Uruguay/ No es delito. Los pobres tienen el derecho de expropiar a los ricos [Jorge Zabalza - Entrevista]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Jue Abr 18 14:38:49 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

18 de abril 2019

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redacción y suscripciones

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Uruguay

 

Entrevista a Jorge Zabalza, ex dirigente del MLN-Tupamaros 

 

“Defiendo el derecho de los pobres a organizar su partido político
expropiando a los ricos”

 

César Bianchi

Montevideo Portal, 18-4-2019

https://www.montevideo.com.uy/

 

Zabalza (75) se lamenta por haber fijado la entrevista en un bar de
Agraciada y Grito de Asencio en vez de haberme convocado a su casa en Santa
Catalina, así yo podría haber visto el pobrerío y la gente humilde que,
según él, no goza de la misma democracia que sí tienen a su favor los
contribuyentes de Pocitos o Carrasco. La democracia como forma de gobierno
-explica- lo tiene desencantado, y la izquierda uruguaya lo hizo hace rato.
Tanto que no sabe si irá a votar en las próximas elecciones nacionales, y en
caso de hacerlo, tiene pensado poner una foto de Raúl Sendic Antonaccio, el
líder tupamaro que recuerda desde su foto de Whatsapp.

 

Entre un tema de los Backstreet Boys de los '90 y un par de reggaetones
caribeños que suenan en el bar, le confieso a Zabalza que su parecido con el
"Bebe" Sendic es asombroso. Me dice que puede ser por la enfermedad. Hace
cinco años, cuando las elecciones pasadas, él no votó porque estaba
internado por un cáncer de esófago que lo tuvo a maltraer. Hoy, ya sin
esófago, con un cáncer latente y siendo EPOC (enfermo pulmonar obstructivo
crónico), dice que no está muy bien que digamos. Quizás ese desmejoramiento
físico -ensaya una teoría- lo haya hecho mimetizarse al amigo que extraña y
admira, por sus convicciones.

 

Zabalza, el extupamaro, sigue siendo un idealista. Y de alguna forma, un
anarco. Indignado por la reacción del presidente Vázquez ante las
derivaciones de las confesiones de Gavazzo en el Tribunal de Honor militar,
aprovecha para despotricar contra el mandatario por su "desidia" e
"indiferencia" ante el tema de los desaparecidos, a Muijca por haberse
olvidado deliberadamente de ellos y al general Feola por haber "mostrado la
hilacha".

 

Él dice no estar arrepentido de haber tomado las armas para hacer la
revolución contra gobiernos democráticos (y ahí vuelve a cuestionar la
calidad de aquella democracia... y de ésta ya de paso). Dice que volvería a
enrolarse en el MLN (Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros) y a
entrenarse en la guerrilla para defender al Che Guevara. Sólo cambiaría una
cosa: haría política con armas, sí, pero no se volvería a dejar "enceguecer"
en una guerra mano a mano contra los militares.

 

También confesó haber delinquido -expropiado, dice él- en el exterior y hace
silencio respecto a operativos similares en Uruguay, aunque por
disquisiciones semánticas prefiere no hablar de "polibandas" o "tupabandas"
(esos son inventos de la prensa, señala). Justifica -eso sí- que los pobres
puedan robarle a los ricos para financiar sus propios partidos políticos,
porque no todos pueden vender tiques de 500 dólares la cena para recaudar
fondos.

 

-Usted es de cuna blanca. Su padre, Pedro Zabalza, fue un reconocido
dirigente nacionalista (Partido Nacional) de Lavalleja. ¿Cómo recuerda hoy,
a la distancia, su ingreso al MLN?

 

-Es una historia larga... La cuna blanca esa significaba que a dos cuadras
de casa viviera Nepomuceno Saravia (hijo de Aparicio) y nosotros éramos muy
amigos de sus hijos. Vivíamos en mi casa en una especie de veneración por
toda la época saravista. Yo nací en el '43, así que hacía menos de 40 años
de la revolución de 1904. Nací en la época de la Guerra Civil Española
también, algún tío mío se fue a pelear a España con los republicanos. Y todo
eso se vivía en mi casa, como se vivió la revolución cubana. Me enamoró la
revolución cubana, me enamoraron las figuras del Che, de Camilo Cienfuegos,
de Fidel (Castro).

