Cultura popular/ Introducci髇 a "Costumbres en com鷑" de E. P. Thompson [Julio Mart韓ez-Cava]

Ernesto Herrera germain5 en chasque.net
Lun Jul 15 00:14:15 UYT 2019


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Correspondencia de Prensa

15 de julio 2019

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Cultura popular

 

Introducci贸n a "Costumbres en com煤n" de E. P. Thompson

 

Reproducimos a continuaci贸n la introducci贸n de Julio Mart铆nez-Cava a la reedici贸n de la conocida obra del historiador brit谩nico E. P. Thompson 鈥淐ostumbres en com煤n. Estudios sobre la cultura popular鈥, Capit谩n Swing, Madrid, 2019 (fecha original de la publicaci贸n: 1991). La editorial Capit谩n Swing ha facilitado que podamos reproducir esta introducci贸n aqu铆. M谩s informaci贸n sobre el libro en:  https://capitanswing.com/libros/costumbres-en-comun/

 

Julio Mart铆nez-Cava *

Sin Permiso, 12-7-2019

http://www.sinpermiso.info/

 

芦La ilusi贸n burguesa m谩s profunda e inextirpable [es que] el hombre es libre, no a trav茅s, sino a pesar de las relaciones sociales禄 (Cristopher Caudwell, Studies in a Dying Culture, 1938)

 

La forja de un rebelde [1]

 

Edward Palmer Thompson fue un activista socialista y pacifista ingl茅s, y est谩 considerado uno de los mayores historiadores del siglo XX. Su obra escrita es gigantesca y la literatura sobre su pensamiento y su vida es ya casi inabarcable.[2] Nacido el 3 de febrero de 1924 en Oxford, se crio en el seno de una familia de clase media metodista con un enorme capital cultural, cuyos contactos pol铆ticos convirtieron el entorno familiar en un ambiente de liberalismo radical anti-imperialista, en el que las tertulias con visitas de intelectuales o pol铆ticos (como Nehru o Gandhi) eran algo habitual: 芦me crie 鈥揹ir谩 Thompson en una entrevista de 1984鈥  pensando que los gobiernos eran mendaces e imperialistas y creyendo que la propia posici贸n deb铆a ser hostil al gobierno禄. Adem谩s de la influencia de sus padres, la otra gran figura de importancia en su formaci贸n fue su hermano mayor William Frank, por el que manifestaba admiraci贸n y envidia. Frank era el hijo aventajado de la familia, pol铆glota y estudiante en una escuela de 茅lite (Winchester); mientras que Edward estudi贸 en una escuela metodista poco reconocida (Kingswood), solo dominaba el ingl茅s y despuntaba en el rugby. La madre no ocultaba su favoritismo por el mayor, mientras que el padre ten铆a a Edward por un puritano (芦nunca toca el alcohol, excepto alguna sidra de vez en cuando, detesta la cerveza y no se acerca a los licores. Su fumar constante no es sino un signo de unos nervios que buscan calmarse禄). El ambiente universitario radicalizado de los a帽os 30, al calor del antifascismo de la 茅poca, llev贸 a Frank a afiliarse al Partido Comunista de Gran Breta帽a (PCGB) en 1939. Edward le seguir铆a poco tiempo despu茅s. Como recordar铆a a帽os m谩s tarde, ser comunista en el PCGB de finales de los 30 no ten铆a mucho que ver con seguir r铆gidas disciplinas y ortodoxias de partido sino con  abrazar una fraternidad internacionalista que unificaba a las fuerzas contra el fascismo.

 

La participaci贸n de Reino Unido en la Segunda Guerra Mundial interrumpir铆a la carrera de los dos j贸venes escritores. De estos a帽os cabe destacar dos hitos que marcar铆an el car谩cter y el proyecto intelectual de Edward Thompson. El primero, la tr谩gica muerte de su hermano en 1944 en circunstancias poco claras.[3] El segundo, la experiencia democr谩tica del antifascismo en la Segunda Guerra Mundial, en la que Thompson combati贸 al mando de una compa帽铆a de tanques en la batalla de Montecassino con tan solo 21 a帽os. Una vez finalizada la guerra, colabor贸 como voluntario en labores de reconstrucci贸n en Yugoslavia, Bulgaria y Hungr铆a. La vivencia en primera persona del movimiento popular europeo de resistencia, en el que las viejas divisiones de la izquierda se aparcaban en favor de una tarea com煤n, fue el manantial que provey贸 a Thompson de la motivaci贸n y los recursos intelectuales con los que posteriormente afrontar铆a un proceso de renovaci贸n de la izquierda brit谩nica.

 

Una vez de vuelta en Inglaterra, Thompson fue testigo de la victoria arrolladora del laborismo en 1945. Ese mismo a帽o se cas贸 con una historiadora joven con la que hab铆a compartido la experiencia del antifascismo en Italia, Dorothy Towers, que se convertir铆a en una reconocida historiadora del movimiento cartista y que ser铆a, adem谩s de la madre de sus tres hijos, una sabia compa帽era intelectual 鈥搃nterlocutora inteligente que adem谩s revisar铆a todos y cada uno de sus trabajos鈥. Pero las esperanzas de cambio revolucionario cultivadas en aquellos a帽os se ver铆an aplastadas por el estallido de la Guerra Fr铆a y la imposici贸n de la doctrina de las 芦zonas de influencia禄. El macartismo tuvo tambi茅n una variante brit谩nica (igual que hubo una versi贸n brit谩nica del zhdanovismo sovi茅tico entre las filas del PCGB)[4] que propici贸 que muchos intelectuales comunistas buscasen una salida profesional alternativa. As铆 que Thompson termin贸 como maestro para adultos en la Worker鈥檚 Education Association ense帽ando literatura e historia social a trabajadores del West Riding, quienes asist铆an a las clases sin la promesa de un empleo o siquiera de un certificado oficial. De sus a帽os como profesor de adultos siempre recordar谩 lo que supuso para 茅l entrar en contacto con la cultura obrera del Yorkshire industrializado, las relaciones solidarias que encontr贸 all铆 y lo que pudo aprender para sus propias investigaciones (sobre todo 芦actitudes禄 y 芦un profund铆simo escepticismo hacia los informes oficiales禄).[5]

 

En estos a帽os Dorothy y Thompson entrar铆an a formar parte del famoso Grupo de Historiadores del PCGB[6], en el que coincidir铆an dos respetad铆simas generaciones de historiadores (George Rud茅, Christopher Hill, Rodney Hilton o Eric Hosbawm entre otros). La influencia de investigadores veteranos como Dona Torr, A. L. Morton o Maurice Dobb asent贸 el modus operandi del Grupo, que estudi贸 la historia como un proceso complejo donde las determinaciones estructurales no anulaban la capacidad creativa de los sujetos, y donde el motor del cambio social se situaba en los conflictos sociales generados en torno al control del excedente econ贸mico, sin descuidar el papel central que consideraban que ten铆a la disputa por las ideas (contraviniendo con ello la versi贸n oficial del marxismo aceptada en su propio partido). El texto que probablemente tuviera m谩s influencia en ello fue The English Revolution 1640 de Christopher Hill en 1940, que desencadenar铆a el famoso 芦debate sobre la transici贸n del feudalismo al capitalismo禄, en el que investigadores procedentes de varios pa铆ses vendr铆an a confrontar sus modelos de explicaci贸n sobre los or铆genes del modo de producci贸n capitalista.[7] En 1951 el PCGB hab铆a aprobado una nueva l铆nea estrat茅gica nacional (British Road to Socialism) por la que se instaba a construir una alianza popular amplia que llegara al poder por la v铆a parlamentaria. Bajo esta nueva orientaci贸n, los comunistas brit谩nicos rastrearon la historia de Inglaterra buscando referencias en las que inspirarse: es as铆 como la gran Revuelta Campesina de 1381, los Levellers y los Diggers de la Revoluci贸n Inglesa de 1642, los cartistas o las sufragistas pasaron a verse como parte de una 芦historia popular禄 que nutr铆a de experiencias y principios a las luchas del presente. Lo cierto es que el Grupo decidi贸 organizarse como un equipo de investigaci贸n aut贸nomo, y no como un 贸rgano m谩s del partido, por lo que no ve铆a interferidas sus labores siempre que no entrase a investigar la historia del comunismo en el siglo XX. Y si bien las opiniones pol铆ticas de sus miembros pod铆an no coincidir siempre, lo cierto es que un m茅todo m谩s o menos compartido y una generosidad en las lecturas (Dona Torr les hizo llegar textos de Trotsky prohibidos por el partido[8], se ley贸 Los jacobinos negros del trotskista CRL James as铆 como la obra de A. Rosenberg 鈥揳unque todav铆a nada de K. Korsch o Gramsci鈥) terminaron por forjar un marxismo en cierta medida heterodoxo que se probar铆a especialmente f茅rtil en la investigaci贸n hist贸rica. El talante anti-sectario que les inspiraba permitir铆a la colaboraci贸n de otros investigadores no marxistas, culminando en la creaci贸n de la revista acad茅mica Past and Present en 1952.[9] La importancia que tuvo el Grupo en la vida intelectual y pol铆tica del pa铆s no puede despreciarse. No lo hizo, precisamente, el Estado brit谩nico: una desclasificaci贸n reciente de los archivos del servicio secreto brit谩nico, el MI5,  revel贸 que los historiadores del Grupo hab铆an sido espiados durante m谩s de 10 a帽os con una intensidad reveladora (se grababan sus conversaciones telef贸nicas, se abr铆a su correo y se monitorizaban y mapeaban sus contactos).[10]

 

Inmerso en esta intensa actividad militante de la Guerra Fr铆a, como comunista, como padre, como educador de adultos y como colaborador del Grupo de historiadores, Thompson recibi贸 una propuesta editorial para escribir una monograf铆a sobre la figura de William Morris, ese 芦revolucionario sin revoluci贸n禄 que le ten铆a fascinado.[11] Aunque hoy suene inveros铆mil, Thompson no ten铆a intenci贸n de convertirse en historiador. Su vocaci贸n era ser escritor, poeta y militante comunista, pero durante su investigaci贸n sobre Morris desarroll贸 un 芦apetito por los archivos禄 que le encauzar铆a en la senda de la disciplina hist贸rica, al mismo tiempo que le dotar铆a de recursos para iniciar un proceso largo y complejo de auto-cr铆tica de la tradici贸n marxista. Para Edward el trabajo como historiador era inseparable de su vocaci贸n pol铆tica y nunca se concibi贸 a s铆 mismo como un profesional de la academia. En la tradici贸n marxista encontr贸 herramientas de an谩lisis con una dimensi贸n pr谩ctica y en su experiencia militante hall贸 formas de comprender la realidad que le permitir铆an adentrarse con mayor lucidez en el pasado. Thompson forma parte de ese grupo de cient铆ficos que nos han ense帽ado que la objetividad y el m谩ximo rigor en la investigaci贸n no tienen por qu茅 contradecirse con un apasionado compromiso pol铆tico por transformar la sociedad.

 

芦El comunismo debe recuperar un lenguaje moral禄: el final del 芦Esp铆ritu del 45禄, la Guerra Fr铆a y la crisis internacional del comunismo de 1956

 

驴Qu茅 fue lo que marcar铆a tanto a Thompson del movimiento europeo antifascista? En 1944 el oficial Frank Thompson escrib铆a en una carta a su hermano:

 

Hay un esp铆ritu en Europa que es m谩s noble y m谩s valioso que cualquier otra cosa que este cansado continente haya conocido durante siglos, y que nadie podr谩 detener. Se puede, si se quiere, pensar en ello en t茅rminos de pol铆tica, pero es mucho m谩s amplio y m谩s generoso que cualquier dogma. Es la voluntad confiada de pueblos enteros que han conocido los mayores sufrimientos y humillaciones, y que han triunfado sobre ellos para construir su propia vida de una vez y para siempre. Me gusta pensar en 茅l como millones 鈥搇iteralmente millones鈥 de personas, j贸venes de coraz贸n sea cual sea su edad, due帽os completamente de s铆 mismos, con la mirada puesta 煤nicamente en lo que vendr谩 y disfrutando de esa visi贸n.

