el territorio
de la comuna.

 

El 7 de febrero, el ministro de la salud, Luiz Henrique Mandetta, prometió
en una entrevista a O Globo, que “el Brasil profundo” sería especialmente
considerado, o sea, algunos estados del norte, “Roraima, Acre, Amapá”. En
Brasil Novo, uno de los barrios de la periferia de Macapá, ciudad por la que
pasa exactamente la línea imaginaria del ecuador, unos 13.000 habitantes “no
tienen médico desde hace dos o tres meses. Ya no hay más visitas a
domicilio, tampoco”, dice una profesional de la salud entrevistada por
Mediapart.

 

* Periodista independiente radicada en la Amazonia francesa. Trabaja sobre
temas que particularmente cuestionan los Hombres, sus raíces, la economía y
el medio ambiente.

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