 

Yo ingresé (al MLN) de una forma media particular porque, en realidad, una
noche me propusieron integrarme a la guerrilla del Che Guevara en Bolivia y
a los 15 días estaba en La Habana entrenándome, y de ahí me fui a las
Sierras del Escambray donde estaba el capo de entrenamiento, estuve un año y
algo ahí y nos agarró el asesinato del Che en Bolivia cuando me estaba
entrenando. Por lo tanto, me puse a buscar otros destinos y terminé con Raúl
Sendic en el MLN. Ese joven aventurero de cuna blanca se fue para las
cuchillas.

 

-Un episodio emblemático de esos años duros, previos al golpe de Estado, se
dio el 8 de octubre de 1969 con la toma de Pando. A usted le tocó muy de
cerca porque cayó abatido su hermano Ricardo. ¿Usted es de los que celebra
esa fecha cada año?

 

-Yo no tengo más remedio que recordar esa fecha. No sé si hay algo para
celebrar, creo que sufrimos una derrota ahí, mataron a tres compañeros (a
Jorge Salerno, a Alfredo Cultelli y a Ricardo) y cayeron presos 20
compañeros. Sin embargo, a partir de ahí creció el Movimiento de Liberación
Nacional. Se vivió un boom de ingresos, lo cual quiere decir que estábamos
interpretando el sentimiento de un sector muy importante del pueblo
uruguayo. De una operación tan riesgosa, que culmina con un fracaso, varios
muertos y muchos prisioneros, uno podía esperar que la gente se asustara, y
por el contrario, convocó a la participación de la gente. Este año, que van
a ser 50 años de la toma de Pando, yo voy a ir al cementerio de Minas, lo
voy a recordar y voy a hablar ahí. Uno no puede evaluar las cosas con la
mentalidad de hoy en el Uruguay, hay que pensarlo en aquel contexto.

 

-La muerte de su hermano en pleno enfrentamiento con la Policía, ¿no le hizo
replantear su pertenencia al movimiento guerrillero?

 

-No, al contrario. Mi hermano se entregó. Cayó herido y se entregó, y lo
asesinaron con un tiro en la nuca. Eso no sólo reafirmó mi convicción, sino
que la memoria de mi hermano me ha servido de respaldo para toda mi vida,
para todas mis acciones en la vida. Mi hermano me ayudó desde la muerte a
resistir la tortura y resistir la cárcel.

 

-Cuando a veces se repite, por ignorancia, que los tupamaros "lucharon
contra la dictadura", ¿usted los corrige y les dice que no fue así y que
había democracia cuando actuó el MLN?

 

-La primera operación del MLN fue en 1963, con el (asalto al) Tiro Suizo. Y
bueno, ahí había un gobierno blanco, colegiado. Cuando yo cumplí 15 años, en
1958, había ganado el Herrero-ruralismo, después ganó la UBD (Unión Blanca
Democrática), dos gobiernos colegiados. Pero la libertad y los derechos
estaban reservados a una determinada clase social. Había una disconformidad
notoria que terminó amparando grandes movilizaciones sindicales, grandes
movilizaciones populares también, la llegada de Jorge Pacheco Areco después
de un año de gobierno de (Oscar) Gestido, con represión, con estudiantes
muertos en la calle, y en ese ambiente prosperó el crecimiento del MLN.

 

-Pero no me contestó. Si usted escucha que un joven, desinformado, dice:
"Los tupamaros lucharon contra la dictadura", ¿lo corrige? ¿Le dice que no
fue así?

 

-Yo lo que le puedo decir a ese joven es: "¿Qué es esta democracia que
tenemos hoy en día?" ¿Para quién es? Esta democracia, ¿es para los que
duermen en la calle? ¿Es una democracia para los que viven en asentamientos?
¿O esta democracia es para los que viven en Carrasco? ¿En Carrasco hay
operaciones Mirador? ¿O hay solo en aquellos lugares donde están escondidos
los indigentes y los pobres? Entonces, la democracia también tiene dos
caras. ¿Esta democracia es la de Manini Ríos? ¿Es la democracia de un
Gavazzo que hace las declaraciones que hizo? Yo vine en el año 58, siendo
blanco y presidente del gremio estudiantil allá en Minas, vine a Montevideo
para la manifestación por la ley orgánica de la Universidad y el señor jefe
de Policía, del gobierno de Luis Batlle, un demócrata, nos cagó a palos.
¿Qué democracia es esa? Mucho cuidado... porque la democracia no abarca toda
la sociedad. No somos todos los ciudadanos iguales, con los mismos derechos
ante la ley y la Justicia.