 

Lo cierto es que el per铆odo de 1943-1946 (ese 芦esp铆ritu del 45禄 como lo denomin贸 Ken Loach) ha pasado injustificadamente desapercibido en la historia de las izquierdas.[12] Se trat贸 ni m谩s ni menos que de un momento de soberan铆a y movilizaci贸n popular impresionante, cuyo mejor legado fueron las partes m谩s progresistas del Pacto Social de Posguerra. Las primeras elecciones tras la Segunda Guerra Mundial ofrecen una imagen del momento: entre los partidos socialistas y comunistas el resultado rondaba el 40-50% de los votos (as铆 en Australia, Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia, Gran Breta帽a, Austria, B茅lgica, Checoslovaquia, Francia, Italia, y en menor medida Alemania). Esa fuerza electoral intent贸 emprender transformaciones sociales de calado, mediante reformas agrarias, expropiaciones, nacionalizaciones o proyectos cooperativistas, y en algunos pa铆ses esta fuerza se tradujo en constituciones sociales muy avanzadas.[13]

 

En Gran Breta帽a una poderosa tradici贸n de lucha sindical y cooperativismo hab铆a conseguido que el Partido Laborista ganase varias alcald铆as antes de la guerra (poniendo en marcha programas que sirvieron como 芦campo de pruebas禄 para pol铆ticas estatales posteriores).[14] El Labour hab铆a entrado en el gobierno de concentraci贸n de Churchill durante la guerra, donde comenzar铆a la planificaci贸n estatal del bienestar (el famoso Informe Beveridge de 1942 permiti贸 la creaci贸n de prestaciones sociales universales sin evaluaci贸n de recursos) y en julio de 1945 el Labour, liderado por Clement Atlee, gan贸 con una mayor铆a del 48% de los votos. En el per铆odo 1945-1951 se nacionalizaron las minas de carb贸n, la producci贸n y tr谩fico del hierro y del acero, el Banco de Inglaterra, el tel茅grafo, la electricidad, el gas, la radio, la aviaci贸n civil, el transporte por carretera y el ferrocarril. En 1948 se cre贸 el servicio nacional de salud (NHS), obra del ministro izquierdista Aneurin Bevan (que tambi茅n puso en marcha el plan de vivienda p煤blica gestionado por los ayuntamientos), as铆 como la educaci贸n secundaria gratuita y un nuevo sistema de seguridad social m谩s progresivo. Para muchos intelectuales socialistas como Thompson este terreno conquistado por las clases populares no era la 煤ltima parada (la sociedad socialista), pero s铆 fue considerado como un momento ilusionante y un paso necesario en el camino hacia el socialismo.[15]

 

La Guerra Fr铆a puso fin a estas esperanzas. Analizando este momento en sus escritos de los a帽os 50, Thompson captur贸 el esp铆ritu de la 茅poca: una suerte de 芦reciprocidad禄 entre los bloques (una 芦din谩mica autorreproductora禄) hizo converger los intereses de ambos sistemas de tal manera que su enfrentamiento serv铆a parad贸jicamente para mantener el statu quo. Las primeras v铆ctimas de esta reciprocidad fueron precisamente las posibilidades abiertas en 1943. En Europa occidental el nuevo establishment, liderado por EEUU y la OTAN (en la que ingresar铆a Inglaterra en 1949 bajo gobierno laborista), desat贸 una cruzada contra cualquier fuerza pol铆tica que se saliera del pacto social, consolid贸 una alianza entre un oligopolio medi谩tico y los principales partidos pol铆ticos,  y promocion贸 el giro a la derecha de los sindicatos 鈥搃ntegrados ahora bajo subvenciones estatales cuya principal y casi 煤nica tarea era mantener vinculados los incrementos salariales a los crecimientos de la productividad鈥 y de los  partidos socialdem贸cratas 鈥揷oncebidos ahora como grandes maquinarias electorales desligadas de los controles de la militancia que pudieran servir como fuerzas de contenci贸n contra la 芦amenaza comunista禄. Se conquist贸 el bienestar social pero se bloque贸 鈥搃ncluso constitucionalmente鈥 la democratizaci贸n de la econom铆a (algo evidente en el caso brit谩nico, donde el tecn贸crata Herbert Morrison consigui贸 que las nacionalizaciones no implicasen una gesti贸n y administraci贸n controladas por la poblaci贸n). En la Europa del Este Stalin hizo su parte y una oleada de purgas descabez贸 a los partidos dirigentes: entre 1948 y 1952 se calcula que dos millones y medio de personas fueron expulsadas de sus partidos comunistas (un cuarto del total) y cerca de 250.000 fueron encarceladas. Thompson valorar铆a despu茅s:

 

Este fue un momento aut茅ntico y no creo que la degeneraci贸n posterior, en la que hubo dos actores, el estalinismo y Occidente, fuese inevitable. Es necesario recordarlo y decir que este momento existi贸.[16]

 

Pero la tormenta no hab铆a hecho m谩s que empezar para el joven comunista brit谩nico.[17] El 5 de junio de 1956 se public贸 en ingl茅s el discurso de Kruschev que denunciaba los cr铆menes estalinistas y el PCGB inici贸 una campa帽a de cierre de filas por la unidad interna. Ese mismo verano Thompson y su colega John Saville lanzan el peri贸dico The Reasoner para iniciar un proceso de autocr铆tica que no ten铆a cabida en la prensa oficial del partido. Su objetivo era reformar democr谩ticamente el partido 鈥搉o salirse de 茅l鈥, pero chocaron contra el muro de la ortodoxia. En noviembre de ese a帽o se produce la invasi贸n sovi茅tica de Hungr铆a que reprimi贸 una revuelta democr谩tica y la direcci贸n del PCGB pide a su militancia que apoye la intervenci贸n sovi茅tica. Es la gota que colma el vaso, y Thompson escribe un incendiario y magistral art铆culo (芦Through the smoke of Budapest禄) cuya publicaci贸n le costar谩 la suspensi贸n del carnet por tres meses, a lo que respondi贸 dimitiendo. La sangr铆a del partido hab铆a comenzado. El saldo final de este repliegue que bloque贸 el debate interno fue la fuga de un tercio de la militancia. Nunca se recordar谩 lo suficiente que el principal motivo que llev贸 a Thompson a abandonar el PCGB fue la falta de democracia interna y de respeto del pluralismo en el partido.[18]

 

Los archivos del MI5 (desclasificados en septiembre de 2016) han permitido conocer en qu茅 medida el comunismo de Thompson nunca lleg贸 a ser el de la pura ortodoxia estalinista. Desde su vuelta a Inglaterra se mostr贸 preocupado por el repliegue hacia adentro de un partido que emit铆a mensajes en un tono dogm谩tico y sectario, que intentaba convertir a los movimientos sociales en sus correas de transmisi贸n (芦deber铆amos confiar m谩s en la gente y dejar que se pongan las pilas禄) y cuyas decisiones eran tomadas de formas 芦arbitrarias禄 y 芦poco colectivas禄.[19] En una carta a su camarada Ramelson llegar谩 a decir: 芦gracias a Dios que no hay posibilidad de que este Comit茅 Ejecutivo tenga alguna vez poder en Gran Breta帽a; destruir铆a en un mes toda libertad de pensamiento, de conciencia y de expresi贸n que le ha llevado al pueblo brit谩nico 300 a帽os ganar禄.[20]

 

Seg煤n Thompson la corrupci贸n del partido estaba estrechamente ligada a una degeneraci贸n te贸rica en la tradici贸n marxista que sustitu铆a la acci贸n consciente del individuo por grandes abstracciones (芦El Partido禄, 芦El Comunismo禄, etc. ). Thompson entendi贸 que las determinaciones que restringen el conjunto de oportunidades de los agentes (芦necesidad禄) no deb铆an ni pod铆an estrecharlo tanto como para impedir que se pudiera dar un espacio libre de acci贸n moral donde los sujetos debatiesen y eligiesen racionalmente, dentro de esas limitaciones, sobre c贸mo deber铆an ser las cosas (芦deseo禄). Si los individuos eran despojados  de su agencia perd铆an con ello la capacidad para dar respuestas moralmente conscientes a la situaci贸n. El comunismo, por tanto, ten铆a que 芦recuperar un lenguaje moral禄.[21]

 

En esta tarea de re-moralizar el marxismo Thompson se sumaba a los movimientos intelectuales que se estaban construyendo en ambos lados del Tel贸n de acero, que buscaban una alternativa socialista democr谩tica y que fueron conocidos como 芦humanismo socialista禄  (entre ellos: el grupo yugoslavo Praxis, Leszek Kolakowski, Frantz Fanon, Gy枚rgy Luk谩cs[22], Agnes Heller, Eric Fromm o Herbert Marcuse). Para el historiador brit谩nico el principal enemigo a batir era la degeneraci贸n economicista del marxismo, su obsesi贸n por comprender la vida cultural e intelectual como una 芦superestructura禄 derivada mec谩nicamente de un proceso 芦econ贸mico禄 entendido de forma abstracta. Pero el economicismo no era algo inevitable en la tradici贸n marxista, dir谩 Thompson, sino m谩s bien el resultado de un proceso de corrupci贸n ideol贸gica que hab铆a comenzado a finales del siglo XIX y se hab铆a consumado en el estalinismo.[23] Es importante insistir en que su ruptura con el partido comunista no era una ruptura con el comunismo en general, sino que se hac铆a precisamente en nombre del ideal comunista. Con ello se desmarcaba de algunos excomunistas que se hab铆an pasado a las filas de la propaganda occidental con la furibunda entrega del converso (A. Koestler, K. Amis, W. H. Auden y, en cierta medida, G. Orwell), intelectuales que olvidaban el 芦contenido democr谩tico禄 que ten铆a la entrega altruista y desinteresada de miles de activistas de base.[24]

 

Thompson encontr贸 un peligroso punto de coincidencia entre la ortodoxia del economicismo marxista y la ortodoxia del imaginario capitalista. Si desde sus or铆genes el capitalismo hab铆a impulsado una imagen del ser humano como homo economicus (entendiendo que las principales motivaciones del ser humano eran 鈥搊 deb铆an ser鈥 motivaciones estrechamente econ贸micas), el estalinismo har铆a algo parecido al proclamar la prioridad de 芦lo econ贸mico禄 sobre el resto de aspectos de la vida social, estando ahora esas motivaciones econ贸micas configuradas como 芦intereses de clase禄. La Guerra Fr铆a, por tanto, solo pod铆a ofrecer una imagen deshumanizada del ser humano como 芦aut贸mata econ贸mico禄. Ese aut贸mata hallar铆a expresiones elaboradas en las diversas corrientes intelectuales de la 茅poca como el conductismo, el funcionalismo o el estructuralismo, todos ellos 芦productos ideol贸gicamente modulados de una 茅poca derrotada y desilusionada禄.[25]

 

Para el historiador brit谩nico ese necesario proceso de revisi贸n del marxismo ya hab铆a comenzado en su obra sobre William Morris. Si Christopher Hill hab铆a avanzado en un art铆culo pionero (1954)[26] que Morris era una 芦imaginaci贸n marxista reinterpretando el viejo sue帽o dorado expresado en la idea de las libertades anglosajonas禄 鈥揺s decir, conect谩ndolo con la tradici贸n republicana inglesa de los Levellers y los Diggers鈥 Thompson, que hab铆a le铆do con avidez los escritos de Hill, profundizar铆a en esta idea. La alternativa al 芦aut贸mata econ贸mico禄 de la Guerra Fr铆a ser谩 el republicano 芦ingl茅s libre por nacimiento禄 (freeborn englishmen). Y la alternativa a la econom铆a pol铆tica capitalista solo podr谩 ser, como veremos, la 芦econom铆a moral禄 de la multitud y las clases plebeyas. Thompson estaba buscando los recursos intelectuales y morales para refundar un socialismo democr谩tico y humanista, y los vino a encontrar en la cultura del republicanismo radical de finales del siglo XVIII.

