Uruguay/ ¿Cómo son los femicidios en el país? [Stephanie Demirdjian]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Mie Dic 11 18:57:30 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

11 de diciembre 2019

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Uruguay

 

¿Cómo son los femicidios? 

 

Una investigación permite saber más sobre la expresión máxima de la
violencia de género en el país.

 

Stephanie Demirdjian 

La Diaria, 10-1-202019 

https://feminismos.ladiaria.com.uy/

 

Los homicidios a mujeres por motivos de género existen desde siempre, pero
recién en la última década se logró ponerles nombre –femicidios– y, después,
hacerlos visibles. Las marchas de #NiUnaMenos que se llevaron a cabo en 2015
para denunciar los femicidios en Argentina (y otros países de la región)
fueron emblemáticas en ese sentido y marcaron un antes y un después en la
historia de los feminismos latinoamericanos. El reclamo de las mujeres era
claro y hasta parecía evidente: paren de matarnos.

 

Con la misma demanda, un año antes, empezaron a realizarse en Uruguay las
alertas feministas convocadas por la Coordinadora de Feminismos para
visibilizar y repudiar los femicidios. Estas movilizaciones todavía se
hacen, al día de hoy, cada vez que una mujer es asesinada. El pedido por “Ni
una menos” todavía sigue dolorosamente vigente.

 

El Parlamento uruguayo aprobó en 2017 una ley que modificó el Código Penal e
introdujo el femicidio como agravante del homicidio en aquellos casos en que
una mujer sea asesinada por cuestiones asociadas a su género. Las penas para
este delito pueden alcanzar el máximo en Uruguay, 30 años de prisión, a los
que se pueden sumar 15 años más de penitenciaría por medidas de seguridad.
Las modificaciones establecieron, entre otras cosas, que para tipificar el
delito de femicidio tiene que probarse que entre la víctima y el agresor
había un vínculo de “afectividad e intimidad de índole sexual”, un elemento
que aparece como fundamental si se tiene en cuenta que, según las
estadísticas, en la mayoría de los casos el femicida era pareja o ex pareja
de la víctima.

 

Pero para determinar que el asesinato de una mujer fue un femicidio se
tienen que tener en cuenta otras características además del vínculo entre la
víctima y el agresor. El abanico es amplio y los parámetros son variados.
Una muestra de esto es que el Ministerio del Interior (MI) y la Coordinadora
de Feminismos, por ejemplo, llevan adelante un registro totalmente distinto:
mientras que la cartera contabilizó 19 femicidios en lo que va del año, el
colectivo feminista denunció 31 en la última alerta que organizó.

 

Surgió entonces la necesidad de establecer criterios para la categorización
de las distintas modalidades que hacen presumir que el asesinato de una
mujer fue por razones de género y contar con información que permita
caracterizar los femicidios en el país. Esa es la tarea que se propusieron
el MI y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), en el marco de un
convenio, cuando a principios de este año empezaron la investigación
“Femicidios en Uruguay. Categorización y homogeneización”. Los primeros
resultados del estudio fueron presentados en la actividad realizada a fines
de noviembre por el Consejo Nacional Consultivo, encabezado por Inmujeres,
en el marco del Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la
Mujer.

 

El análisis se basó en el estudio de más de 200 casos de homicidios a
mujeres cometidos entre 2012 y 2018, teniendo en cuenta la normativa
nacional y las recomendaciones internacionales. La metodología de trabajo
consistió en revisar todos los casos de homicidio cometidos durante esos
seis años en los que se detectó al menos una víctima mujer. Mediante un
análisis de los registros policiales se buscó si había elementos para
determinar que se trató de un femicidio. Esos registros –que se encuentran
en el Sistema de Gestión de Seguridad Pública– son construidos por la
Policía desde el momento en el que se toma conocimiento de un caso.
Contienen información sobre dónde se produjo el hecho, qué tipo de arma fue
utilizada o cuál fue el resultado de la autopsia, entre otros elementos.

 

“Necesitamos homogeneizar estos criterios para determinar cuáles de los
homicidios a mujeres que ocurren en nuestro país son femicidios, porque es
necesario comprender que el vínculo no es siempre lo que determina si un
homicidio es un femicidio, sino que se deben tomar en cuenta otras
características”, explicó durante la presentación Christian Gularte, uno de
los cuatro investigadores del estudio, integrante de la División Políticas
de Género del MI. Agregó como dato que es importante conocer que las
recomendaciones internacionales establecen que todo homicidio a una mujer
sea investigado en primer lugar como un femicidio. Junto con Gularte
trabajaron en la investigación Paula Coraza, también del MI, y Nadia Eiris y
David Moreira, de Inmujeres.

 

Las características

 

El equipo de investigación identificó siete elementos que deben ser tomados
en cuenta a la hora de determinar cuáles de los homicidios a mujeres fueron
femicidios: - Si el asesinato fue precedido por algún incidente de violencia
física, psicológica, sexual, económica o de otro tipo. - Si la víctima se
había negado a establecer o reanudar con el agresor una relación de “pareja,
enamoramiento, afectividad o intimidad”. - Si previo al asesinato de la
mujer el autor cometió contra ella cualquier conducta que atentara contra su
libertad sexual. - Si en el lugar del asesinato, en y alrededor del cuerpo
de la mujer se identifican elementos de lo que se denomina una “escena
sexualizada”. - Cuando aparecen mensajes misóginos ya sea sobre el cuerpo de
la mujer o sobre soportes materiales, como por ejemplo en el celular. - Si
el victimario tenía denuncias previas sobre situaciones de violencia
doméstica, delitos asociados o situaciones que se vinculan a delitos de
violencia basada en género realizados por la víctima o por otra persona. -
Cuando se haya tratado de borrar la identidad de la mujer de alguna manera.