 

-¿Vio la película La noche de 12 años, que cuenta cómo vivieron el calvario
José Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof como tres de
los nueve rehenes?

 

-Sí, la vi en Netflix.

 

-Usted fue uno de los nueve rehenes. ¿Fue así todo, tal como lo muestra la
película?

 

-Creo que refleja lo que vivieron ellos tres, que fue una realidad parecida
a la nuestra. Además, cayó justo en un momento en el cual en Uruguay hay una
especie de depreciación del tema de los derechos humanos, donde algunas
personas pueden creer que no existió la tortura, que no existieron las
violaciones, que la cárcel era una paseo, que no hubo interrogatorios
salvajes como los que sufrimos... Y bueno, esa película -basada en el libro
Memorias del calabozo, escrito por Rosencof al salir de la cárcel- sirvió
para reflejar y mostrarle a la gente más joven la realidad de lo que se
vivió. Yo estaba en las mismas condiciones que Sendic y (Julio) Marenales.
Creo que vivimos cosas tan graves como esas y más graves...

 

-¿Cómo cuáles?

 

-Como que en el cuartel de Minas nos mataran a palos, y a Sendic le
quebraran una costilla.

 

-¿Fue torturado?

 

-Mientras fui rehén, no. Fui torturado antes. Yo hice una denuncia judicial
que la jueza acaba de sentenciar, el hecho de haber estado prisionero en
esas condiciones es una violación a los derechos humanos. Esa sentencia
implica que el responsable no es el que me pegaba, sino el jefe, el que daba
la orden o el que consentía. Estábamos aislados, no podíamos hablar con
nadie. Nosotros estuvimos cinco años sin poder ver la luz del sol. Recién en
el año 78, cuando se cumplieron 30 años de la declaración (universal) de los
derechos humanos y vino Amnestía Internacional, la ONU y quiso vernos,
recién ahí nos mejoraron la situación. Nos dieron recreo, esa media hora
para tomar sol, y eso nos revivía, nos permitieron alguna lectura... Hasta
ahora nadie podía creer que el señor Gavazzo hubiera asesinado a alguien y
lo hubiera tirado al Río Negro. Tuvo que decirlo él. Pero eso existió.
Cuando nosotros denunciamos las condiciones en que estuvimos los rehenes no
estábamos mintiendo, son condiciones comprobadas, la Cruz Roja nos visitó,
incluso.

 

La crítica que le hago a La noche de 12 años es que hubo once compañeras
rehenes que pasaron en condiciones más graves, primero porque eran mujeres,
estuvieron menos tiempo que nosotros, pero algunas fueron violadas. Una de
ellas fue Margarita, hija de Zelmar Michelini, que estuvo presa solo por ser
hija de Zelmar. Y fue rehén solo por eso. Y tampoco se refiere la película a
las condiciones del pueblo uruguayo, porque no fuimos los rehenes los únicos
torturados y no fuimos los únicos que pasamos mal. Hubo un calabozo
gigantesco que fue todo el Uruguay. Hasta que no se cobre conciencia de esa
situación del Uruguay durante la dictadura y no se haga justicia, estamos
arriesgando volver a repetirlo. Que mañana o pasado, un Manini Ríos como (un
general Oscar Mario) Aguerrondo en aquella época, conciten la atención y
preparen un golpe de Estado.

 

Parece que la tortura empezó con el golpe de Estado. La tortura empezó mucho
antes. Hay una denuncia en Brecha del año 65 cuando tomaron presos a Leo
Gerner de la Federación Anarquista del Uruguay y a (Julio) Arizaga del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria, y los torturaron. Eso fue denunciado
y hubo juicio. De ahí en adelante no fuimos los únicos torturados, y sumale
los asesinatos de Susana Pintos, de De los Santos, de Líber Arce, fueron en
democracia. O sea que no fuimos los únicos que violamos la democracia,
Pacheco Areco la violaba todos los días.

 

-"No fuimos los únicos que violamos la democracia", dice. Entonces me está
admitiendo que atacaron la democracia...