 

芦A la caza del zorro jacobino禄 [27]

 

En agosto de 1959 Thompson pasaba por una mala situaci贸n financiera y firm贸 un contrato con el editor Victor Gollanz para escribir un libro sobre historia de la clase obrera brit谩nica que cubriera el per铆odo 1790-1921 y que tuviera aproximadamente unas 60.000 palabras de extensi贸n. Tres a帽os m谩s tarde se presentar铆a con un manuscrito con m谩s de 1.000 p谩ginas, que solo cubr铆a el per铆odo 1790-1830 y que llevar铆a el t铆tulo The Making of the English Working Class. Publicada con tan solo 39 a帽os y considerada como un hito crucial en la disciplina de la historia, esta obra le consagr贸 como un historiador reconocido a nivel internacional.[28]

 

En esta obra Thompson explicita en qu茅 consiste su objetivo: se trata de 芦sortear la muralla china que separa el siglo XVIII del siglo XIX, y la historia de la agitaci贸n obrera de la historia cultural e intelectual del resto de la naci贸n禄.[29] Para ello, mostrar谩 c贸mo el primer movimiento obrero ingl茅s no estaba formado por la manida figura del obrero con mono azul de la gran industria, sino que estaba compuesta sobre todo por trabajadores rurales, por artesanos autodidactas de Londres, Norwich o Sheffield, y por tejedores y cardadores manuales de Lancashire o Yorkshire. Este movimiento obrero-artesano era heredero directo de la pr谩ctica centenaria de los motines por parte de 芦muchedumbres禄 inarticuladas y lideradas por mujeres.[30] Y era heredero, especialmente, de las pr谩cticas organizativas democratizadoras de las Sociedades de Correspondencia jacobinas, creadas al calor de la Revoluci贸n francesa como un 芦despertar禄 de las clases bajas contra las altas. Thompson rescata en esta obra la importancia que tuvo la alianza de una Ilustraci贸n republicana-radical con el primer movimiento obrero ingl茅s y reconstruye c贸mo, a pesar del fracaso de los proyectos democr谩tico-radicales, permaneci贸 un profundo legado republicano: 芦los jacobinos y painitas desaparecieron, pero la demanda de derechos humanos empez贸 a difundirse con mayor amplitud que antes. La represi贸n no destruy贸 el sue帽o de una rep煤blica igualitaria inglesa禄.[31] De esta manera 芦el movimiento obrero de los a帽os posteriores continuar铆a y enriquecer铆a las tradiciones de la fraternidad y la libertad禄.[32] De ah铆 en adelante Thompson volver铆a una y otra vez al siglo XVIII, fascinado por la forma en la que la Ilustraci贸n y el romanticismo ingl茅s consolidar铆an una cultura plebeya radical. Se trata, nos dice, de una tradici贸n muy ecl茅ctica, original y creativa, sin las censuras y presiones de la Iglesia (que hab铆a sido desmistificada en el siglo anterior), y sin las limitaciones y la monopolizaci贸n de la vida intelectual que sobrevendr谩 posteriormente cuando la vida intelectual quede constre帽ida a la autoridad de las jerarqu铆as acad茅micas. Thompson pasar铆a a inspirarse (e identificarse) en el pacifismo internacionalista de Thomas Paine, el anti-academicismo de William Blake, la 茅tica cooperativa de Robert Owen, la rep煤blica del intelecto y de los derechos de la mujer de Mary Wollstonecraft, la prensa libre de William Cobbet o la radicalidad agraria de Thomas Spence. Ser铆a precisamente el estudio de esa cultura radical lo que le permitir铆a ofrecer una interpretaci贸n del primer movimiento obrero como un 芦movimiento de resistencia a la anunciaci贸n del hombre econ贸mico禄,[33] porque, como recordar谩 en un c茅lebre encuentro televisado con el historiador C.L.R. James, 芦la ofensa que supuso el capitalismo para la mayor铆a de la gente no se dio solo en clave de un imperialismo de la pobreza econ贸mica, sino tambi茅n en definir las necesidades humanas en t茅rminos econ贸micos estrechos禄.[34]

 

La manera en la que el movimiento obrero continuar铆a y enriquecer铆a esa tradici贸n pasaba por una reformulaci贸n m谩s 芦reconciliada con los nuevos medios de producci贸n禄, que ya no buscaba simplemente el reparto de la tierra entre propietarios individuales sino un control social cooperativo frente al 芦ciego禄 funcionamiento de la econom铆a de mercado. Con ello no solo abr铆a una interpretaci贸n hist贸rica novedosa que salvaba la 芦muralla china禄 entre la tradici贸n radical y la socialista, sino que pod铆a se帽alar tambi茅n lo que consideraba las desastrosas consecuencias que tendr铆a, para el socialismo ingl茅s, el haber abandonado a finales del siglo XIX el ideario y los valores de ese republicanismo de siglos anteriores, asumiendo el economicismo que preparar铆a el terreno a las dos ortodoxias de la Guerra Fr铆a ya mencionadas:

 

Esos valores jacobinos, que aportaron mucho al cartismo, decayeron en el movimiento de finales del siglo XIX, cuando el nuevo socialismo transfiri贸 el acento de los derechos pol铆ticos a los econ贸micos. La fuerza de las distinciones de clase y posici贸n social en la Inglaterra del siglo XX, en parte, es una consecuencia de la falta de las cualidades jacobinas en el movimiento obrero del siglo XX.[35]

 

Reivindicar la tradici贸n jacobina a mediados del siglo XX no era tarea f谩cil, dado que se hab铆a consolidado una interpretaci贸n de la Revoluci贸n Francesa (a trav茅s de los historiadores del PCF como G. Lefebvre o A. Soboul) seg煤n la cual los dem贸cratas-radicales no pod铆an ser sino peque帽os burgueses que de una forma u otra colaboraron con la 芦revoluci贸n burguesa禄 que consolid贸 el capitalismo (y que deb铆a ser superada por la verdadera 芦revoluci贸n proletaria禄).[36] En su  reconstrucci贸n de las bases republicanas de la tradici贸n socialista Thompson estaba desbrozando una interesant铆sima senda de investigaci贸n cuyos mejores frutos son todav铆a recientes o est谩n a煤n por explorar.[37]

 

Pero The Making es tambi茅n un s贸lido alegato sobre c贸mo la libertad de prensa, las libertades pol铆ticas y civiles o el sufragio universal no son herencia del 芦individualismo burgu茅s禄  (como ciertos marxismos se empe帽aron y se empe帽an en defender) sino conquistas populares irrenunciables. Esta preocupaci贸n por la centralidad de los derechos acerca de nuevo a Thompson a la tradici贸n republicana en la medida en que la conexi贸n ley y libertad constituye un elemento consustancial a esta tradici贸n.[38] En ning煤n otro lugar se ve esto mejor que en el cap铆tulo de conclusi贸n de su obra Whigs and Hunters (1975) donde, tras analizar el uso clasista del derecho por parte de la clase dominante inglesa en el siglo XVIII, Thompson se lanza a un excursus sobre la importancia del 鈥渋mperio de la ley鈥 (rule of law) para cualquier socialista preocupado por la libertad. As铆 que las luchas por conquistar derechos se convierten, para Thompson, en un 芦un genuino foro dentro del cual se libraron determinados tipos de conflictos de clase禄, de tal manera que 芦la imposici贸n de inhibidores efectivos sobre el poder y la defensa del ciudadano de los intentos intrusivos del poder禄 ser铆an una conquista 芦que no tiene precio禄 (an unqualified human good).

 

Uno de los aspectos m谩s interesantes y pol茅micos de The Making fue su concepto de 芦clase social禄.[39] Un concepto que no es posible entender sin enmarcarlo dentro de su proyecto de renovaci贸n del marxismo y su lucha contra el economicismo. Para Thompson las clases ten铆an una dimensi贸n objetiva siempre acompa帽ada de una dimensi贸n subjetiva:

 

Lo que pongo en cuesti贸n no es la centralidad del modo de producci贸n (y las relaciones de poder y propiedad correspondientes) en cualquier comprensi贸n materialista de la historia. Pongo en cuesti贸n (鈥) la idea de que es posible describir un modo de producci贸n en t茅rminos 鈥渆con贸micos鈥, dejando de lado como secundarios (menos 鈥渞eales鈥) las normas, la cultura, los conceptos cr铆ticos alrededor de los cuales se organiza ese modo de producci贸n.[40]

 

Y, dentro del margen de acci贸n que dejaban los l铆mites y presiones determinantes de las situaciones de clase, la pol铆tica se juega en gran medida, nos dir谩 el historiador, en el d贸nde se marca la l铆nea que separa unas clases de otras. Para la pol铆tica socialista se trata precisamente de  芦dibujar la l铆nea, no entre una incondicional pero decreciente minor铆a y una mayor铆a constante, sino entre los monopolistas y el pueblo禄.[41] En esta l铆nea dir谩, a帽os m谩s tarde: 芦si uno es tan sectario como para definir la clase como compuesta exclusivamente de mineros o estibadores, est谩 dando el juego por perdido禄.[42] Aunque se le acusara posteriormente de 芦populista禄, Thompson nunca vio una incompatibilidad entre la idea de 芦pueblo禄 y de 芦clase禄[43].

 

La estrategia pol铆tica thompsoniana: las condiciones materiales de la libertad, la Unidad de la Humanidad y la cr铆tica republicana al Estado

 

Para la milenaria tradici贸n republicana 鈥揺sa que Thompson descubri贸 en la historia del primer socialismo鈥 los individuos solo son libres si pueden desarrollar sus planes de vida sin interferencias arbitrarias de otros individuos o entidades, es decir, si disfrutan de la condici贸n de independencia/autonom铆a (芦no-dominaci贸n禄 en palabras del fil贸sofo irland茅s P. Pettit), una independencia que incluye contar con las condiciones materiales suficientes como para que la supervivencia de uno no dependa de los caprichos de la voluntad de otro. Por ello, esta tradici贸n se volc贸 en el dise帽o de mecanismos institucionales y leyes que impidieran la dominaci贸n de los individuos por parte de otros agentes privados (lo que se conoce como dominium), al mismo tiempo que institu铆a mecanismos para controlar que esas mismas instituciones y leyes no se convirtieran a su vez en una nueva fuente de dominaci贸n (imperium). Por motivos relacionados con el profundo escepticismo con el que consideraba que deb铆a mirarse al Estado, esto es, por su preocupaci贸n por el imperium, Thompson denominaba 芦libertarian禄 a la tradici贸n republicana inglesa de luchas populares que buscaba evitar el dominium y el imperium, se帽alando como representantes destacados de esta tradici贸n a los Levellers, los Diggers, los jacobinos ingleses, los republicanos irlandeses y los cartistas. Por eso adem谩s de 芦socialista humanista禄, Thompson sol铆a autodefinirse tambi茅n como 芦libertarian comunist禄.[44] Teniendo en mente a qu茅 movimientos se refer铆a, propongo que traduzcamos la expresi贸n como 芦comunista republicano禄. Pues bien, 驴en qu茅 consistir铆a la estrategia pol铆tica de este comunista republicano sin partido? A lo largo de su truculenta y fren茅tica vida, Thompson pas贸 por diferentes movimientos pol铆ticos dentro de los cuales sus principios normativos aflorar铆an como ejemplos de c贸mo un socialista del siglo XX todav铆a pod铆a ser republicano.