 

Las categorías

 

Después de leer los partes policiales y teniendo en cuenta las
características, las y los investigadores determinaron 14 posibles
categorías de femicidio.

 

Femicidio íntimo (83%). El asesinato de una mujer que tenía o había tenido
una relación de pareja, ex pareja o vínculo afectivosexual con su agresor.

 

Femicidio no íntimo. El asesinato de una mujer cometido por un desconocido
con quien la víctima no tenía ningún tipo de relación. Por ejemplo, las
situaciones en las que el femicida acosaba a su víctima.

 

Femicidio por agresión sexual. El asesinato de una mujer cometido por un
desconocido con quien la víctima no tenía ningún tipo de relación y a la
muerte le precedió un abuso sexual.

 

Femicidio infantil. El asesinato de una niña de menos de 13 años cometido
por un varón en una relación de responsabilidad, confianza o poder que le
otorga su situación adulta.

 

Femicidio familiar (7%). El asesinato de una mujer en una relación de
parentesco entre la víctima y el femicida. El parentesco puede ser con
consanguinidad, por afinidad o adopción.

 

Femicidio familiar sexual (3%). El asesinato de una mujer en una relación de
parentesco entre la víctima y el femicida, al que se suma que a la muerte le
precedió un abuso sexual. En este caso el parentesco también puede ser con
consanguinidad, por afinidad o adopción.

 

Femicidio por conexión (3%). El asesinato de una mujer que queda “en la
línea de fuego” –en el mismo lugar u otro en el que el femicida mató o
intentó matar a otra mujer–, o aquellos casos en los que se mata a una mujer
para provocar un daño a otro. Este caso se da, por ejemplo, cuando el
femicida mata a las hijas o hijos de esa mujer.

 

Femicidios por ocupaciones estigmatizadas. El asesinato de una mujer que se
produce en el marco de una ocupación estigmatizada, por ejemplo el trabajo
sexual.

 

Femicidio por trata. El asesinato de una mujer que se produce en el marco de
una situación de trata.

 

Femicidio por tráfico. El asesinato de una mujer que se produce en una
situación de tráfico de migrantes.

 

Femicidios en el marco del narcotráfico (3%). El asesinato de una mujer en
situaciones vinculadas al tráfico de drogas, crimen organizado y/o bandas
criminales. En estos casos es “importante” que se tengan en cuenta las
características de los hechos, dijo Eiris durante la presentación, “porque a
veces uno puede dar con el asesinato y no partir de la hipótesis de que
puede ser un femicidio, pero al revisar las características vemos que son
totalmente distintas a las que aparecen en la muerte de un varón en el marco
del crimen organizado”.

 

Femicidio transfóbico. El asesinato de una mujer trans por su identidad de
género, por odio o rechazo.

 

Femicidio lesbofóbico. El asesinato de una mujer lesbiana por su orientación
sexual.

 

Femicidio étnico racial. El asesinato de una mujer por odio o rechazo hacia
su origen étnico racial o hacia sus rasgos fenotípicos.

 

Los resultados

 

La investigación concluyó que, en líneas generales, más de la mitad de los
homicidios a mujeres cometidos entre 2012 y 2018 fueron femicidios. El
equipo determinó que ocho de los 14 tipos de femicidio tuvieron lugar en
Uruguay, y el femicidio íntimo es el que tiene mayor prevalencia (84%) con
respecto a las otras categorías.

 

Por otro lado, se encontró que en 69% de los casos analizados el femicidio
se cometió en la casa de la víctima o en el domicilio que compartía con su
femicida. Esto demuestra, aseguró Gularte, “que el ámbito privado sigue
siendo el lugar de mayor riesgo para las mujeres”. Esto se reafirma al sumar
el dato de que 70% de las mujeres asesinadas convivían con el agresor al
momento del femicidio o habían convivido antes.

 

En lo que refiere a las denuncias, el análisis reveló que en 75% de los
casos el femicida no tenía ningún tipo de denuncia previa. En cambio, 25% de
las víctimas habían realizado al menos una denuncia por violencia doméstica,
según se pudo constatar en los registros policiales. En 9% de estos últimos
casos, la mujer tenía medidas de protección al momento de cometido el
femicidio.

 

La investigación mostró que en 64% de los casos el femicida fue procesado o
formalizado por la Justicia, mientras que 33% se suicidó después de cometer
el delito. “Este dato nos pareció interesante porque es un fenómeno que
sucede únicamente en los casos de femicidio”, comentó Eiris, “no pasa que
otro tipo de homicidio el responsable se suicide”. También se puede destacar
que en este delito hay bajísimos niveles de impunidad.

 

A la hora de analizar la distribución geográfica, surge que Cerro Largo es
el departamento donde existe una mayor tasa de muerte por femicidio en el
país durante el período estudiado. Le siguen los departamentos de Florida,
Paysandú, Tacuarembó, Treinta y Tres y Colonia con tasas de entre 2,8 y 2,3
femicidios por cada 100.000 mujeres.

 

La representante de Inmujeres dijo durante la presentación que la creación
de las distintas categorías de los femicidios, de acuerdo con el contexto
nacional, “es una línea de base que aporta al conocimiento de dicho
fenómeno”, y agregó que “poder estandarizar y sistematizar esta información
permite a las instituciones continuar con un proceso de trabajo que tenga
como resultado el registro unificado de femicidios a nivel nacional”.

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