 

-Yo le estoy admitiendo que nosotros luchamos contra una forma de gobierno
como la de Pacheco Areco que... Mire, el MLN existía pero no convocaba, se
mantenía reducido a 30, 40 personas, como un grupúsculo, hasta que vino
Pacheco Areco. Él fue el gran promotor de tupamaros, lo dije en mi libro La
experiencia tupamara. Y escribí, además, que la derrota del MLN viene de no
haber sabido leer el resultado electoral de 1971 y de no haber sabido leer
qué significaba el proceso de creación del Frente Amplio. De la misma manera
que hubo una cantidad de gente que se afilió al MLN después de la toma de
Pando, después de la creación del FA la gente buscó la salida por la vía
pacífica. Nosotros no supimos leer eso, y ahí caímos en el militarismo,
teníamos una visión centrada en las armas.

 

-¿Lo decepcionó Mujica durante su gobierno? ¿O lo había decepcionado ya de
antes?

 

-Cuando él llegó al gobierno, yo hacía rato que no votaba al Frente Amplio.
Yo no voto. Estoy desencantado de la democracia, en general. Y Mujica
prometió una salida para los sectores más vulnerables del Uruguay, dijo que
iba a gobernar para los más desfavorecidos y fue una promesa incumplida. Un
verso. Su gobierno se dedicó a perseguir una especie de súper construcción,
llámese Aratirí, el puerto de aguas profundas, la regasificadora, el famoso
Tren de los Pueblos Libres que iban a hacer con Cristina Kirchner, UPM...
Fue una creador de ilusiones. Hizo que la gente imaginara que era un gran
estadista, y en realidad demostró que era lamentable como organizador y como
gobernante. Yo creo que él ya tenía, ya encerraba el germen de esa
duplicidad, la duplicidad de un discurso que convoca a la justicia y un
discurso que la niega, un discurso que convoca a la verdad y la justicia y
por otro lado, hace pactos con los militares. Yo me fui del MLN en el año
95, cuando empezaron las conversaciones con los militares, con el grupo de
militares encabezado por (Eduardo) Radaelli, (Tomás) Casella y por
(Wellington) Sarli.

 

-¿Y Vázquez? ¿Cómo evalúa este gobierno?

 

-Yo los gobiernos -tanto el de Mujica como el de Vázquez- los mido por la
lucha por los desaparecidos. Mi medidor, el filo de la navaja con que corto,
es ese. En el primer gobierno de Vázquez se hicieron algunas cosas, pero en
este gobierno hay una duplicidad, un doble discurso, entre lo que se dice y
lo que se hace verdaderamente.

 

-La organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos ha sido muy
crítica con la pasividad en la búsqueda de desaparecidos en este gobierno y
la casi nula actividad del grupo conformado para tales efectos. Oscar
Ortasún dijo que Vázquez le prometió una reunión para dentro de tres días y
han pasado tres años.

 

-En Vázquez veo desidia e indiferencia. En Mujica veo una acción deliberada
por el olvido y el perdón. Es peor. Él ganó las elecciones en 2009, que fue
justo cuando el plebiscito para anular la Ley de Caducidad y él no se la
jugó, no dijo ni una sola palabra, y se perdió por 1%, o sea que si Mujica
hubiera incorporado en su discurso de campaña el tema de la verdad y la
justicia, se pudo haber logrado anularla en ese momento. Así veo a Mujica y
Tabaré Vázquez, y (Danilo) Astori ni hablar... Son protectores de los
criminales que cometieron delitos de lesa humanidad.

 

-¿Qué lectura hace de las confesiones de José Nino Gavazzo en las actas del
Tribunal de Honor?

 

-Por algo las dijo. Por algo las dijo ahora, por algo las dijo en el
Tribunal de Honor. Evidentemente hay una jugada que intentó hacer, cuyo
alcance no conocemos, y que le puede haber salido mal o de repente dentro de
un tiempo vemos que le salió bien. No me sorprendió.

 

-¿Se rompió el pacto de silencio?

 

-Yo creo que no. Apenas él reconoció algo, que ya se sabía. Él no hizo nada
del otro mundo. Que él haya reconocido lo de (Roberto) Gomensoro no
significa que a partir de entonces vayan a confesar todos. En el Ejército
continúa la misma doctrina de seguridad nacional, una doctrina que se
aplicaba en plena democracia, y continúa esa visión. A la prueba están las
palabras del general (comandante en jefe del Ejército, Oscar) Feola que se
le escaparon... Sea como sea, mostró la hilacha. El problema son las Fuerzas
Armadas (FFAA), el problema es el germen de autoritarismo que implica la
existencia de estas FFAA en Uruguay. Y que actuó solo es cuento. Pruebe
usted levantar un cadáver, atarlo y llevarlo solo al Río Negro...