 

El primero de ellos (una vez abandon贸 el PCGB) fue la New Left. Los a帽os de gestaci贸n de The Making fueron para Thompson a帽os de intenso activismo. Estaba consternado por lo que consideraba una ruptura generacional peligrosa entre una vieja clase obrera que se hab铆a integrado sin muchos problemas en el consenso de posguerra (para una generaci贸n que hab铆a conocido la pobreza extrema de los a帽os 30 no era asunto menor que entre 1950 y 1966 el desempleo permaneciese por debajo del 2%) y una nueva generaci贸n de j贸venes rebeldes y creativos, no constre帽idos a formas organizativas estancadas.[45] Buscando agitar de nuevo las aguas, Saville y Thompson lanzaron desde Yorkshire una nueva revista (The New Reasoner) mientras que en Londres un grupo de socialistas j贸venes liderados por Stuart Hall hab铆an manejado, por derroteros parecidos, la revista Universities and Left Review. En 1959 ambos grupos se fusionar谩n y coordinar谩n un movimiento conocido como la New Left[46] (la revista pas贸 a llamarse New Left Review-NLR) que lleg贸 a extenderse por todo el pa铆s: en su momento 谩lgido (1959-1961) contaba con 40 clubs y m谩s de 9.000 suscriptores. La New Left contaba entre sus filas con personalidades de renombre (Raymond Williams, Ralph Miliband, Alasdair MacIntyre, Raphael Samuel, Gareth Stedman Jones, el sindicalista Lawrence Daily, la historiadora feminista Sheyla Robowthbam, el dramaturgo y cineasta Lindsay Anderson o la escritora Doris Lessing). Organiz贸 a gran parte de la izquierda que no militaba en el Labour, lider贸 el movimiento pacifista antinuclear, e influy贸 considerablemente en los debates internos del Partido Laborista. A finales de 1961, en plena euforia, Thompson baraj贸 incluso la posibilidad de crear una plataforma electoral a partir de la New Left para las elecciones generales,[47] pero debido a la dificultad para romper la din谩mica de bloques de la Guerra Fr铆a y debido tambi茅n a disputas internas (algunas relacionadas con el car谩cter cascarrabias y a ratos intratable del propio Thompson), a mediados de 1962 el movimiento hab铆a desaparecido. La direcci贸n de la NLR pas贸 a un joven Perry Anderson de 22 a帽os que dar铆a un golpe de tim贸n a la l铆nea editorial (entre otras cosas, sacando a Thompson de la direcci贸n). Desde entonces la NLR pasar铆a a poner m谩s 茅nfasis en los grandes debates te贸ricos y no en las intervenciones pol铆ticas estrat茅gicas, consolid谩ndose al mismo tiempo como una de las revistas de izquierdas m谩s reconocidas y le铆das. Se hab铆a consumado una ruptura entre una 芦primera禄 y una 芦segunda禄 New Left.[48]

 

La concreci贸n m谩s acabada de la primera New Left, en t茅rminos de an谩lisis y propuestas, se encuentra en un extenso panfleto titulado May Day Manifesto y publicado en 1967, bajo la edici贸n de Raymond Williams, Stuart Hall y el propio Thompson (una segunda edici贸n de Williams saldr铆a publicada en 1968). Su objetivo era ofrecer una nueva corriente de pensamiento que consiguiera aunar de forma sistem谩tica las demandas de las distintas 芦campa帽as individuales禄 (lo que hoy en d铆a llamar铆amos 芦movimientos sociales禄) revigorizando as铆 la propuesta de una sociedad alternativa, socialista y democr谩tica. Mientras el panfleto reconoc铆a los logros del momento de posguerra, fue especialmente l煤cido en identificar sus limitaciones y diagnosticar la capitulaci贸n casi total del Labour al capital monopolista. La intangibilidad de la propiedad privada sobre los recursos productivos 鈥搖na de las vacas sagradas del Pacto鈥 se puso en relaci贸n directa tanto con las bolsas de pobreza y desigualdad todav铆a existentes (rompiendo el mito de que la sociedad de consumo y clases medias hab铆an resuelto los problemas redistributivos) como con la ostentaci贸n de los principales lugares de mando y poder pol铆tico por parte de una peque帽a 茅lite dominante. El Manifesto diagnostic贸 la ruptura del orden econ贸mico internacional que hab铆a permitido un crecimiento sostenido y una rentabilidad alta para las fuerzas del capital hasta 1966-67, previendo con espantosa lucidez los conflictos sindicales que vertebrar铆an la pol铆tica brit谩nica de la d茅cada siguiente. La New Left fue por tanto pionera en poner en cuesti贸n los l铆mites del Pacto social de Posguerra, por lo que ser铆a justo verla como precursora e inspiradora de las revueltas que se iniciaron en 1968 e, incluso, de las corrientes renovadoras del Partido Laborista de los a帽os 70 (Tonny Benn) o las actuales (Jeremy Corbyn). Una idea fuerza estructuraba todo el panfleto: se trataba, frente al empleocentrismo y la condicionalidad de las ayudas del Welfare State, de asegurar el control democr谩tico sobre los recursos materiales de forma universal (se critic贸 duramente la evaluaci贸n de recursos), es decir, se trataba de garantizar las condiciones materiales de la libertad[49]. Pero el movimiento de la New Left fracas贸, y una vez ocurri贸 esto, Dorothy y Thompson ingresar铆an en la secci贸n de Halifax del Partido Laborista para practicar una militancia 芦sin entusiasmo禄.

 

Tan solo dos a帽os despu茅s de la publicaci贸n de The Making, su reputaci贸n le valdr谩 una oferta de trabajo que no podr谩 rechazar: dirigir el reci茅n creado Centro de Estudios de Historia Social de la Universidad de Warwick. Desde Warwick Thompson coordin贸 un nutrido grupo de investigaci贸n[50] y organiz贸 diversos seminarios con la participaci贸n de figuras pol铆ticas como su colega Lawrence Daily (secretario general del sindicato minero NUM cuyas huelgas de los 70 tumbar铆an el gobierno conservador de Edward Heath) o la joven diputada irlandesa Bernadette Devlin (fundadora del Irish Republican Socialist Party). En 1969 Thompson apoy贸 a los estudiantes de Warwick que ocuparon facultades en protesta ante la infame revelaci贸n de que la universidad colaboraba en el espionaje de profesores 芦cr铆ticos禄 y que ten铆a un archivo con expedientes de los estudiantes 芦radicales禄 (el asunto lleg贸 a ser esc谩ndalo nacional). Aunque Thompson nunca se sinti贸 especialmente af铆n con algunos movimientos surgidos a partir de mayo del 68[51], en mi opini贸n esta ruptura se ha exagerado demasiado (confundi茅ndose con su debate con los althusserianos), y se pueden encontrar sin mucha dificultad intervenciones en las que Thompson suaviza el tono de esa distancia y busca puntos de conexi贸n.[52] Pero su paso por la universidad ten铆a los d铆as contados. En 1970 publica un panfleto denunciando la mercantilizaci贸n de la universidad (芦Warwick University Ltd: Industry, Management and the Universities禄) que resulta escalofriantemente actual, y que provocar铆a un enfrentamiento con sus superiores. Poco tiempo despu茅s, Thompson renunciar铆a al 煤nico cargo estable que tuvo en la universidad, y desde entonces vivir铆a de ahorros, conferencias, publicaciones y del salario estable de Dorothy (que ya hab铆a estabilizado su carrera acad茅mica en la Universidad de Birmingham).

 

Tras el fracaso de la New Left y la amargura del debate con la segunda generaci贸n de la NLR, Thompson entr贸 en una fase de 芦aislamiento禄 pol铆tico (seg煤n lo calificar铆a 茅l mismo). No ser铆a hasta comienzos de los a帽os 80 cuando volver铆a a recuperar las incansables energ铆as organizadoras por las que era conocido, esta vez de la mano del movimiento pacifista. Thompson se hab铆a implicado en este movimiento al estallar la guerra de Corea en 1950, dirigiendo el Comit茅 por la Paz de Halifax, y, tras la prueba de la bomba de hidr贸geno por parte del gobierno brit谩nico en 1957, con la Campaign for Nuclear Disarmament (CND). En 1979 la OTAN anunci贸 la instalaci贸n de nuevas lanzaderas de misiles en el Reino Unido, y en respuesta a ello se desencaden贸 un movimiento internacional en el que Thompson, dejando aparcadas sus investigaciones, jugar铆a un papel fundamental como l铆der y como intelectual.

 

No est谩 de m谩s recordar que en los a帽os ochenta la posibilidad de una guerra nuclear, a la vista de la interminable y arriesgada competici贸n armament铆stica, lleg贸 a convertirse en algo no solo perfectamente veros铆mil sino hasta probable.[53] Los se帽ores de la guerra y su interminable ej茅rcito de bandidos intelectuales defend铆an la carrera armament铆stica como una buena estrategia de disuasi贸n cuando era de hecho una preparaci贸n para el evento b茅lico que se esperaba que ocurriese en alg煤n momento.  Las 茅lites occidentales estaban alimentando un clima de tensi贸n mediante la manipulaci贸n de informes e intervenciones medi谩ticas, de tal manera que consegu铆an legitimar no solo la p茅rdida de soberan铆a nacional (delegada en EEUU) sino tambi茅n el recorte de libertades civiles y la represi贸n de la disidencia en el interior de sus propios pa铆ses (este doble movimiento era, para Thompson, 芦la estructura m谩s profunda de la Guerra Fr铆a禄). La 煤nica soluci贸n posible que contempl贸 el historiador brit谩nico era la creaci贸n de movimientos nacionales masivos 鈥搎ue reviviesen lo mejor del internacionalismo socialista鈥  que estuviesen organizados por fuera de las grandes organizaciones centralizadas (gobiernos y partidos) y que forzasen una salida unilateral del conflicto desafiando al rival en el terreno de la opini贸n p煤blica (y no ya en el de las amenazas militares), y rompieran as铆 las absurdas divisiones de la Guerra Fr铆a (芦tenemos que actuar como si fu茅ramos ya ciudadanos de Europa禄). Su postura de no-alienaci贸n antinuclear le vali贸 la acusaci贸n de la prensa sovi茅tica de trabajar al servicio de la CIA, y las cr铆ticas de un general de la OTAN (B. Rogers) que consideraba 芦contraproducente禄 que los americanos le hicieran el juego a 芦un tal Thompson禄.[54] En el movimiento pacifista Thompson encontr贸 una actualizaci贸n del ideal frentepopulista de su juventud, que no era sino una afirmaci贸n actualizada de la idea de la 芦Unidad de la Humanidad禄 central al socialismo[55] y que el propio Thompson, en The Making, hab铆a reconocido como una valiosa herencia republicana del internacionalismo jacobino.

 

El otro frente que Thompson ten铆a abierto desde mediados de los a帽os 70 ten铆a que ver con las profundas transformaciones jur铆dicas que estaba sufriendo el Estado de Reino Unido (entre ellas el ataque a la figura de los jurados populares). Si bien su preocupaci贸n por los derechos civiles y pol铆ticos fueron siempre una constante en su obra, el problema se hab铆a acentuado tras un viaje que realiz贸 a finales de 1976 a la India de Indira Gandhi (primera ministra e hija de Nehru) donde Thompson se encontr贸 con un Estado represivo que persegu铆a la disidencia intelectual y que, por alguna extra帽a raz贸n, encontraba apoyos entre la izquierda radical europea. Desde entonces, y hasta su muerte, Thompson insistir谩 repetidas veces en una idea que es central para la tradici贸n republicana: que la autoridad p煤blica no justifica su posici贸n por s铆 misma sino que la debe a otro agente que la elige como servidora p煤blica y por tanto queda sujeta a los intereses de este. En una intervenci贸n en televisi贸n Thompson afirmar谩 con rotundidad: 芦no es que nosotros existamos porque el Estado nos de permiso, es que el Estado existe para servirnos禄.[56]

 

Frente a lo que consideraba las ilusiones estatistas del Labour, el historiador brit谩nico afirm贸:    

 

El movimiento obrero tiene que redescubrir lo que ya se sab铆a en el siglo XIX 鈥 que el estado tiene que ser obligado a entrar bajo control humano y ser democratizado (鈥) Quiz谩s en los pr贸ximos treinta a帽os algunas de nuestras mayores luchas ser谩n en relaci贸n a la pr谩ctica y control democr谩tico de la que es ya una poderosa maquinaria estatal.[57]

 

Esa 芦lecci贸n olvidada禄 se volver铆a fundamental para Thompson en un momento en el que el neoliberalismo de M. Thatcher estaba realizando profundas reformas del aparato estatal, aunque ello implicase la desobediencia civil:

 

Tenemos que traer de vuelta esta tradici贸n democr谩tica que se nos ha confiscado, traerla al coraz贸n de nuestro movimiento. Porque si no lo hacemos, estamos en peligro de caer en esa teor铆a del estado represivo, de acuerdo con la cual tenemos que oponernos a toda ley, a toda polic铆a, a todo aparato de estado (鈥) yo no me opongo a toda ley en general. Leyes habr谩 siempre. Lo que tenemos que combatir son las malas leyes, y la imposici贸n y administraci贸n clasista de la ley. Pero tambi茅n romper la ley all谩 donde (鈥) estemos obligados a hacerlo.[58]

 

Y aunque las buenas leyes son algo necesario, para el historiador brit谩nico no son una condici贸n suficiente de la libertad. A este respecto, es interesante el panfleto que escribi贸 con tan solo 23 a帽os, titulado 芦Fascist Threat to Britain禄,  que terminaba diciendo: 芦no nos contentemos con las leyes. La 煤nica salvaguarda para nuestras libertades, si queremos prevenir mayores guerras y brutalidades, es la vigilancia constante e insomne de todo el pueblo禄.

