Siria/ Vistas las atrocidades cometidas, ¿qué hace Putin con Macron? [Catherine Coquio]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Dom Ago 25 11:58:50 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

25 de agosto 2019

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Siria



Vistas las atrocidades cometidas en Siria, ¿qué hace Putin en Brégançon?



Con motivo de la recepción dada por Emmanuel Macron al presidente ruso el 19
de agosto (en vísperas de la reunión del G7) en su residencia de verano,
Catherine Coquio cofundadora del Comité Siria-Europa denuncia, mediante esta
tribuna en Le Monde, una reunión que considera vergonzosa dado el papel
activo que desempeña Rusia en el bombardeo contra personas civiles sirias.



Catherine Coquio*

Le Monde, 19-8-2019

https://www.lemonde.fr/

Traducción de Alberto Nadal



Podemos preguntarnos sobre los efectos de la reunión entre Emmanuel Macron y
Vladimir Putin en Brégançon. También podemos cuestionar los méritos de esta
reunión entre dos presidentes ahora socios, a pesar de la interferencia rusa
en las elecciones francesas y europeas, en un contexto de numerosos
encarcelamientos en Rusia y mientras los crímenes contra la humanidad se
encadenan en Siria, donde el ejército ruso juega el papel decisivo que
conocemos desde hace cuatro años.



En lugar de la reducción prevista en Sochi (Rusia), los bombardeos se han
reanudado en la provincia de Idlib, donde se han reagrupado más de 3
millones de personas sirias (un tercio de las cuales son niños y niñas), de
las cuales 400,000 son personas desplazadas. Según la Red Siria de Derechos
Humanos, 33 hospitales, 77 escuelas, 46 lugares de culto y 3 campos de
refugiados fueron bombardeados en mayo y junio, matando a 518 personas, una
cifra que lleva camino de duplicarse en la actualidad.



Hay bombardeos que se producen dos veces casi seguidas para liquidar a los
equipos de rescate, que viven en el infierno en pueblos varias veces
bombardeados. El 16 de agosto nos llegaron imágenes terroríficas desde Ariha
(al sur de la provincia siria de Idlib): un hombre mostraba gritando el
cuerpo destrozado de una mujer y su feto caído en el suelo. Esta carnicería
no pretende liquidar a la oposición, sino destruir toda infraestructura y
vida social y atacar cualquier forma de esperanza entre la población.
Apuntar a la infancia (característica del régimen desde 2011) y eliminar
cualquier oportunidad de educar y cuidar son los medios más seguros.



Más bombardeos mortales que nunca



Vistas estas atrocidades, ¿qué está haciendo Putin en Brégançon, después de
Versalles y el Consejo de Europa? ¿No habría más bien que reunir a las
democracias de la Unión Europea que todavía existen y declarar el embargo,
el fin de los contratos, la congelación de activos? Durante la reunión entre
Putin y Macron en San Petersburgo el 23 de mayo de 2018, se decidió una
colaboración que consagraba un giro: Francia envió 50 toneladas de ayuda
humanitaria a través de la fuerza aérea rusa a Guta (suburbio de Damasco),
recuperada después de dos meses de bombardeo. Se suponía que la operación
influía en el "expediente sirio" y ponía a prueba la voluntad de Rusia de
estabilizar la región.



Un año después, los bombardeos son más mortales que nunca, Rusia continúa
probando sus armas y, sobre todo, el umbral de tolerancia de la comunidad
internacional, que parece ilimitado. Lo que está sucediendo en Idlib solo
confirma, como se esperaba, la luz verde en que se había transformado la
línea roja de los ataques químicos de 2013: aumento de la impunidad durante
seis años. Después de prever el veto chino-ruso y dejar que la gestión
turco-rusa del conflicto se desintegre, la ONU toma nota de la victoria de
un régimen genocida e invita a los sirios a regresar a casa: la guerra ha
terminado.



Pero además de que la guerra prosigue, ¿era la función de la ONU poner fin a
un exterminio diciendo "¡Qué horror!"? ¿Deberíamos entregar a los ejércitos
los datos geolocalizados de los objetivos para evitarlos, cuando conocemos
los métodos de Putin en términos de guerra de tierra quemada? ¿Nos olvidamos
de Grozny, incluso en la ONU? ¿Por qué la gente siria regresaría a donde la
prisión o la muerte la está esperando y por qué se detendría el éxodo? ¿Por
qué los cientos de niños y niñas de la calle que vieron a sus padres
masacrados resistirían los llamamientos del nihilismo yihadista y de los
equipos de Daesh (acrónimo árabe de la organización del Estado Islámico),
que, según sabemos, está ganando terreno en Siria. ¡Qué sorpresa ! ¿No
habíamos terminado?



Una guerra sin fin



La asombrosa indiferencia o ceguera que se manifiesta hacia la ciudadanía
siria, como si viviera en otro planeta, tiene un nombre: la guerra contra
Daesh y al-Qaida. Pero se sabe que el 29 de julio Assad liberó a terroristas
de Daesh en Deraa (suroeste de Siria), como ya había hecho en 2011 liberando
a los yihadistas. Si Bachar Al-Assad librara una guerra contra el terror
esta guerra no habría causado el 90% de sus bajas entre la población civil y
habría terminado hace mucho tiempo.



Recordemos que cinco meses después del levantamiento en Siria ya había 2.000
muertos y 1.200 prisioneros, cuando aún no existían ni el Ejército Libre, ni
Daesh, ni Nosra, sino una población que exigía "libertad y dignidad". Bachar
lleva a cabo su propia yihad y no es sorprendente que se haya desatado
contra los enemigos que tiene en común con Daesh: la gente que quería la
democracia. La guerra que libra contra su población no tiene fin: "Assad
para la eternidad", "Bachar o quemamos el país", dicen los lemas que cantan
estos crímenes.



Nada se le ha ahorrado a la gente siria, ni siquiera las expulsiones de
Turquía y Líbano por familias enteras enviadas a la muerte. Las revelaciones
sobre Tadmor y Saidnaya y otros espantosos centros de tortura (100,000
desaparecidos) muestran la permanencia de la cultura de la crueldad. ¿Qué
milagro habría hecho desaparecer esa cultura?



Cuando el público sepa lo que ha sucedido en este país durante diez años, se
producirá una asfixia moral, pero dado el estado de nuestras sociedades, no
nos sentiremos obligados al "deber de la memoria". ¿Cuándo veremos que esta
carnicería consumada lleva al mundo a una nueva anomia? En vista de estas
perspectivas, la reunión de Brégançon no solo será otro desaire para el
presidente francés. Ya está en el capítulo de los episodios más vergonzosos
de la historia de Francia, veinticinco años después de Ruanda.



* Catherine Coquio participó en la fundación en 2015 del Comité
Siria-Europa. Este grupo de intelectuales está trabajando actualmente con el
laboratorio Shakk en el EHESS en la escritura de la historia en el contexto
de la revolución y la guerra en Siria. Se está preparando un Libro Negro de
la represión en dicho país.

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