 

-El presidente Vázquez fue aplaudido por el oficialismo, por haber
descabezado el Ministerio de Defensa y el Ejército, pero muy criticado
-sobre todo por la oposición- por no haber leído las actas del Tribunal de
Honor y de todos modos, haber homologado el fallo. Pero también por haber
despedido a Jorge Menéndez, quien vivía sus últimos días de vida por su
cáncer avanzado, y dejó claro en su carta de renuncia que se había
apersonado con dos abogados a Presidencia y habló con el secretario Miguel
Toma. ¿Cómo evalúa el accionar del presidente? 

 

-Vázquez demostró que es un político sin escrúpulos. No se indignó cuando
Menéndez fue y le dio los documentos donde aparecían las confesiones de
Gavazzo, no reaccionó indignado, reaccionó calculando: "Voy a esperar, no
voy a decir nada"... Si (el periodista Leonardo) Haberkorn no lo publicaba,
ese expediente continuaría encajonado en Presidencia de la República. Él
reaccionó pensando en las elecciones que viene, no reaccionó indignado con
lo que había ocurrido.

 

El FA no gobierna para encontrar la verdad y la justicia. No gobierna para
eso, sino para ir llevando a la gente hacia las urnas en las elecciones,
para permanecer en el poder. Para crear 9.000 cargos de confianza y
rentados, que se mantengan ahí, y que no sean sustituidos por blancos y
colorados. Mi decepción es total. Para mí son lo mismo. Que (Julio María)
Sanguinetti se haya reflotado para mí es un desastre... es la prueba de que
esto no es una democracia. Que (Juan) Sartori esté convocando lo que está
convocando implica que las vías electorales están siendo manipuladas y
manejadas, y la gente se deja manipular y manejar. La democracia liberal,
tal cual la pintan los liberales, es una democracia falsa.

 

-El pasado 14 de abril se recordó aquella fecha de 1972 en que comandos del
MLN abatieron a un civil, un militar y dos policías presuntamente miembros
del Escuadrón de la Muerte. Eso motivó la reacción de las Fuerzas Conjuntas,
que mataron ocho tupamaros y detuvieron a otros. Doce muertos en 24 horas.
Al otro día el Palacio Legislativo -a pedido del gobierno- decretó estado de
guerra interno por 30 días. Cuarenta y siete años después, ¿cómo recuerda
aquella fecha?

 

-Se decreta el estado de guerra, y unos días después, el 18 de abril, matan
a ocho camaradas del Partido Comunista que no estaban armados en la
seccional 20. Ese hecho es la expresión más grande de nuestro error. Dejamos
de hacer políticas con armas. Dejamos de pensar en política y expresarla a
través de obras armadas, para enceguecernos en una guerra con la Policía,
con el Escuadrón de la Muerte, y en ese enceguecimiento quedamos en una
batalla mano a mano donde las personas pasaron a ser simples espectadores y
se alejaron. Era imposible que después del 14 de abril siguiera viniendo
gente al MLN como vino después de Pando. Al revés: hubo mucha gente que se
fue, porque estaba enojada con el MLN. No comprendían la acción violenta.
Creo que el 14 de abril y después del 18 de mayo (cuando un comando tupamaro
asesinó a cuatro soldados en un jeep) fueron la demostración de la
desviación militarista. Dejamos de pensar en política para pensar solamente
en hacer acciones de hostigamiento y creer que cuantos más tiros tiráramos
más cerca estábamos del poder.

 

-En el libro de Federico Leicht, Cero a la izquierda, usted se refiere a los
episodios del Hospital Filtro del 24 de agosto de 1994. Usted dijo que puso
a prueba la solidaridad del MLN-T con quienes desde 1985 los habían apoyado
económicamente en varios momentos difíciles, en referencia a ETA. Dijo en el
libro: "Era la oportunidad de poner a prueba la fuerza militante que desde
años atrás venían acumulando, de bautizarla con fuego en una instancia
confrontativa". Usted narró que había un ómnibus "repleto de cócteles
molotov y 5 mil miguelitos, además de una banda de jóvenes radicales
deseosos de entrar en acción".