 

Este programa thompsoniano de factura republicana incidi贸 especialmente en la necesidad de que la gente se autoorganizase de forma democr谩tica:

 

Nadie 鈥搉i la vanguardia marxista, ni el administrador esclarecido, ni el humanista tiranizador鈥 puede imponer desde arriba una humanidad socializada. Un estado socialista puede hacer poco m谩s que proveer 鈥渃ircunstancias鈥 que alienten al hombre social y desalienten al hombre adquisitivo, que ayuden a la gente a construir su propia comunidad igualitaria a su propia manera (鈥) El socialismo puede llevar agua al valle, pero debe dar 鈥渆l valle a los aguadores, pues este dar谩 fruta鈥.[59]

 

Consecuentemente, la expresi贸n institucional tendr铆a que darse en una descentralizaci贸n del poder administrativo que se conjugase con formas plurales de propiedad (como hab铆a defendido la New Left, recogiendo una tradici贸n brit谩nica que va desde las primeras trade unions hasta el Guild Socialism de G. D. H. Cole):

 

Uno desear铆a ver que lo que sol铆a llamarse control por parte de los trabajadores o una mayor autonom铆a, menores unidades de control; la industria p煤blica bajo una forma cooperativa, o corporaciones municipalmente controladas, y as铆 sucesivamente. Y que todo esto apuntalar铆a, quiz谩s, un crecimiento en la consciencia local y regional. Pero que para acuerdos econ贸micos, culturales y legales a mayor escala tendr铆as que establecer acuerdos que hicieran de puente[60]

 

Preguntado en una entrevista al final de su vida sobre qu茅 tipo de organizaci贸n podr铆a llevar a cabo estos proyectos, Thompson no renunciaba a la forma del partido pol铆tico:

 

La sopa sigue borboteando. Creo que puede existir un nuevo tipo de formaci贸n, que ser谩 una suerte de socialismo m谩s fresco, y pienso que debe poner mucho m谩s 茅nfasis en los procesos democr谩ticos dentro del propio movimiento que lo que hemos visto en el Partido Laborista o en el Partido Comunista.[61]

 

A finales de los 80, sin embargo, Thompson comenz贸 a tener problemas de salud, y sus 煤ltimos a帽os ser谩n una carrera contrarreloj para publicar investigaciones a las que le hubiera gustado dedicar m谩s tiempo y cuidado. Costumbres en com煤n es, justamente, una de ellas.

 

Algo m谩s que ley y Estado: la idea de cultura popular en Costumbres en com煤n

 

Costumbres en com煤n puede considerarse la obra m谩s acabada de Thompson. A煤na varios art铆culos en los que ven铆a trabajando pr谩cticamente desde los a帽os 50 cuando recolectaba materiales de archivo para The Making (un trabajo que continu贸 con la ayuda de Edward Ernest Dodd, su asistente personal entre 1964 y 1979, sin el cual parte de su cicl贸pea tarea archiv铆stica habr铆a sido imposible). En esta obra, a diferencia de otras, Thompson estudiar谩 no tanto los procesos y la l贸gica del cambio sino los estados de conciencia pasados y los entramados culturales, o, en sus propias palabras, est谩 m谩s centrado en el 芦ser禄 que en el 芦llegar a ser禄.[62] En los a帽os en que consigui贸 ir cerrando estas investigaciones, su fama como historiador fue acompa帽ada de un grado alto de exposici贸n a la cr铆tica por parte de lo que consideraba un gremio 芦bastante conservador禄, por lo que el lector podr谩 percibir c贸mo el entusiasmado y vibrante tono de The Making deja paso a una prosa todav铆a firme, pero m谩s cauta y acorazada en un extenso aparato de referencias bibliogr谩ficas.[63]

 

Pues bien, 驴cu谩les son las principales problem谩ticas que enhebran esta obra? La primera de todas, una discusi贸n con la historiograf铆a inglesa del siglo XVIII que segu铆a considerando de forma clasista y paternalista los modos de vida de las clases populares.  Para ello Thompson triturar谩 una comprensi贸n de las sociedades precapitalistas como sociedades absolutamente verticales y estables (no hubo un solo bosque o zona de caza donde no hubiera 芦alg煤n episodio dram谩tico de conflicto en torno al derecho comunal en el siglo XVIII禄, p. 124) y arrumbar谩, al mismo tiempo, la idea de que no existi贸 capitalismo hasta la revoluci贸n industrial. El capitalismo es agrario y comercial en sus or铆genes, nos recuerda Thompson, trayendo a colaci贸n a Maurice Dobb y a Robert Brenner, y su concepto estrella de 芦econom铆a moral禄 designa precisamente el conjunto de valores y reglas que, vestidas con la ret贸rica de la costumbre, las clases subalternas hicieron valer para resistir los ataques desposeedores y privatizadores de la econom铆a pol铆tica capitalista contra los bienes comunes y el derecho comunal. Un conflicto que, para Thompson, estaba lejos de haber acabado.[64] Una buena muestra de ello es que desde la publicaci贸n de Costumbres en com煤n la literatura sobre los bienes comunes ha alimentado incansablemente el pensamiento anticapitalista.[65]

 

Por otro lado, Thompson llenar谩 de contenido su concepto de 芦cultura plebeya禄 al devolverlo a lo que denomin贸 su 芦morada material禄, esto es, la reciprocidad de unas relaciones de clase hist贸ricamente determinadas, donde ni la multitud se identificaba sin ambages con la cultura oficial ni tampoco ten铆a la fuerza suficiente como para poder desafiar los l铆mites que la subordinaba a la clase patricia. La clase dominante del siglo XVIII ingl茅s manten铆a as铆 su poder a trav茅s de una hegemon铆a cultural donde los rituales teatrales del poder naturalizaban esa dominaci贸n, pero donde esta nunca era aceptada en sus propios t茅rminos sino reinterpretada y disputada por los oprimidos, generando un complejo 芦campo de fuerzas禄.[66] Thompson encontrar谩 de nuevo, como hizo en The Making, los hilos de continuidad entre la cultura popular y el movimiento obrero del siglo XIX. Porque una parte de esa cultura popular 鈥揺n la que el pueblo controlaba taberna, ferias, aprendizaje de los oficios, saberes ancestrales, sanciones e intercambios, formas de rebeli贸n鈥 ser谩 aprovechada tiempo despu茅s por un movimiento obrero diferenciado, ahora s铆, por su consciencia de ser una clase con intereses opuestos e irreconciliables a los de sus empleadores (y la clase pol铆tica que los defiende).

 

El otro gran frente de batalla estaba en poner en cuesti贸n las denominadas teor铆as del desarrollo, seg煤n las cuales la Revoluci贸n Industrial y la eliminaci贸n de los derechos comunales supusieron una mejora en la calidad de vida de los ingleses respecto a per铆odos anteriores. Lejos de ser as铆, para el historiador brit谩nico las clases populares experimentaron esa 芦gran transformaci贸n禄  (como la llamar铆a Polanyi[67]) como una p茅rdida de sus libertades tradicionales, y le opusieron innumerables formas de resistencias. En este gran conflicto, nos dice el historiador brit谩nico, ocupa un lugar central el proceso de 芦cosificaci贸n禄 del derecho (芦no se conceb铆an ya derechos comunes a cosas, sino derechos de personas sobre cosas, articulados como pr谩cticas efectivas de consumo, comercio e intercambio禄) que impondr铆a por la fuerza una noci贸n capitalista de propiedad, y a la que la multitud opondr铆a sus propias nociones de derecho[68]. Y advierte Thompson que, de la misma manera en que este concepto absoluto de propiedad exclusiva de la tierra fue exportado a las colonias para justificar el saqueo y la explotaci贸n de las poblaciones ind铆genas, tambi茅n las teor铆as del desarrollo del siglo XX estaban siendo empleadas para esquilmar y rapi帽ar los pa铆ses del llamado 芦Tercer Mundo禄. En estas lides, el historiador brit谩nico lanzar谩 una estocada mortal a la conocida tesis de Garret Hardin y su 芦tragedia de los comunes禄[69], seg煤n la cual si los recursos materiales no se gobiernan a trav茅s de la privatizaci贸n (con una propiedad privada exclusiva y excluyente), entonces est谩n condenados al abuso y la sobreexplotaci贸n de los gorrones (free riders). Thompson se sit煤a as铆 junto a autoras como Elinor Ostrom o Janet M. Neeson[70], que nos han ense帽ado que las tierras comunales no eran lugares ca贸ticos y sin normas, sino exactamente lo contrario: sistemas complejos de normas de raigambre centenaria donde se garantizaba el derecho a la existencia de un grupo delimitado de habitantes y se hac铆a de forma sostenible en el tiempo[71].

 

En este sentido, el gran protagonista de Costumbres en com煤n es el art铆culo titulado 芦La econom铆a 鈥渕oral鈥 de la multitud en la Inglaterra del siglo XVIII禄. Aunque en este art铆culo Thompson delimite el 芦sentido estrecho禄 del concepto de 芦econom铆a moral禄 a los motines de subsistencia en mercados de productos b谩sicos, reconocer谩 tambi茅n que no se ve铆a legitimado con 芦ning煤n derecho a patentar la expresi贸n禄 y se帽alar谩 que varios historiadores hab铆an empleado el t茅rmino para designar c贸mo determinadas comunidades campesinas o protoindustriales regulaban relaciones 芦econ贸micas禄 con normas no monetarias[72]. Lo cierto es que el propio Thompson hab铆a empleado el concepto para explicar las sanciones econ贸micas y las expectativas compartidas que serv铆an de normas para los bienes ra铆ces e incluso para el saber profesional de unos artesanos conscientes de que si eran descalificados entrar铆an a los reci茅n creados mercados laborales con menor fuerza negociadora[73]. El concepto de 芦econom铆a moral禄 ha mostrado su fertilidad al permitir que diferentes historiadores aborden todo aquello para lo que la econom铆a ortodoxa hab铆a permanecido ciega, de alguna manera devolviendo al an谩lisis econ贸mico la sustancia que ten铆an las primeras investigaciones de econom铆a pol铆tica anteriores al giro marginalista de finales del siglo XIX[74]. En resumen, lo que Thompson examina en esta obra es, seg煤n sus propias palabras, la 芦dial茅ctica de la interacci贸n entre 鈥渆conom铆a鈥 y 鈥渧alores鈥澛, retomando as铆 la cr铆tica al economicismo de obras anteriores:

 

Las relaciones econ贸micas son, a la vez, relaciones morales; las relaciones de producci贸n son al mismo tiempo relaciones, de opresi贸n o de cooperaci贸n, entre personas; y existe una l贸gica moral, al igual que una l贸gica econ贸mica, que se deriva de estas relaciones. La historia de la lucha de clases es al mismo tiempo la historia de la moralidad humana.[75]

 

Al adoptar el enfoque de la 芦historia desde abajo禄 鈥搑escatando las voces y testimonios de los oprimidos y tradicionalmente olvidados鈥 Thompson pudo descubrir que, una vez finiquitados los marcos jur铆dicos paternalistas de la Inglaterra precapitalista, fue a trav茅s de las costumbres como pudieron sobrevivir las ideas morales sobre c贸mo regular la actividad econ贸mica. Es decir, que en 煤ltimo t茅rmino, fue la 芦econom铆a moral禄 de los pobres la que derrib贸 la gran 芦muralla china禄 que hab铆a impedido comprender el movimiento socialista como heredero de la tradici贸n republicano-democr谩tica. Es por esto que Costumbres en Com煤n puede considerarse una profundizaci贸n que complementa los hallazgos de The Making.