 

-También dije que ese ómnibus yo lo hice sacar, que le saqué armas a algunos
militantes que estaban armados espontáneamente, e hice que la vasca Rosario
Iriondo pidiera con un megáfono -contra las vallas que estaban sobre la
seccional 14-, que le pidiera a la gente se que retirara, que se fuera,
porque ya veíamos la que se venía. Estaba la Republicana a caballo. Y
también fui a la CX 44 dirigida por José Mujica Cordano -ahí estaba
Fernández Huidobro con el micrófono en la mano-, fui a pedirles por favor
que se callaran la boca y que no siguieran convocando porque iba a haber una
masacre. Yo no fogonee nada, ellos sí fogonearon para que la gente fuera. Yo
traté de organizar esa situación, además de expresar mi solidaridad con los
vascos. Porque yo estuve dos noches durmiendo ahí frente al Filtro.

 

-¿Solidaridad por qué? Hubo un pedido de extradición desde España, porque
habían cometido delitos allá...

 

-Los pedían diciendo que habían cometido delitos, pero ¿qué garantías había
que fuera cierto? La Justicia española en ese momento estaba en guerra
contra la ETA. Uno de ellos vive acá hoy, porque él no tenía nada que ver, y
sin embargo, la Justicia española lo requería por un supuesto asesinato. Yo
creí en su inocencia.

 

-Haberkorn fue el periodista que publicó las confesiones de Gavazzo en las
actas del Tribunal de Honor militar, como usted señaló. Pero él también ha
publicado libros con varios testimonios que contradicen la versión oficial
de los tupamaros, que contradicen la lectura romántica de aquel intento de
revolución. También hay libros de Álvaro Alfonso y Leicht, en tal sentido...
¿Cómo se ubica entre las dos bibliotecas?

 

-En el libro que yo escribí, La experiencia tupamara, hablo sobre la muerte
de los cuatro soldados en el jeep, pongo las dos versiones. La versión de
nuestros compañeros, y la versión de Leonardo y lo cito expresamente, porque
es una versión verosímil. Toda la cuestión de negociación en el Batallón
Florida, que ya había sido denunciado, (Nelson) Caula y Alberto Silva habían
escrito libros, y Fernández Huidobro había escrito su versión. A mí me
parece que la versión sobre algunos hechos, respecto a compañeros que
interrogaron a gente ahí, es verosímil. Yo no la desmentí, ni pienso
desmentirla.

 

-Leicht me dijo en una entrevista para este espacio que usted le confesó las
actividades de las tupabandas en los 90 para financiar el MLN y el MPP,
aunque no hablaba de robos ni asaltos en democracia sino de
"expropiaciones". Algo que le confirmaron siete fuentes más, por otra parte.
En Desayunos Informales usted afirmó que se buscaron "finanzas
alternativas". ¿Le molesta el término tupabandas?

 

-Porque no había tupabandas. Nosotros, como le dije a Leicht, hicimos
acciones solidarias en el continente, en América Latina. Eso de "polibandas"
o "tupabandas" son nombres que creó la prensa... Compañeros que habían
estado presos y habían pertenecido al MLN hicieron algunos asaltos... Yo fui
llevado a declarar hace poco, recién me habían operado del cáncer (de
esófago), fui llevado a declarar y dije que 20 millones de dólares era una
cifra muy exagerada. El juez me indicó que esa era la cifra que habían
declarado los bancos a las aseguradoras. ¡20 millones de dólares es un
disparate!

 

-En 2017, a raíz del libro de María Urruzola Eleuterio Fernández Huidobro,
sin remordimientos, usted reconoció que los tupamaros se financiaron
mediante asaltos a bancos y empresas. Había que "meter caño" para financiar
al MPP a la salida de la democracia, dijo. ¿Por qué las principales figuras
del MPP lo negaron?

 

-Yo digo que nosotros en el país no cometimos ningún delito. No fue en
Uruguay.

 

-Entonces en el exterior sí...

 

-¿Y por qué no? La financiación de la acción política puede hacerse a través
de donaciones tremendas, de comidas con tiques de mil dólares... Los pobres
no podemos, nosotros no tenemos a nadie que pague mil dólares para
financiarnos. Bueno, ahora Mujica hace comidas a 500 dólares el tique.

 

-¿Está justificando cometer delitos en el exterior para financiar un
movimiento político?

 

-Sí, claro que lo justifico. En la historia de las revoluciones en el siglo
XX siempre se expropiaron para obtener los fondos necesarios para hacer la
lucha. Siempre.

 

-A lo que usted le llama expropiar, yo le llamo asaltar y robar. Delinquir.

 

-Robar para mí también es que te paguen tres pesos de salario. Te están
robando. Y sin embargo, no les decís "ah, me estás robando". Delinquir es
quebrar una ley que te la impusieron para proteger la propiedad privada. Y
si uno está en contra de la propiedad privada, no delinque. Yo puedo
sostener que no es un delito.

 

-Delante de un juez va preso si admite violar la propiedad privada, Zabalza.

 

-Si me prueban que yo robé tal y cual cosa, y yo confieso que robé tal y
cual cosa, sí, seguro. Yo puedo defenderme, desde el punto de vista
ideológico, que es lo que hago. Desde el punto de vista ideológico yo
defiendo el derecho de los pobres a organizar su partido político
expropiando a los ricos. Póngalo así.

 

-En el programa radial Rompekbezas de El Espectador usted fue más lejos:
dijo que con Mujica y Eduardo Bonomi idearon cómo llevar adelante esos
asaltos. Pero relativizó la cifra de 20 millones de dólares que da Urruzola
en el libro, tal como hizo recién. ¿Me puede contar sobre cómo planificaron
esos asaltos? 

 

-Yo dije que habíamos hablado de estos asaltos, no que los habíamos
ideado... Lo habíamos hablado, discutido, en la interna, y por supuesto
ellos dos estaban presentes. Fue algo general. Lo que te puedo decir es que
nosotros sosteníamos lo que sosteníamos, que ya te lo dije. No te lo voy a
repetir. 

 

-Hablando de Fernández Huidobro, usted dijo que pasó de ser el escribidor
oficial de la historia del MLN a ser -cuando fue ministro de Defensa- un
"defensor de la impunidad de los criminales de lesa humanidad". ¿Lo sigue
pensando? 

 

-Lo sigo pensando. Está bien sintetizado.

 

-En su foto de Whatsapp usted tiene una foto del "Bebe" Sendic. Usted conoce
de niño, de bebé, a su hijo Raúl Sendic. ¿Cómo vio todo lo que pasó con él y
los episodios que lo llevaron a la renuncia a la vicepresidencia?

 

-Es lamentable, ¿no? Es decepcionante. Ha sido totalmente inconsciente de
que era portador de nombre y de que por lo tanto su conducta tenía que ser
ajustada a ese nombre. Hizo todo lo contrario. Pero quiero hablar de su
padre, del Bebe... El día del cortejo fúnebre, pasé por acá y había 100.000
personas. El 28 de abril de 1989. Toda esa diatriba contra los tupamaros que
existe en la sociedad, ese día se expresó a su favor. ¿Cómo un hombre que
fue perseguido durante años, que vivió en la clandestinidad desde 1963, un
hombre que fue acusado de asesino, de ladrón, de atacar la democracia, llevó
una multitud atrás de él que lo fue a despedir? Eso tendrían que preguntarse
muchos. Eso fue olvidado.

 

¿Por qué el 6 de abril, cuando Mujica habló en un acto electoral de Carolina
Cosse, no pudo hacer ni una cita de Sendic? Porque no tiene ni una palabra,
no puede citar nada que haya dicho Sendic, que convalide lo que él ha hecho.
Raúl Sendic planteaba un frente grande contra el capital extranjero, Mujica
es uno de los vehículos de la inversión extranjera. Es defensor de las
inversiones como UPM. No pueden utilizarlo al Bebe. Nosotros lo vamos a
recordar el 28 de abril en el cementerio de La Teja, lo vamos a recordar con
canciones de Rúben Olivera y poemas de Miguel Ángel Olivera, y después vamos
a ir a la plaza hoy llamada Laffone (que proponemos se llame Raúl Sendic)
donde vamos a tener una charla política y la Falta y Resto va a cantar la
despedida del año 2005, la despedida a Raúl Sendic.

 

-¿Cómo evalúa la gestión como ministro del Interior de su excompañero
Bonomi?