 

Y fue precisamente a trav茅s de este enfoque que le permit铆a ver la 芦ley禄 como un campo de batalla 鈥搄unto con una idea de la 芦cultura禄 y las 芦costumbres禄 en la que los viejos valores pueden pervivir bajo formas nuevas鈥 como Thompson proporcion贸 algunas claves para responder a un problema que le acompa帽贸 durante toda su vida: 驴c贸mo explicar la realidad de tal manera que, sin remitir a un pasado idealizado ni a un futuro desconocido, y sin perder la necesaria objetividad que implica la propia disciplina, se muestren al mismo tiempo los recursos disponibles en nuestro presente para transformar esa misma realidad? Porque la Revoluci贸n industrial supuso una revoluci贸n en las 芦expectativas禄 de la gente y cre贸 nuevas 芦necesidades禄, la alternativa al capitalismo tendr铆a que 芦reaprender algunas de las artes de vivir perdidas禄.  Quiz谩 entonces esa cultura popular que se resisti贸 al capitalismo 鈥搎ue priorizaba el tiempo libre sobre la b煤squeda del m谩ximo beneficio鈥 todav铆a tenga algo que ense帽arnos, y un recordatorio 芦de sus otras necesidades, expectativas y c贸digos puede renovar nuestro sentido de la serie de posibilidades de nuestra naturaleza禄 (p. 28).

 

Thompson sol铆a decir que la enorme concentraci贸n de propiedad que conoc铆a el capitalismo avanzado hac铆a casi innecesaria la censura de las voces disidentes, porque el juego de intereses se bastaba para hacer que las verdaderas preguntas (preguntas como 芦驴Qu茅 vida queremos vivir?禄 o 芦驴Hacia d贸nde nos dirigimos como sociedad?禄)  nunca apareciesen y nunca fueran contestadas[76]. Pues bien, a m谩s de 25 a帽os desde su muerte, frente a la Bestia de un capitalismo contrarreformado que ha dado por finiquitado el Pacto social de posguerra, que alimenta y promueve la ola reaccionaria que sacude el mundo, y cuya insaciable voracidad mercantiliza cada vez m谩s espacios de la vida humana y amenaza con dilapidar de forma irreversible los recursos del planeta, Thompson nos invita todav铆a a repensar la apuesta anticapitalista desde una cultura popular innovadora. Una cultura pol铆tica que rescate lo mejor de la tradici贸n democr谩tica y socialista (en el amplio sentido que ten铆a esta palabra en el siglo XIX), que dise帽e los mecanismos institucionales para garantizar universal e incondicionalmente el derecho a la existencia, que permita atender de forma justa las necesidades de cuidados de las personas, que recupere la dimensi贸n ecol贸gica de los bienes comunes, que subordine los derechos de propiedad a las reglas definidas democr谩ticamente en vistas al bien com煤n y que fomente los impulsos sociales desalentando los impulsos 芦adquisitivos禄 y la 芦gran apat铆a禄. Porque 芦si no podemos creer en la existencia de una cultura popular creativa e innovadora entonces no podemos creer en la democracia en absoluto禄[77]. Thompson nos invita, en suma, a tener la valent铆a para reabrir las verdaderas preguntas, porque, parafraseando sus propias palabras: 芦esta no es una pregunta que nosotros le podamos hacer a la historia. Se trata, esta vez, de una pregunta que la historia nos hace a nosotros禄[78].

 

Barcelona, febrero de 2019 

 

* Julio Mart铆nez-Cava es miembro del comit茅 de redacci贸n de Sin Permiso.  

 

Notas

 

[1] Jordi Mund贸, David Casassas y Pablo Casta帽o tuvieron la amabilidad de revisar y corregir un borrador previo del presente texto. Toda la responsabilidad sobre su contenido final corre de mi cuenta.

[2] Nos limitaremos a se帽alar aqu铆 algunas que puedan servir de gu铆a al lector. Para una selecci贸n de textos muy representativa de su pensamiento, v茅ase la compilaci贸n realizada por su mujer Dorothy E. P. Thompson. Obra esencial, Barcelona, Cr铆tica, 2002. El listado m谩s completo de sus escritos se encuentra en A.Llacuna 芦E.P. Thompson. Un comentario bibliogr谩fico禄 en J. Sanz, J. Babiano y F. Erice (eds.) E. P. Thompson. Marxismo e Historia social, Madrid, Siglo XXI, 2016. Una aguda reconstrucci贸n de la trayectoria intelectual de Thompson puede verse S. Hamilton, The Crisis of Theory. E. P. Thompson, the New Left and the Postwar British Politics, Manchester, Manchester University Press, 2011. Un estudio s贸lidamente documentado que reconstruye las complejas relaciones entre el activismo pol铆tico de Thompson y sus desarrollos te贸ricos puede verse en C. Efstathiou, E.P. Thompson: 螒 Twentieth-Century Romantic, Londres, Merlin Press, 2015. Un buen an谩lisis de la formaci贸n intelectual de Thompson desde una metodolog铆a bourdieana es el de A. Estrella, Cl铆o ante el espejo. Un socioan谩lisis de E.P. Thompson, C谩diz, Universidad de C谩diz, 2012. La cl谩sica obra casi-biogr谩fica de B. Palmer sigue siendo referencia obligada: E. P. Thompson. Objeciones y oposiciones, Valencia, Universidad de Valencia, 2004. Lamentablemente, el archivo con su correspondencia y otros documentos se encuentra cerrado hasta 2043 por decisi贸n familiar, aunque parte de su correspondencia se encuentra diseminada por distintos archivos de universidades inglesas. La recepci贸n de la obra de Thompson en Espa帽a fue tard铆a pero tuvo un impacto considerable. Su principal obra, The Making of the English Working Class, publicada en 1963, no llegar铆a traducida a Espa帽a hasta 1977 (editorial Laia). En ese proceso de recepci贸n es obligado mencionar la imprescindible y valiosa tarea de Josep Fontana que consigui贸 que gran parte de la obra de Thompson fuera publicada en la editorial Cr铆tica (Barcelona) bajo la direcci贸n de Gonzalo Pont贸n. V茅ase: Miseria de la teor铆a, 1981; Tradici贸n, revuelta y consciencia de clase. Estudios sobre la sociedad preindustrial, 1984; La formaci贸n de la clase obrera en Inglaterra, 1989; Costumbres en com煤n, 1995; Agenda para una historia radical, 2000; y la compilaci贸n de textos citada anteriormente. Recientemente la figura de Thompson ha atra铆do m谩s atenci贸n en el p煤blico hispanohablante y algunas de sus obras han sido reeditadas o traducidas por primera vez al castellano (v茅ase, adem谩s de esta misma reedici贸n, Los or铆genes de la ley negra. Un episodio de la historia criminal inglesa, Madrid, Siglo XXI, 2010; La formaci贸n hist贸rica de la clase obrera en Inglaterra, Madrid, Capit谩n Swing, 2012, pr贸logo de Antoni Dom猫nech; o E. P. Thompson. Democracia y socialismo [compilaci贸n y edici贸n cr铆tica de Alejandro Estrella], M茅xico, UAM, Unidad Cuajimalpa, 2016). Para profundizar en el legado de Thompson en la historiograf铆a espa帽ola el lector puede consultar la compilaci贸n E. P. Thompson. Marxismo e historia social, op.cit.

[3] Con la ayuda de su madre, Thompson recopil贸 cartas, escritos y poemas de su hermano, que saldr铆an publicados con el t铆tulo There is a Spirit in Europe: a memoir of Frank Thompson, Londres, Golancz, 1947. A finales de los a帽os 70 se embarcar铆a en una investigaci贸n sobre las circunstancias sospechosas de la muerte de su hermano, public谩ndose las conferencias de forma p贸stuma en una de sus m谩s interesantes (y poco conocidas) obras: Beyond the Frontier: the Politics of a Failed Mission, Bulgaria 1944, Standford, Standford University Press, 1997.

[4] Uno puede imaginarse las dificultades que enfrentaban los cient铆ficos sociales en una era tan polarizada. Mientras Stalin inclu铆a en sus primeras purgas a las instituciones acad茅micas vinculadas a la disciplina de la historia (ver en Pierre Brou茅, Comunistas contra Stalin. Masacre de una generaci贸n, M谩laga, SEPHA, 2008), Estados Unidos financiaba millonariamente a fundaciones que trabajaban para favorecer 芦un viraje a la derecha en la ense帽anza de las ciencias sociales禄 que pudiese contrarrestar el avance de la historia social que liderar铆an Thompson y otros historiadores (ver en J. Fontana, La historia despu茅s del fin de la historia, Barcelona, Cr铆tica, 1992.

[5] V茅ase el documental 鈥淩ear Window: A Life of Dissent. The Life and Work of E. P. Thompson鈥 en Tariq Ali TV (disponible online http://tariqalitv.com/portfolio/s2e24-e-p-thompson/).

[6] Para la historia del Grupo de Historiadores puede verse: H. J. Kaye, The British Marxist Historians, Houndmills, Palgrave Macmillan, 1995.

[7] Ver en K. Tribe, Genealogies of Capitalism, Londres, Macmillan, 1981; un resumen del famoso debate se puede ver en E. M. Wood The Origins of Capitalism. A Longer View, Londres, Verso, 2002.

[8] Thompson fue especialmente sensible a las lecturas de Trotsky e Isaac Deutscher en estos a帽os, de las cuales bebi贸 para sus cr铆ticas posteriores al estalinismo (hasta 1958 no se publicar铆an en ingl茅s los escritos del joven Marx que tanto influir铆an en esos procesos de renovaci贸n 芦humanista禄 de las izquierdas). Su respeto por los grandes intelectuales trotskystas no deber铆a ocultar su desprecio por el dogmatismo que profesaban los varios grupos trotskystas brit谩nicos (v茅anse las opiniones de Thompson, por ejemplo, en 芦El humanismo socialista. Una ep铆stola a los filisteos禄 de 1957 o en Miseria de la teor铆a de 1978).

[9] Past & Present es una de las revistas acad茅micas m谩s importantes en el campo historiogr谩fico que sigue hoy en funcionamiento. Desde sus or铆genes se autofinanci贸 y trat贸 de evitar el sectarismo autocomplaciente, para lo cual instituy贸 como norma que el comit茅 editorial deb铆a incluir a varias personas no marxistas con capacidad de veto sobre los art铆culos, y que la aceptaci贸n de los art铆culos deb铆a ser por unanimidad del comit茅. Como dijeron sus creadores, 芦est谩bamos intentando continuar, o revivir, en el per铆odo de posguerra las pol铆ticas de unidad en sentido amplio que hab铆amos aprendido en los d铆as del antifascismo antes de la guerra禄 (C. Hill, R. H. Hilton, E. J. Hobsbawm, 芦Past and Present. Origins and Early Years禄, Past and Present, No. 100. (agosto de 1983), pp. 3鈥14.

[10] Thompson fue espiado desde su paso por el ej茅rcito en 1943 hasta m谩s o menos 1963. Todos los historiadores murieron antes de conocer la existencia de estos archivos, excepto Hobsbawm, que solicit贸 acceso a ellos y se le neg贸, dos a帽os antes de morir. Ver R. Norton-Taylor 芦MI5 spied on leading British historians for decades, secret files reveal禄, The Guardian (24 de octubre de 2014). Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2014/oct/24/mi5-spied-historians-eric-hobsbawm-christopher-hill-secret-files  (煤ltimo acceso: 4 de febrero de 2019).

[11] William Morris. De rom谩ntico a revolucionario, Valencia, Ediciones Alfonso el Magn谩nimo, 1988 [1955]

[12] W. Abendroth, Historia social del movimiento obrero europeo, Barcelona, Cultura Popular, 1968; G. Eley, Historia de la izquierda en Europa, 1850-2000, Barcelona, Cr铆tica, 2003.

[13] Para la historia de estas 芦generaciones禄 de constituciones v茅ase G. Pisarello, Un largo Termidor. Historia y cr铆tica del constitucionalismo antidemocr谩tico, Madrid, Trotta, 2011.

[14] Una historia social de la clase obrera brit谩nica y sus conquistas legislativas se encuentra en el monumental ensayo de Selina Todd, El pueblo. Auge y declive de la clase obrera (1910-2010), Madrid, Akal, 2018 [2015].

[15] 芦El punto de producci贸n禄 [1960], en Democracia y socialismo, op.cit. pp. 360-361

[16] V茅ase la entrevista que le realiz贸 Josep Fontana con motivo de su visita a Espa帽a en los a帽os 80: 芦Sobre hist貌ria, socialisme, lluita de clases i pau (Conversa amb E. P. Thompson)禄, L鈥橝ven莽, 74, septiembre de 1984. Puede verse una valoraci贸n muy similar del momentum democr谩tico de 1943-1947 en G. Luk谩cs, El asalto a la raz贸n, Barcelona, Grijalbo, 1976, ep铆logo, p. 618.

[17] Una de las mejores explicaciones del suceso se encuentra en J. Saville, 芦The Twentieth Congress and the British Communist Party禄, The Socialist Register, 1976, pp. 1-23; complementado en J. Saville, 芦Edward Thompson, the Communist Party and 1956禄, The Socialist Register, 1994, pp. 20-31.

[18] 芦Estoy en contra de la teor铆a y la pr谩ctica del centralismo democr谩tico tal y como lo practican los partidos comunistas. Creo que tras todas esas bonitas frases al final todo se reduce al control de una 茅lite con todo el tiempo del mundo禄 (Carta de Thompson a Howard Hill, del 10 de diciembre de 1962,  Archivo Nacional, KV-2-4294 (164.2). Ver tambi茅n la entrevista de A. Whitehead de 1991, disponible en https://www.andrewwhitehead.net/political-voices-ep-thompson.html. Aunque si Thompson no escatimaba acidez en sus cr铆ticas, reservaba su artiller铆a para el Partido Laborista, del que dijo que era 芦absurdo, ofensivamente antidemocr谩tico禄 y que practicaba una cosa peor que el centralismo democr谩tico, el 芦centralismo imb茅cil禄 (imbecilic centralism).

[19] Ver especialmente en el Archivo Nacional del Reino Unido, KV-2-4294, 44A y 45A (20 de mayo y 10 de junio de 1952). A pesar de ello, en su primera edici贸n del William Morris de 1955, Thompson escribir铆a que la Uni贸n Sovi茅tica de Stalin era la realizaci贸n de los principios de Morris (un pasaje eliminado en la reedici贸n de 1976). Esta contradicci贸n no se resolver铆a hasta la ruptura de 1956. Lo cual no deja de tener un punto de arbitrario, no solo porque existen cr铆ticas marxistas al estalinismo casi desde su creaci贸n (ver una recopilaci贸n en A. Dom猫nech, 芦El experimento bolchevique, la democracia y los cr铆ticos marxistas de su tiempo禄, Sin Permiso, 15, 2017 y en el pr贸logo de F. Fern谩ndez Buey en A. Pannekoek, K. Korsch y P. Mattick, Cr铆tica del bolchevismo, Barcelona, Anagrama, 1976) sino porque incluso la Yugoslavia de Tito en la que Thompson hab铆a trabajado como voluntario hab铆a sido condenada por Stalin en 1948. Thompson reconocer谩 en varias entrevistas y art铆culos que 茅l y sus colegas gestionaban de forma inc贸moda su consciencia de lo que era realmente el estalinismo.

[20] Citado en M. Davis, 芦鈥淟os principios comunistas鈥 y los historiadores en el 1956 brit谩nico禄, Nuestra Historia, 2 (2016), pp.123-130.

[21] 芦Acci贸n y elecci贸n. Una respuesta a la cr铆tica禄 [1958], en Democracia y socialismo, op.cit., p.255.

[22] La comparaci贸n con Luk谩cs no es fortuita, pues ambos pensadores insistieron en lo que Thompson llam贸 芦la idea central del socialismo禄: que el ser humano es capaz de transformarse a s铆 mismo en un sentido moral, m谩s all谩 de la ciega necesidad econ贸mica, y por tanto que la idea socialista no puede reducirse a la socializaci贸n de los recursos productivos sino que debe consistir tambi茅n en una transformaci贸n radical del modo de vivir. Luk谩cs dec铆a que facilitar ese 芦nuevo tipo humano禄 era algo muy necesario, porque 芦ninguno se convierte al socialismo en virtud de la perspectiva de poseer un autom贸vil, sobre todo si ya tiene uno dentro del sistema capitalista禄 (citado en M. Sacrist谩n, 芦Sobre el 鈥渕arxismo ortodoxo鈥 de Gy枚rgy Luk谩cs禄 [1971] en Nous Horitzons, 218, 2018). El propio Thompson manifest贸 su admiraci贸n por el fil贸sofo h煤ngaro: 芦Mientras la tradici贸n comunista albergue a hombres como 茅ste, yo quiero seguir asociado a ella禄 (芦El socialismo y los intelectuales禄 [1957] en E. P. Thompson, Democracia y socialismo, Ciudad de M茅xico, siglo XXI, 2016). Thompson tambi茅n recibir铆a la influencia de otro gran marxista occidental, A. Gramsci, aunque su descubrimiento fue 鈥搒eg煤n sus propias palabras鈥 tard铆o, mediado e incompleto.

[23] Una degeneraci贸n que tomaba pie en ciertos 芦silencios禄 que Marx hab铆a adoptado en relaci贸n a cuestiones culturales y axiol贸gicas. V茅ase especialmente los art铆culos en Democracia y socialismo, op.cit. y la entrevista con Fontana, op.cit.

[24] Un an谩lisis de cr铆tica pol铆tica y literaria de estas tendencias lo ofrece Thompson en 芦Outside the Whale禄, Out of Apathy, Londres, Stevenson and sons, 1960 [hay trad. cast. G. Orwell y E. P. Thompson, Dentro y fuera de la ballena, Madrid, Editorial Revoluci贸n, 1984].

[25] 芦Agenda para una historia radical禄 en Agenda para una historia radical, op.cit.

[26] C. Hill, 芦The Norman Yoke禄 en J. Saville (ed.) Democracy and the Labour Movement, Londres, Lawrence and Wishart, 1954.

[27] Este es precisamente el t铆tulo del ensayo (publicado p贸stumamente) sobre la figura del jacobino ingl茅s J. Thelwall, en E. P. Thompson, The Romantics. England in a Revolutionary Age, Nueva York, The New Press, 1997.

[28] Ver el obituario de E. Hobsbawm en la edici贸n espa帽ola La formaci贸n de la clase obrera en Inglaterra, op.cit.

[29] Op.cit. p.127.

[30] Quiz谩 el lector pueda preguntarse qu茅 papel jugaba la mujer en la historiograf铆a thompsoniana. Lo cierto es que Thompson nunca fue ajeno a la explotacion femenina, y en sus primeros escritos ya se puede detectar esta preocupaci贸n. Pero esto no le libr贸 de que su gran obra, The Making, fuera objeto de varias cr铆ticas provenientes del feminismo que se帽alaron la falta de una perspectiva de g茅nero articulada en el an谩lisis de la formaci贸n de clase. Ya fuera por estas cr铆ticas, o porque ning煤n intelectual honesto pod铆a permanecer ajeno al revival feminista de la segunda ola, lo cierto es que desde los a帽os 70 podemos registrar una especial sensibilidad y atenci贸n hacia el tema (algo que se percibir谩 con facilidad tanto en Costumbres en com煤n como en Agenda para una historia radical).

[31] Ib铆d. p. 541.

[32] Ib铆d. p. 208.

[33] Las peculiaridades de lo ingl茅s y otros ensayos, Valencia, Centro Francisco Tom谩s y Valiente, 2002 [1965].

[34] Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=MI7n7M6nAOA.

[35] Ib铆d. pp. 209-210 y 885.

[36] La historiadora Florence Gauthier y sus colaboradores, recuperando al olvidado A. Matthiez, han desarmado con solidez este esquema ortodoxo. V茅ase, por ejemplo, F. Gauthier, 芦La importancia de saber por qu茅 la Revoluci贸n Francesa no fue una 鈥渞evoluci贸n burguesa鈥澛 (2014 [1997] disponible en http://www.sinpermiso.info/textos/la-importancia-de-saber-por-qu-la-revolucin-francesa-no-fue-una-revolucin-burguesa); Y. Bosc y M. Belissa, Robespierre. La fabrication d鈥檜n mythe, Paris, Ellipses, 2013. Una premonitoria lanzada a este r铆gido esquema se encuentra en Thompson, Las peculiaridades de lo ingl茅s, op.cit.

[37] A. Dom猫nech, El Eclipse de la fraternidad. Una visi贸n republicana de la tradici贸n socialista, Barcelona, Cr铆tica, 2004 [pr贸xima reedici贸n en Madrid, Akal, 2019]; S. White, 芦The Republican Critique of Capitalism禄, Critical Review of International Social and Political Philosophy, vol. 14 (5), 2011, pp. 561-579 A. Gourevitch, From Slavery to the Cooperative Commonwealth, Cambridge, Cambridge University Press, 2014; Roberts, W. C. Marx Inferno. The Political Theory of Capital, Princeton, Princeton University Press, 2016; B. Leipold, Citizen Marx. The Relationship between Karl Marx and Republicanism, Oxford, tesis doctoral, 2017.

[38] Para los republicanos, igual que para Thompson, la libertad est谩 en una relaci贸n constitutiva con la ley, esto es, no hay menos libertad porque haya regulaciones p煤blicas, sino que las regulaciones p煤blicas son creadoras de la libertad (v茅ase P. Pettit, El republicanismo. Una teor铆a sobre la libertad y el gobierno, Barcelona, Paid贸s, 1999 [1997] y A. Dom猫nech & M. J. Bertomeu 鈥淓l republicanismo y la crisis del rawlsismo metodol贸gico鈥, Isegor铆a: Revista de filosof铆a moral y pol铆tica, 33, 2005, pp. 51-76). La influencia de la tradici贸n republicana sobre el pensamiento de Thompson ha sido se帽alada (si bien de pasada) por M. Kenny en The First New Left: British Intellectuals after Stalin, Londres, Lawrence & Wishart, 1995; tambi茅n, de forma m谩s profusa pero bajo una concepci贸n estrecha y extraordinariamente limitada de esta tradici贸n, en G. Foot The Republican Transformation of Modern British Politics, Basingstoke, Palgrave, 2006.

[39] Sobre este concepto se han vertido r铆os de tinta que no repetiremos aqu铆. Una buena defensa en E. Meiksins Wood, 芦The Politics of Theory and the Concept of Class: E.P. Thompson and His Critics禄, Studies in Political Economy, 9:1, 1982, pp. 45-75 y en X. Dom猫nech, Hegemon铆as. Crisis, movimientos de resistencia y procesos pol铆ticos (2010-2013), Madrid, Akal, 2014. Mi propia versi贸n en 芦La actualidad del concepto marxista de 鈥渃lase social鈥澛 (disponible online: http://www.sinpermiso.info/textos/la-actualidad-del-concepto-marxista-de-clase-social).

[40] 芦Historia y antropolog铆a禄, Agenda para una historia radical, op.cit., p. 39.