 

-Yo no voy a hablar del fracaso de Bonomi como represor. Voy a hablar del
discurso que están llevando desde el Ministerio del Interior en estos días
que es imponer el principio de autoridad, imponer la fuerza del Estado,
demostrar que el Estado es el que manda y no son las personas las que
mandan. Ese discurso de Gustavo Leal, pero es el de Bonomi también. Y es el
mismo discurso de Lorenzo Latorre, vayan a leerlo. Fue el discurso con el
que Lorenzo Latorre extendió el poder del Estado profesionalizando el
Ejército y llevándolo al interior del país, y desarrollando una política
represiva contra todo el malandraje de aquella época que eran los que habían
participado de la revolución de las lanzas de Timoteo Aparicio, que era
blanco, y Anacleto Medina, que era colorado, los dos capitanes de Artigas.

 

-¿Hay un pacto entre militares para que no se sepa dónde están los
desaparecidos?

 

-A esta altura, el pacto de silencio es entre civiles y militares. Y civiles
como Mujica, participan de ese pacto, Fernández Huidobro fue el ideólogo de
ese pacto. Y Vázquez me parece que está afín... Vázquez se preocupa por
mantenerse en el cargo, ir a pescar y eso. Una muestra más de esa decadencia
moral del FA la dio Vázquez no yendo al sepelio de Menéndez. ¿Tenía miedo
que le gritaran? Y bueno, ¿para qué le pidió la renuncia, entonces?

 

-¿Se alegró con las muertes de Gregorio Álvarez o Juan María Bordaberry?

 

-No, la muerte no puede alegrar a nadie, nunca. Uno no come carroña. Al
revés, pienso que Juan María Bordaberry se murió sin que se pudiera hacer
justicia con él, es uno de los principales responsables del golpe de Estado.
Y Álvarez estaba en la cárcel, podía haber pasado unos años más...

 

-¿Ve factible que el FA consiga un cuarto gobierno consecutivo?

 

-Creo que es factible que el FA gane la primera vuelta, pero no alcance la
mayoría. Vaya a balotaje y pierda en el balotaje, porque ha decepcionado
mucho, ha sido una gran decepción, eso se paga. Y si no es en estas
elecciones, es en la próxima. Pero la decepción se paga.

 

-¿Cuál es la esperanza de la izquierda en Uruguay? ¿Le gusta algún
candidato, algún sector del FA? ¿O Unidad Popular, quizás?

 

-No tengo ninguna esperanza de que por la vía electoral se logren
instrumentar los cambios que se precisan para que en este país no haya gente
durmiendo en la calle. No voy a votar a nadie... Capaz que pongo una foto de
Sendic, ese voto sería anulado.

 

-Y si no es por la vía electoral, ¿por qué vía entonces?

 

-Por la vía de la movilización de la gente. Movilización y organización de
la gente. Creo que la vía de combatir el delito no es sólo la represión,
sino que es organizar a la gente para que luche por sus derechos, para que
reclame, y se logran esas cosas.

 

-¿Estaría de acuerdo con que la gente se arme para defenderse del delito?

 

-Ahora, en este momento, sería un disparate. Creo que armado el comerciante
arriesgaría más su vida con su arma, y la de su familia.

 

-Si volviera a tener 20 años en aquel lejano 1963, ¿volvería a empuñar las
armas?

 

-Volvería a integrar el Movimiento de Liberación Nacional, volvería a
sumarme a la lucha del Che Guevara, sí. No estoy arrepentido. Y no me siento
derrotado.

 

-Y con el diario del lunes, ¿qué cosas no haría?

 

-Haría políticas con armas, no me encerraría en una doctrina militar de
hostigamiento como nos encerramos, y de pelea mano a mano con el Ejército.
Pero sí política con armas: acciones armadas para que crezca la comprensión
política de la gente.

 

-Tiene un nieto, Iván, de 11 años, que vive en Islas Canarias. Si lo tuviera
ahora enfrente, y tuviera que darle un consejo para toda su vida, ¿qué le
diría?

 

-Le diría que esté siempre del lado de los perseguidos, siempre del lado de
los débiles.

 

-¿Es feliz?

 

-Claro que sí, estoy enamorado hasta las patas. Llevo 11 años de casado, y
vivo en Santa Catalina, en un lugar donde me quieren.



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