[41] 芦Revoluci贸n禄 [1960] en Democracia y socialismo, op.cit., p. 365 [1960].

[42] 芦Recovering the libertarian tradition禄, Leveller Magazine, 22, 1979, pp. 20-22.

[43] Siempre y cuando se articularan correctamente, y no escatimando el problema como lo har铆a el mal llamado 芦postmarxismo禄 de E. Laclau (para el cual Thompson reserv贸 alguna cr铆tica en Miseria de la Teor铆a).

[44] Dorothy Thompson, prefacio a E.P. Thompson. Obra esencial, op.cit.

[45] 芦Commitment in Politics禄, Universities & Left Review, 6, primavera de 1959, pp.50-55.

[46] La historia de la New Left puede leerse (con sus diferentes versiones) en M. Kenny, op.cit.; D. Dworkin, Cultural Marxism in Postwar Britain, Durham, Duke University Press, 1997; E. Meiksins Wood, 芦A Chronology of the New Left and Its Successors, Or: Who's Old-Fashioned Now?禄, Socialist Register, 31, 1995.

[47] No ser铆a la primera ni la 煤ltima vez que Thompson defender铆a posiciones coyunturales que bien pudieran considerarse 芦voluntaristas禄, algo que sus cr铆ticos le recriminar铆an repetidas veces.

[48] La 芦segunda禄 New Left se hab铆a convertido, seg煤n Thompson, en un movimiento de intelectuales que incluso hac铆a gala de su desconexi贸n con las luchas de los movimientos populares. Contra esa izquierda elitista Thompson emprender铆a una cruzada intelectual, que empez贸 con Las peculiaridades de lo ingl茅s y terminar铆a con la famosa publicaci贸n de Miseria de la teor铆a. En diciembre de 1979 tendr铆a lugar la 煤ltima contienda de este enfrentamiento, en el famoso debate de St. Paul en una vieja iglesia de la universidad de Oxford, en la que, frente a un Stuart Hall cr铆tico pero en 谩nimo constructivo, un Thompson enfurecido y amargado terminar铆a por arruinar cualquier posibilidad de entendimiento. Las intervenciones est谩n recogidas en R. Samuel (ed.) Historia popular y teor铆a socialista, Barcelona, Cr铆tica, 1984. El relato del debate de St. Paul puede verse en S. Hamilton, op.cit.

[49] Para una l煤cida y actual cr铆tica del empleocentrismo y una contrapropuesta de econom铆a pol铆tica democr谩tica puede verse D. Casassas, Libertad incondicional. La renta b谩sica en la revoluci贸n democr谩tica, Barcelona, Paid贸s, 2018.

[50] Entre sus principales frutos se encuentra Whigs and Hunters. The origin of the Black Act, Londres, Allen Lane, 1975 y en coautor铆a, Albion's Fatal Tree: Crime and Society in Eighteenth-Century England, Londres, Allen Lane, 1975.

[51] Ver en el pr贸logo y 芦Carta abierta a L. Kolakowski禄  (en Miseria de la teor铆a, op.cit.), el tono y la actitud esc茅ptica que muestran cierta ruptura generacional.

[52] Por ejemplo en Writing by the Candlelight, Londres Merlin Press, 1980. O en el hecho de que justamente en los a帽os de mayor movilizaci贸n estudiantil y cultura alternativa juvenil Thompson emprendiera una investigaci贸n sobre las formas de protesta de la juventud inglesa del siglo XVIII (en correspondencia con la historiadora N. Zemon Davis, v茅ase E. P.Thompson & N. Zemon Davies, La formaci贸n hist贸rica de la cacerolada. Charivari y Rough Music. Correspondencia y textos afines. 1970-1972, Madrid, Libros Corrientes, 2018).

[53] V茅anse las intervenciones (incluida la de Thompson) en el volumen coordinado por A. Dom猫nech, Protesta y sobrevive, Madrid, Blume, 1983. Thompson participar铆a en la marcha en Madrid contra la entrada de Espa帽a en la OTAN.

[54] C. Efstathiou, op.cit.

[55] A. Dom猫nech, 芦Socialismo, 驴de d贸nde vino? 驴Qu茅 quiso? 驴Qu茅 logr贸? 驴Qu茅 puede seguir queriendo y logrando? 禄 en M. Bunge y C. Gabetta (comps.) 驴Tiene porvenir el socialismo?, Barcelona, Gedisa, 2015, pp. 71-124.

[56] Intervenci贸n televisiva de E. P. Thompson en Channel Four Television, 1982. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=DGhWxFj3SZo&feature=youtu.be.

[57] 芦Recovering the libertarian tradition禄, op.cit.

[58] 芦Recovering the libertarian tradition禄, op.cit. Casi a finales de su vida, Thompson segu铆a preocupado porque una parte de la izquierda no valorase lo suficiente las libertades civiles y pol铆ticas, y porque debajo de las nuevas modas acad茅micas de la izquierda se escond铆a una retirada de los valores republicanos que 茅l siempre defendi贸. Frente a esta retirada, Thompson propon铆a 芦redescubrir un vocabulario de racionalidad y de universales rehabilitado (鈥) las causas de la racionalidad y del internacionalismo y algunas (si no todas) de las causas de la Ilustraci贸n ahora requieren 鈥 a la vista de su impopularidad muy de moda 鈥 defensores tenaces禄 (芦Los finales de la guerra fr铆a: una r茅plica禄 en R. Blackburn, Despu茅s de la ca铆da. El fracaso del comunismo y el futuro del socialismo, Barcelona, Cr铆tica, 1993 [1991]).

[59] 芦Outside the Whale禄, op.cit.

[60] Witness against the Beast. William Blake and the Moral Law, Cambridge, Cambridge University Press, 1993, p.xxv.

[61] Entrevista con A. Whitehead, op.cit.

[62] 芦Historia y antropolog铆a禄, op.cit.

[63] 芦Una entrevista con E. P. Thompson禄, Tradici贸n, revuelta y consciencia de clase, op.cit. p.296.

[64] 芦La econom铆a moral nace como resitencia a la econom铆a 鈥渄e mercado libre鈥 (鈥) La gran huelga de los mineros brit谩nicos en 1984 fue un ejemplo tard铆o de tal enfrentamiento, aunque las fuerzas 鈥渄el mercado libre鈥 aparecieron bajo el disfraz de todos los recursos del Estado禄 (p. 383).

[65] Ver, por ejemplo: P. Linebaugh, El Manifiesto de la Carta Magna. Comunes y libertades para el pueblo, Madrid, Traficantes de Sue帽os, 2013 [2008]; U. Mattei, Bienes comunes. Un manifiesto, Madrid, Trotta, 2013; B. Coriat, Le retour des communs. La crise de l'id茅ologie propri茅taire, Paris, Les Liens qui Lib猫rent, 2015.

[66] Es por eso que es aconsejable leer esta obra junto a Las peculiaridades de lo ingl茅s y junto al art铆culo 芦El entramado hereditario: un comentario禄 en Agenda para una historia radical, op.cit.

[67] Recientemente el investigador Tim Rogan Tim Rogan ha rescatado las conexiones entre las figuras de Thompson, Polanyi y Tawney como economistas morales que articulan una cr铆tica que prefigura una noci贸n de comunidad m谩s all谩 del utilitarismo (individualista) y del colectivismo (estatista). En una carta de Karl Polanyi a su hermano Michael, fechada en enero de 1958, Polanyi considera que su propia posici贸n es 芦de alguna manera similar禄 al humanismo socialista de Thompson. No existe ninguna referencia disponible de que Thompson conociera la obra de Polanyi, aunque Rogan ha sostenido que los parecidos son demasiado fuertes como para que Thompson no se inspirase parcialmente en La Gran Transformaci贸n de Polanyi (v茅ase The Moral Economists. R. H. Tawney, Karl Polanyi, E. P. Thompson, and the Critique of Capitalism, Princeton, Princeton University Press, 2017, p. 157 y ss).

[68] Sobre la historia del concepto de 芦propiedad禄 en la tradici贸n continental europea, Jordi Mund贸 discierne formas de 芦propiedad simult谩nea禄 frente a la 芦propiedad exclusiva禄 y explica la irrealidad jur铆dica de esta 煤ltima, v茅ase J. Mund贸 芦De la ret贸rica absolutista de la propiedad al sentido com煤n de la propiedad limitada禄, Sin Permiso, 16, 2018, pp. 35-63; en paralelo Fabienne Orsi ha recordado c贸mo la idea de 芦propiedad p煤blica禄, tradicionalmente vinculada a la condici贸n de ciudadan铆a, fue sustituida en el derecho administrativo de finales del siglo XIX por la idea de que solo el Estado pod铆a ostentar jur铆dicamente la 芦propiedad p煤blica禄, v茅ase F. Orsi, 芦Biens publics, communs et Etat : quand la d茅mocratie fait lien禄 en VVAA (eds.) Vers une r茅publique des biens communs, Paris, Les Liens qui Lib猫rent, 2018, p. 247-257.

[69] G. Hardin, 芦The tragedy of the commons禄, Science, 162, 1968, pp. 1.343-1.348.

[70] E. Ostrom, El gobierno de los bienes comunes. La evoluci贸n de las instituciones de acci贸n colectiva, M茅xico DF, FCE, 2000 [1990]; J. M. Neeson, Commoners, Common Right, Enclosure and Social Change in England, 1700鈥1820, Cambridge, Cambridge University Press, 1993.

[71] 芦Londres y sus alrededores no tendr铆an parques hoy d铆a si los commoners no hubiesen defendido sus derechos禄 (p. 148). Precisamente una parte del mejor legado del laborismo de posguerra fue la ley que regulaba y creaba 10 parques nacionales.  Esta ley solo pudo darse bajo el contexto de luchas por los bienes comunes, en este caso, el acceso a los parques y el derecho p煤blico a transitar por ellos. Para una breve historia se puede ver el corto Mass Trespass publicado en Roar Magazine en 2018. Disponible online: https://roarmag.org/films/mass-trespass/.

[72] Sin ir m谩s lejos, la historiadora francesa Florence Gauthier ha propuesto comprender la 芦econom铆a moral禄 de Thompson como sin贸nimo de la categor铆a de 芦econom铆a pol铆tica popular禄  propuesta por Rousseau y recogida posteriormente por Robespierre y los jacobinos. Thompson mismo se mostr贸 de acuerdo con la idea. V茅ase F. Gauthier 芦De la econom铆a moral a la econom铆a pol铆tica popular. La fruct铆fera intuici贸n de E. P. Thompson禄, Sociolog铆a Hist贸rica, vol. 3, 2014, pp. 397-426.

[73] Cfr. La formaci贸n de la clase obrera en Inglaterra, op.cit.

[74] Aunque el propio Thompson no compartiera esta noci贸n de la econom铆a pol铆tica cl谩sica (ver, por ejemplo, en este volumen 芦La econom铆a moral revisada禄). Para el concepto original de econom铆a pol铆tica y la escisi贸n de las ciencias sociales tras el giro marginalista, v茅ase J. Mund贸 芦Particularismo epist茅mico, fragmentaci贸n acad茅mica e interdisciplinariedad禄, Ludus Vitalis, Vol. 19, 35, 2011, pp. 245-248 y D. Casassas, La ciudad en llamas. La vigencia del republicanismo comercial de Adam Smith, Barcelona, Montesinos, 2010, pp. 195-205. 

[75] 芦William Morris禄 en Agenda para una historia radical, op.cit. p.123.

[76] 芦The Fight for a Free Press禄, Archivo Nacional, KV-2-4290, 43A (1951); 芦The Segregation for Dissent禄 (1961) en Wrigthing by the Candlelight (op.cit.) y la intervenci贸n televisiva en Chanel Four (1982).

[77] Intervenci贸n televisiva en la BBC con motivo de la publicaci贸n de Costumbres en com煤n. https://www.youtube.com/watch?v=s2CN3BerJdU&feature=youtu.be.

[78] Beyond the Frontier, op.cit.

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